¿Por qué cambió la Iglesia el día de descanso al domingo si el Antiguo Testamento dice que es el sábado?


El cambio del día de descanso del sábado al domingo es un tema complejo que ha sido objeto de discusión en la Iglesia desde sus inicios. En primer lugar, debemos recordar que el sábado fue el día de descanso en la tradición judía, tal como se establece en el Antiguo Testamento: "El séptimo día es sábado, día de descanso, consagrado al Señor tu Dios" (Éxodo 20,8-11).

Sin embargo, en el Nuevo Testamento vemos que los primeros cristianos comenzaron a reunirse para celebrar la Resurrección de Cristo el primer día de la semana, es decir, el domingo: "El primer día de la semana, muy temprano, llegaron al sepulcro llevando los perfumes que habían preparado" (Lucas 24,1).

Es importante señalar que esta costumbre se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Por ejemplo, el libro de los Hechos de los Apóstoles (20,7) menciona que los cristianos se reunían el primer día de la semana, que era el domingo, para partir el pan. También el apóstol San Pablo en su carta a los Corintios (16,2) sugiere que se separe una ofrenda para la colecta del domingo. Estos textos indican que ya desde los primeros tiempos de la Iglesia se había comenzado a utilizar el domingo como día de culto y reunión para la comunidad cristiana.

Este cambio de día de descanso se puede entender desde diferentes perspectivas. Por un lado, el domingo adquirió un significado especial para los cristianos debido a que fue el día en que Jesús resucitó. Como afirma San Agustín, "el día del Señor es nuestro día, porque en él resucitó" (Sermón 232,2).

Por otro lado, la Iglesia considera que el domingo es el día del descanso porque en él se celebra la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, "El domingo es el día por excelencia de la asamblea litúrgica, en que los fieles se reúnen para escuchar la Palabra de Dios y participar en la Eucaristía" (n. 2177).

Además, la Iglesia reconoce que el domingo es un día para el descanso y la reflexión, en sintonía con el mandamiento bíblico de santificar el día de descanso. El Concilio Vaticano II afirma que "El domingo, por tanto, está destinado a ser para el cristiano un día de alegría y de descanso, que se distingue por su significado religioso y espiritual" (Sacrosanctum Concilium, n. 106).

En conclusión, la Iglesia cambió el día de descanso al domingo porque este día adquirió un significado especial para los cristianos debido a la Resurrección de Cristo y a que es el día en que se celebra la Eucaristía. Además, el domingo es un día para el descanso y la reflexión, en sintonía con el mandamiento bíblico de santificar el día de descanso. Como cristianos, debemos recordar siempre que "el sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado" (Marcos 2,27), y que lo importante no es tanto el día en sí, sino la actitud que tengamos hacia él y hacia el Señor que nos lo ha dado.

Autor: Pbro. Ignacio Andrade.

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