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Era Musulmana y luego Atea, pero Jesús la trajo a Su Iglesia Católica «He encontrado a mi mejor amigo y a mi amante más hermoso».


Belkız, una mujer nacida en una familia musulmana en Turquía hace 61 años, ha recorrido un camino espiritual que la ha llevado del Islam al ateísmo, y finalmente al catolicismo. Su historia es un testimonio de transformación y fe que desafía las barreras religiosas y culturales, destacando cómo una búsqueda incansable de la verdad puede cambiar radicalmente la vida de una persona.

Crecida como la primera hija en una familia musulmana, Belkız pasó su infancia asistiendo a la mezquita y leyendo el Corán en árabe, aunque admite que no comprendía su contenido. Sin embargo, su relación con la fe comenzó a cambiar en su adolescencia. A los 15 años, después de leer libros sobre filosofía materialista, decidió dejar de lado la religión y se convirtió en atea.

Su pasión por la lectura y el aprendizaje la llevó a convertirse en profesora de literatura tras graduarse de la universidad. A los 28 años, un encuentro fortuito con el libro "Esto es la religión" de Turan Dursun, un ex musulmán chiita convertido en ateo, comenzó a abrir una nueva puerta en su vida. Este libro, que critica de manera incisiva los textos religiosos, incluyendo el Corán, hizo que Belkız se cuestionara profundamente sus creencias anteriores. Esto la llevó a leer el Corán en turco y posteriormente a explorar la Biblia.

Su interés por el cristianismo se intensificó cuando fue invitada a ver una película sobre la vida de Jesús en una iglesia protestante. Fue en este momento cuando su visión de Dios se transformó. Una de las historias que más la conmovió fue la parábola del recaudador de impuestos y el fariseo, donde reconoció su propio pecado y experimentó por primera vez una profunda vergüenza ante Dios. El mandamiento de "Ama a tus enemigos" se convirtió en su guía personal, y al finalizar la película, hizo una oración que marcó un antes y un después en su vida: «Señor, por favor, entra en mi vida, dejo mi vida en tus manos, ¡haz de mí lo que quieras!»

Belkız comenzó a asistir regularmente a una iglesia protestante, donde fue bautizada y disfrutó de una relación viva con Dios. Sin embargo, su búsqueda espiritual no terminó allí. Un episodio durante un servicio religioso en 2005 la llevó a cuestionar su pertenencia a la iglesia protestante. Al observar a un joven manipular el pan de la comunión de una manera que le pareció irrespetuosa, Belkız sintió que el cuerpo del Señor había sido herido. Cuando expresó sus preocupaciones a un amigo protestante, este le respondió que no debía preocuparse, ya que "no es realmente el cuerpo del Señor, lo hacemos en memoria; los católicos realmente creen que es el cuerpo de Cristo". Este comentario la llevó a buscar respuestas en la Iglesia Católica.

Después de asistir a clases de catecismo, Belkız fue confirmada como católica el 25 de abril de 2011, cambiando oficialmente su religión en su partida de nacimiento de musulmana a cristiana. Para Belkız, la fe católica no solo le ofreció respuestas, sino también una conexión más profunda con Dios, especialmente a través de la Eucaristía.

Al reflexionar sobre su conversión y la posibilidad de persecución, Belkız se muestra firme en su fe. Con una sonrisa, compara su situación con la de San Pedro, quien negó a Jesús por miedo antes de ser fortalecido por el Espíritu Santo: «Cuando Jesús fue traicionado, su discípulo Pedro negó a Jesús tres veces. Porque tenía miedo. Pero el mismo Pedro, después de recibir el Espíritu Santo, difundió el Evangelio desde Jerusalén hasta Italia y cuando iba a ser crucificado, dijo: 'No soy digno de morir, Señor', y fue crucificado [boca abajo]».

Belkız destaca que su fe le ha proporcionado lo que describe en palabras bíblicas como «Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio» (Gal 5,22-23). Su experiencia es una afirmación del poder transformador de la fe, resumido en su convicción más profunda: «Dios nos ofrece a todos un tesoro. Todo lo que tenemos que hacer es aceptarlo». Su viaje espiritual culmina en una declaración que encapsula toda su experiencia: «Yo no elegí a Dios, él me eligió a mí. Lo que más me impresiona del cristianismo es el amor infinito del Señor Jesús por nosotros. He encontrado a mi mejor amigo y a mi amante más hermoso».

La historia de Belkız es un poderoso recordatorio de que la fe no es solo una cuestión de elección, sino de respuesta a un llamado divino.

De las pasarelas a la fe, un regreso a la Iglesia católica inspirado por la Virgen María de la exconcursante de America's Next Top Model


Sara Racey-Batraville, conocida por su participación en el popular programa "America's Next Top Model", ha compartido la inspiradora historia de su regreso a la Iglesia Católica, un camino que ella atribuye a la intercesión de la Virgen María. A los 24 años, Racey-Batraville se sumergió en el mundo del modelaje, alcanzando rápidamente el éxito en la industria de la moda, pero detrás de la fachada glamorosa, se encontraba en una profunda crisis personal.

La modelo, de ascendencia persa e iraní, pasó 15 años en la bulliciosa ciudad de Nueva York antes de mudarse a Arizona con su esposo e hijo. Fue en una reciente entrevista con Jacqueline Burkepile, editora de ChurchPOP, donde Racey-Batraville relató su difícil experiencia en el mundo del modelaje y cómo, tras años de lucha, encontró su camino de regreso a la fe católica. Actualmente, ella lidera un negocio católico desde su hogar en Arizona, una vida muy diferente a la que llevó en el pasado.

Durante su estancia en Nueva York, la presión de la industria la llevó por un "camino oscuro". La obsesión con mantener un peso bajo desencadenó un trastorno alimenticio y un régimen de ejercicios extremos que la dejaron físicamente debilitada. "Estaba ganando mucho dinero y al mismo tiempo era miserable", comentó Racey-Batraville, resaltando la paradoja de su éxito profesional y su infelicidad personal.

El punto de inflexión en su vida ocurrió cuando presenció el tiroteo en Virginia Tech a través de la televisión. Este trágico evento la sacudió profundamente. "Fue como si algo me golpeara en la cara", recordó, describiendo cómo en ese momento sintió un llamado interno: "Despierta". Sin pensarlo dos veces, corrió a buscar una iglesia católica local y encontró la Iglesia del Santísimo Sacramento en el Upper West Side de Manhattan. Fue entonces cuando comenzó a asistir a Misa regularmente, iniciando así su camino de retorno a la fe.

Racey-Batraville ha compartido que su regreso a la Iglesia fue el resultado de las fervientes oraciones de su madre, Laura, a la Virgen María. "Cuando te digo que mi vida cambió drásticamente a partir de ese momento, cambió drásticamente", enfatizó. Su madre, desesperada por la situación de su hija, la había encomendado a la Virgen María. "[Mi madre] tenía tanto miedo por mí... me dijo: 'Te entregué a la Virgen María y recé por ti todos los días. Lo dejé en sus manos'", explicó Racey. Con el tiempo, los efectos de estas oraciones se hicieron evidentes, y cuando Racey-Batraville compartió con su madre que había vuelto a la iglesia y que su vida estaba cambiando, su madre respondió: "Sabes, funcionó".

Hoy en día, Sara Racey-Batraville vive una vida enraizada en la fe católica, testimonio de la poderosa intercesión de la Virgen María y del amor incondicional de una madre.

La difícil niñez que llevó a Santa Elizabeth Ann Seton a abrazar la fe católica gracias a la Virgen María


Santa Elizabeth Ann Seton fue una esposa, madre y maestra estadounidense, cuya historia de conversión ocupa un lugar especial en los corazones de muchos. Las pruebas que atravesó, la llevaron a abrazar la fe católica y la devoción a la Virgen María. La Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Elizabeth el 4 de enero.

El Santuario de Seton compartió un video donde explica la hermosa historia de conversión de la santa, que encontró a la Virgen María durante su viaje de fe y la decidió acoger en su vida.

Aunque cada persona tiene una historia de conversión única, algo en el viaje de Santa Elizabeth Ann Seton es especialmente cercano.

“La infancia de la Madre Seton estuvo llena de relaciones difíciles que la dejaron herida. Sin embargo, Dios le trajo más adelante una relación en la vida que la ayudó a sanar", comienza el narrador.

La Hermana Regina Bechtle, Hermana de la Caridad, revela que el primer recuerdo registrado de Elizabeth Seton es la muerte de su madre y hermana menor, ambas llamadas Catherine. Este evento traumático ocurrió cuando la futura santa tenía apenas tres años.

La ausencia de su madre pesó mucho en Elizabeth, especialmente cuando experimentó complicaciones con el segundo matrimonio de su padre. A menudo luchaba por dirigir la distante relación entre ella y su nueva madrastra.

Sintió una soledad con la que muchos de nosotros podemos relacionarnos, ya que ocurriera en nuestra infancia o nos acompañe actualmente.

Además, Elizabeth, siendo madre de cinco hijos pequeños, quedó viuda a una edad temprana.

No fue hasta su tiempo en Italia junto a la familia Feliki que conoció a la Virgen. En este punto de su vida, había sido criada como protestante, pero sintió algo más profundo al aprender sobre los diferentes aspectos de la fe católica.

Cuando regresó a Nueva York, había decidido ingresar a la Iglesia Católica, pues descubrir la naturaleza materna de la Virgen María la impactó.

De este recuerdo, Santa Elizabeth Ann Seton señaló:

"En todos los juegos de la infancia y en la locura de la juventud he buscado hasta en las nubes a mi madre, y en ese momento, parecía que la hubiera encontrado a ella". El Director Ejecutivo del Santuario de Seton, Rob Judge, agregó:

“El papel de la Santa Madre siempre fue señalar a su hijo y llevar a las personas a Jesús, y ese es su papel hoy desde el cielo... y desempeñó ese mismo papel en la vida de Elizabeth Seton”.

Qué testimonio tan increíble del poder de la intercesión de Nuestra Madre.

Danielle Bean del Santuario de Seton explicó:

"Elizabeth recurrió a la Santísima Virgen María en busca de orientación en su viaje de fe, especialmente cuando estaba discerniendo su conversión de la Iglesia Episcopal a la Católica, pero también para el apoyo diario en las pruebas y tristezas de cuidar a los demás".

¿Se puede adquirir la vida eterna con buenas obras? La Biblia dice que sí.

Como enseña la biblia y siempre lo ha enseñado la Iglesia católica, la fe salva, pero la fe que salva es la que actúa por medio de la caridad, la fe que es sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios, que es el amor. 


¿El hombre puede adquirir la vida eterna con buenas obras?

Aunque a los protestantes les escandalice porque contradice su doctrina: ¡LA BIBLIA DICE QUE SÍ!
1 Timoteo 6, 18-19: «que practiquen el bien, que se enriquezcan de buenas obras, que den con generosidad y con liberalidad; de esta forma irán atesorando para el futuro un excelente fondo con el que podrán adquirir la vida verdadera
(Biblia de Jerusalén).
Vemos cómo para San Pablo la verdadera doctrina de la Gracia no excluye la necesidad de las obras, pues nuestras buenas obras son posibilitadas por la gracia que Dios nos proporciona por medio de los Sacramentos para unirnos al amor de Cristo y poder dar fruto.

Por: Alfredo Rodríguez.
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Era atea, escribía sobre sexo y poemas blasfemos, ¡HOY ES UNA CATÓLICA FASCINADA CON LA PUREZA DE LA VIRGEN!


La escritora y poeta Sally Read tiene una hija en la adolescencia que se hace preguntas sobre la fe. Sally no puede recurrir a su propio pasado para responder porque ella se formó en una familia atea.

“Fui educada como atea, el credo de la no-creencia estaba en mi sangre, el cristianismo era un síntoma de debilidad mental y de intolerancia”, escribía en The Tablet a principios de 2012. “Mi bisabuelo era un orangeman en Irlanda del Norte, vengo de generaciones de protestantes de línea dura convertidos en ateos”.

Era atea, enfermera psiquiátrica, descreída, partidaria -por inercia, no por entusiasmo- de una sexualidad desinhibida… Pero durante la primavera del año 2010, mientras escribía un libro sobre sexualidad femenina, habló por primera vez en serio con un cura. Así empezó un viaje espiritual que incluiría intuir “la posibilidad de Dios”, de un “autor último”, y luego una experiencia mística y un cambio total de vida. En apenas dos años pasó a ser una católica devota.

Ahora, pasados 10 años desde que empezó ese viaje, como madre de familia católica se plantea cómo responder a las preguntas de su hija, que en parte son también las suyas propias, y las de nuestra época acelerada y ruidosa.

Eso le llevó a escribir el libro Annunciation, y a reflexionar más sobre María. De eso ha hablado con CariFilii.es.

– ¿Qué pensaba acerca de la Virgen María cuando usted era atea?

 Es extraño, pero cuando era atea sentía fascinación por imágenes de la Virgen María. Mi abuela tenía en la pared una ilustración de la Virgen con el Niño Jesús y dos angelitos, de Fray Filippo Lippi. Me atraía mucho mucho el rostro de María. Tanto, que cuando mis abuelos murieron pedí quedarme con el dibujo. Desde entonces, siempre tuve una imagen de la Virgen en la pared de mi habitación.

Supongo que me atraía el arte renacentista. Pero también la noción pagana de una diosa, y tenía la idea de que María era una figura de divinidad femenina que había sido usurpada y suprimida por la Iglesia Católica. Pensaba que ella era una mujer silenciada, mantenida bajo cristal. Y ya entonces sentía también curiosidad por la Anunciación, y en mis dos primeros libros de poemas había un poema (blasfemo) sobre el tema.

– Para una poeta, ¿qué sugiere María cuando proclama el Magníficat?

 Lo que el Magníficat me dice es que María tenía una profunda comprensión de la Escritura y la fe y estaba incrustada en ella de tal forma ¡que la hacía cantar! La idea de magnificar al Señor es tan hermosa, tan correcta y tan paradójica… María es muy pequeña, pero al mismo tiempo es muy poderosa. Ella captura y reconduce sin esfuerzo la naturaleza de Dios y la esperanza que nosotros ponemos en Él.

Lo mejor de todo es que es realmente una canción, en el mejor sentido de la tradición bíblica. Lo es en su ritmo, su métrica… y creo que ella debió prácticamente cantarla cuando expresó esas palabras a Isabel. Desde que me convertí, ha habido momentos en que he necesitado cantar para expresar mi gozo en Su amor. Rápidamente tuve que aprender algunas canciones de fe para poder hacerlo.

– Al hacerse católica, ¿qué pensó de las doctrinas católicas sobre la Virgen?

 Quizá es extraño, pero ninguna de las doctrinas marianas me pareció extraña. La Inmaculada Concepción me pareció muy lógica, y si la aceptamos, la Asunción emana de ella. De hecho, quizá la Inmaculada Concepción y la Asunción son mis partes preferidas de la doctrina mariana. La Inmaculada Concepción es infinitamente interesante, porque nos hace preguntarnos cómo sería el comportamiento de alguien sin pecado. Esto es algo de lo que mi hija y yo hablamos mucho.

En Cerdeña, donde viven mis suegros, la fiesta de la Asunción es muy grande. Llevan una estatua de María en su lecho por el pueblo, con gaitas y disparos de cañón y caballos que montan sin silla. He descubierto que estos aspectos de la vida de la Virgen son inspiradores, y también para mi hija, porque apuntan a la realidad del Cielo.

– Su nuevo libro, Anunciación, surge a raíz de las inquietudes y preguntas de fe de su hija adolescente…

– Cuando mi hija era pequeña se relacionaba con María mucho más fácilmente que con la Trinidad. Le encantaba la historia de Santa Bernadette y Lourdes y siempre quería una estatua o dibujo de María en su habitación. Yo solía ver la fe como una cadena: los padres van por delante guiando a los niños, los entregamos a María, que a su vez los entrega a su Hijo. María es alguien que viene a buscarnos donde estamos: eso lo vemos en sus apariciones, en el campo… Creo que el hecho de que se haya aparecido a tantos niños es muy significativo. En Annunciation cuento un sueño que tuvo mi hija acerca de María cuando tenía 6 años y el impacto que tuvo en ella. A medida que mi hija entra en la adolescencia, creo que el papel de María seguirá desarrollándose. Nuestra Madre será la mejor para enseñar modestia, prudencia y sabiduría en todo.

– ¿Por qué la Anunciación le ha inspirado?

 La Anunciación es un punto crucial, de cambio, un encuentro denso entre un ángel y una mujer del que depende todo: nuestra relación con Dios, nuestra esperanza, nuestro futuro, nuestro presente y nuestro pasado. Cuando era atea, mi cuadro preferido en la National Gallery de Londres era la Anunciación de Fray Filippo Lippi. Me encantaba el arco que acogía a sus cabezas dobladas y el detalle exquisito, y la calma suave. Y la sensación de que era un acontecimiento.

Hoy todos los eventos tratan de acción, de audiencias. Pero la Anunciación de Lippi muestra que los momentos más tranquilos pueden ser épicos. Y el acontecimiento de la Anunciación es lo más épico. Y, si nos fijamos, no tenía público, no había aplausos el día que vino el ángel. Su grandeza está en la relación con Dios y sus planes. Es algo que deberíamos recordar en cada acontecimiento.

La fiesta de la Anunciación a veces es infravalorada, pero, como digo, es crucial. Es el momento en que la carne de Dios tocó por primera vez nuestra carne. También es presagio de la Eucaristía: María fue la primera en tener dentro de ella al Cristo físico. A través de ella, también nosotros podemos recibir al Cristo físico en la forma de la Eucaristía.

– ¿Descubrió algo escribiendo sobre la Anunciación?

 A medida que escribía este libro, me di cuenta de que estaba escribiendo una “anunciación” para mi hija, que le estaba pidiendo su fiat. Y a medida que escribía, entendía que nuestro fiat se nos pide en cada momento de la vida, cuando nos levantamos, cuando descubres que estás embarazada, etc… Espero vivir una espiritualidad de fiat, de decir siempre sí.

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San Lucas 7, 44-50 refuta la doctrina protestante de la "sola fe"


La obras que no pueden salvarnos son las de la ley mosáica, pero las obras del amor (la ley bajo Cristo), son el aval de nuestra fe, sin éstas, es imposible salvarse. El protestante "solofidelista" dirá "no hacemos obras para salvarnos, sino que hacemos obras porque ya somos salvos", los versículos de Lucas 7, 44-50 demuestran que no es exactamente así, la mujer pecadora no fue salva y luego comenzó a hacer buenas obras, hizo buenas obras, y por éstas Jesús le salvó ("sus numerosos pecados, le han sido perdonados PORQUE HA DEMOSTRADO MUCHO AMOR"), el amor con el que ella se comportó no fue la consecuencia de la salvación, sino la causa. Con sus obras ella demostró que tenía fe en aquel hombre a quien besaba y ungía los pies. Esto tampoco debe ser explicado como "fe + obras", pues no son dos cosas aisladas que luego se unen, son más bien un mismo proceso: "creo y vivo conforme a lo que creo" y así hasta alcanzar la meta. La fe que salva es "la fe que obra".



La única fe que salva es la que se demuestra por las obras (las del amor, no las de la ley)

En San Lucas 7, 50, Jesús dice a la pecadora «Tu fe te ha salvado. Vete en paz», ¿esta podría ser una prueba de la «sola fe»? Veamos, ¿la pecadora en algún momento le dijo a Jesús que tenía fe en Él, hizo una profesión pública de fe para «recibirlo en su corazón» como Señor y Salvador y sentirse justificada? ¡NO! La mujer no dijo absolutamente nada¿Cómo hizo válida pues Jesús la fe de esta mujer? Por las OBRAS que ella hizo, como vemos versículos antes, donde Jesús explica que aquella mujer le lavó los pies con sus lágrimas, lo secó con sus cabellos, los besó y ungió con perfume, por eso el Señor declara en el versículo 47:


«Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor»

Sin las obras del amor, ninguna «oración de la salvación», podrá salvarte.


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¿Si tenemos la Biblia por qué es necesaria la Iglesia? San Vicente de Lerins responde.


Presentamos una cita de la patrística (es decir, de uno de los textos de aquellos conocidos como 'Santos Padres de la Iglesia primitiva') que aclara muy bien un tema poco entendido entre los protestantes y/o evangélicos: la diferencia entre la Suficiencia Material de las Escrituras (enseñada por la Iglesia católica y que sostiene que toda la revelación está explícita o implícitamente presente en las Escrituras, pero que éstas deben entenderse a la luz de la Tradición y de la voz autorizada de la Iglesia en tanto que depositaria de la revelación), y la Suficiencia Formal del protestantismo, según la cual la Biblia es lo suficientemente clara como para ser entendida por cada creyente individual que la lea, lo que haría que la Tradición y el Magisterio no fueran necesarios para entenderla. (La suficiencia formal es condenada en 2 de Pedro 1:20).


Mientras que nuestros hermanos separados defienden la doctrina de la "sola scriptura", alegando que la Escritura y solo ella es la autoridad en materia de fe y doctrina, la Iglesia católica, por su parte, sin negar que las Escrituras son suficientes en tanto que una fuente material válida e inspirada por Dios que nos transmite la Fe Apostólica, no desconoce que, a fin de perseverar en una sola fe con una continuidad histórica coherente, y de conservar el orden y la unidad del Cuerpo de Cristo, evitando toda clase de novedades doctrinales producto de la interpretación privada que genera múltiples divisiones, el sentido de las Escrituras debe ser comprendido a la luz de la Tradición y por medio del Magisterio bimilenial, en tanto que este custodia, transmite y enseña la verdad apostólica: 

Aquí la cita de San Vicente de Lerins:

«Pero aquí alguien tal vez se pregunte, ya que el canon de las Escrituras está completo y es más que suficiente por sí mismo para todo, ¿qué necesidad hay de unir con él la autoridad de la interpretación de la Iglesia? Por esta razón: porque, debido a la profundidad de la Santa Escritura, no todos la aceptan en uno y el mismo sentido, sino que uno entiende sus palabras de una manera, y el otro de otra; por lo que parece ser capaz de tantas interpretaciones como hay intérpretes. Novaciano explica la Escritura de una manera, Sabelio de otra, Donato de otra, Arrio, Eunomio, Macedonio, de otra, Fotino, Apolinar, Prisciliano, de otra, Joviniano, Pelagio, Celestio, de otra, por último, de otra Nestorio. Por lo tanto, es muy necesario, a causa de tan grandes complejidades de tales múltiples errores, que la regla para la correcta comprensión de los profetas y apóstoles debe estar enmarcada en conformidad con el estándar de la Eclesiástica y Católica interpretación» Commonitorio; San Vicente de Lerins (390-450).


Era protestante, acudió a «Mamá María» y llegó en el momento preciso: ella «lo cambió todo»


Desde que nació, la venezolana Yolimar Reyes vivió una «cuna de oro» en lo relativo a la fe, iba a colegios católicos, respetaba a su familia, recibía una buena formación y rezaba a la Virgen, a la que llama «Mamá María». Aunque admite que nunca profundizó demasiado, «el Señor y la Virgen siempre estuvieron» en su vida. Sin embargo, esta se empezó a truncar con el divorcio de sus padres y, especialmente, cuando se fue a vivir a Estados Unidos a los 22 años.

«Me ofreció un mundo de libertinaje y al tener independencia, me desaté«, explica al canal de El rosario de las 11.  Especialmente en lo material, hasta el punto en que fue olvidando su fe y cambiándola «por el dios dinero».

Llegó a tener tres trabajos, una buena casa, su propio negocio… en lo material, «había triunfado», pero vivir «entregada al yo, a la soberbia y al ego» hizo que «el enemigo empezase a pasar facturas».

A la euforia del éxito pronto le siguió «una sensación de vacío, de tristeza» que la quebró… y trató de llenarla junto a su pareja, a quien le propuso involucrar a Dios en su vida, plagad de bonitos recuerdos junto a la Virgen y su formación cristiana.

En el protestantismo para «involucrar a Dios»

«El me dijo que no iríamos a la Iglesia católica, pero yo con tal de involucrar a Dios no me importaba como, así que accedí a ir con él a la iglesia protestante«, comenta.

Yolimar recuerda que desde entonces asistió al «comienzo de la deformación» de su fe. Se sentía cómoda con sus nuevas amistades protestantes y el pastor «hablaba muy bien», pero los santos y María ya no estaban y no podía evitar pensar en que estaba traicionando a su familia.

Su relación no prosperó. Tras la ruptura, sola y sin saber dónde ir o qué hacer, el sentimiento de vacío aumentó y se aferró a la iglesia protestante como el único consuelo y «alimento del alma».

Con perspectiva, hoy sabe que la Virgen y Dios siempre estuvieron llamándola a través de invitaciones frecuentes de amigas católicas para asistir a grupos de oración. «Pero yo me sentía cómoda, hacía amigos, celebraba Halloween, hasta era amiga del pastor», pensaba.

El «quiebre» de Yolimar llegó con la mudanza de su madre a Estados Unidos: «Tras 10 años viviendo sola, empezamos a chocar. Ya era independiente y fue como si se invirtieran los papeles, ahora me tocaba a mí cuidar de ella. Todo fueron peleas, disturbios e ira».

Hasta el punto de que prefería estar en cualquier sitio menos en su casa. Por eso cuando recibió una nueva invitación de una amiga para ir a un grupo católico de oración hace 4 años, no dudó en aceptar.

«Mamá María», entre los mejores recuerdos de su niñez

Cuando entró a la iglesia, se sintió como en casa. «Lo primero que vi fue a la Virgen, el tabernáculo, el vía crucis… me trajo los mejores recuerdos de mi infancia, cuando mi abuela escuchaba misa y me hablaba de la Virgen, tantos recuerdos en tan pocos segundos que colapsé de amor. No podía parar de llorar ni controlar lo que me estaba sucediendo», relata.

Cuando empezó el grupo de oración, poco antes de Cuaresma, el sacerdote, Osvaldo, propuso a los presentes diversas formas de vivir el sacrificio e imitar a Cristo y la Virgen durante los próximos 40 días.

«En mi soberbia de hacer las cosas como yo considerase, dije que no leería el Evangelio [que propuso el sacerdote]», explica. En su lugar, «me quité el chocolate y el café con leche y me propuse ir todos los martes al grupo de oración como tiempo de lectura y cuaresma para el Señor».

Un antes y un después: «O católica o protestante»

Yolimar empezó el ayuno y a asistir con regularidad a la misma iglesia cuando llegó «un antes y un después» a su vida a través de un libro, los 36 volúmenes del Libro del Cielo de Luisa Picarreta y la consagración a María que incluía esta mística de la «Divina Voluntad». «No podía parar de leer. Empecé la consagración y `Mamá María´ tocó mi corazón», admite.

Pero Yolimar seguía en la iglesia protestante, a la que iba cada domingo antes de ir a la católica, de la que siempre admiraba la belleza de la Virgen y los «golpes de amor» que sentía al verla.

Incluso hacía apostolado con otras amigas a las que invitaba al grupo de oración de la iglesia católica. Lo más curioso de todo, dice, es que el último día de la consagración a la Virgen del mes de mayo, una de esas amigas a las que había invitado le dijo: «Me gusta mucho el grupo, pero tú te tienes que decidir. O eres católica o eres protestante«.

Tenía mucho que perder si abandonaba los cultos dominicales protestantes. Especialmente los amigos, la comodidad y el apoyo que encontraba.

Indecisa, acudió a su recién reparada relación con la Virgen María.

María llegó en el momento preciso para cambiarlo todo

«`Tengo miedo, pena, vergüenza, pero no quiero dejarme llevar más por el mundo. Tú eres un ejemplo a seguir y yo soy católica, no protestante´. Le pedí ser fuerte y dar la cara, porque sentía que iba a herir a mucha gente, pero cuando sentí que Mamá María me daba el valor, asumí la responsabilidad y dejé de ir a la iglesia protestante«, relata.

Tras tomar la decisión, su vida dio un giro total. Sus antiguas amistades le retiraron la palabra, pero ella decidió «seguir el ejemplo de Jesús y perdonarles«.

Mientras, se involucró por completo en la cultura y la fe católica, peregrinó a Tierra Santa, hizo ayunos y se empapó de enseñanzas y lecturas, completando la transformación «de la mano de la Virgen», que le suscitaba recuerdos de su pasado para comprender «que ella siempre estuvo» a su lado.

Hoy, sabe más que nunca que «ser católico no es fácil, es ser un guerrero«, pero que también «Dios da las herramientas» a través de los sacramentos, los mandamientos y la gracia para vivir y mantener la fe.

Entre las muchas gracias y regalos que ha recibido de Dios, destaca el rescate de su familia. «La relación con mi madre es ahora mucho mejor. Mi abuela falleció y estuve con ella haciendo la unción de enfermos y novenas. Mamá María llegó en el momento preciso para llevar también a mi familia a convertirse y al Señor y a cambiar mi vida«, concluye.

Una reflexión desde la perspectiva católica sobre la famosa canción de Shakira para Piqué.


Sin duda el tema de la semana, que causó un revuelo impresionante en todas las redes sociales así como en los medios convencionales fue la canción de Shakira con dedicatorias a su “ex”, Gerard Piqué. 

En los mismos perfiles de muchos católicos podemos observar memes y más memes con respecto a este tema, y si bien no debemos de andar por la vida de puritanos, y es hasta sano reír con el ingenio popular con las bromas que se hacen en las redes, también es cierto que como cristianos debemos siempre estar alertas, pues el demonio, enemigo de Cristo y de los que somos de él, siempre buscará una oportunidad para hacernos caer.

¿Es peligrosa la canción de Shakira?

Sabemos que la cantante colombiana (de un talento musical indudable) es una persona con mucha influencia y lo que canta puede (valga la redundancia) influenciar en el criterio y las ideas de quienes escuchan su trabajo.

Sobre todo los más jóvenes (aún siendo practicantes de la fe) pueden encontrar normal o correcto arremeter contra la expareja que los ha engañado, excusándose en que ese otro no ha hecho lo que ha Dios agrada (como ser infiel), sin embargo los pecados del otro no justifican los míos.  

La letra “Music Sessions #53” con Bizarrap es completamente contraria al amor cristiano tal y como nos lo enseña nuestra madre y maestra, la Iglesia.

En la canción hay dos mensajes muy graves:

1. Se ataca con rencor (ningún verdadero cristiano debería sentir rencor contra nadie) a la expareja, se hace burla de ella, se busca humillarla, exhibirla, dejarla en mal públicamente.

Absolutamente nada de eso es lo que debería hacer un buen católico cuando termina una relación. 

Como mandato del Señor, los cristianos estamos llamados a amar a todos, y eso incluye a nuestras exparejas, aun cuando éstas nos hayan hecho daño. Obivamente amar a una expareja no supone tener las mismas emociones que cuando se estaba en la relación (sabemos que si vas y le dices a tu nueva novia que aun amas a tu ex vas a tener un grave problema), pero entendámonos, amar es desear el bien temporal y eterno del otro, y en ese sentido aun cuando termines una relación, debes seguir amando (es decir, deseando el bien temporal y eterno) de esa otra persona. Lo último que deberías hacer es exhibir o humillar a tu ex solo porque con él las cosas no funcionaron.

2. Shakira desafortunadamente no se detuvo solo en Piqué, sino que se lanzó también con la persona que ahora tiene una relación sentimental con él. Y al hacerlo usó el recurso del menosprecio, comparándola con un reloj más barato. 

Sabemos que es difícil controlar las emociones y que si nuestro novio o novia nos dejó por alguien más, ese alguien más despertará emociones dolorosas en nosotros,porque lo vemos como aquel que destruyó algo que era lindo y nos hacía felices, pero siempre debemos poner por encima la razón (¡y nuestra fe!) de las emociones. 

Así como debemos amar y perdonar a nuestro “ex”, debemos amar y perdonar a la persona que ahora esté con él y debemos desear que el Espíritu Santo los guíe y los santifique.

Así que cuidado, disfruta de los memes, pero mantén tus antenas espirituales encendidas para detectar lo que de plano nos es sano ni agradable a Dios.

Recemos mucho por Shakira, Piqué y todos los involucrados, para que el Señor sane las heridas de sus corazones y ponga orden en sus vidas. 


Lindsay Lohan abandonó su fe Católica y se convirtió al Islam, por eso se rehusó a besar a su co-estrella en la película "Navidad de golpe"



Los fanáticos de Lindsay Lohan estallaron en felicidad al escuchar a principios de año que la actriz había firmado un acuerdo con Netflix para protagonizar dos películas. Tras varios años llenos de polémica, la actriz parece haber recuperado las riendas de su vida, y se encuentra viviendo su mejor momento profesional desde sus días como chica Disney.

El pasado 10 de noviembre aterrizó en la plataforma de streaming la película Navidad de golpe, una comedia romántica navideña dirigida por Janeen Damian. La historia nos presenta a Sierra Belmont, una heredera hotelera caprichosa y mimada que, en los días previos a Navidad, sufre un accidente haciendo esquí, causándole amnesia. 

Tras el accidente, Sierra es rescatada por Jake Russell, el dueño de un alojamiento, quien le ofrece un lugar para quedarse junto a él y su hija Avy. Sin poder recordar quién es, Sierra adopta el nombre Sarah, y comienza a adaptarse a una vida normal mientras ayuda a los Russells a mejorar el alojamiento, creando un vínculo muy especial con ellos.

La gente no solo estaba feliz de ver a la actriz de vuelta en la pantalla, sino también estaban encantados con la química que desarrolló con su co-estrella, Chord Overstreet. Sin embargo, Lindsay Lohan se rehusó a besarlo.

Para sorpresa de muchos, no es la actriz quien besa al actor en el final de la película. Al parecer, la actriz no quiso besar a Chord Overstreet, pero el motivo no podría estar más lejos de lo que todos piensan. No existe ninguna mala relación entre los actores, al contrario, ambos tienen una muy buena relación y no podrían tener más que cosas lindas para decir sobre el otro. 

El verdadero motivo por el que Lindsay Lohan se rehusó a besarlo tendría que ver con su religión. Si bien la actriz fue criada como católica, en 2016, expresó su interés en el Islam y sus intenciones de convertirse a dicha religión. Y todo parecería que así lo hizo. Lohan vive en Dubai desde 2014, y fue allí donde conoció a su actual esposo, Bader Shammas, con quien contrajo matrimonio en julio de este año.

De acuerdo a las normas del Islam, las mujeres pertenecientes a esta religión, deben seguir una serie de conductas durante el matrimonio, y una de ella incluye el no poder besar a nadie que no sea su esposo. 

Evidentemente en la fe cristiana católica tampoco está permitida que una mujer bese a otra persona que no sea su esposo o visceversa, sin embargo en el Islam esto no se permite ni siquiera como parte de una actuación. 

Así es que debido a su conversión al Islam, la actriz se encargó de especificar esto en su contrato de Netflix, y la empresa, que está tan empeñada en continuar trabajando con ella, se encargó de buscar una solución al problema.

Es por ese motivo, que en Navidad de golpe, podemos ver que al final de la película, es una doble quien besa a Chord Overstreet en lugar de Lohan. Fueron varias las personas que notaron este detalle, y rápidamente salieron las críticas y comentarios. Algunos afirmaban que “Lohan se cree demasiado reina como para besarlo” o que había alguna especie de enfrentamiento entre los actores, todos rumores falsos.

Era partidaria del aborto, viendo un video en Netflix se hizo provida, ahora es una feliz católica.



Formada en una familia sin religión, herida en su afectividad por una agresión sexual, luego casada con un clérigo protestante... la historia de Lydia Bertrand hacia Dios y su amor pleno no fue sencilla. Hoy, desde la plenitud de la fe católica, como madre de familia, ha decidido compartir su historia en el portal CHnetwork.

Una infancia alejada de la fe

"Mis padres fueron educados como católicos antes del Concilio Vaticano II, pero ambos dejaron la fe en el caos de los años 60. La Guerra de Vietnam y el movimiento feminista tuvieron parte en ello, pero además ambos, y otras personas que conocíamos, habían sufrido heridas personales en sus parroquias. Antes de conocerse ambos eran ya ateos. Se casaron en 1970 y yo nací 7 años después en Wisconsin", explica Lydia.

Eran ateos, pero respetuosos, generosos, intelectuales y con una gran voluntad de hacer "mejor" el mundo. El padre daba clases nocturnas voluntarias, su madre era doula (acompañante en el embarazo y parto), con incontables horas voluntarias dedicadas a acompañar a embarazadas adolescentes, mujeres encarceladas y otras mujeres en apuros.

Primer contacto con Jesús y la Biblia

En el instituto, a Lydia le intrigaba la religión, de la que no sabía nada. Sentía un vacío que no se llenaba con amigos, fiestas y estudios. Una amiga la invitó a un encuentro de oración.

"Era la cosa más rara a la que jamás había asistido", recuerda. Se trataba de una comunidad peculiar, nacida en China en los años 20 y extendida por EEUU en los 60 con el título de "Local Church movement" y "The Lord’s Recovery". Este movimiento heterodoxo tenía una Biblia retocada y era una comunidad anticlerical y antilitúrgica que negaba la Trinidad.

Pero Lydia no sabía nada de religión. Todo le parecía extraño y novedoso. Su amiga y su familia eran muy acogedores. Y así por primera vez leyó la Biblia y empezó a desarrollar "una relación genuina con Jesús". "Me bautizaron por inmersión completa en una piscina en el patio trasero de su iglesia casera en un día caluroso de verano. Por primera vez, sentí que no necesitaba avergonzarme de mis errores porque sabía que Jesús me amaba".

Lydia no sabía casi de religión, pero ya veía que esa comunidad no tenía mecanismos para resolver dudas antes divisiones doctrinales. En Local Church enseñaban que ante una duda, rezabas, y el Espíritu te guiaba. ¿Y si a uno le "decía" el Espíritu una cosa, y a otro la contraria, qué hacer? Pues se les encargaba rezar más en casa, tener más reuniones, volver a debatirlo, volver a rezarlo... era agotador. Y además, cada vez más la congregación pedía más tiempo a Lydia. Sus miembros se implicaban en todos los aspectos de su vida. Y la joven se hartó.

En la universidad, Lydia empezó a participar en el grupo de estudiantes protestantes, de diversas denominaciones "mainline" (metodistas, presbiterianos, reformados...) En 1999 se licenció en un doble grado: Literatura Inglesa y Matemáticas. Empezó un curso adicional para ser enfermera partera titulada.

Una agresión sexual

Un vecino, un par de años mayor que ella, de buen aspecto, le comentó que él también era enfermero. Quedaron para salir en una primera cita, pero mientras ella entraba un momento a casa, él se lanzó sobre ella, la manoseó, empezó a desabotonarla... ella se resistió y al cabo de un rato él decidió irse.

Dañada profundamente a nivel emocional, Lydia empezó a tener miedo de vivir sola. Y, mirando el pasado, 20 años después entendió cosas que pasarían a raíz de esa agresión. Se afeitó la cabeza. Dejó de ducharse con regularidad. Interiorizó que estaría más segura siendo tan poco atractiva y femenina como pudiera. Su interior era un caos, y en su exterior lo reflejaba. El asaltante seguía en el barrio, ella no se atrevía a decir a sus padres que necesitaba romper su alquiler.

Lydia dejó de confiar en sus capacidades sociales, en su capacidad de tratar con las personas, y eso perjudicó su carrera y relaciones muchos años. No terminó su curso de partera. Y su fe cristiana, que era frágil antes, pasó a ser inexistente.

Reconstruyendo la vida

En cuanto pudo se mudó a Madison, Wisconsin, a vivir con su hermana y trabajar en pequeños empleos con pequeños salarios. Con el tiempo, fue mejorando. Consiguió un gatito, se dejó crecer algo el pelo, empezó a recuperar autoestima. No buscó novios, pero hizo algunas amistades profundas.

Acudía a una pequeña iglesia metodista cercana. "Eran increíblemente amables, acogedores, nunca empujaban ni agobiaban, al contrario que la iglesia en Pittsburgh. Mi fe empezó a crecer de nuevo". Retomó sus clases de partera y enfermería en 2004.

Y conoció a Mike, que sería su marido. Estaba en su primer año de seminarista episcopaliano. Los episcopalianos, anglicanos de EEUU, tienen clero casado. "Mis amigos y parientes, la mayoría no religiosos, se asombraban de que yo saliera con un seminarista, pero cuando vieron que teníamos una relación sana, lo aceptaron con los brazos abiertos", recuerda.

Ambos se tomaban las cosas con mucho tiempo. Ella acudió a una Vigilia Pascual en el seminario episcopaliano y él le regaló el Book of Common Prayer, el libro litúrgico y de oración del anglicanismo clásico. A ella le gustó el libro.

Esposa novata de un clérigo rural

No quería especialmente ser "esposa de un clérigo", pero decidió que era algo a lo que se iría adaptando. Se casaron el 20 de agosto de 2005 en Wisconsin, y tenían que trasladarse a Nueva Orleans para el primer destino de Mike en una parroquia grande.

Pero a los 9 días de la boda el huracán Katrina destruyó Nueva Orleans, su casa y arrasó toda la parroquia y todo el barrio, "literalmente a dos metros y medio bajo el agua. "Estábamos sin blanca, sin hogar y en pocas semanas yo estaba muy mal con náuseas matutinas", recuerda.

Al cabo de unos meses, embarazada de 5 meses, les asignaron una pequeña parroquia rural del Mississippi. Ella era la esposa del pastor y le rodeaban las señoras religiosas de parroquia del sur. Ella, que era de ciudad y no sabía nada de vida parroquial, formada en familia irreligiosa. Era un choque difícil.

"Para terminar de poner nerviosos a todos en la parroquia, tuvimos un parto en casa en la rectoría, con una partera. Tuvimos un bebé hermoso y sano, pero desgraciadamente tenía un cólico. Era extraordinariamente sensible, lloraba mucho, rara vez dormía más de una hora", recuerda.

Un día, una señora de parroquia le pidió tomar el bebé. Lydia sabía que eso pondría al niño histérico durante horas. Pero temía molestar a la señora. ¿La salud del niño o las parroquianas? ¿Qué priorizar como esposa de clérigo? Tomó la decisión de que su primera obligación era hacia su hijo.

Pronto tuvieron otro bebé. Con uno en brazos y otro gateando, Lydia no conseguía cumplir sus deberes sociales de "esposa de pastor" con las feligresas. Apenas conseguía ir a la iglesia el domingo. Los niños lloraban mucho y no había nada pensado para ellos.

Tampoco había dinero para niñeras. De hecho, buena parte de los feligreses tenían bastante dinero, mientras que Lydia y Mike vivían con lo justo. A ella le costaba conectar con esa gente. Un día se esforzaron en ir a una reunión social de feligreses: restaurante caro y cháchara insustancial sobre viajes y dispendios. "Escuchábamos y comíamos en silencio", recuerda.

Explorando el catolicismo

Lydia tenía fe, pero su vida espiritual era seca. Mientras tanto, Mike empezó a investigar el catolicismo. La Iglesia Episcopaliana cada vez era más hostil al clero más tradicional, como Mike. Incluso tanteó la posibilidad de hacerse clérigo católico (a través de un mecanismo anterior a los Ordinariatos, la Provisión Pastoral), pero el obispo católico local no lo favorecía.

Después de 3 años en Nueva Orleans, se mudaron a Texas, cerca de la frontera con México, a una pequeña iglesia de gente amigable y sencilla. Llevaban tiempo sin pastor y cuando Mike llegó descargaron sobre él multitud de tareas. Allí nació su hija e hicieron amistades. Pero parte de la feligresía no acababa de aceptar el estilo más conservador de Mike.

El tema provida

Aunque la madre de Lydia, como doula, había acompañado a muchas embarazadas a dar a luz, Lydia había sido educada en la aceptación del aborto. De jovencita en los 90 consideraba absurdo pensar que un embrión o feto de menos de 3 meses tuviera algún valor, y que todo valía en el sexo entre adultos si consentían. El aborto de primer trimestre le parecía algo "imperfecto pero aceptable" para igualar a hombres y mujeres (en las consecuencias del acto sexual). Sobre los bebés, no pensaba casi nada.

Como partera que no llegó a ejercer, pensaba mal de carteles con imágenes de fetos con edades falsas que usaban algunos provida. Eso le hacía pensar que los provida en general eran mentirosos.

Curiosamente, estando en Texas, vio un documental de Netflix que le amplió la visión. En él, veía activistas provida que de verdad buscaban ayudar tanto a la madre como al bebé, que decían que ayudar a las personas no es una "suma cero": se puede y debe respetar y cuidar a ambos, madres y bebés.

Frases pro-aborto empezaron a dejar de convencerla. Por ejemplo, lo de "es sólo un montón de células". Entendió que si el embrión era un ser humano, lo era desde la concepción, no desde tal o cual momento de desarrollo arbitrariamente elegido. Ya tenía 3 hijos: sabía que  era absurdo decir que hasta las 12 semanas de vida fetal no tenían valor.

En 2015 murió de cáncer la madre de Lydia, y dos meses después Lydia perdió al bebé que estaba esperando. Al mismo tiempo, las tensiones en su iglesia aumentaban. "Puedes preguntar a 10 sacerdotes episcopalianos una misma pregunta y te darán diez respuestas completamente distintas", afirma. "Entre 2002, cuando Mike entró en el seminario, y 2016, la Iglesia Episcopaliana cambió enormemente".

Y si se iban de Texas, se preguntaban, ¿encontrarían alguna iglesia episcopaliana más o menos tradicional donde servir?

Hacia el catolicismo

En verano de 2016, vendieron sus cosas y se mudaron de vuelta a Madison, Wisconsin. El episcopalianismo no tenía sentido. Ya habían decidido hacerse católicos, y no se lo dijeron a casi nadie. Mike ya no podía trabajar de clérigo episcopaliano y le costó encontrar trabajo. Hoy trabaja en un centro de desintoxicación para adictos.

Lydia, Mike y sus tres hijos entraron en la Iglesia Católica en septiembre de 2016. Tenían 39 años. Poco después de cumplir 40 años, ella dio a luz a un cuarto hijo (les sorprendió).

Lydia fue, durante 11 años, esposa de un clérigo... y siempre le pareció estar fuera de lugar. Pero como católica, se siente en el sitio adecuado. Y en las preguntas teológicas, agradece tener una guía clara.

El sacramento de la Confesión fue algo que costó a Lydia. Pero estudiándolo y practicándolo se asombró descubriendo que le aportaba mucha paz y gracia de Dios. En general, descubrió que sumergirse en la fe católica y su enseñanza, le llenaba de bendiciones.

"Necesitaría otras mil palabras para describir el cambio en mí", asegura. Al paso del calendario litúrgico, dice, su fe crece y se enriquece. No faltan las dificultades en la vida cotidiana, pero las afronta con una fe viva.

¿Es cierto que el Papa Francisco le cantó a Lucifer? Te lo aclaramos.

 


Se ha transmitido viralmente entre sectores del medio fundamentalista neoevangélico anticatólico un video que trata de convencer a los espectadores que el Papa Francisco le cantó a Lucifer, y claro, según estos sectores duros del anticatolicismo irracional, esta sería la mejor prueba de que el papado es "diabólico" y de que los católicos debemos salir corriendo de la Iglesia, para dispersarnos entre algunos de sus múltiples grupos, muchas veces enfrentados entre sí.


¿Pero realmente el Papa le cantó a Lucifer -entendido éste como un demonio-?

Basta echar a andar un poco la mente para concluir que eso sería bastante absurdo. Piense usted por un momento, ¿si la Iglesia católica fuera una farsa que lo que hace realmente es "adorar al demonio", sería tan tonta e ingenua como para hacerlo públicamente, de manera que quedara al descubierta ante el mundo?

¿Pero entonces a quien se refería el Papa Francisco cuando mencionó esto de "Lucifer"?

Pues muy bien, para empezar tenemos que decir que este canto no es una novedad que se le ocurrió al Papa Francisco, sino un himno litúrgico cristiano bastante antiguo, del cual hay testimonios que existía allá por el siglo IV (años 300), llamado Pregón Pascual.

El Pregón Pascual es un himno cristiano que se canta durante la Misa de la solemnidad de la Vigilia Pascual (es decir, en la Misa del sábado santo), y el cual se canta en latín en la Misa realizada en el Vaticano en dicha solemnidad, de ahí que se utilice el término "Lucifer", pues ésta es una palabra en latín que en español es traducida como "Lucero" y significa "portador de luz".

Para quien no sea católico y desconozca el tema, en la Vigilia Pascual se enciende el Cirio de la Pascua, que representa la luz que es Cristo en nuestras vidas, que apareció en medio de la oscuridad en la que se encontraba la humanidad antes de que viniera al mundo, y que también representa esa luz triunfante que venció a la muerte, representada por la oscuridad, luz que se hizo presente en ese tránsito del sábado al domingo de resurrección cuando Jesús resucitó de entre los muertos glorioso y victorioso.

Así que en el Pregón Pascual, cuando es cantado en latín, el término "Lucifer" hace referencia a nuestro Señor Jesucristo, no al demonio.

¿Pero hay base bíblica para representar a Jesús como "Lucero"?

Por supuesto que la hay, es el propio Jesús quien habla de sí mismo como "lucero resplandeciente de la mañana" cuando en Apocalípsis 22, 16 dice: "Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles testimonio de lo referente a las Iglesias, Yo soy el retoño y el descendiente de David, el Lucero radiante del alba".

Pero eso no es todo, también tenemos al apóstol Pedro, quien en su segunda epístola se refiere a la plenitud del cumplimiento de las profecías, a la luz que ilumina después de la oscuridad de la noche (es decir, el conocimiento de Cristo) como el "lucero de la mañana"
"Y tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la cual hacen bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en sus corazones el lucero de la mañana" (2 Pedro, 1, 19)
 Así que cuando en el Pregón se habla de "Lucifer" no se habla de ningún demonio, sino del verdadero portador de luz a nuestras vidas que es el Señor Jesús.

A continuación copiamos justamente la parte de la letra del Pregón Pascual en que se menciona a "Lucifer", pero traducida al español, de modo que todo lector pueda apreciar el contexto correcto y cómo el himno habla de Jesucristo:


Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
para destruir la oscuridad de esta noche,
arda sin apagarse
y, aceptado como perfume,
se asocie a las lumbreras del cielo.
 Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso:
Jesucristo, tu Hijo
,
que, volviendo del abismo,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Y para aprovechar la ocasión, colocamos el himno completo, que es una verdadera joya, hermosa y preciosa de la cristiandad. Pongan por favor atención a tan bella letra:


Autor: Alfredo Rodríguez.

Nicole Kidman va a misa con sus hijos, aunque dice que sus amigos se burlan de ella



Muchos no lo saben, pero Nicole Kidman es una firme creyente en Dios, va regularmente a la iglesia e incluso se asegura de que sus hijos sigan sus pasos.

“Así es como estamos criando a nuestros hijos. Keith tiene sus propias creencias, pero también viene. Tenía una abuela muy católica y me criaron rezando, así que eso tuvo un impacto enorme”, confesó Nicole Kidman a Vanity Fair.

“El catolicismo me guía. Ciertamente tengo una creencia fuerte. Trato de ir a la iglesia regularmente y trato de confesarme". Sin embargo, en varias ocasiones sus amistades intentan ridiculizar sus creencias: “Muchos de mis amigos se burlan de mí", confesó.

Respecto a cómo vive su fe, Nicole Kidman reconoce: “Yo no diría que es absolutismo, es un preguntarse constante, soy una mujer voluntariosa y luchadora”.

“Para mí es muy importante no juzgar. Mi padre solía decir: ‘La tolerancia es lo más importante’“, agrega.

En 2018, durante una entrevista con Allure , Kidman habló sobre su fe y admitió que quería convertirse en monja antes de hacerse un nombre en las películas.

“Soy espiritual porque creo absolutamente en Dios”, dijo. “Me encantó la idea de ser monja. Obviamente, no elegí ir por ese camino, pero me atrajo mucho”, recordó Nicole Kidman.

¿Tú qué piensas?

La Iglesia “discriminatoria” sigue atendiendo a enfermos de VIH y SIDA

 - Durante décadas, de forma sigilosa y reservada, la Iglesia católica ha desplegado una cooperación continua y solidaria para la atención de estos enfermos: CEM



La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer el estudio “Iglesia y VIHDA”, elaborado por su Observatorio Nacional, en el que describe el trabajo que ha venido realizando la Iglesia en México a lo largo de décadas, en favor de los enfermos de VIH y SIDA.

“Contrario a la imagen que se ha pretendido mostrar a la sociedad, de una Iglesia que discrimina y es intolerante –señala el documento– la Iglesia, de forma sigilosa y reservada, despliega una cooperación continua y solidaria para la atención de estos enfermos”.

Luego del urgente llamado que hiciera el papa Juan Pablo II en el 2004, para que en el tratamiento contra el SIDA el mundo entero se sintiera involucrado, la Iglesia en México se comenzó a organizar para hacer frente a este reto, de tal manera que al día de hoy continúa ofreciendo atención a estas personas, principalmente a través de cuidados paliativos, “que más que una mera asistencia médica al enfermo, responde a la vocación de la Iglesia de ir al encuentro del otro”.

“Mientras que gran parte de la sociedad en ese momento hacía distinciones a los enfermos que vivían con el virus y el síndrome, la Iglesia lograba desarrollar un trabajo cada vez más articulado y profesional para la atención de esas personas”.

El estudio de la CEM explica que en México los cuidados paliativos se ejecutan a través de dos espacios activos denominados: albergues y centros de atención, aunque también se realizan mediante numerosos movimientos laicales, organizados en todo el país, como un esfuerzo subyacente en la Iglesia.
 

Más que atención médica

Señala el documento que debido a que muchos enfermos de VIH y SIDA se quedan sin hogar, porque sufren de la exclusión familiar, la Iglesia se ha dado a la tarea de brindarles mucho más que atención médica oportuna, ofreciéndoles albergues: en algunos se les da tratamiento a los enfermos y en otros se atiende a los enfermos terminales.

Añade: “Los albergues para enfermos de VIH y SIDA que la Iglesia dirige están repartidos a lo largo del país, y se han logrado contabilizar once. Son una alternativa de atención a los enfermos de VIH y SIDA, porque estos albergues constituyen una comunidad que abraza, son signo de una Iglesia abierta”.

En ellos, los enfermos encuentran: atención alimentaria, albergue temporal, apoyo legal profesional, atención psicológica, nutricional, canalización médica, capacitación para que el enfermo pueda reintegrarse productivamente a la sociedad, así como laboratorios para pruebas diversas, medicamentos, transportación, recreación, gastos funerarios, “y no menos importante, el apoyo espiritual”.

“También se atiende a los familiares y amigos de los enfermos, con el objetivo de abatir la desinformación, mejorar su calidad de vida y fortalecer su dignidad como ser humano”.

A pesar de los esfuerzos que cada uno de estos albergues lleva a cabo para dar servicio a los enfermos y de que operan con donativos y voluntariado, algunos de ellos –dice la CEM– han logrado ser galardonados por su trabajo.

En cuanto al número de albergues católicos que atienden a enfermos terminales, entre ellos a los de SIDA, el estudio señala que es muy extenso, por lo cual no se ha logrado obtener un conteo preciso. “Lo que sí conocemos –apunta– es que estos albergues son dirigidos primordialmente por congregaciones religiosas femeninas, por su vocación de servicio al hermano y que muchas veces son asistidas en su labor, por un sacerdote”.

“Ahí les dan un techo, los bañan, los visten, les sirven los alimentos (y a quienes lo necesitan les llevan el bocado a la boca), les suministran sus medicamentos, lavan su ropa, los acompañan, los reconfortan. En estos albergues terminales, los enfermos de SIDA encuentran un espacio de acompañamiento para atravesar su dolor físico y fortalecer su ánimo espiritual”.

La CEM aclaró que este tipo de albergues se sostienen a base de donativos y mucho trabajo de voluntariado, que colabora en diversas actividades como: limpieza, cocina, llevando a la gente al servicio médico, etc.
 

Centros de atención, formación y prevención

Existen además los centros de atención, formación y prevención del VIH y SIDA dirigidos por la Iglesia católica, los cuales desarrollan un trabajo muy importante de prevención y formación. Lo hacen a través de la impartición de talleres y folletos formativos, e informativos, así como el servicio de pruebas rápidas de VIH.

También “es desconocido y poco valorado el apostolado que muchos laicos, Agentes de Pastoral, realizan en el tema de la Pastoral de la Salud en distintas parroquias por todo México; son ellos los que llevan directamente a los hospitales, clínicas de salud, e incluso hasta el propio hogar del enfermo, atención y acompañamiento, y los enfermos de VIH y SIDA no son la excepción en este servicio”.

“Son personas de buena voluntad que realizan una misión de cuidadores de enfermos, sin costo alguno, y con mucha caridad y amor. Son personas que donan su tiempo y entregan su vida al servicio del otro”.

Finalmente, destacó la campaña “La Iglesia en México: Esperanza de VIHda”, dirigida desde la CEM, que inició hace algunos años con cuatro principios: incluir, amar, orar y educar.

Su objetivo fue el promover y acompañar a los equipos diocesanos de base, a través de una educación de las relaciones afectivas, a fin de disminuir la exclusión y el estigma. Se elaboraron y publicaron tres materiales didácticos y complementarios de sensibilización: una guía parroquial, un documento de orientaciones, de parte de los obispos de México titulado: Nuestra fe en acción para la vida digna de nuestros hermanos y hermanas con VIH, y material en video.

Esta campaña incluyó la participación en foros como Diálogos Sociales, y con instituciones de salud como CONASIDA, entre otras.

Concluye: “Actualmente continúan en trabajo muchas de las organizaciones civiles de inspiración cristiana, y los vínculos que establecieron en ese momento permitieron sentar las bases de un trabajo en colaboración. La campaña, que se mantiene hasta el día de hoy, aunque con otros tintes y directrices, es la muestra de que la Iglesia desempeña un compromiso fraterno y solidario en favor del más desprotegido y vulnerable”.

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¿Misa "satánica" en el Vaticano? La nueva difamación contra la Iglesia católica.

 


Durante la semana pasada fue lanzado un nuevo ataque infundado contra la Iglesia católica en las redes sociales. Desde un perfil de facebook de un supuesto "evangélico" se publicó una imagen alterada con photoshop en la que se ve al ahora Papa Emérito Benedicto XVI junto a otros sacerdotes y obispos hincado ante un altar sobre el que se encuentra una imagen de Baphomet, una grotesca figura usada por los satanistas, creada por el ocultista Eliphas Lévi en el siglo XIX. Debajo de la fotografía está escrita la leyenda "Misa nocturna en el Vaticano".
 

Una de las más recurrentes mentiras contra la Iglesia católica que usan los grupos fundamentalistas anticatólicos es la de que en el Vaticano se realizan "misas negras", una leyenda ridícula que solo puede ser tomada en serio por los asiduos y bastante poco maduros visitantes de páginas de "conspiraciones", las cuales carecen de cualquier rigor investigativo.
 

La imagen se ha difundido rápidamente, explotando el muy poco criterio que buena parte de los usuarios de las redes tienen a la hora de decidir compartir algo. Miembros de sectas fundamentalistas pseudo "cristianas" la han compartido en grupos de debates y foros y algunas páginas anticatólicas la han publicado en sus muros.

La información de la foto real.
 

La información de la imagen real es la siguiente: Para empezar, ¡ni siquiera se trata del Vaticano! La fotografía fue tomada en la Catedral de Santa María en la ciudad de Sidney en Australia.
 

Tampoco se trató de un evento "nocturno". En realidad el evento era una Misa que presidió el Papa Benedicto XVI el sábado 19 de julio del 2008 a las 9:30 de la mañana (hora de Sidney) en la que estuvieron presentes los obispos australianos, presbiteros, diáconos, seminaristas, novicios y novicias.
 

Durante la Misa en la Catedral de Santa María el Papa Benedicto consagró un nuevo altar, por ello se llevó a cabo el rito destinado a esta consagración, de allí que en algún momento el obispo que consagra el altar se arrodille ante este, pues para nosotros los cristianos católicos el altar es el lugar de encuentro entre Dios y los hombres, es el sitio donde Jesucristo se hace presente durante la Eucaristía para alimentarnos con su Cuerpo y su Sangre.
 

Esta Misa la llevó a cabo el Papa como parte de sus actividades en el Viaje Apostólico que realizó a Australia entre el 12 y el 21 de julio del 2008 para estar presente en la XXIII Jornada Mundial de la Juventud que se llevó en aquel país entre el 15 y el 20 de julio de aquel año.
 

Más imágenes reales de la Misa:


Esta es la fotografía real que los anticatólicos alteraron
Foto del mismo instante pero desde la altura
El Papa consagrando el altar con el Santo Crisma
El Papa celebrando la Santa Misa en el altar ya consagrado.

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