Mi hija me pregunta por qué es pecado el "poliamor", ¿qué le puedo responder?


Me gustaría comenzar recordándole a su hija que cada persona es creada a imagen y semejanza de Dios, y que su dignidad es inherente e inalienable. Cada persona es amada profundamente por Dios, quien las ha creado con un propósito y un plan únicos para sus vidas. Parte de este plan divino es el don del amor humano, que se encuentra en la base del matrimonio y de las relaciones amorosas auténticas.

La Iglesia Católica enseña que el amor humano es una respuesta al amor de Dios, quien nos llama a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El amor auténtico es un acto de la voluntad que busca el bien del otro, y se expresa en el respeto, la fidelidad, la generosidad y el compromiso. Este amor, que se vive plenamente en el matrimonio, es una participación en el amor de Dios por su pueblo, que es fiel y eterno.

En contraste con este amor auténtico, el poliamor es una forma de relación en la que una persona tiene relaciones sexuales y emocionales con varias personas al mismo tiempo. Esto implica la ruptura de la exclusividad y la fidelidad, y puede conducir a la deshonestidad, la infidelidad y el daño emocional. Además, el poliamor no está en línea con la visión cristiana del matrimonio y la familia, que se basa en la unión indisoluble de un hombre y una mujer en el amor y la fidelidad, y en la creación y educación de los hijos.

La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la sexualidad humana se basa en la Sagrada Escritura, la tradición y el magisterio. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que "el acto sexual debe tener lugar exclusivamente dentro del matrimonio. Fuera del matrimonio, el acto sexual tiene una significación moralmente negativa" (CCC 2353). Además, el poliamor es contrario a la dignidad humana y a la ley natural, que enseña que el acto sexual debe estar unido al amor, la exclusividad y la apertura a la vida.

La Biblia también nos enseña que Dios diseñó el matrimonio para ser una unión de un hombre y una mujer. En el libro del Génesis, leemos que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y los unió en una relación de amor y fidelidad: "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre, se une a su mujer y se hacen una sola carne" (Gn 2,24). Jesús reafirmó este diseño divino del matrimonio cuando enseñó que "el que creó al principio los hizo varón y hembra, y dijo: 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne' " (Mt 19,4-5).

En conclusión, el poliamor es contrario a la enseñanza de la Iglesia Católica sobre el amor humano, la sexualidad y el matrimonio. El amor auténtico se basa en la exclusividad, la fidelidad y el compromiso, y se expresa en el respeto y la generosidad. 

Además, el poliamor no puede ser justificado ni por la ley natural ni por la ley divina, que nos llama a vivir en la verdad y la honestidad, y a buscar siempre el bien del otro. En este sentido, la Iglesia Católica enseña que el poliamor es un pecado, ya que va en contra del plan de Dios para el amor humano y puede causar dolor y sufrimiento a todos los involucrados.

Como padres, es importante que enseñemos a nuestros hijos la verdad sobre el amor, la sexualidad y el matrimonio, y les ayudemos a entender por qué ciertas conductas son pecaminosas y dañinas. También debemos ser un modelo de amor auténtico y fidelidad en nuestro propio matrimonio, y rezar por nuestros hijos para que encuentren la verdad y el amor de Dios en sus propias vidas.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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