¿ Es cierto que la iglesia católica cayó en una apostasía?


¿ES CIERTO QUE LA IGLESIA CATÓLICA CAYÓ EN UNA APOSTASÍA?
Por Padre Daniel Gagnon, omi 

"El cristianismo del año 440 representaba un tremendo contraste al del año 100.... Los bautistas, como sus precursores
anabautistas creen que en este período se realizó una gran apostasía de la fe verdadera. Esta "caída de la iglesia" coincidió
con "la estatización" del cristianismo por Constantino y los comienzos de la Iglesia Católica Romana. Muchas son las teorías acerca de cuando y cómo fue tal caída" (Historia de los Bautistas Tomo I. Justo Anderson. Casa Bautista de Publicaciones, Texas, 1978, 1993, pp 124-125).

Muchas religiones dicen que la Iglesia católica es el resultado de una apostasía total (error completo) por la fusión del
paganismo romano con ella. Lo interesante es que estas iglesias afirman poseer la verdad y que nunca habría una apostasía
entre ellas (si Dios puede prevenir un apostasía entre estas iglesias hoy día ¿Por qué no pudo prevenirla en la Iglesia Primitiva?). Para apoyar esta afirmación, generalmente citan lo siguiente:[1]

Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos (Mt 24,10-11).

Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones... (2 P 2, 1-2).

Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos (Hch 20, 29- 30).

El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe... (1 Ti, 1).

¿Cual es la verdad?

La Biblia nos advierte que vendrían falsos profetas, pero vemos que la palabra de Dios nunca dice que habría una apostasía universal y completa. En Mt 24, 10-11 se dice que "engañarán a muchos" pero no a todos. Igual 2 Pedro. Además en la carta de Pedro leemos que aún en el peor momento de apostasía, en el tiempo de Lot (vv. 4-6), siempre hubo personas
santas, y que Dios supo protegerlas del error: y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados... sabe el Señor librar de tentación a los piadosos (vv. 7 y 9). Tampoco Hch 20 dice todos, sino algunos "de vosotros". Y finalmente, 1 Ti dice "algunos apostatarán".

Otros hermanos añaden 2 Ts 2, 3, y Ap 13, 4 y 6-9. Pero ambos hablan de la apostasía del fin del mundo como signo y anticipación de la segunda venida de Cristo y no de los primeros años de la Iglesia Primitiva. Ver el contexto de 2 Ts (vv. 1, 7-9 y 2, 1-2), el mensaje del Apocalipsis es también sobre el fin. Además se trata de los santos héroes y mártires de la fe, no
de los malos (Ap 13, 7). Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, dice Pedro (2 P 2, 9).

Hablando Jesús de la Iglesia que Él edificaría, dijo que las puertas del Hades no prevalecerían contra ella (Mt 16, 18). Y en Mt 28, 20 leemos: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Él nos promete estar con nosotros siempre. Jesús no dijo "estaré con ustedes todos los días hasta el fin si se portan bien, pero si no, les dejo." Recuerda que la Iglesia es su esposa (Ap 22, 17). ¿Qué tipo de marido es el que abandona a su esposa porque ella no es perfecta? Los Apóstoles no iban a vivir en esta tierra eternamente, es obvio que se refería también a los sucesores de ellos con quienes
estaría Él.

Isaías profetizó de Jesús, de su reino y que comenzaría como el Mesías a establecer: Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrían límite, sobre el
trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre (Is 9, 6-7). Su reinado quedará bien establecido dice Dios Habla Hoy: Jesús dijo que el fruto de sus discípulos permaneciera (Jn 15, 16), algo que no sería cierto si hubo una apostasía universal.

Digamos que la Iglesia, sí, cayó en apostasía. Jesús hubiera sabido esto. ¿Por qué entonces dar el mandato a los Apóstoles: Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt 28, 19), si él sabía que pronto su Iglesia caería en error? Sería imposible evangelizar a todo el mundo en tal caso.

Además, Jesucristo prometió enviar el Espíritu Santo a su Iglesia para guiarla y así mantenerla en el camino de la verdad: Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre (Jn 14, 16).

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn 14, 26).

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad... (Jn 16, 13).

¿Cómo podemos comprender a Jesús, a Pablo y a Pedro cuando hablan de los falsos profetas que vendrían? No negamos que hubo error entre algunos hombres que dicen ser cristianos. Siempre ha habido herejías y personas que han intentado cambiar las doctrinas recibidas de los Apóstoles. De hecho, los hombres que fundaron las diferentes sectas han hecho esto. Pero no quiere decir que TODA la Iglesia esté en error. Como la parábola del Reino en Mt 13, 24-30 en que el trigo y la cizaña crecen juntos, siempre ha habido también buenos y malos en el "campo" de la Iglesia. Pero, como enseña Jesús en la parábola, no nos toca a nosotros arrancar la cizaña. Jesús lo hará por medio de los ángeles al fin del mundo (v. 41). Porque nosotros podemos equivocarnos (v. 29). El problema de los hermanos es que se han hecho de sí mismos jueces de lo bueno y de lo malo y se apartaron (arrancándose) del "campo" de la Iglesia en vez de trabajar dentro de ella para mejorarla. Otros textos que apoyan que habrá pecadores en la Iglesia de Cristo son: Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú
y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.... Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia (Mt 18, 15-17).

En una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles (2 Ti 2, 20).

¿Cómo fue preservada la integridad de la Iglesia a través de los siglos? Por lo que se conoce como SUCESIÓN APOSTÓLICA. En Hch 1, 6 leemos que los Apóstoles confiaron la autoridad apostólica a Matías. El tomó el puesto de
Judas como Obispo.

Jesús confirió su autoridad a sus Apóstoles diciendo: De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo (Mt 18, 18). En Jn 20, 23 les dio el poder de perdonar los pecados[2] (Ver capítulo 22), y en 21, 15-17 se lee que él hizo de Pedro Pastor principal para sus ovejas. Le dio las llaves del Reino de los Cielos: Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos... (Mt 16, 19). Pablo dijo a Timoteo: Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros (2 Ti
2, 2). ¿No cumplió esta carga Timoteo de enseñar lo que el aprendió? ¿No había hombres fieles para mantener la enseñanza
de los Apóstoles? Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos (2 P 2, 9).

Al comenzar, la Iglesia Primitiva confirió a los Sucesores de los Apóstoles el poder recibido por Jesús. Pablo dijo a Timoteo: No descuides el don que hay en tí, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del
presbiterio (1 Ti 4, 14). Es decir que Timoteo había recibido algo especial: un "don", un llamamiento de Dios a ser presbítero, y esto no se le había sido concedido por casualidad; por lo tanto Pablo le aconseja: No impongas con ligereza las manos a ninguno (1 Ti 5, 22).

Existe mucha evidencia sobre la Sucesión Apostólica. Los primeros miembros de la Iglesia, los llamados "Padres Apostólicos", quienes conocieron personalmente a los Apóstoles y fueron sus discípulos, enseñaron doctrinas
definitivamente católicas.

"LOS PADRES DE LA IGLESIA. ¿Quiénes son estos hombres, a las cuáles se les conoce así, en el estudio de la Historia de la Iglesia? Este nombre se les da a los más distinguidos escritores eclesiásticos de los primeros siglos de nuestra era. O sea que vivieron del año 100 al 750 d.C:. La importancia de éstos hombres radica en que para el Evangélico, éstos son sólo un testimonio histórico de lo que creían los cristianos".[3]

Ejemplos de Padres Apostólicos

a) Ignacio de Antioquía. Discípulo del Apóstol Juan. Fue convertido por Juan, enseñado y ordenado sacerdote por él. Así lo afirma el libro evangélico El Amor Diario (p. 35). En el año 110 d.C. en su Carta a los Esmirniotas, Ignacio habla de la autoridad que recibieron los obispos de los Apóstoles.

Hablando de los herejes que no creen en la enseñanza católica sobre el cuerpo de Cristo, Ignacio les exhorta: "Apártense también de la Eucaristía y de la oración, porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados, la misma que, por su bondad, resucitó el Padre (Epístola a los Esmirniotas, 7:1). Ignacio fue el primer autor cristiano en mencionar la palabra CATÓLICA para decir que la Iglesia es universal en todo lugar y en todo tiempo desde Cristo. Por la manera en que él utiliza la palabra católica se puede inferir que ésta era una
expresión común en el mundo cristiano.

b) Clemente de Roma: Discípulo de Pedro, cuarto Obispo de Roma, y Papa (es probable que sea el Clemente mencionado en Fil 4, 3). En su Epístola a los Corintios 96-98 d.C., Clemente habla de confesarse a un sacerdote y afirma que los
Apóstoles escogieron sucesores para prevenir la apostasía, y que ellos establecieron la regla de que cuando los obispos murieran escogerían otros para reemplazarles en su ministerio sagrado. Es interesante notar la importancia del obispo de Roma. En el año 88 d.C., Clemente, mostrando su autoridad sobre otras iglesias fuera de Roma, intervino en los problemas de la Iglesia de Corinto cuando aún vivía el Apóstol Juan quien hubiera intervenido.

En cuanto a la regla de sucesión apostólica leemos en su carta:

"Nuestros Apóstoles tuvieron conocimiento, por inspiración
de nuestro Señor Jesucristo, que habría contienda sobre este nombre y dignidad del episcopado. Por esta causa, pues, como tuvieran perfecto conocimiento de lo por venir, establecieron a los susodichos y juntamente impusieron para adelante la
norma de que, muriendo éstos (los obispos), otros que fueran varones aprobados les sucedieran en el ministerio" (Primera Carta XLIV).

c) Policarpo de Esmirna: Discípulo de Juan. Hablando de Jesucristo, Policarpo dice: "Sirvámosle, pues, con temor y con toda reverencia, como Él mismo nos lo mandó, y también los Apóstoles que nos predicaron el Evangelio" (#3).

"Policarpo diácono probado entre los de su tiempo, al modo que lo fue Esteban entre los del tiempo de los Apóstoles... conforme a como a él le instruyera el Señor, tuviera también en la Iglesia el discurso de instrucción catequética. concediendo, pues, Cristo ante todo, la regla eclesiástica católica de la recta enseñanza..." (Apéndice a San Policarpo, XII).

Estos hombres aprendieron tales doctrinas de los apóstoles y no las inventaron por su cuenta. Si estos Padres Apostólicos enseñaban doctrinas heréticas, ¿Por qué estaban dispuestos a morir por defenderlas si éstas eran mentiras? ¿Tu morirías por algo falso? Ellos recibieron la verdad de los Apóstoles y la guardaron hasta dar su vida por su creencia.

d) Epístola de Bernabé (130 d.C.): En esta carta podemos encontrar que los cristianos celebraban el culto al domingo (no como dicen los adventistas y otros "del séptimo día"), y que las obras forman parte integral de la salvación (no como dicen los evangélicos).

e) Didajé (o Didaché) La Enseñanza de los Doce Apóstoles (año 90-100 d.C.): En esta obra podemos ver que los cristianos bautizaban por inmersión y por rociar agua encima de la cabeza.[4]

Tenemos dos opciones: o la apostasía sucedió o no sucedió.

Si no sucedió, entonces la Iglesia sobrevivió intacta a través de la historia. Pero si decimos que la Iglesia sí cayó en apostasía, entonces tenemos que concluir algo absurdo: QUE JESÚS FUNDÓ UNA IGLESIA APÓSTATA. ¿Por qué
concluir esto? Porque como acabamos de ver la Iglesia del primer y segundo siglos, es la misma Iglesia del NT y si la Iglesia Primitiva era apóstata lo era desde el principio, desde los Apóstoles. Si los Padres de la Iglesia Primitiva enseñaban herejías quiere decir que sus maestros, los Apóstoles de Jesús, les enseñaron mal. Sería concluir también que Jesucristo no
fue realmente el "Maestro Mayor" porque no pudo prevenir una apostasía entre sus alumnos. No sería el Dios-Todopoderoso. ¿Qué tipo de maestro es éste que no puede asegurar que su enseñanza sea entendida?

Además, si hubiese habido una apostasía completa, tendríamos un gran problema histórico: EL SILENCIO. No existe evidencia ninguna de que ésta sucedió. Al contrario, toda la evidencia histórica y bíblica apoya que la Iglesia católica sigue las enseñanzas de los Apóstoles.

La decisión acerca de cuáles libros serían aceptados en el canon fue tomado en el Concilio de Laodicea en el año 363 d.C. (confirmado sucesivamente en los Concilios de Hipona y Cartago y apoyado por el Papa). Es decir, que si la Iglesia cayó en apostasía "pronto después de los Apóstoles" llegamos a otra conclusión absurda: que no se puede confiar en la Biblia porque la lista de sus libros (el canon) fue confirmada y preservada a través de los siglos por una iglesia apóstata. ¡Poner en duda la Iglesia es poner en duda la Biblia!

Es antibíblico sugerir que en algún momento en el tercer o cuarto siglo (los que se oponen a la Iglesia son muy vagos en cuanto a fechas) Cristo, el Esposo, divorció a su Iglesia-esposa por "infidelidad" (aun que les había prometido protegerles éste), vivió como solterón por 1200 años y luego ¡se casó con las 28,000 denominaciones! Es absurdo pensar que en Mt 18,17 Jesús haya pedido a sus seguidores que llevaran a los hermanos pecadores a la Iglesia ¡si esta Iglesia iba a ser apóstata también!

La posición de algunos hermanos, de que hubo una apostasía, está basada solamente en las palabras de sus fundadores. Pero la Biblia dice otra cosa: A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades [siglos] (Ef 3,21). Ciertos bautistas utilizan este texto para mostrar a los mormones que la Iglesia debe permanecer a través de los siglos.

Los primeros cristianos fueron muy cuidadosos en proteger la verdad que habían recibido de los Apóstoles : Amados, por la
gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Jud 3).

"Los anabautistas querían volver al Nuevo Testamento. Su objetivo no era reformar la iglesia existente, sino restaurar la iglesia apostólica. Según ellos, la iglesia verdadera había desaparecido y había que recuperarla. Esta tendencia histórica estaba acompañada de una actitud anti intelectual" (Latinoamérica en llamas, Pablo A. Deiros y Carlos Mraida, dos teólogos e historiadores bautistas, Edit Caribe, 1994, p. 37. Énfasis mío). En la p.25 ellos citan a los Padres Apostólicos.

Siempre deberíamos recordar las palabras de Jesús: No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mt 7, 21). Esta voluntad divina está en la Biblia y cuál Iglesia la cumple más (Podemos ver que no son exclusivamente los milagros y las profecías los que prueban la verdad Mt 7, 22-23).


1 En adición a esto, algunos enseñan que la Iglesia católica fue fundada por el emperador romano Constantino, pero no concuerda con los datos históricos. Constantino sólo concedió libertad a la Iglesia católica, más no la fundó. Es absurdo que una iglesia que experimentó tres siglos de persecución por no querer someterse al estado romano en asuntos religiosos (aceptar el paganismo) de repente hubiera "caído" en una apostasía con el imperio.

2 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos (20, 23).

3 Historia de la Iglesia de Cristo por el Pastor Evangélico de la Iglesia de Dios, José Luis Montecillos Ch. México, 1992. En el capítulo
nuevo (p. 47), "La Iglesia: En los Trabajos de los Padres Apostólicos".

Desafortunadamente el reverendo Montecillos o no ha leído las obras de los Padres Apostólicos (sería culpable por ignorancia), o es un
mentiroso (espero que sea la primera razón) porque él continúa la cita de arriba diciendo: "Probando así que la fe evangélica es la continuación de lo que ellos (Padres Apostólicos) lucharon defendiendo, la verdadera fe apostólica. En contraste con los Católicos Romanos" (p. 47).

Cualquier persona puede adquirir las obras de los Padres Apostólicos para averiguar que lo que dice el Sr. Montecillos es incorrecto. Los Padres no apoyan la creencia de los evangélicos.

También vale notar que, aunque los escritos de los Padres Apostólicos van hasta 750, hemos tratado de quedarnos dentro del primer siglo
después de la muerte de Jesús para dar el beneficio de la duda a unos (pocos) hermanos evangélicos que no aceptarían como confiables obras posteriores, ¡mucho menos hasta el año 750 como el reverendo Montecillos! Si citáramos a todos los Padres Apostólicos hasta esta fecha la evidencia en favor de la Iglesia católica sería absolutamente abrumadora.

4 Una manera de ser deshonesto es contar una mentira. Otra manera es no decir todo lo que hay de una verdad. El Rvdo. Montecillos, citado en nota tres, menciona que el Didajé habla "de las ordenanzas del bautismo" (p. 49), y sí es cierto, pero no menciona que lo que dice es rociar a los niños. ¿No será porque a él no le conviene?

Fuente, libro, No todo el que me dice: Señor, Señor

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1 comentario:

  1. Estimados, humildemente creo que no se ha comprendido el señalamiento hecho al catolicismo romano por parte de las comunidades de fe nacidas de la reforma. Desde luego, no todas las impugnaciones son digna de consideración y análisis. Pero las sustanciales, han quedado sin enunciar y tratar. Aunque no sea un destacado representante del pensamiento reformista para exponer en pocas palabras los cuestionamientos históricos, puedo indicar lo que muchos creyentes hemos entendido, aunque en forma elemental. Invito a quienes tengan interés en estos asuntos a indagar profundamente, en oración. En primer término, hay una noción eclesiológica en conflicto: el concepto mismo de iglesia, el de "iglesia verdadera". El catolicismo romano insiste en una noción jurídica-sociológica de iglesia en contraste a una noción espiritual defendida por la reforma. En nuestro entendimiento, la iglesia es el Pueblo de Dios redimido por la sangre de Jesucristo, que por gracia ha recibido la salvación mediante la fe. No cualquier fe, sino la que obra en el amor. Es decir, aquella fe que nos sumerge a la vida guiada por el Espíritu de Dios (pues dice el Apóstol Pablo que aquellos que son guiados por el Espíritu, son los hijos de Dios). En otros términos, la marca o señal que nos identifica como parte de la Iglesia no es un certificado de bautismo, ni un sentido de pertenencia a esta o aquella institución eclesial, sino un corazón rendido al
    Señor en amor. Sin cumplimiento de esta condición, ningún certificado, rito o práctica puede hacernos partes del Cuerpo de Cristo. Los fariseos (y en la actualidad el pueblo de Israel) tenían un sentido de pertenencia fundado en un criterio puramente biológico y legal (lo que hoy hace que muchos se consideren judíos, aunque no crean en Dios o tengan nociones y prácticas muy distantes a la bíblicas). Sin embargo, Jesús pulverizó este sentido "naturalizado" de pertenencia, diciéndoles que podían ser descendientes pero no hijos de Abraham, pues si fueran hijos de Abraham creerían en Él... En otras palabras, Jesús señala que la única genética relevante para Dios es la espiritual, la de una fe genuina (sin fe, es imposible agradar a Dios), lo cual trasladado al nuevo pacto podría traducirse en que nadie es parte de la Iglesia si no ha nacido de nuevo, si no tiene la genética del Padre Eterno. Esta novedad de vida tiene signos característicos que van adquiriendo mayor fuerza y carácter en la medida que el creyente madura, o dicho de otro modo: en la medida que vamos haciendo de la adoración, de nuestra consagración, un estilo de vida. De esta guisa concluimos que la iglesia verdadera no se identifica con una institución eclesial. Es el Pueblo de los adoradores en Espíritu y Verdad, es el Pueblo de los hijos, es el Pueblo de los que aman, de los que permanecen en Él y guardan su Palabra. Sin duda, muchos católicos pueden ser parte de la Iglesia, como muchos evangélicos, protestantes, ortodoxos, etc. Pero muchos no. Ahora bien, las instituciones eclesiales (en el sentido sociológico) cumplen una importante función no sólo por la función evangelística, sino por su aplicación en el proceso de crecimiento espiritual. Pero, hacia dónde llevamos al creyente? Cuál es la meta por alcanzar? Qué concepto de vida espiritual, de sí mismo, de Dios y cosmovisión se estimula y promueve? Acompañan al creyente en el Conocimiento que les hace verdaderamente libre? En las respuesta a estos cuestionamientos, en la praxis espiritual católica radican muchas otras objeciones, generalmente basadas en un significativo apartamiento del catolicismo romano de la visión apostólica plasmada en la biblia. En otra ocasión tal vez pueda referirme a ello...

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