No es broma, Irlanda busca meter a la cárcel a quienes oren frente a clínicas de aborto.


Sí, no es fake: el establishment político irlandés, liderado por su gobierno, entrado en pánico por la ola provida suscitada a raíz de la caída de Roe vs. Wade, busca ahora establecer zonas “anti-oración” en todo el país, espacios donde esté excluida la posibilidad de cualquier tipo de oración. Si cualquier persona se atreve en esas áreas a rezar contra el aborto o a animar a las mujeres a dar a luz a su bebé en lugar de matarlo, podría terminar en una cárcel.

En esto, el establecimiento irlandés no tiene la siniestra honra de ser pionero, sino que camina tras las huellas del gobierno español, que ha conseguido en este año la aprobación de una ley que penaliza con cárcel a quien en cercanías de abortorios ofrezca información provida y rece.

Intentos de ambientar este tipo de legislación en Irlanda no han sido pocos. En el 2020 el actual ministro de educación Simon Harris dijo que a mujeres que iban a hospitales por abortos espontáneos se les estaba preguntando “¿Vas a asesinar a tu hijo?”. Al final, esos alegatos entraron en el silencio cuando se descubrió que todo estaba relacionado con una cuenta falsa de Twitter.

Pero el asunto del uso religioso del espacio público está trascendiendo el tema del aborto. Los partidos Sinn Fein y Laborista, afirmaron que un Rosario de los Hombres en Limerick había sido diseñado para interrumpir una manifestación pro aborto. Esta reclamación también cayó en el olvido cuando medios como Catholic Arena demostraron que esto no era así y que más bien los afectados fueron los católicos.

Algunos como el editorialista de Catholic Arena, aseguran que la medida que ahora quiere implementar el gobierno busca desviar la atención hacia los católicos, por los fracasos de su gestión en diversos frentes, incluyendo el económico.

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