Cómo es el corazón de María, la Virgen Inmaculada, en 4 hermosas frases.



¿Cómo es el corazón de una muchacha reconocida como inmaculada por el dogma católico? Un corazón que no se atribuye ningún mérito, que no siente autocomplacencia, que no tiene ojos para sí misma. Te compartimos estas cuatro hermosas frases sobre María y su corazón Inmaculado:

«¿Cómo es el corazón de María? Tras recibir el más alto de los cumplidos, se turba porque siente dirigido a ella lo que no se atribuía a sí misma. De hecho, María no se atribuye prerrogativas, no reclama nada, no atribuye nada a su mérito. No siente autocomplacencia, no se exalta. Porque en su humildad sabe que todo lo recibe de Dios. Por tanto, está libre de sí misma, completamente orientada a Dios y a los demás. María Inmaculada no tiene ojos para sí misma...»

'La Virgen del Pueblo'. Marc Chagall.

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"...Aquí está la verdadera humildad: no tener ojos para uno mismo, sino para Dios y para los demás. Recordemos que esta perfección de María, la llena de gracia, la declara el ángel dentro de las paredes de su casa: no en la plaza principal de Nazaret, sino allí, en el ocultamiento, en la mayor humildad. En esa casita de Nazaret palpitaba el corazón más grande que una criatura haya tenido jamás. Queridos hermanos y hermanas, ¡esta es una noticia extraordinaria para nosotros!"

Ana de Alvear
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«Porque nos dice que el Señor, para hacer maravillas, no necesita grandes medios ni nuestras sublimes habilidades, sino nuestra humildad, nuestra mirada abierta a Él y abierta también a los demás. Con ese anuncio, dentro de las pobre paredes de una pequeña casa, Dios cambió la historia. También hoy quiere hacer grandes cosas con nosotros en la vida de todos los días, es decir, en la familia, en el trabajo, en los ambientes cotidianos. Ahí, más que en los grandes acontecimientos de la historia, ama obrar la gracia de Dios...»

Isabel Guerra
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«...pero, ¿lo creemos? ¿O pensamos que la santidad es una utopía, algo para los profesionales, una ilusión piadosa incompatible con la vida ordinaria? Pidámosle a la Virgen una gracia: que nos libre de la idea engañosa de que una cosa es el Evangelio y otra la vida; que nos encienda de entusiasmo por el ideal de santidad, que no es una cuestión de estampitas, sino de vivir cada día lo que nos sucede con humildad y alegría, como la Virgen, libres de nosotros mismos, con la mirada puesta en Dios y en el prójimo que encontramos». –Papa Francisco–
'Coronación de la Virgen María'. Diego Velázquez.

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