Los neo-protestantes no lo saben: El reformador Calvino defendió la virginidad perpetua de María: los «hermanos» de Jesús eran primos



Muchos protestantes tratan de disminuir al máximo la relevancia de María en la fe cristiana, pero los primeros teólogos protestantes, como Lutero y Calvino, sí admitían muchos de los rasgos importantes y especialísimos de la Virgen.

De las enseñanzas de Lutero sobre la Virgen, CariFilii ya recogió una importante selección aquí. Ahora, apoyándonos en un análisis de Dave Armstrong, es el momento de repasar las de Calvino.

Dave Armstrong es un veterano autor de apologética católica. Fue un joven misionero protestante en la universidad pero en 1991 entró en plena comunión con la Iglesia Católica, y desde 2001 se dedica a tiempo completo a la apologética y evangelización católica. Su web Biblical Evidence for Catholicism acumula miles de páginas de argumentaciones, debates y temas bíblicos y éticos.

Uno de los más leídos es el de «Las 15 principales creencias católicas de Juan Calvino«, el fundador del protestantismo calvinista en el siglo XVI, una tradición que hoy suma a unos 75 millones de fieles organizados en iglesias presbiterianas, congregacionales o reformadas.

Algunas enseñanzas católicas de Calvino

Muchos calvinistas actuales critican cosas que Calvino (1509-1564) aceptaba o incluso predicaba, cosas que la Iglesia Católica sigue predicando. Así, Calvino coincidía con el catolicismo en que hay conexión entre la salvación y la Eucaristía; que la anticoncepción es pecado; que la Iglesia de Roma, en la Antigüedad, se adhirió firmemente a la verdad; que Pedro tenía primacía sobre otros apóstoles; que la Comunión debe tomarse al menos semanalmente… y que la Virgen María siempre se mantuvo Virgen. Cuando alguien de tradición calvinista se hace católico y estudia los textos de Calvino, se asombra de que  en muchos textos y sermones defendiera posiciones católicas que los calvinistas posteriores olvidaron, o abandonaron sin tener buena razón para ello.

En el caso de la Virginidad perpetua de María, Dave Armstrong ha analizado algunos textos bien conocidos de Calvino a favor de esta enseñanza tradicional de la Iglesia universal, y ha llamado la atención sobre algunos más, menos conocidos, también en defensa de esta Virginidad. Los ha recogido en un reciente artículo (junio de 2022) en el National Catholic Register.

Primero, Armstrong recuerda la importancia de Calvino, al que considera «probablemente más influyente históricamente que el mismo Lutero».

Una polémica ya resuelta en el siglo IV

Después, señala algunos textos de Calvino bien conocidos a favor de la Virginidad perpetua de María. Algunos protestantes del siglo XVI ya dudaban de esa virginidad, citando a Helvidio, un autor cristiano del siglo IV que criticaba el celibato y argumentaba que si la Biblia habla de «los hermanos de Jesús» es que María tuvo más hijos.


Pero ya en su época San Jerónimo, que traducía del hebreo y vivía en Tierra Santa, le acusó de ignorante y le respondió que esos «hermanos» eran parientes y primos. Y en el s.XVI Calvino decía lo mismo.

“Helvidio desplegó una excesiva ignorancia al concluir que María debió tener muchos hijos porque se menciona a veces a los ‘hermanos’ de Jesús», escribe Calvino en su libro «Una Harmonía sobre los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas» (capítulo 13,55). También en su comentario sobre Juan (7,3) afirma: «Con la palabra ‘hermanos’, los hebreos incluyen a todos los primos y otras relaciones, de cualquier grado de afinidad».

Y en su Harmonía sobre Mateo (1,25), Calvino critica que Helvidio use la palabra «primogénito» aplicada a Jesús como signo de que hubo otros hijos de María. «No es una deducción justa ni bien fundamentada. Se llama a Jesús ‘primogénito’, pero sólo con el propósito de informarnos de que nació de una virgen. Ningún hombre mantendrá obstinadamente este argumento si no es por un extremo apego a discutir».

Los ‘hermanos’ son primos y María es Virgen

Armstrong ha buscado más textos de Calvino al respecto, porque ha comprobado que algunos protestantes consideran que es poca evidencia.

Así, en su ‘Harmonía’, cuando comenta Lucas 8,19 («y su madre y sus hermanos vinieron donde él»), Calvino señala que los otros dos evangelistas muestran que «la madre de Cristo y sus primos han llegado».

Cuando Calvino comenta Gálatas 1,19 («no vi otros apóstoles, excepto a Santiago, el hermano del Señor») se apresura a comentar que se trata de Santiago «el hijo de Alfeo» (y no es, pues, un hijo de José y María).

Además, Calvino llama a María, con frecuencia y de forma habitual, «la Virgen», «la Santa Virgen», «la Vierge Marie» en francés y «Beata Virgo» en latín. Lo hace a menudo en su libro más famoso e influyente, «Institutos de la Religión Cristiana». Y en su «Harmonía», 7 veces en su comentario de Mateo (1:18-19, 22-23; 2:16; 5:6), y habla de «la Virgen» o «la Santa Virgen» 25 veces en su comentario sobre Lucas (1:26, 28, 30-32, 34-36, 38-39, 46, 48-49; 2:34-35, 48).

Por último, Armstrong comenta el Sermón 22 de la «Harmonía de los Evangelios» (de 1562, en el Tomo 46 del Corpus Reformatorum, dos años antes de morir Calvino con 54 años), en el que Calvino analiza en francés Mateo 1,22-25. No sólo habla de la virginidad de María, sino de la decisión de José de no mantener relaciones sexuales.

«Ciertamente, se dice que [José] no conoció a la Virgen hasta que ella dio a luz al hijo primogénito de ella. Con esto, el evangelista quiere señalar que José no llevó a su esposa a vivir con él, sino por obediencia a Dios y para cumplir su deber hacia Él. No era, pues, amor carnal. Pero hay algunos locos que quieren deducir de este pasaje que la Virgen María tuvo más hijos además del Hijo de Dios, después de que José viviera con ella», escribe Calvino. Y añade: «No le preocupó [a José] quedar privado de mujer. Podría haberse casado con otra, pero no pudo despedir a la mujer con la que se había prometido. Prefirió renunciar a sus valiosos derechos y abstenerse de matrimonio (aunque estaba casado)».

Es decir, Calvino predicaba claramente que María se mantuvo siempre Virgen y no tuvo relaciones sexuales con José, también porque él así lo tenía decidido.

Desde la visión católica, nadie pretenderá acudir a Calvino como experto en mariología, pero no hay duda de que el primer protestantismo en el s.XVI, aferrado a los textos bíblicos, aceptaba muchísimas cosas que hoy predica la Iglesia Católica, especialmente sobre María, mientras que con el paso de los años muchos grupos protestantes fueron añadiendo sus propias «doctrinas de hombres» y opiniones que la Tradición cristiana y los grandes teólogos del s.XVI veían claramente que no tenían base doctrinal ni escriturística.

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