Mi esposo me engañó y somos católicos, ¿debo perdonarlo o pedirle el divorcio?



Antes que nada, quiero decirte que lamento mucho la situación difícil por la que estás pasando. La infidelidad en el matrimonio es una herida profunda que puede causar mucho dolor y confusión, y sé que tomar una decisión al respecto no es fácil. Pero déjame decirte que como sacerdote católico, mi deseo es acompañarte en este momento y ofrecerte algunas reflexiones desde la fe para ayudarte a discernir qué camino seguir.

En primer lugar, es importante recordar que el sacramento del matrimonio es un compromiso sagrado ante Dios en el que dos personas se unen en amor y fidelidad para toda la vida. La infidelidad va en contra de este compromiso y puede causar un daño profundo en la relación. Sin embargo, como católicos, también creemos en el poder del perdón y la reconciliación.

En la Biblia, Jesús nos enseña sobre la importancia del perdón y la misericordia. En Mateo 18, 21-22, Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces debe perdonar a su hermano que peca contra él, y Jesús le responde: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete". Esto nos muestra que el perdón es un acto de amor y misericordia que debemos practicar en nuestras relaciones, incluso en situaciones tan difíciles como la infidelidad.

El Catecismo de la Iglesia Católica también nos habla sobre el perdón y la reconciliación. En el párrafo 2840, se nos recuerda que "el amor de Dios es más fuerte que nuestro corazón, más fuerte que nuestra debilidad y nuestro pecado". Esto significa que, aunque la infidelidad pueda ser una traición dolorosa, el amor de Dios puede sanar las heridas y restaurar la relación si ambas partes están dispuestas a trabajar en ello.

Por supuesto, el perdón no significa ignorar el daño causado ni aceptar la infidelidad como algo normal. Es importante que haya un proceso de sanación y reconciliación en el matrimonio, que incluya el arrepentimiento sincero por parte del cónyuge infiel, la búsqueda de ayuda profesional si es necesario, y un compromiso mutuo de reconstruir la confianza y fortalecer la relación.

En cuanto a la pregunta de si debes perdonar a tu esposo o pedirle el divorcio, no puedo darte una respuesta definitiva, ya que cada situación es única y requiere discernimiento personal. Sin embargo, te invito a reflexionar sobre algunos aspectos importantes:

- ¿Tu esposo ha mostrado arrepentimiento sincero por su infidelidad y está dispuesto a trabajar en la reconstrucción de la relación?
- ¿Estás dispuesta a perdonarlo y a trabajar en la sanación de la herida causada por la infidelidad?
- ¿Ambos están dispuestos a buscar ayuda profesional o espiritual para superar esta crisis juntos?


El sacramento del matrimonio es un compromiso serio y sagrado que merece ser protegido y cuidado. Si crees que hay posibilidad de sanación y reconciliación en tu matrimonio, te animo a buscar el camino del perdón y la restauración. Pero si sientes que la confianza ha sido irremediablemente dañada y no hay posibilidad de reconstruir la relación, también es válido considerar la opción del divorcio.

Recuerda que Dios siempre está contigo en medio de tus pruebas y su amor y misericordia son inagotables. No dudes en buscar apoyo en tu comunidad parroquial, en un consejero espiritual o en un terapeuta matrimonial para acompañarte en este proceso. Que la gracia de Dios te guíe y te dé fortaleza en este momento difícil. Estoy aquí para ti, querido amigo, para escucharte y acompañarte en tu camino de discernimiento. ¡Que Dios te bendiga y te llene de paz!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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