¿Es compatible la "ley de la atracción" con la fe católica?


Antes de entrar en detalles, me gustaría recordarte que mi objetivo principal es brindar orientación basada en la enseñanza de la Iglesia y, aunque puedo ofrecer algunas reflexiones personales, siempre es importante acudir a fuentes autorizadas como la Biblia, el Catecismo o la patrística para una comprensión más completa.

La "ley de la atracción" es un concepto popularizado en los últimos años que sostiene que nuestros pensamientos y emociones tienen el poder de atraer experiencias positivas o negativas a nuestras vidas. Según esta idea, si pensamos positivamente y nos enfocamos en nuestros deseos, el universo conspirará para hacerlos realidad. Si bien puede ser tentador encontrar paralelismos entre esta idea y la fe católica, debemos afirmar tajantemente y sin ambigüedades que "la ley de la atracción" y la fe católica son incompatibles  .

La fe católica nos enseña que Dios es el creador del universo y tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros. Creemos en su providencia divina y en su amor incondicional hacia nosotros. Sin embargo, no podemos reducir esta creencia a una simple "ley de la atracción". La fe católica nos invita a confiar en la voluntad de Dios y a buscar su plan para nuestras vidas, en lugar de centrarnos únicamente en nuestros deseos personales.

La Biblia nos ofrece numerosas enseñanzas sobre este tema. En el libro del Eclesiastés, por ejemplo, se nos recuerda que "hay un tiempo determinado para todo" (Eclesiastés 3,1). Esto implica que no siempre obtendremos lo que deseamos, ya que hay momentos en los que Dios tiene otros planes para nosotros. Además, Jesús mismo nos enseñó a orar diciendo: "Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo" (Mateo 6,10). Esta oración nos invita a aceptar y buscar la voluntad de Dios por encima de nuestras propias aspiraciones.

El Catecismo de la Iglesia Católica también nos brinda orientación sobre este tema. En el párrafo 2822, se nos enseña que "nuestra oración debe ser conformada con la oración de Jesús. Él nos enseña a pedir al Padre que su voluntad sea hecha". Esto significa que nuestra oración debe estar en consonancia con la voluntad de Dios y no simplemente enfocada en nuestros deseos personales.

Además, la patrística, es decir, los escritos de los primeros padres de la Iglesia, también pueden aportar una perspectiva valiosa. San Agustín, por ejemplo, nos recuerda que "Dios no siempre concede lo que deseamos, pero siempre concede lo que necesitamos". Esta afirmación nos invita a confiar en la sabiduría y el amor de Dios, incluso cuando nuestras expectativas y deseos no se cumplen.

En resumen, aunque la "ley de la atracción" puede parecer atractiva desde un punto de vista superficial, debemos ser cautelosos pues no es compatible con la fe católica. La fe católica nos invita a confiar en la voluntad de Dios y a buscar su plan para nuestras vidas, en lugar de centrarnos únicamente en nuestros deseos personales. La Biblia, el Catecismo y la patrística nos ofrecen enseñanzas claras sobre la importancia de someter nuestros deseos a la voluntad de Dios y confiar en su amor y providencia.

Recuerda que, como sacerdote, mi objetivo es brindar orientación y ayudar en la medida de mis capacidades. Si tienes más preguntas o inquietudes, no dudes en hacerlas. Estoy aquí para escucharte y acompañarte en tu camino de fe.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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