Orígenes de la Devoción y de la Celebración Litúrgica de la Divina Misericordia.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy les hablaré sobre el origen de la celebración del Domingo de la Divina Misericordia en la Iglesia Católica. Esta devoción, que tiene lugar el segundo domingo de Pascua (el domingo siguiente al domingo de Resurrección), fue establecida por San Juan Pablo II en el año 2000. Sin embargo, la devoción a la misericordia divina tiene raíces mucho más antiguas.

La devoción a la misericordia divina se remonta a Santa Faustina Kowalska, una monja polaca que vivió en el siglo XX. En 1931, Jesús se le apareció a Santa Faustina y le pidió que promoviera la devoción a su misericordia divina. Jesús le dio una serie de revelaciones que incluían una imagen de él mismo con rayos de luz que representan la sangre y el agua que brotaron de su costado en la cruz. También le dio una oración que se conoce como la Coronilla de la Divina Misericordia.

La devoción a la misericordia divina comenzó a difundirse por todo el mundo a través de los esfuerzos de Santa Faustina y sus seguidores. Sin embargo, algunos en la Iglesia eran escépticos sobre estas revelaciones y la devoción que promovían. Se llevó a cabo una investigación, y después de una cuidadosa evaluación, en 1978, el Cardenal Karol Wojtyla (futuro Papa Juan Pablo II) declaró que las revelaciones de Santa Faustina eran auténticas.

Después de ser elegido Papa en 1978, Juan Pablo II se convirtió en un gran defensor de la devoción a la misericordia divina. En 1980, declaró que el primer domingo después de Pascua se conocería como el Domingo de la Divina Misericordia. Él dijo que este día sería una oportunidad para que los fieles recordaran la misericordia inagotable de Dios y para que se acercaran a él con confianza y arrepentimiento.

Finalmente, en el año 2000, Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina y declaró que el Domingo de la Divina Misericordia sería una fiesta universal para toda la Iglesia. Desde entonces, esta devoción ha sido celebrada por católicos de todo el mundo como una oportunidad para reflexionar sobre la misericordia de Dios y para buscar su perdón y su amor.

En conclusión, el Domingo de la Divina Misericordia es una devoción que se originó a través de las revelaciones de Jesús a Santa Faustina Kowalska. Fue promovida por Juan Pablo II como una forma de recordar a los fieles la misericordia de Dios y de acercarse a él con confianza y arrepentimiento. Esta devoción es una oportunidad para todos nosotros para profundizar en nuestra fe y para buscar la gracia y la misericordia de Dios en nuestras vidas. Que Dios los bendiga a todos.

Autor: Padre Ignacio Andrade

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