¿Qué quiso decir San Pablo cuando dijo "el amor todo lo soporta?


La expresión "el amor todo lo soporta" proviene de la famosa descripción del amor que encontramos en la Primera Carta a los Corintios, específicamente en el capítulo 13. Vamos a desentrañar juntos lo que San Pablo quiso transmitir con estas poderosas palabras.

San Pablo, en su carta a los corintios, estaba abordando las divisiones y conflictos que existían en la comunidad cristiana de Corinto. Había discordias y rivalidades, y la unidad estaba siendo amenazada. En medio de este contexto, Pablo decide hablar sobre el amor, no solo como un sentimiento romántico, sino como el fundamento esencial de la vida cristiana y de la comunidad.

En 1 Corintios 13, 4-7, Pablo nos presenta una hermosa descripción del amor: "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".

Cuando Pablo dice "el amor todo lo soporta", está destacando la capacidad del amor para resistir, sostener y superar las pruebas y dificultades. Pero, ¿a qué se refiere exactamente con "todo lo soporta"?

Para entenderlo mejor, podemos explorar las palabras griegas utilizadas en este pasaje. La palabra que se traduce como "soporta" es "hypoméno", que implica más que simplemente tolerar o aguantar. Significa sostenerse bajo una carga, perseverar o resistir de manera activa y firme.

Imagina una relación o una comunidad donde el amor no solo tolera las imperfecciones o los momentos difíciles, sino que sostiene y fortalece a través de ellos. Esto se relaciona directamente con la paciencia y la bondad mencionadas previamente. El amor no se rinde fácilmente ante los desafíos, sino que persevera con paciencia y compasión.

Un ejemplo claro de esta idea se encuentra en las relaciones personales. Todos experimentamos momentos difíciles, malentendidos y desacuerdos en nuestras relaciones. "El amor todo lo soporta" nos invita a no rendirnos ante las dificultades, sino a mantenernos firmes, apoyándonos mutuamente, siendo pacientes y buscando la reconciliación.

Este principio también se aplica a la comunidad cristiana en su conjunto. La Iglesia, como familia de creyentes, está llamada a ser un lugar de amor y unidad. Enfrentamos desafíos, diferencias de opinión y momentos de tensión. Pero el amor cristiano, el amor que refleja el corazón de Dios, nos impulsa a perseverar en la búsqueda de la unidad, a soportar los desafíos con paciencia y a trabajar juntos para superar las dificultades.

Para ahondar aún más, podemos mirar al Catecismo de la Iglesia Católica, que nos enseña sobre la caridad como una de las virtudes teologales. En el párrafo 1823, se nos dice: "La caridad es la virtud teologal por la que amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, por amor de Dios". Este amor, basado en la caridad, es el que San Pablo está describiendo en 1 Corintios 13.

Entonces, cuando dice "el amor todo lo soporta", nos está instando a vivir la caridad de una manera práctica y activa. Nos está diciendo que, en nuestras vidas cotidianas, en nuestras relaciones, en nuestra comunidad, el amor cristiano no se rinde frente a las dificultades. Nos impulsa a ser pacientes, a perdonar, a buscar la paz y la reconciliación, a no abandonar a aquellos que amamos cuando las cosas se tornan difíciles.

Pero hay algo aún más profundo en esta afirmación. El amor que todo lo soporta también refleja el amor de Dios por nosotros. Dios, en su amor infinito, no nos abandona ni nos deja cuando cometemos errores o enfrentamos dificultades. Su amor sostiene, perdona y renueva. Cuando entendemos esto, nos damos cuenta de que el amor cristiano, el amor que refleja el amor de Dios, tiene un poder transformador.

Pero ojo, es crucial destacar que cuando San Pablo nos dice que "el amor todo lo soporta", no está sugiriendo que debemos soportar abusos o maltratos en nombre del amor cristiano. El amor genuino, inspirado por la caridad y la compasión, no justifica ni tolera la violencia, la injusticia o el daño emocional. Más bien, nos invita a resistir con paciencia y bondad en situaciones difíciles, pero nunca a permanecer en entornos o relaciones que amenacen nuestra seguridad o dignidad. La enseñanza de San Pablo se centra en la perseverancia en el amor ante las adversidades, no en soportar situaciones que van en contra de la dignidad humana. Es importante que, al vivir el amor cristiano, busquemos un equilibrio sabio que promueva la justicia, el respeto y la integridad, a la vez que mantenemos un corazón compasivo y dispuesto a perdonar. 

¡Que el amor de Cristo nos acompañe siempre!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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