La túnica de Jesucristo, ¿Vestimenta de lujo o atuendo sacerdotal?


LA TÚNICA DE JESUCRISTO, ¿POR QUÉ NO LA ROMPIERON LOS SOLDADOS ROMANOS?

GRUPOS SECTARIOS ASEGURAN QUE LAS ROPAS DE JESUCRISTO ERAN MUY
COSTOSAS, ASÍ JUSTIFICAN LA COMPRA HASTA DE JETS PRIVADOS
Por: Saulo de Tarso

Sobre la base del siguiente texto bíblico, muchos grupos sectarios como los testigos de Jehová y “cristianos evangélicos” que promueven el llamado “evangelio de la prosperidad”, encuentran justificación para vestir elegantemente de traje, como es el caso de los testigos, o bien para solicitar a sus feligreses “donativos” para la compra de un jet privado, como es el caso del pastor evangélico Creflo Dollar, entre otros, argumentando que las ropas de Jesucristo eran costosas, veamos:

“Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados” Juan 19,23-23.

Siempre que la Biblia menciona algo, es con un propósito. La pregunta es: El Apóstol San Juan al escribir en su Evangelio que la túnica de Jesús era de una sola pieza, inconsútil (sin costuras) y que los soldados romanos no la rompieron, ¿su intención era decirnos que las ropas de Jesús eran costosas? ¿O era otra la intención de San Juan?

La carta a los Hebreos, nos dice claramente que Jesucristo es el “sumo sacerdote” de la nueva alianza o Nuevo Testamento.

“Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado” Hebreos 4,14-15.

Jesucristo cumplió la ley del Antiguo Testamento a la perfección, y ¿qué dice la ley del Antiguo Testamento sobre las vestiduras del sumo sacerdote?

“El sumo sacerdote, superior a sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el óleo de la unción y que recibió la investidura para vestir los ornamentos, no llevará desgreñada su cabellera ni rasgará sus vestidos” Levítico 21,10.

La ley es clara, las vestiduras del sumo sacerdote no deberán ser rasgadas (rotas) pues son vestiduras sagradas.

De igual modo, San Juan menciona que a Jesucristo no le quebraron las piernas como a los ladrones que crucificaron con Él para cumplir con la ley y las profecías:

“Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas” Juan 19,32-33.

La ley estipulaba que al cordero Pascual no se le quebraría ningún hueso:

“Se ha de comer dentro de casa; no sacaréis fuera de casa nada de carne, ni le quebraréis ningún hueso” Éxodo 12,46.

Jesucristo era el cordero de Dios que quita los pecados del mundo, por eso no sufrió la ruptura de ningún hueso. Así que volviendo a las vestiduras del Señor, Él como sumo sacerdote no rasgaría sus vestidos.

Paradójicamente, el sumo sacerdote Caifás al condenar a muerte a Jesús, rasgó sus vestiduras en flagrante y descarada violación de la ley:

“Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.» El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte” Marcos 14,62-64.

¿Cuál era la pena por rasgar las vestiduras del sumo sacerdote? ¡LA MUERTE!

“Moisés dijo a Aarón y a sus hijos, Eleazar e Itamar: «No llevéis la cabeza desgreñada, ni rasguéis vuestros vestidos, para no morir, pues la ira de Yahveh recae sobre toda la comunidad. Vuestros hermanos, toda la casa de Israel, llorarán a los abrasados por el fuego de Yahveh” Levítico 10,6.

Todos estuvieron de acuerdo en que Jesucristo debía morir, y ahí el único que era merecedor de la muerte según la ley era Caifás. Se acusaba a Cristo de violar la ley y al que sí la había violado, Caifás, todos le dieron la razón.

Eso es lo que pasa cuando cada quien interpreta la Biblia para justificar sus deshonestos actos. La intención del Apóstol San Juan, no era mostrar que las ropas de Jesucristo eran costosas, sino que la ley de la Antigua Alianza se cumplió perfectamente en Jesús.

La interpretación que hacen los testigos de Jehová y los pastores evangélicos del falso evangelio de la prosperidad es una clara mentira. Ellos que aseguran seguir la Biblia y sólo la Biblia, buscan una interpretación fuera de la Biblia. Con cuánta razón diría San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles:

“Lo escribe también (Pablo) en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición” 2 de Pedro 3,16.



PAX ET BONUM

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