¿Por qué hoy es el único viernes de cuaresma en el que se puede comer carne?


Hoy, cuarto viernes de Cuaresma, la abstención de la carne puede quedar a un lado. ¿El motivo? La Iglesia católica celebra hoy la Anunciación del Ángel a María de la Encarnación del Señor.

Se trata, sin lugar a dudas, de una de las fechas marcadas en rojo dentro del calendario litúrgico. Una fecha que la Iglesia entera celebra como el anuncio de la llegada de Cristo, Nuestro Salvador y Redentor.

Esta excepción en la Cuaresma tiene su base en el canon 1251 del Código de Derecho Canónico; en particular en el capítulo II que refiere a los actos a acometer durante los días de penitencia: «Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo».

El origen de la abstinencia proviene del latín abstinentia. Busca, para todo católico, animar al sacrificio personal –en espíritu, alma y cuerpo– para la reparación de los pecados y para el bien de todo el Pueblo de Dios.

¿Por qué ayunamos de la carne?

Hace no mucho tiempo la carne era un producto escaso y costoso para muchas personas. Se consideraba, como muy bien señalan el padre Donato Jiménez para ACI Prensa, de un plato «suculento». Es por esta razón que se trata de «una forma de ayunar y una forma de austeridad el no comer carne». Si bien ahora que los productos cárnicos son muy accesible en las comunidades más desarrolladas, lo cierto es que sigue siendo el símbolo predilecto para el cuidado de este precepto que conmemora cómo la carne de Cristo, del Cordero Inmolado, abandonó el mundo para «vaciar el infierno» y «salvar a las almas».

En cualquier caso, Jiménez tiene claro que la abstinencia no solamente tiene que ir de la mano con el hecho de privarnos de la carne «sino de otros manjares exquisitos» como pueden ser los dulces, el picar entre horas o aquellos platos por los que sintamos predilección.

El magisterio de la Iglesia ha sido prolífico en esta materia. Siendo los papas más recientes (Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco) quienes más han hablado de la importancia de la renuncia como un bien espiritual.

Sin ir más lejos, el Santo Padre señalaba hace dos años la importancia del ayuno como vía de pobreza y privación, para poder crecer en el amor al prójimo.

¿Qué significa la Cuaresma?

La Cuaresma, tal y como indican en la página web de la Conferencia Episcopal, invita a una renovación espiritual. Es un tiempo de escucha de la Palabra de Dios, de preparación y de memoria del bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos. Esta renovación se hace visible en la oración, como camino para volvernos a Dios; en la limosna, de tiempo y de dinero, como camino para volvernos al prójimo; en el ayuno para liberarnos de nosotros mismos y podernos entregar a Dios y a los demás.

La Cuaresma se hace visible también, de manera especial, en la celebración de la Iglesia. Los ornamentos son de color morado, se suprime el Gloria y el Aleluya y el templo aparece más sobrio.

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