Recientemente, Fernando Casanova, el conocido predicador católico, y quien fuera hace años pastor pentecostal, publicó un mensaje afirmando que solo existen dos sacramentos: el bautismo y la eucaristía. Además, negó que el matrimonio sea un sacramento. Estas declaraciones no son poca cosa, pues son contrarias a la enseñanza dogmática de la Iglesia Católica. No se trata de un tema en el que se pueda simplemente opinar, y es inconcebible que un predicador católico tan experimentado como Fernando no sepa que se trata de dogmas que no pueden cambiar, pues fueron revelados por Dios. Casanova lo sabe y lo preocupante es que aun así haya decidido desafiar esta enseñanza central de la fe católica.
¿Será que la fuerte oposición que Fernando tiene hacia el Papa Francisco lo está llevando a apartarse de la Iglesia católica? Esperemos que no, pero es nuestro deber refutar sus falsas enseñanzas actuales para cuidar de los fieles que lo siguen.
Así que vamos a refutar estas ideas y demostrar que Jesús instituyó siete sacramentos y no dos como heréticamente afirma Fernando.
¿Qué es un sacramento?
Un sacramento es un signo visible de una gracia invisible, instituido por Cristo para nuestra santificación. Son vehículos de la gracia divina que nos ayudan en nuestro camino hacia Dios. El Concilio de Trento (1545-1563) definió claramente que existen siete sacramentos: bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, unción de los enfermos, orden sacerdotal y matrimonio. Esta enseñanza ha sido constante en la Iglesia desde tiempos apostólicos y no puede cambiar. Quien no acepte que Jesús instituyó siete sacramentos sencillamente se aparta de la fe católica.
Los Siete Sacramentos Instituidos por Cristo
- Bautismo
El bautismo es el primer sacramento y la puerta a todos los demás sacramentos. Jesús mismo fue bautizado por Juan en el río Jordán (San Mateo 3,13-17), y mandó a sus discípulos a bautizar a todas las naciones (San Mateo 28,19).
- Confirmación
La confirmación fortalece la gracia del bautismo y nos llena con el Espíritu Santo. En los Hechos de los Apóstoles, vemos cómo los apóstoles imponían las manos sobre los bautizados para que recibieran el Espíritu Santo (Hechos 8,14-17).
- Eucaristía
La eucaristía es el centro de la vida cristiana. En la Última Cena, Jesús instituyó este sacramento diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes" (San Lucas 22,19). San Pablo también habla de la importancia de la eucaristía en 1 Corintios 11,23-26.
- Penitencia
La penitencia, o confesión, es el sacramento de la reconciliación con Dios. Jesús dio a sus apóstoles el poder de perdonar los pecados: "Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados" (San Juan 20,22-23).
- Unción de los enfermos
Este sacramento ofrece consuelo y fortaleza a los enfermos. Santiago nos dice: "¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia y oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor" (Santiago 5,14-15).
- Orden sacerdotal
El orden sacerdotal es el sacramento que confiere la misión y autoridad de actuar en nombre de Cristo. En la Última Cena, Jesús instituyó el sacerdocio cuando dijo: "Hagan esto en memoria mía" (San Lucas 22,19). San Pablo también menciona el ministerio sacerdotal en 1 Timoteo 4,14 y 2 Timoteo 1,6.
- Matrimonio
El matrimonio es el sacramento que une a un hombre y una mujer en una alianza de amor y vida. Jesús elevó el matrimonio a la dignidad de sacramento cuando dijo: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (San Mateo 19,6). San Pablo también habla del matrimonio como un gran misterio, en referencia a Cristo y la Iglesia (Efesios 5,31-32).
Refutando las Afirmaciones de Casanova
1. Solo existen dos sacramentos: bautismo y eucaristía.
Esta afirmación es claramente contraria a la enseñanza constante de la Iglesia. Como hemos visto, la Sagrada Escritura y la Tradición apoyan la existencia de los siete sacramentos. El Concilio de Trento declaró anatema a quienes nieguen la existencia de estos siete sacramentos (DS 1601).
2. El matrimonio no es un sacramento.
El matrimonio es sin duda un sacramento. Jesús no solo habló del matrimonio en términos sagrados, sino que también realizó su primer milagro en una boda, en Caná (San Juan 2,1-11), mostrando así su aprobación y bendición sobre esta unión. Además, San Pablo claramente describe el matrimonio como un sacramento en Efesios 5,31-32.
Casanova, al negar la sacramentalidad del matrimonio, ignora tanto la enseñanza bíblica como la Tradición de la Iglesia. El matrimonio es un signo visible del amor de Cristo por su Iglesia, y por lo tanto, un medio de gracia para los esposos.
La Importancia de la Tradición y el Magisterio
Un punto crucial en esta discusión es la importancia de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. La Iglesia Católica no basa su doctrina solo en la Biblia, sino también en la Tradición Apostólica y el Magisterio. Como nos dice el Concilio Vaticano II en Dei Verbum: "La Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la Palabra de Dios" (DV 10).
El Magisterio, que es la enseñanza autoritativa de la Iglesia, interpreta de manera auténtica este depósito de la fe. Por lo tanto, la enseñanza de los siete sacramentos no es una invención humana, sino una verdad revelada por Cristo y custodiada por la Iglesia a través de los siglos. ¿Ya olvidó todo esto Fernando, quien por años lo defendió y explicó?
La Unidad de los Sacramentos
Los siete sacramentos están interconectados y forman una unidad, si quitas uno solo, desarmas todo el sentido de la transmisión de la gracia de Dios a su pueblo, la Iglesia. Cada uno de ellos cumple una función específica en la vida del cristiano y en la economía de la salvación, no podemos quitar sacramentos a nuestro antojo. El bautismo nos incorpora a la Iglesia; la confirmación nos fortalece con el Espíritu Santo; la eucaristía nos alimenta con el Cuerpo y la Sangre de Cristo; la penitencia nos reconcilia con Dios; la unción de los enfermos nos ofrece sanación; el orden sacerdotal confiere la misión apostólica, y el matrimonio santifica la unión conyugal.
Negar alguno de estos sacramentos es negar la plenitud de la gracia que Cristo quiso darnos a través de su Iglesia. Es importante recordar que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y que los sacramentos son los medios a través de los cuales recibimos la vida divina.
Conclusión
La enseñanza de la Iglesia sobre los siete sacramentos es clara y está profundamente enraizada en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio. Las afirmaciones de Fernando Casanova, al negar la existencia de cinco de los sacramentos y la sacramentalidad del matrimonio, son contrarias a esta enseñanza y, por lo tanto, heréticas.
Como fieles católicos, estamos llamados a defender la verdad de nuestra fe y a vivir plenamente los sacramentos que Cristo instituyó para nuestra salvación. Sigamos confiando en la sabiduría de la Iglesia y en la guía del Espíritu Santo para mantenernos firmes en la fe.
La riqueza de nuestra fe católica está en la verdad que Cristo nos reveló y que la Iglesia nos transmite fielmente. Oremos por Fernando, para que rectifique y no caiga en la tentación de alejarse de la Iglesia de Jesús.
Autor: Padre Ignacio Andrade.
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