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Pastor protestante Yattenciy Bonilla confirma que los católicos usamos el Antiguo Testamento de la Iglesia primitiva.

 

 
En el espectro del protestantismo (o de los 'protestantismos', en plural) hay, desde "pastores" autonombrados, que ellos a sí mismos se dieron su "ministerio" y abrieron su "iglesia", hasta hombres realmente serios, estudiosos, que aunque en muchos puntos podamos no estar de acuerdo con ellos y un buen número de enseñanzas doctrinales nos separen, no nos impide reconocer sus gestos de genuina honestidad, al apreciar que no recurren a cubrir información que pueda de alguna forma dar la razón a lo que la Iglesia católica defiende, este es el caso del pastor Yattenciy Bonilla, un investigador y estudioso de las Sagradas Escrituras, de su historia, de su formación y de su uso eclesiástico.

En este fragmento, que forma parte de una conferencia dada por Yattenciy en un seminario evangélico en México, el pastor de origen colombiano pero radicado en Ecuador, demuestra que los primeros cristianos del siglo I usaban la versión conocido como la Septuaginta, versión de la Escrituras judías (lo que para nosotros los cristianos es el Antiguo Testamento) en lengua griega, la cual contiene los libros llamados "deuterocanónicos" (I y II de Macabeos, Judit, Tobías, Eclesiástico, Sabiduría, y agregados a los libros de Ester y Daniel), de los cuales carecen las Biblias protestantes.

Yattenciy demuestra que la razón por la cual los judíos de Palestina reunidos en Yamnia a finales del siglo I, rechazaron los libros deuterocanónicos en el canon de las Escrituras judías fue para pelear con los cristianos, es decir, para oponerse a la Iglesia de Cristo que reconocía y aceptaba estos libros.

Bonilla apunta con precisión que en Yamnia los judíos decidieron decretar que ningún documento escrito en lengua griega podía ser catalogado como inspirado por Dios y con esta excusa retiraron los libros que usaban los cristianos y que habían sido originalmente escritos en griego. Y aunque Yattenciy no lo menciona, esto implica que como consecuencia lógica, los judíos de Yamnia rechazaban absolutamente todo el Nuevo Testamento, que estaba escrito en griego. Nosotros diríamos que posiblemente esa fue la principal intención al tomar la decisión, invalidar el Nuevo Testamento que nos habla de Jesucristo, el cual no aceptaban, apelando a un supuesto criterio de que Dios solo inspiraba textos en hebreo, y así quedaron invalidados también los deuterocanónicos.

Por tanto nos parece totalmente inconcebible y desatinado que el protestantismo siga rechazando los libros deuterocanónicos de la Septuaginta como parte del canon de la Biblia amparándose en la resolución y la opinión de un grupo judío de finales del siglo I que rechazaba a Jesucristo, y que combatía y negaba a Su Iglesia.
Por: Alfredo Rdz

Los dejamos con los comentarios de Yattenciy Bonilla:


¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre el catolicismo y el budismo?

El catolicismo y el budismo son dos tradiciones religiosas distintas con sus propias perspectivas, enseñanzas y prácticas. Aunque pueden tener algunas similitudes en ciertos aspectos, también hay diferencias fundamentales que es importante explorar.

Empecemos por el catolicismo. Como católico, creemos en un Dios único y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos que Dios se ha revelado a sí mismo a través de la historia, especialmente a través de Jesucristo, quien es el centro de nuestra fe. La Biblia es una parte fundamental de nuestra fe, y creemos que contiene la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo. Además, la Tradición Apostólica, que incluye las enseñanzas de los apóstoles y la interpretación magisterial de la Iglesia, también es crucial para nuestra comprensión de la fe.

La vida sacramental es otro aspecto central de nuestra fe católica. Creemos en siete sacramentos, que son signos eficaces de la gracia de Dios que actúan en nuestras vidas. Estos sacramentos incluyen el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Unción de los Enfermos, el Orden Sagrado y el Matrimonio. Cada sacramento nos acerca más a Dios y nos fortalece en nuestra vida espiritual.

La moral católica se basa en los Diez Mandamientos y en las enseñanzas de Jesús, especialmente en el Sermón de la Montaña. Creemos en el valor intrínseco de cada ser humano y en la importancia de cuidar y amar al prójimo, especialmente a los más necesitados.

En cuanto al budismo, la perspectiva es bastante diferente. El budismo se basa en las enseñanzas de Buda, quien vivió en la India hace unos 2500 años. A diferencia del catolicismo, el budismo no se centra en la adoración de un Dios personal, sino que busca la iluminación o el despertar espiritual a través de la comprensión de la naturaleza de la realidad y la superación del sufrimiento humano.

Una de las enseñanzas fundamentales del budismo es el concepto de las Cuatro Nobles Verdades, que son el diagnóstico del sufrimiento humano y el camino para superarlo. Estas verdades son la existencia del sufrimiento, su origen en el deseo y la ignorancia, la posibilidad de cesación del sufrimiento y el camino para alcanzar esa cesación, que es el Noble Óctuple Sendero.

El Noble Óctuple Sendero es el camino hacia la liberación del sufrimiento y la realización de la iluminación. Incluye prácticas como la comprensión correcta, el pensamiento correcto, la palabra correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención plena correcta y la concentración correcta.

En el budismo, no hay un concepto de Dios creador como en el catolicismo, sino que se enfoca en la ley del karma, que es la idea de que nuestras acciones tienen consecuencias en esta vida y en vidas futuras. También se enfatiza la compasión y la bondad hacia todos los seres sintientes, no solo hacia los humanos, como una parte importante de la práctica budista.

En cuanto a la espiritualidad, tanto el catolicismo como el budismo ofrecen caminos profundos y significativos hacia la conexión con lo divino y la realización espiritual. Mientras que el catolicismo se centra en la relación personal con Dios a través de Jesucristo y la vida sacramental, el budismo se enfoca en la comprensión de la naturaleza de la realidad y la superación del sufrimiento a través de la práctica meditativa y la compasión hacia todos los seres.

Aunque el catolicismo y el budismo tienen algunas similitudes, como el énfasis en la compasión y la búsqueda de la realización espiritual, también tienen diferencias fundamentales en cuanto a la comprensión de Dios, la naturaleza del sufrimiento humano y el camino hacia la liberación. Y aunque ambas tradiciones ofrecen riqueza espiritual y enseñanzas valiosas que pueden enriquecer nuestras vidas y ayudarnos a crecer en amor y sabiduría, siempre debemos sostener con convicción la idea de que la verdad plena y completa solo se encuentra en Jesús y en su Iglesia católica.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Por qué se habla tanto del "Nuevo Orden Mundial" y por qué se dice que es anti-cristiano?


Primero que todo, es importante mencionar que el término "Nuevo Orden Mundial" se utiliza para describir una hipotética estructura de gobierno o poder que trasciende las fronteras nacionales y establece un sistema unificado a nivel global. Muchas veces, este concepto se asocia con teorías de conspiración y temores sobre la pérdida de libertades individuales y valores tradicionales.

Desde la perspectiva católica, la Iglesia aboga por la paz, la justicia social, la solidaridad y el respeto por la dignidad humana. En este sentido, cualquier estructura mundial que promueva estos valores sería vista de manera positiva. Sin embargo, la preocupación surge cuando se habla del "Nuevo Orden Mundial" en términos de un sistema que pueda erosionar la libertad religiosa y limitar la práctica de la fe.

En cuanto a la preocupación de que el "Nuevo Orden Mundial" sea anti-cristiano, esto se basa en el temor a que un futuro gobierno global pueda imponer políticas o leyes que vayan en contra de los principios morales y éticos enseñados por la Iglesia Católica. Por ejemplo, la Iglesia defiende la sacralidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, así como la importancia de la familia tradicional como núcleo fundamental de la sociedad. Las personas temen que un poder global pueda promover políticas que atenten contra estos valores.

Para abordar este tema desde una perspectiva bíblica, podemos referirnos al Libro del Apocalipsis, que es una parte de la Biblia llena de simbolismos y visiones proféticas sobre el futuro. En el Apocalipsis, se habla de un gobierno mundial liderado por una figura a menudo interpretada como un poder opresor y anti-cristiano. Por ejemplo, en el capítulo 13, versículos 16-17, se menciona la marca de la bestia, que algunos interpretan como un símbolo de sumisión a un sistema secular que se opone a los valores cristianos.

El Catecismo de la Iglesia Católica también ofrece enseñanzas relevantes sobre la autoridad y el poder en la sociedad. Por ejemplo, el Catecismo habla sobre el papel del estado en el mantenimiento del bien común y la promoción de la justicia (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 1897). Sin embargo, también establece límites claros en cuanto a la autoridad legítima y advierte contra la tiranía y la opresión (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 1902).

Desde esta perspectiva, la preocupación sobre el "Nuevo Orden Mundial" se centra en cómo se ejercerá esa autoridad global y si respetará los derechos y las creencias religiosas de las personas. Los católicos, al igual que otras personas de fe, deben estar atentos a cualquier desarrollo que pueda amenazar la libertad religiosa y la capacidad de vivir de acuerdo con sus convicciones morales y éticas.

Es fundamental recordar que, como católicos, estamos llamados a orar por nuestros líderes y por la paz en el mundo. En 1 Timoteo 2, 1-2, San Pablo nos exhorta a orar "por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad". La oración y la confianza en la providencia divina son herramientas poderosas para enfrentar cualquier desafío, incluyendo las preocupaciones sobre el futuro orden global.

En última instancia, lo importante es mantener una fe sólida y confiar en que Dios guía la historia humana hacia su plan divino. A medida que enfrentamos incertidumbres sobre el futuro, debemos recordar las palabras de Jesús en San Juan 16, 33: "En el mundo tendrán tribulaciones, pero tengan confianza; yo he vencido al mundo". Con esta confianza en Dios y un espíritu de oración y discernimiento, podemos enfrentar cualquier desafío, incluyendo las incertidumbres que puedan surgir en relación con el concepto del "Nuevo Orden Mundial". 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Si muero y dono mis órganos resucitaré con ellos?


Antes que nada debo aclarar que este tema en particular no ha sido abordado de manera explícita por la Iglesia Católica. Por lo tanto, no puedo ofrecer una respuesta definitiva y concluyente. Sin embargo, puedo proporcionar algunas reflexiones y principios que pueden ayudar a comprender mejor la perspectiva católica sobre la resurrección y la donación de órganos.

La resurrección es un misterio central de nuestra fe cristiana. Creemos firmemente en la resurrección de los muertos y en la promesa de vida eterna que Dios nos ha dado a través de Jesucristo. La resurrección implica que nuestros cuerpos serán transformados y glorificados para vivir en comunión plena con Dios en el cielo.

En cuanto a la donación de órganos, la Iglesia Católica ha reconocido y promovido la importancia de este acto altruista y generoso. La donación de órganos puede salvar vidas y aliviar el sufrimiento de aquellos que están enfermos o en peligro de muerte. Además, la donación de órganos es un acto de caridad y solidaridad, ya que permite a las personas compartir los dones que han recibido de Dios con aquellos que los necesitan desesperadamente.

La Biblia no aborda directamente la cuestión de la donación de órganos ni ofrece una respuesta clara sobre si los órganos donados serán resucitados junto con el cuerpo. Sin embargo, podemos encontrar principios bíblicos que nos ayudan a reflexionar sobre este tema.

En primer lugar, la Biblia nos enseña que Dios es el creador de la vida y que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo (1 Corintios 6,19-20). Como cristianos, debemos respetar y valorar la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. La donación de órganos puede ser vista como una forma de respetar y valorar la vida, ya que permite que otros continúen viviendo y experimentando la gracia de Dios.

En segundo lugar, Jesús nos enseñó a amar y servir a los demás, especialmente a los más necesitados. En el Evangelio de Mateo, Jesús nos dice que lo que hagamos por los demás, lo hacemos por Él mismo (Mateo 25,40). La donación de órganos puede ser vista como un acto de amor y servicio hacia los demás, especialmente hacia aquellos que están sufriendo y necesitan un trasplante para sobrevivir.

En tercer lugar, la resurrección implica una transformación completa de nuestros cuerpos. San Pablo nos dice en su Primera Carta a los Corintios que "lo que siembras no se vivifica sino muriendo" y que "lo que siembras no es el cuerpo que ha de nacer" (1 Corintios 15,36-37). Esto sugiere que nuestros cuerpos resucitados serán diferentes de los cuerpos que tenemos en esta vida. Por lo tanto, es posible que los órganos donados no sean necesarios en nuestra existencia resucitada.

Sin embargo, debemos recordar que la resurrección es un misterio que trasciende nuestra comprensión humana. Como dice San Pablo en su Primera Carta a los Corintios, "lo que se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción" (1 Corintios 15,42). Esto nos indica que Dios tiene el poder de transformar nuestros cuerpos de una manera que no podemos entender plenamente.

En conclusión, como sacerdote católico, puedo decir que la donación de órganos es un acto de amor y servicio hacia los demás, y que la Iglesia Católica promueve y apoya esta práctica. Aunque no podemos ofrecer una respuesta definitiva sobre si los órganos donados serán resucitados junto con el cuerpo, podemos confiar en la misericordia y el amor de Dios, quien tiene el poder de transformar nuestros cuerpos de una manera que supera nuestra comprensión humana. En última instancia, debemos confiar en la providencia divina y encomendar nuestras vidas a la voluntad de Dios.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿La existencia de extraterrestres pondría en peligro la verdad de la fe católica?


Como sacerdote católico, me complace abordar la pregunta de si la existencia de extraterrestres pondría en peligro la verdad de la fe católica. Esta es una cuestión que ha surgido en los últimos años con los avances en la exploración espacial y la búsqueda de vida en otros planetas. Para responder a esta pregunta, es importante comprender la enseñanza de la Iglesia sobre la relación entre la fe y la ciencia, así como nuestra comprensión de la creación de Dios.

En primer lugar, es importante recordar que la Iglesia Católica valora y respeta el conocimiento científico y reconoce que la ciencia y la fe no están en conflicto. La ciencia nos ayuda a comprender mejor el mundo natural y las leyes que rigen el universo, mientras que la fe nos revela verdades sobre Dios y su plan de salvación para la humanidad. La ciencia y la fe son dos formas diferentes de conocer y no se excluyen mutuamente.

En cuanto a la existencia de extraterrestres, la Iglesia no tiene una posición oficial sobre este tema, ya que no hay evidencia científica concluyente de su existencia. Sin embargo, la Iglesia enseña que Dios es el creador de todo el universo, tanto visible como invisible. Como se nos dice en el libro del Génesis, "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1,1). Esto significa que Dios es el creador de todo lo que existe, incluyendo cualquier forma de vida que pueda existir en otros planetas.

La posibilidad de vida extraterrestre plantea preguntas interesantes sobre la relación entre Dios y otras formas de vida inteligente. Si existieran seres inteligentes en otros planetas, ¿tendrían alma? ¿Serían también hijos de Dios? Estas son preguntas teológicas complejas que aún no tienen respuestas definitivas.

Sin embargo, la Iglesia enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios y tienen una dignidad inherente. Esto significa que todos los seres humanos tienen alma y están llamados a vivir en comunión con Dios. Si existieran seres inteligentes en otros planetas, podríamos especular que también podrían tener un llamado especial a vivir en comunión con Dios de acuerdo con su propia naturaleza y circunstancias.

Es importante recordar que nuestra fe católica se basa en la revelación divina contenida en la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia. La Biblia nos revela verdades sobre Dios y su plan de salvación para la humanidad, pero no nos proporciona información detallada sobre la existencia de vida extraterrestre. Por lo tanto, no podemos hacer afirmaciones definitivas sobre este tema desde una perspectiva de fe.

Sin embargo, esto no significa que la existencia de vida extraterrestre pondría en peligro la verdad de la fe católica. Nuestra fe se basa en la revelación de Dios y en su amor incondicional por toda la creación. Siempre debemos estar abiertos a descubrir nuevas maravillas en el universo que Dios ha creado y estar dispuestos a explorar cómo estas maravillas pueden enriquecer nuestra comprensión de Dios y su plan para nosotros.

Además, es importante recordar que nuestra fe católica se centra en la persona de Jesucristo y en su obra redentora. La encarnación, muerte y resurrección de Jesús son los eventos centrales de nuestra fe y son relevantes para todos los seres humanos, sin importar dónde vivan en el universo. Como se nos dice en el Evangelio de Juan, "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Juan 3,16). La salvación ofrecida por Jesús es universal y está abierta a todos los seres humanos, sin importar su origen o ubicación.

En resumen, la existencia de extraterrestres no pondría en peligro la verdad de la fe católica. Nuestra fe se basa en la revelación divina contenida en la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, y no tenemos información definitiva sobre la existencia de vida extraterrestre. Sin embargo, la Iglesia valora el conocimiento científico y reconoce que la ciencia y la fe pueden coexistir armoniosamente. Si existieran seres inteligentes en otros planetas, podríamos especular que también tienen un llamado especial a vivir en comunión con Dios. En última instancia, nuestra fe católica se centra en Jesucristo y en su obra redentora, que es relevante para todos los seres humanos, sin importar dónde vivan en el universo. Que Dios nos guíe y nos dé sabiduría mientras exploramos las maravillas de su creación.

Autor: Padre Ignacio Andrade

San Lucas 7, 44-50 refuta la doctrina protestante de la "sola fe"


La obras que no pueden salvarnos son las de la ley mosáica, pero las obras del amor (la ley bajo Cristo), son el aval de nuestra fe, sin éstas, es imposible salvarse. El protestante "solofidelista" dirá "no hacemos obras para salvarnos, sino que hacemos obras porque ya somos salvos", los versículos de Lucas 7, 44-50 demuestran que no es exactamente así, la mujer pecadora no fue salva y luego comenzó a hacer buenas obras, hizo buenas obras, y por éstas Jesús le salvó ("sus numerosos pecados, le han sido perdonados PORQUE HA DEMOSTRADO MUCHO AMOR"), el amor con el que ella se comportó no fue la consecuencia de la salvación, sino la causa. Con sus obras ella demostró que tenía fe en aquel hombre a quien besaba y ungía los pies. Esto tampoco debe ser explicado como "fe + obras", pues no son dos cosas aisladas que luego se unen, son más bien un mismo proceso: "creo y vivo conforme a lo que creo" y así hasta alcanzar la meta. La fe que salva es "la fe que obra".



La única fe que salva es la que se demuestra por las obras (las del amor, no las de la ley)

En San Lucas 7, 50, Jesús dice a la pecadora «Tu fe te ha salvado. Vete en paz», ¿esta podría ser una prueba de la «sola fe»? Veamos, ¿la pecadora en algún momento le dijo a Jesús que tenía fe en Él, hizo una profesión pública de fe para «recibirlo en su corazón» como Señor y Salvador y sentirse justificada? ¡NO! La mujer no dijo absolutamente nada¿Cómo hizo válida pues Jesús la fe de esta mujer? Por las OBRAS que ella hizo, como vemos versículos antes, donde Jesús explica que aquella mujer le lavó los pies con sus lágrimas, lo secó con sus cabellos, los besó y ungió con perfume, por eso el Señor declara en el versículo 47:


«Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor»

Sin las obras del amor, ninguna «oración de la salvación», podrá salvarte.


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¿Si tenemos la Biblia por qué es necesaria la Iglesia? San Vicente de Lerins responde.


Presentamos una cita de la patrística (es decir, de uno de los textos de aquellos conocidos como 'Santos Padres de la Iglesia primitiva') que aclara muy bien un tema poco entendido entre los protestantes y/o evangélicos: la diferencia entre la Suficiencia Material de las Escrituras (enseñada por la Iglesia católica y que sostiene que toda la revelación está explícita o implícitamente presente en las Escrituras, pero que éstas deben entenderse a la luz de la Tradición y de la voz autorizada de la Iglesia en tanto que depositaria de la revelación), y la Suficiencia Formal del protestantismo, según la cual la Biblia es lo suficientemente clara como para ser entendida por cada creyente individual que la lea, lo que haría que la Tradición y el Magisterio no fueran necesarios para entenderla. (La suficiencia formal es condenada en 2 de Pedro 1:20).


Mientras que nuestros hermanos separados defienden la doctrina de la "sola scriptura", alegando que la Escritura y solo ella es la autoridad en materia de fe y doctrina, la Iglesia católica, por su parte, sin negar que las Escrituras son suficientes en tanto que una fuente material válida e inspirada por Dios que nos transmite la Fe Apostólica, no desconoce que, a fin de perseverar en una sola fe con una continuidad histórica coherente, y de conservar el orden y la unidad del Cuerpo de Cristo, evitando toda clase de novedades doctrinales producto de la interpretación privada que genera múltiples divisiones, el sentido de las Escrituras debe ser comprendido a la luz de la Tradición y por medio del Magisterio bimilenial, en tanto que este custodia, transmite y enseña la verdad apostólica: 

Aquí la cita de San Vicente de Lerins:

«Pero aquí alguien tal vez se pregunte, ya que el canon de las Escrituras está completo y es más que suficiente por sí mismo para todo, ¿qué necesidad hay de unir con él la autoridad de la interpretación de la Iglesia? Por esta razón: porque, debido a la profundidad de la Santa Escritura, no todos la aceptan en uno y el mismo sentido, sino que uno entiende sus palabras de una manera, y el otro de otra; por lo que parece ser capaz de tantas interpretaciones como hay intérpretes. Novaciano explica la Escritura de una manera, Sabelio de otra, Donato de otra, Arrio, Eunomio, Macedonio, de otra, Fotino, Apolinar, Prisciliano, de otra, Joviniano, Pelagio, Celestio, de otra, por último, de otra Nestorio. Por lo tanto, es muy necesario, a causa de tan grandes complejidades de tales múltiples errores, que la regla para la correcta comprensión de los profetas y apóstoles debe estar enmarcada en conformidad con el estándar de la Eclesiástica y Católica interpretación» Commonitorio; San Vicente de Lerins (390-450).


La Virgen María: La primer cristiana de todos los tiempos.


Antes de la Virgen María, nunca hubo ningún otro ser humano en la tierra que creyera en Jesús como Cristo, el Mesías, y lo aceptara con fe como el verdadero Hijo de Dios. Por eso, sin temor a equivocación alguna, afirmamos con alegría que es ella, María, la Madre del Señor, quien por gracia del Padre obtuvo el honor de haber sido la primer persona cristiana de todos los tiempos.

La Virgen María fue no solo la primera en aceptar a Jesucristo, sino además, bien podemos, basados en las Sagradas Escrituras, considerarla como la primera evangelista, la primer criatura que, a través del Espíritu Santo, anunció la buena nueva de la llegada del Salvador.

Si bien alguien podría intentar objetar que ya los profetas del Antiguo Testamento anunciaban al Mesías, y que por tanto se puede inferir que creyeron en Jesús, estrictamente hablando esto sería incorrecto, pues ellos creían en la futura llegada de "un mesías", pero no sabían a ciencia cierta quien sería exactamente este mesías; sabían de él algunos detalles, como que nacería de una virgen, que vendría del linaje de David, etc., mas fue María la que por primera vez creyó en el mesías concreto, real, verdadero, al no dudar de lo que le estaba sucediendo, al no desconfiar del ángel ni de sus palabras, al serle anunciado que concebiría en su seno a un niño y que ese niño, justa, exacta y concretamente ese niño, era el Hijo del Altísimo, el Salvador tan esperado.

María se convierte en la primer creyente en Cristo Jesús cuando luego de escuchar, no ya una lejana profecía, sino el anuncio oficial de que el Hijo de Dios estaba a punto de encarnarse y llegar al mundo a través de ella (ver Lucas 1, 28-37), sin ninguna vacilación cree, acepta y se entrega con gusto al papel central que le fue divinamente asignado en el Plan Redentor de Dios, afirmando: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lucas 1, 38)

Pero como afirmamos anteriormente, María no solo cree que va a concebir por obra del Espíritu Santo a un niño que llamará Jesús y que éste es realmente el Hijo de Dios, La Santa Virgen María además es la primer persona a través de la cual es anunciado Jesucristo a otros seres humanos, con décadas de antelación, incluso, al comienzo del magisterio público de Nuestro Señor y del trabajo evangelizador de los apóstoles. Jesús es anunciado a través de María a su prima Isabel, quien al apenas escuchar la voz de la Virgen en su casa, es llena del Espíritu Santo y exclama: 
«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lucas 1, 42-45)
Esto nos demuestra y nos enseña que la Santa Virgen María, "la madre del Señor" como la llama Isabel inspirada por el Espiritu Santo, es dentro del cuerpo teológico-doctrinal y espiritual del cristianismo mucho más que un simple "vaso usado", como con cierto desprecio la llaman algunos grupos protestantes. Más que un simple "vaso usado", María es el verdadero y santísimo Tabernáculo humano en que se encarnó y residió el Verbo de Dios, de ahí que la Iglesia desde tiempos muy remotos haya visto en la tipología bíblica al Arca de la Alianza del Antiguo Testamento como un tipo o prefigura de María.

María, la Nueva Eva, Madre de la Iglesia.

Pero otra prefigura tipológica de María que encontramos en la Biblia, es a Eva, de donde le viene a la madre de nuestro Señor el título de "la Nueva Eva", pues ya las primeras generaciones de cristianos, encontraban este tipo y antitipo en la Escritura, como lo vemos en San Justino Martir, el primer gran apologista de la Iglesia primitiva, a quien encontramos en el selecto grupo de los llamados Santos Padres de la Iglesia, y quien alrededor del año 150 escribe
«La virgen Eva, concibiendo la palabra salida de la serpiente, dio a luz a la desobediencia y la muerte. Y la virgen María, al darle el ángel Gabriel la buena nueva, respondió: ‘Hágase en mi según tu palabra’. Por tanto, lo que Eva destruyó por su desobediencia, lo restaura la Nueva Eva por su obediencia.» (San Justino Martir; Diálogo con Trifón).
En ese mismo siglo II tenemos a otros de los grandes Padres de la Iglesia, San Ireneo de Lyon, que nos dice lo siguiente al respecto de Eva y María: 
«De acuerdo con este diseño, María la Virgen es hallada obediente, diciendo: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra". Pero Eva fue desobediente; Porque ella no obedeció cuando aún era virgen. Y así como ella, teniendo en efecto un marido, Adán, pero siendo aún así, una virgen (porque en el Paraíso "ambos estaban desnudos, y no se avergonzaron", en cuanto que, habiendo sido creados poco tiempo antes, no tenía entendimiento de la procreación de los hijos: porque era necesario que primero llegaran a la edad adulta, y luego se multiplicaran a partir de entonces), habiendo sido desobediente, se convirtió en la causa de la muerte, tanto para ella como para el conjunto de la raza humana; así también María, estando prometida a un hombre, y siendo no obstante virgen, al rendir obediencia, se convirtió en la causa de la salvación, tanto para ella como para toda la raza humana.»
Y más adelante:  
«El nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe, lo desató la Virgen María por su fe».  (San Ireneo; Contras las herejías, libro III, capítulo 22.)
Así entonces, María restaura con su obediencia la caída de aquella primera creación; mientras que la desobediencia de Eva alejó a los seres vivientes de Dios, el "sí" de María atrae a Dios a su seno, donde se encarna el Redentor del género humano. 

Como también dice Scott Hahn, el famoso ex-pastor protestante convertido al catolicismo en su estudio bíblico "Dios te salve, Reina y Madre":
«La primera Eva fue la madre de todos los vivientes (cfr. Gén. 3, 20). La Nueva Eva al enseñar a los discípulos y a los sirvientes a creer en Jesús, se vuelve la madre de la Iglesia, los hijos de Dios (Jn. 1, 12; 19, 26-27).» (Scott Hahn; Dios te salve, Reina y Madre: la Virgen María en la Biblia).
Así es que como Adán fue el primer padre y Eva la primera madre del género humano, y así como Abraham es llamado hasta hoy día el Padre (el Patriarca) del pueblo judío, del pueblo de Dios del Antiguo Pacto, por ser él el primer hebreo de la historia, así también, con toda justicia, y con pleno sustento en las Sagradas Escrituras, la Virgen María puede ser llamada la Madre del Pueblo de Dios del Nuevo Pacto, la Madre de todos los cristianos.

¿Tertuliano creía en la 'sola scriptura'? Respuesta a un protestante.

 


En distintos espacios donde se desarrollan debates entre cristianos católicos y protestantes, se ha venido demostrando que en el pensamiento y la doctrina de los Padres de la Iglesia primitiva, es decir, los líderes de la Iglesia en las generaciones siguientes después de los apóstoles, la Tradición era una fuente autoritativa para conocer la revelación junto a las Escrituras, con lo que se descarta que los Padres de la Iglesia enseñaran la "sola scriptura".
 

Aún así, y con toda la evidencia presentada por los católicos, algunos apologistas protestantes siguen sosteniendo que en la patrística hay indicios de "sola scriptura".
 

Recientemente un forista evangélico echó mano de una cita de Tertuliano, aquél gran apologista cristiano que, aunque al final de su vida se uniera a la herejía montanista, sigue siendo un excelente referente para conocer la Iglesia católica en sus primeros dos siglos, y sus escritos son aportes invaluables para entender al cristianismo primitivo.
 

El forista protestante en cuestión pretendía demostrar que Tertuliano hacía una defensa de la "sola scriptura" citando lo siguiente:
 

"From this, therefore, do we draw up our rule. Since the Lord Jesus Christ sent the apostles to preach, ... those very churches which the apostles rounded in person, by declaring the gospel to them directly themselves, both viva voce [living voice], as the phrase is, and subsequently by their epistles." (Tertullian, The prescription against the heretics, Ch 21).

["Así que, partiendo de lo anterior, dirigimos esta prescripción: si el Señor Jesús envió a los Apóstoles a predicar, ... las mismas iglesias que los apóstoles fundaron, predicándoles ellos mismos ya sea de viva voz, como se dice, ya sea, después, por medio de cartas." (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías)] 
 

Y luego el mismo evangélico comentaba sobre la cita lo que sigue:
 

«Esto muestra que los Padres Apostólicos consideraban que las Escrituras contenían la totalidad de la "voz viva". Por lo tanto, incluso Tertuliano operó en sola Scriptura porque las únicas tradiciones que él aceptaría eran las registradas en la Escritura. Cuando Tertuliano discute las tradiciones que no están en las Escrituras, no se refiere a la voz viva de los apóstoles, sino a otro tipo de tradición.»
   
Ya de entrada es muy extraño que se intente deducir de esta cita que Tertuliano "operó en la sola scriptura", cuando incluso el propio fragmento habla de que al principio la predicación fue de "viva voz". Pero sea como sea, el error siempre es el mismo en el que incurren los protestantes cuando se trata de los Padres de la Iglesia, toman algunas citas en las que los textos patrísticos hablan sobre las Escrituras y su autoridad, y de ahí deducen que esa era su "única regla de fe". Es decir, los protestantes parcializan y muestran de manera sesgada el pensamiento de los Padres al desconocer o no tomar en cuenta todas aquellas veces en las que éstos se refieren a la Tradición como una auténtica fuente de autoridad para la Iglesia, junto con la Escritura.

Pero concentrémonos en la cita de Tertualiano, y demos respuesta analizando el pensamiento de este escritor de manera integral, sin sesgos, con respecto a este tema. Veremos con citas de Tertuliano cómo no solo aceptaba la autoridad de las Escrituras y de la Tradición, sino que además era esencial para él la Sucesión Apostólica, que garantizaba la transmisión del depósito de la fe de manera ininterrumpida y que servía para identificar las doctrinas ajenas a la Iglesia visible instituida por los apóstoles:

En las breves palabras citadas por el forista protestante Tertualino está describiendo la ya muy explicada y católica suficiencia material. En el sistema doctrinal de la sola scriptura la Biblia no solo es materialmente suficiente, sino formalmente suficiente. Tal suficiencia formal no existe en los Padres apostólicos por ninguna parte, por eso una y otra vez aluden a la autoridad de la Iglesia ante cualquier controversia o ataque de los herejes (por más que éstos intentaran sustentar con las escrituras sus herejías). 

Así que querer hacer pasar a Tertuliano por "soloscripturista" es verdaderamente absurdo. Tertuliano era tan radical con respecto a la autoridad que corresponde a la Iglesia, que afirmaba que si bien los herejes podían usar muy audazmente las Escrituras, ni siquiera se debería debatir con ellos (en esto era más extremo que nosotros, que nos damos el tiempo de debatir con los protestantes), porque las Escrituras, decía Tertuliano, ni siquiera les pertenecían a los herejes (haciendo una clara alusión a que las Escrituras le pertenecen a la Iglesia y la autoridad de enseñarlas es de ella).

Aquí vemos como Tertualino afirma que incluso los herejes pueden poner por delante las Escrituras en su argumentación, sin que por ello tengan razón:


«Ellos [los herejes] ponen por delante las Escrituras y, con semejante audacia, inmediatamente impresionan a algunos. Pero en el debate mismo fatigan, ciertamente, a los fuertes, captan a los débiles, dejan llenos de escrúpulos a los de condición intermedia. POR ESO LOS ATAJAMOS ADOPTANDO ESTA POSICIÓN, LA MEJOR: NO ADMITIRLOS A NINGUNA DISCUSIÓN SOBRE LAS ESCRITURAS. Si éstas son sus fuerzas, para que ellos puedan usarlas, PRIMERO DEBE SER DISCERNIDO A QUIÉN CORRESPONDE LA POSESIÓN DE LAS ESCRITURAS, A FIN DE QUE NO SEA ADMITIDO A ELLAS AQUÉL A QUIEN DE NINGÚN MODO CORRESPONDE.» (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías.)
 «...entonces permanece firme la razón de nuestra resolución, que establece que no deben ser admitidos los herejes para emprender un desafío sobre las Escrituras, pues sin las Escrituras probamos que ellos no tienen nada que ver con ellas» (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías.)
¿Y por qué dice Tertuliano que aun sin las Escrituras se puede comprobar que los herejes no tienen nada que ver con las Escrituras? Porque no podían demostrar según la sucesión de sus obispos que sus Iglesias proviniesen de los apóstoles, lo cual era una condición para saber a quien le pertenecían las las Escrituras y a quien le correspondía enseñarlas.

Por eso, si una herejía buscaba ser relacionada con los apóstoles (como hacen los protestantes tratando de demostrar que sus doctrinas provienen de la era apostólica por medio de sus interpretaciones particulares del nuevo testamento), ¿qué es lo que les exigía Tertuliano a los herejes para demostrar que su doctrina era apostólica, les pedía acaso solamente qué la comprobaran por medio de las Escrituras como haría un partidario de la 'sola scriptura'? No, porque Tertuliano sabía que los herejes podían usar muy audazmente las Escrituras (como muy audazmente las usan muchos protestantes). Lo que les exigía Tertuliano es que demostraran EL ORIGEN DE SUS IGLESIAS PUBLICANDO LA LISTA DE SUS OBISPOS de modo que pudieran comprobar que su SUCESIÓN provenía desde los apóstoles, como vemos a continuación:


«Por lo demás, si algunas [herejías] se atreven a insertarse en la edad apostólica para parecer transmitidas por los Apóstoles por cuanto existieron en tiempo de los Apóstoles, nosotros podemos decir: PUBLIQUEN, ENTONCES, LOS ORÍGENES DE SUS IGLESIAS, DESPLIEGUEN LA LISTA DE SUS OBISPOS, de modo que, A TRAVÉS DE LA SUCESIÓN QUE DISCURRE DESDE EL PRINCIPIO, aquel primer obispo haya tenido como garante y antecesor a alguno de los Apóstoles o a alguno de los varones apostólicos, pero que haya perseverado con los Apóstoles.

En efecto, de esa manera dan a conocer sus orígenes las iglesias apostólicas: como la iglesia de los esmiornitas cuenta que Policarpo fue puesto por Juan, como la de los romanos que Clemente fue ordenado por Pedro. De igual modo, ciertamente, también las otras iglesias muestran qué vástagos de semilla apostólica poseen destinados al episcopado por los apóstoles. Inventen algo semejante los herejes. Pues, luego de tanta blasfemia ¿qué es ilícito para ellos?» (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías.)

¿Y cuáles eran según Tertuliano las doctrinas que debían ser consideradas verdaderas?


«toda doctrina QUE CONCUERDE CON LA DOCTRINA DE AQUELLAS IGLESIAS APOSTÓLICAS, MATRICES Y FUENTES DE LA FE debe ser considerada verdadera, pues sin duda mantiene aquello que las Iglesias recibieron de los Apóstoles, los Apóstoles de Cristo, Cristo de Dios; […] toda doctrina que sepa a algo contrario a la verdad de las iglesias y de los Apóstoles de Cristo y de Dios ha de ser prejuzgada como proveniente de la mentira.» (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías)

¿Y cómo demostraba Tertuliano que sus doctrinas procedían de la TRADICIÓN de los apóstoles, lanzando citas bíblicas a diestra y siniestra para comprobar que eran "bíblicas"? No, sencillamente demostraba que ellos estaban en comunión con las Iglesias apostólicas, esa era una prueba más que suficiente de estar en la verdad:

«Queda, pues, por demostrar, si esta doctrina nuestra cuya regla hemos formulado arriba, procede de la tradición de los Apóstoles y, por lo mismo, las otras provienen de la mentira. NOSOTROS ESTAMOS EN COMUNIÓN CON LAS IGLESIAS APOSTÓLICAS, lo que no cumple ninguna doctrina contraria: ESTO ES PRUEBA DE LA VERDAD.» (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías)
¿Y por qué muchos caían a merced de las tentaciones de la mentira? Por no investigar los fundamentos de LA TRADICIÓN. Como nosotros mismos les hemos repetido incesantemente a los protestantes. La Tradición nos da la certeza de lo que enseña realmente la Escritura, más allá de las "audaces" interpretaciones protestantes, que contrarían a la Tradición:

«Un tratado sobre esta materia no será del todo inútil para instruir tanto a los que están todavía en un estadio de formación como a los que, satisfechos con su fe sencilla, no investigan los fundamentos de LA TRADICIÓN, y, debido a su ignorancia, poseen una fe que está a merced de todas las tentaciones» (Tertuliano, De baptismo)
Así que, como hemos podido observar, en Tertuliano no hay ni el menor atisbo de 'sola scriptura'.

Consideraciones judías y católicas sobre los cuidados en la enfermedad terminal: lo prohibido, lo permitido, lo obligatorio


Texto de las consideraciones sobre los cuidados en la enfermedad terminal emitido conjuntamente por judíos y católicos.

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Del 2 al 4 de mayo de 2023 tuvo lugar en Jerusalén la 17ª reunión de la Comisión Bilateral de Delegaciones del Gran Rabinato de Israel y la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, sobre el tema: «Consideraciones judías y católicas sobre los cuidados en la enfermedad terminal: lo prohibido, lo permitido, lo obligatorio».


Ofrecemos a continuación la traducción del documento que conjuntamente emitieron las partes sobre la enfermedad termina.

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Comisión bilateral del Gran Rabinato de Israel y la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Pueblo de Judío (17ª reunión)

Consideraciones judías y católicas sobre los cuidados en la enfermedad terminal: lo prohibido, lo permitido, lo obligatorio

Jerusalén, 2-4 mayo 2023 / 11-13 Iyyar 5783

Declaración conjunta

1. El Gran Rabino Arussi dio la bienvenida a las delegaciones en la recepción de apertura, señalando que hacía cinco años que no se celebraban reuniones de la Comisión Bilateral debido a la pandemia de covid-19, por lo que expresó su especial alegría por esta reunión. Las delegaciones desearon al Gran Rabino una pronta recuperación de su enfermedad y el restablecimiento de su plena salud. El Sr. Yehudah Cohen, recientemente nombrado Director General del Gran Rabinato de Israel, también expresó su bienvenida y aprecio por el trabajo de la Comisión Bilateral y su importancia para toda la sociedad.

2. Las reflexiones, que comenzaron al día siguiente, profundizaron en el tema que la Comisión Bilateral había tratado en su 6ª reunión sobre la vida humana y la tecnología, a la luz de los notables avances de la ciencia médica.

3. La ponencia por parte católica ilustró los principios rectores relativos a la atención de los enfermos terminales, partiendo de la advertencia del Papa Francisco sobre el «contexto sociocultural contemporáneo que disminuye progresivamente la comprensión del valor de la vida humana».

4. Por lo tanto,la dignidad de todo ser humano -que para judíos y católicos desciende de la afirmación del carácter sagrado de la vida humana- fue proclamada de nuevo, de acuerdo con la declaración de la Comisión Bilateral emitida en Roma en febrero de 2006 /Shevat 5766:

«Afirmamos los principios de nuestras respectivas tradiciones religiosas de que Dios es el Creador y Señor de toda vida, y que la vida humana es sagrada porque, tal como enseña la Biblia, la persona humana ha sido creada a imagen divina (cf. Génesis 1:26-27). Dado que la vida es un don divino que hay que respetar y preservar, repudiamos decididamente la idea del dominio humano sobre la vida y el derecho de cualquier persona o grupo humano a decidir sobre su valor o duración. En consecuencia, repudiamos el concepto de eutanasia activa (el llamado homicidio piadoso) como una pretensión humana ilegítima sobre la exclusiva autoridad divina para determinar el momento de la muerte de la persona humana». Además, «a este respecto, reafirmamos las enseñanzas de nuestras tradiciones, según las cuales todos los conocimientos y habilidades humanos deben servir para promover la vida y la dignidad humanas y, por tanto, estar en consonancia con los valores morales derivados de los principios antes mencionados. En consecuencia, debe haber límites a la aplicación científica y tecnológica, reconociendo el hecho de que no todo lo que es técnicamente factible es también ético».

5. Se hizo especial hincapié en la importancia de los cuidados paliativos y de todos los esfuerzos posibles para aliviar el dolor y el sufrimiento. También se hizo referencia a la histórica Declaración Conjunta de las tres religiones abrahámicas, rechazando la eutanasia activa y el suicidio médicamente asistido, publicada en el Vaticano el 28 de octubre de 2019 / 29 Tishri 5780.

6. Para judíos y cristianos, atender a los enfermos terminales con fe, respeto y amor, significa verdaderamente encender una luz de confianza y esperanza, en un momento marcado por la oscuridad y la sensación de soledad y abandono, tanto para los enfermos como para sus seres queridos.

7. La sesión II trató de las directrices para los enfermos terminales, legisladas en armonía con la tradición judía, y sus ramificaciones globales. Se hizo hincapié en la distinción entre las acciones que causan la muerte y las opciones de omisión más allá de las necesidades humanas básicas; así como entre la eutanasia activa y el suicidio asistido por un médico, por una parte, y, por otra, la interrupción de tratamientos terapéuticos continuados (como la ventilación y los marcapasos) o la prolongación de la vida más allá de las necesidades humanas básicas (como la diálisis y la quimioterapia).

8. Las Delegaciones reconocen que las complejidades éticas y religiosas que entrañan las situaciones al final de la vida exigen que cada caso se considere en relación con sus circunstancias y necesidades particulares.

9. Las delegaciones fueron recibidas por el Director General del Hospital Shaare Zedeq, donde pudieron comprobar cómo se trata a los enfermos terminales de acuerdo con los principios expuestos.

10. Los miembros de la delegación dan gracias a Dios Creador, invocando su bendición sobre todos los enfermos y todos aquellos que se dedican a cuidar y proteger la vida.

Traducción del original en lengua italiana realizada por el director editorial de ZENIT.

Fuente: https://es.zenit.org/

Francisco sobre el diálogo entre cristianismo e islam: “Debemos centrarnos en lo que nos une”


El Papa ha recibido a los participantes en el VI Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y el Real Instituto de Estudios Interreligiosos

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El papa Francisco ha recibido este jueves en audiencia a los participantes en el VI Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y el Real Instituto de Estudios Interreligiosos sobre el tema “Creatividad común entre el cristianismo y el islam”.

Durante el encuentro, el Papa ha expresado su “aprecio y gratitud” al rey Abdullah II de Jordania, “por su atención a las comunidades cristianas no solo de su país, sino también de Medio Oriente, particularmente en tiempos marcados por el conflicto y la violencia”. “Su Majestad no se cansa de repetir que los cristianos de aquellas benditas tierras son indígenas, por lo tanto viven donde han vivido sus antepasados ​​durante muchos siglos”, ha señalado.

Compromiso común

Asimismo, y dirigiéndose al príncipe El Hassan bin Talal, presente en la audiencia, ha animado a que el diálogo que se promueve entre ambas instituciones “sea fecundo”, para lo cual “se necesita sinceridad y respeto mutuo, en la conciencia tanto de las convergencias como de las divergencias”. “En lo primero en lo que debemos centrarnos sobre todo, es decir, en lo que nos une, tanto a nivel religioso-espiritual como a nivel ético-moral”, ha aseverado Francisco.

En este sentido, el Papa ha animado a “resaltar numerosos valores comunes, como la adoración al único Dios, la oración, el ayuno, la peregrinación, la compasión, el compartir, la atención a las personas desfavorecidas y que sufren: el huérfano, la viuda, el enfermo, el anciano, el inmigrante, el refugiado”. “También creemos que no todo termina con la muerte, sino que hay otra vida, eterna, donde seremos responsables ante Dios por nuestras acciones y recibiremos recompensa o castigo”, ha recordado. “Por lo tanto, nuestro compromiso común es por una buena vida”.

Autor: Elena Magariños.

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Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/

¿Sigue vigente la guerra santa?



La pasada tarde del 25 de enero –fiesta de la conversión de san Pablo– saltaba la triste noticia de que un marroquí había matado al sacristán de una iglesia de Algeciras y herido a otras personas, entre ellas, un cura. Al parecer, el autor de los hechos –Yasin Kanza– estaba vigilado por la policía desde hacía unos días y pendiente de expulsión. La Audiencia Nacional ya investiga los hechos como un ataque yihadista.

Ante hechos como este, enseguida se dibujan dos frentes: los que lo consideran obra poco menos que de un perturbado (o de un “lobo solitario”) y aquellos otros que ven en el hecho un ejemplo más de una religión –o al menos de una determinada interpretación de esa religión– que, aunque autoproclamada “religión de paz”, lleva en su seno el germen del extremismo y el fanatismo. De hecho, el propio término ‘yihad’ es entendido de dos maneras: como el “esfuerzo del creyente en el camino de Dios” –algo prácticamente espiritual– o como la “guerra santa” contra los infieles, con el uso de la violencia incluido.

¿Hay guerra santa en la Biblia?

En la Biblia, y contra la opinión común, no hay “guerra santa”, al menos entendida como “guerra de religión” en el sentido moderno. Se trataría más bien de “guerras de subsistencia” de Israel (y su Dios) contra otros pueblos (y sus dioses). En el contexto de esas guerras, la Escritura habla de ‘jérem’, traducido al griego como “anatema”. El ‘jérem’ era la práctica según la cual, en esas campañas militares, en general, había que destruir todo beneficio que pudiera obtenerse: personas, ganados, riquezas. Se entendía que ese era el modo de “ofrecerlo” a Dios. Este es el sentido de este texto: “Cuidado no prevariquéis quedándoos con algo de lo consagrado al exterminio; porque acarrearíais la desgracia sobre todo el campamento de Israel, haciéndolo objeto de exterminio. Toda la plata y el oro y todos los objetos de bronce o de hierro están consagrados al Señor: ingresarán en su tesoro” (Jos 6,18-19).

Algunos autores piensan que, aunque suene bárbaro –y lo sea–, esa era una forma de limitar las guerras cuyo su fin primordial –con la excusa de la religión– era obtener beneficios: si no se podía disfrutar de los bienes obtenidos, más valía no hacer la guerra. ¿Cuántas guerras en el mundo nos habríamos ahorrado si no hubiera sido posible beneficiarse materialmente de ellas?

Autor: Biblista Pedro Barrado

El Papa dice a los budistas: “La conversión ecológica ocurre cuando se reconocen las raíces humanas de la crisis ambiental”


El Papa ha participado en un encuentro para promover la conversión ecológica a través de las iniciativas con el diálogo budista-cristiano como base

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El papa Francisco ha recibido hoy en el Vaticano a una delegación de monjes budistas de Camboya. Una visita que, tal como ha subrayado el Pontífice, “tiene como objetivo consolidar su amistad duradera como líderes religiosos comprometidos con la mejora de la cooperación interreligiosa, un elemento importante de la sociedad, que permite a las personas vivir en paz como hermanos y hermanas, reconciliados entre sí y con el entorno en el que ellos viven”.

“En un momento en que la familia humana y nuestro planeta se enfrentan a graves amenazas, habéis elegido acertadamente la ‘Conversión ecológica’ como tema de vuestro encuentro”, ha señalado Francisco. “Esta es una señal positiva de la creciente sensibilidad y preocupación por el bienestar de la Tierra, nuestra casa común, y por las importantes contribuciones que, inspirados en creencias religiosas y tradiciones espirituales, podéis hacer a vuestro noble país en su camino de reconstrucción social y económica, tras las crisis sociopolíticas de las últimas décadas”.

Crisis ecológica

Asimismo, el Papa ha destacado que “la pobreza y la falta de respeto a la dignidad de los marginados causan mucho sufrimiento y desánimo en nuestro tiempo; por lo tanto, deben contrastarse con procesos concertados que promuevan la conciencia de la fragilidad radical de nuestros contextos ambientales”. Por ello, considera urgente “buscar, a través del diálogo a todos los niveles, soluciones integrales basadas en el respeto a la interdependencia fundamental entre la familia humana y la naturaleza”.

“La conversión ecológica ocurre cuando se reconocen las raíces humanas de la actual crisis ambiental; cuando el verdadero arrepentimiento lleva a frenar o detener tendencias, ideologías y prácticas nocivas e irrespetuosas con la creación y cuando las personas se comprometen a promover modelos de desarrollo que curen las heridas infligidas por la codicia, por la búsqueda desmedida de ganancias económicas, por la falta de solidaridad con los vecinos y la falta de respeto por el medio ambiente”, ha aseverado el Papa.

La felicidad a la inversa en el cristianismo



En un vídeo en TikTok veía, hace unas semanas, que una psicóloga hablaba de la historia de un paciente, que había tenido una vida difícil y ella le recomendaba vivir la felicidad como decisión; y aunque la historia narrada era sumamente emotiva y persuasiva, el argumento no me pareció del todo convincente.

La felicidad podría ser una opción si tenemos resuelto todos los problemas; a alguien que no carece de nada podría parecer lógico pedirle que sea feliz; pero en la vida real, el asunto no es tan simple. ¿Es posible ser feliz con hambre?, ¿es posible ser feliz sin trabajo?, ¿es posible ser feliz en medio de la guerra?, ¿es posible ser feliz estando solo?.

Quizás las respuestas a estas preguntas no caben en un texto semanal de Vida Nueva, por tanto estas líneas solo son un balbuceo incipiente a la profundidad que se plantea, pero habrá que hacer el intento.

La felicidad en el evangelio

En la lógica de Jesús la felicidad es totalmente contraria a lo que propone el mundo, la palabra bienaventurado, o beato ha sido también traducido por feliz, de tal manera que no solo cabría decir bienaventurados los pobres, sino, felices los pobres.

Quizás en este punto, alguien inclinado a la derecha ya hizo clic para cerrar el artículo, porque ¿cómo es posible decir felices los pobres?. Seguro dirá que es una apología a la pobreza, pero no, la frase está en el evangelio. Y no solo la pobreza, Jesús, que es mucho más arriesgado, dice felices los que lloran, los perseguidos, los encarcelados. ¡Qué máxima contradicción!

Por lo que creo que el asunto no es únicamente una decisión ética o moral, no es que la persona decida ser feliz, sino que, como don, sé es capaz de comprender que todas esas cosas aparentemente malas, tienen un trasfondo, y que ese trasfondo según la fe, es la esperanza.

La esperanza es una virtud teologal, la otorga Dios, por tanto la felicidad es un don que también otorga Dios, no es una mera decisión, o una respuesta humana. Ser feliz en el sufrimiento no es ser masoquista, es otra cosa mucho más profunda, y en este caso sería una convicción mayor. Esto lo aprendí de mi padre, enfermo renal por cinco largos años que le hicieron sufrir, pero él decía, que era feliz.

La felicidad, camino y don que se construye

Con esto, no se pretende decir que solo nos queda la tristeza y la melancolía en el horizonte, pero la vida no es solo voluntad, no es solo una decisión, es un equilibrio de causas y consecuencias, de preguntas y respuestas, de decisiones y de gracias, y es allí dónde se comprende el verdadero sentido de la llamada a la felicidad, que no consiste en que no haya sufrimiento, sino que estos tengan un sentido de trascendencia.

El célebre escritor, y también director de Vida Nueva en sus inicios, José Luis Martín Descalzo, escribió: “no es cierto que la felicidad pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa (…) la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun así, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera”.

Si, la felicidad entera no es una decisión, pero no renunciar a la esperanza, sí que lo es, y ese podría ser el inicio de comenzar a ver el mundo y la realidad, con ojos diferentes.

Por Rixio Portillo. Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey

El cristianismo podría dejar de ser la religión mayoritaria en Estados Unidos en 2070



En 2020, alrededor del 64% de los estadounidenses, incluidos los niños, son cristianos. Las personas sin afiliación religiosa, denominadas "nones", son hoy el 30% de la población. Los adeptos de todas las demás religiones -incluidos los judíos, los musulmanes, los hindúes y los budistas- sumaban alrededor del 6%

Si el cambio de religión continúa al ritmo reciente, se acelera o se detiene por completo, las proyecciones muestran que los cristianos de todas las edades se reducen del 64% a entre un poco más de la mitad (54%) y un poco más de un tercio (35%) de todos los estadounidenses en 2070.

Desde la década de 1990, un gran número de estadounidenses ha abandonado el cristianismo para unirse a las filas de adultos que describen su identidad religiosa como atea, agnóstica o "nada en particular". Esta tendencia acelerada está reconfigurando el panorama religioso de Estados Unidos, lo que lleva a mucha gente a preguntarse cómo será el futuro de la religión en el país. 

Según un estudio del prestigioso Pew Research Centre, en 2020, alrededor del 64% de los estadounidenses, incluidos los niños, son cristianos. Las personas sin afiliación religiosa, denominadas "nones", son hoy el 30% de la población. Los adeptos de todas las demás religiones -incluidos los judíos, los musulmanes, los hindúes y los budistas- sumaban alrededor del 6% de los ciudadanos de los Estados Unidos. Pero, de seguir la tendencia a la baja que se viene registrando desde 1990, el cristianismo podría dejar de ser mayoritario en el país dentro de medio siglo, es decir, en 2070

Según señala el informe "Modeling the Future of Religion in America", publicado el 13 de septiembre, “dependiendo de si el cambio de religión continúa al ritmo reciente, se acelera o se detiene por completo, las proyecciones muestran que los cristianos de todas las edades se reducen del 64% a entre un poco más de la mitad (54%) y un poco más de un tercio (35%) de todos los estadounidenses en 2070. En ese mismo periodo, los ‘nones’ pasarían del 30% actual a entre el 34% y el 52% de la población”.

Cuatro escenarios alternativos

Esta horquilla de cifras varía porque el Pew utilizó cuatro escenarios alternativos para hacer sus proyecciones (sin cambio; cambio constante; y dos de desafiliación creciente) y en los que consideraban las variables de que “cada madre transmitiera su fe a cada uno de sus hijos; si los grupos religiosos tuvieran las mismas tasas de natalidad; si la inmigración se detuviera después de 2030; y si los cristianos de más edad dejaran de pasar de ser creyentes a no afiliados”.

En todo caso, de los resultados obtenidos de este estudio, se señala que “el cristianismo perdería su condición de mayoría pero mantendría su condición de pluralidad hasta 2070 en los cuatro escenarios”."Es posible que acontecimientos ajenos al modelo del estudio -como una guerra, una depresión económica, una crisis climática, un cambio en los patrones de inmigración o innovaciones religiosas- puedan invertir las tendencias actuales de cambio de religión, provocando un resurgimiento del cristianismo en Estados Unidos", señala el informe.

En los cuatro escenarios, por otra parte, “varían principalmente en sus hipótesis sobre el futuro del cambio religioso entre los estadounidenses de 15 a 29 años, que son los años en los que se produce la mayor parte del cambio religioso”, añade el informe, que ofrece también hipótesis sobre sus razones:

"En Estados Unidos, la asociación del cristianismo con la política conservadora ha alejado a muchos liberales de la fe. Otras teorías tienen que ver con la disminución de la confianza en las instituciones religiosas, los escándalos del clero, el aumento de los matrimonios mixtos religiosos, las familias más pequeñas, etc. Cuando se les pregunta, los estadounidenses dan una amplia gama de razones para dejar la religión".

Los hombres, más propensos a dejar la religión

Además, se apunta que los hombres son más propensos a abandonar la religión que las mujeres y que la inmigración latrina ha sido la que ha añadido más cristianos a la población estadounidense en los últimos tiempos.

Y aunque el informe del Pew Research Center apunta que “el rebrote del cristianismo es teóricamente posible", sin embargo, "requeriría una inversión de las tendencias actuales de cambio".

¿Es cierto que el Papa Francisco le cantó a Lucifer? Te lo aclaramos.

 


Se ha transmitido viralmente entre sectores del medio fundamentalista neoevangélico anticatólico un video que trata de convencer a los espectadores que el Papa Francisco le cantó a Lucifer, y claro, según estos sectores duros del anticatolicismo irracional, esta sería la mejor prueba de que el papado es "diabólico" y de que los católicos debemos salir corriendo de la Iglesia, para dispersarnos entre algunos de sus múltiples grupos, muchas veces enfrentados entre sí.


¿Pero realmente el Papa le cantó a Lucifer -entendido éste como un demonio-?

Basta echar a andar un poco la mente para concluir que eso sería bastante absurdo. Piense usted por un momento, ¿si la Iglesia católica fuera una farsa que lo que hace realmente es "adorar al demonio", sería tan tonta e ingenua como para hacerlo públicamente, de manera que quedara al descubierta ante el mundo?

¿Pero entonces a quien se refería el Papa Francisco cuando mencionó esto de "Lucifer"?

Pues muy bien, para empezar tenemos que decir que este canto no es una novedad que se le ocurrió al Papa Francisco, sino un himno litúrgico cristiano bastante antiguo, del cual hay testimonios que existía allá por el siglo IV (años 300), llamado Pregón Pascual.

El Pregón Pascual es un himno cristiano que se canta durante la Misa de la solemnidad de la Vigilia Pascual (es decir, en la Misa del sábado santo), y el cual se canta en latín en la Misa realizada en el Vaticano en dicha solemnidad, de ahí que se utilice el término "Lucifer", pues ésta es una palabra en latín que en español es traducida como "Lucero" y significa "portador de luz".

Para quien no sea católico y desconozca el tema, en la Vigilia Pascual se enciende el Cirio de la Pascua, que representa la luz que es Cristo en nuestras vidas, que apareció en medio de la oscuridad en la que se encontraba la humanidad antes de que viniera al mundo, y que también representa esa luz triunfante que venció a la muerte, representada por la oscuridad, luz que se hizo presente en ese tránsito del sábado al domingo de resurrección cuando Jesús resucitó de entre los muertos glorioso y victorioso.

Así que en el Pregón Pascual, cuando es cantado en latín, el término "Lucifer" hace referencia a nuestro Señor Jesucristo, no al demonio.

¿Pero hay base bíblica para representar a Jesús como "Lucero"?

Por supuesto que la hay, es el propio Jesús quien habla de sí mismo como "lucero resplandeciente de la mañana" cuando en Apocalípsis 22, 16 dice: "Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles testimonio de lo referente a las Iglesias, Yo soy el retoño y el descendiente de David, el Lucero radiante del alba".

Pero eso no es todo, también tenemos al apóstol Pedro, quien en su segunda epístola se refiere a la plenitud del cumplimiento de las profecías, a la luz que ilumina después de la oscuridad de la noche (es decir, el conocimiento de Cristo) como el "lucero de la mañana"
"Y tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la cual hacen bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en sus corazones el lucero de la mañana" (2 Pedro, 1, 19)
 Así que cuando en el Pregón se habla de "Lucifer" no se habla de ningún demonio, sino del verdadero portador de luz a nuestras vidas que es el Señor Jesús.

A continuación copiamos justamente la parte de la letra del Pregón Pascual en que se menciona a "Lucifer", pero traducida al español, de modo que todo lector pueda apreciar el contexto correcto y cómo el himno habla de Jesucristo:


Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
para destruir la oscuridad de esta noche,
arda sin apagarse
y, aceptado como perfume,
se asocie a las lumbreras del cielo.
 Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso:
Jesucristo, tu Hijo
,
que, volviendo del abismo,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Y para aprovechar la ocasión, colocamos el himno completo, que es una verdadera joya, hermosa y preciosa de la cristiandad. Pongan por favor atención a tan bella letra:


Autor: Alfredo Rodríguez.

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