Crisis de vocaciones en Italia: Los sacerdotes más ancianos de Milán se someten a análisis psicológicos para comprobar si pueden seguir confesando, ya que hay pocos sacerdotes jóvenes.


- El arzobispo, Mario Delpini, se muestra preocupado ante el significativo envejecimiento de su clero

- Un geriatra decide quiénes están en plenas condiciones para impartir los sacramentos de la Eucaristía o la Reconciliación

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Tal y como informa ‘Corriere della Serra’, que se hace eco de una investigación del mensual diocesano ‘Il Segno’, la Archidiócesis de Milán aborda en serio la situación de los sacerdotes mayores de 75 años. Y es que, de los 1.671 presbíteros que conforman la Iglesia milanesa, 538 han alcanzado ya la edad de jubilación. Entre ellos, 258 tienen más de ochenta, 58 son nonagenarios y dos han alcanzado el siglo de vida.

Consciente de la alta tasa de edad de su clero, el arzobispo, Mario Delpini ha decidido conocer la situación personal de cada uno de esos sacerdotes, pues muchos de ellos, aunque ya jubilados, continúan desempeñando distintas labores pastorales, educativas, culturales o sociales.

Apoyo desde una fundación

Consciente de que algunos de ellos pueden atravesar situaciones delicadas de salud, Delpini ha reforzado la labor de la fundación Opera de Ayuda Fraterna, creada ya en 1996 por el entonces arzobispo Carlo Maria Martini para acompañar a sus sacerdotes más veteranos. Así, en estos primeros meses del año, 43 sacerdotes han sido alojados en sus infraestructuras y otros 46 son asistidos en casa por cuidadores.

Además, se aborda otro punto que puede ser delicado, como su capacitación psicológica. Así, se detalla que, desde hace ya una década, Stefano Orfei, geriatra jubilado y diácono permanente, visita a los sacerdotes más veteranos para examinarles y comprobar si pueden padecer algún tipo de demencia senil.

Distintos test

Problema en absoluto baladí, pues pondría en cuestión si están en las adecuadas condiciones mentales para celebrar la misa y confesar. Con el fin de saberlo con certeza, se somete a estos presbíteros a distintos análisis (como una prueba de dibujo del reloj, donde marcan números y manecillas en un círculo blanco).

Teniendo en cuenta que las vocaciones han descendido de un modo considerable en los últimos años, la Archidiócesis de Milán mira con preocupación al futuro. Aunque, ni mucho menos, se está quedando de brazos cruzados.

Siendo esta una situación que se da en muchos ámbitos eclesiales a nivel mundial (España incluida), cabe preguntarse si la Iglesia lombarda marca o no un punto de inflexión a imitar. Sobre todo pensando en los fieles que se podrían comulgar o confesarse con un sacerdote ciertamente dañado en sus capacidades cognitivas, lo que podría poner en cuestión incluso la validez del mismo sacramento.

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