Pastor condenado por intento de abuso sexual dijo que solo fue un "beso santo" y quiso convencer a los jueces con la biblia.



El religioso elaboró una teoría bíblica para evitar la condena. Fue hallado penalmente responsable y resta que se defina la pena en un juicio de cesura.

El pastor Juan Carlos Huircao de Catriel fue hallado culpable por el intento de abuso sexual que tuvo como víctima a una feligresa de la comunidad evangélica. El acusado dijo en el juicio que solo había sido un “beso santo” e intentó justificarse con teorías bíblicas. La investigación tuvo algunos obstáculos para llegar a esta instancia e incluso en la formulación de cargos un fiscal insistió en que no se había consumado el delito.

La teoría bíblica

En su defensa, Huircao echó mano a una ocurrente teoría bíblica para convencer al tribunal de juicio que no se trataba de un delito de índole sexual. Sostuvo que el contacto entre sus labios y la frente de la víctima no había tenido intenciones de ser en un beso en la boca sino más bien se trataba de un “beso santo”.

El ministro de culto, según la teoría de la fiscalía, aprovechó su posición y luego de prestarle dinero a la mujer intentó besarla en la boca. Ella se corrió y el beso fue en la frente. Por eso durante el juicio no hubo discusión sobre tiempo y lugar. Las partes acordaron que el hecho sucedió, pero con diferentes versiones.

El abogado Rafael Cuchenilli le dio un encuadre religioso al beso, pero las juezas Alejandra Berenguer, Florencia Caruso y el juez Guillermo Merlo no solo no creyeron, sino que hallaron penalmente responsable a Huircao por el delito de intento de abuso sexual simple, agravado por su condición de ministro de culto.

El hecho ocurrió el 30 de abril de 2021 en la Iglesia Evangélica Misionera, propiedad de Huircao. Luego de una misa, habían quedado en reunirse en una oficina del establecimiento. Ya habían pactado que el pastor le iba a hacer una entrega de un dinero en forma de préstamo. La mujer había comenzado a ir a la iglesia meses antes y atravesaba una compleja situación económica.

En esa oficina, Huircao abrazó a la víctima y luego de soltarla intentó darle un beso en la boca sin su consentimiento. La víctima agachó la cabeza y el beso fue en la frente. La tentativa también fue una discusión en el proceso.

Acusación «beneficiosa»

En la formulación de cargos que lideró el exfiscal Matías Stiep (renunció meses atrás), la jueza de Garantías Sonia Martín cuestionó el encuadre delictivo ya que entendía que no se trató de un delito en grado de tentativa, sino que se concretó.

No fue en la boca como aspiraba el religioso, pero fue porque la mujer logró agacharse. La acusación la llevó adelante el fiscal jefe Gustavo Herrera. El religioso tiene otra denuncia por un caso similar, de ofrecer dinero a cambio de «favores» sexuales.

Las partes tienen cinco días para presentar pruebas para que la Oficina Judicial fije el juicio de cesura donde se conocerá la pena. En el control de acusación el fiscal solicitó un tribunal colegiado lo que lleva a concluir que pedirá pena efectiva.

El delito consumado tiene una pena que va desde los tres a los diez años, sin embargo como se mantuvo la tentativa la escala se reduce a la mitad. Huircao llegará a la audiencia de cesura favorecido por su falta de antecedentes penales. Las chances de que pise un penal, a esta altura, son ínfimas.

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