La Iglesia tiene el deber de acoger a las personas con discapacidad, afirma el Papa.



El Papa Francisco celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad el sábado en el Vaticano con un grupo de niños con discapacidad y sus familias.

En una audiencia privada dentro del Palacio Apostólico el 3 de diciembre, el Papa saludó a cada una de las familias presentes y dijo: “Su testimonio es un signo concreto de paz, un signo de esperanza para un mundo más humano y fraterno para todos”.

El Papa Francisco subrayó su deseo de que todas las comunidades cristianas sean verdaderos lugares de “pertenencia e inclusión”.

“No hay inclusión si solo se queda en un eslogan, una fórmula para ser utilizada en discursos políticamente correctos”, agregó.

El Papa dijo: “Promover el reconocimiento de la dignidad de cada persona es una responsabilidad constante de la Iglesia: es la misión de continuar en el tiempo la cercanía de Jesucristo a cada hombre y mujer, especialmente a los más frágiles y vulnerables”.

Las Naciones Unidas proclamaron el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad hace 30 años.

Más de mil millones de personas, alrededor del 15% de la población mundial, vive con algún tipo de discapacidad, según la ONU.

El Papa Francisco lanzó un mensaje oficial para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad de 2022 en el que pidió a las personas que sean “conscientes del sufrimiento de todas aquellas mujeres y hombres con discapacidad que viven en medio de la guerra, o han quedado discapacitados como resultado. de la guerra.”

El Papa también expresó su agradecimiento por la participación de las personas con discapacidad en el proceso del Sínodo sobre la Sinodalidad de la Iglesia.

“El Sínodo, sobre todo por su invitación a caminar juntos y a escucharnos, puede ayudarnos a comprender cómo en la Iglesia – también en lo que se refiere a los discapacitados – no puede haber nosotros y ellos, sino un solo nosotros, con Jesús Cristo en el centro, donde cada uno trae sus propios dones y limitaciones”, dijo.

“Esta conciencia, fundada en el hecho de que todos somos parte de la misma humanidad vulnerable asumida y santificada por Cristo, elimina las distinciones arbitrarias y abre la puerta a la participación de cada miembro bautizado en la vida de la Iglesia”.

El Papa Francisco agregó: “El encuentro y la fraternidad derriban los muros de la incomprensión y superan la discriminación; por eso confío en que toda comunidad cristiana se abra a la presencia de nuestros hermanos y hermanas con discapacidad, y se asegure de que siempre sean acogidos y plenamente incluidos”.

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