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Un Testigo de Jehová me dijo que no debemos celebrar las Fiestas Patrias, ¿Qué dice la Iglesia Católica al respecto?


¡Qué tema interesante el que te planteó ese Testigo de Jehová! Este asunto de las Fiestas Patrias y cómo las celebramos puede generar algunas dudas cuando nos ponemos a pensar en nuestra fe católica y en lo que significa ser cristianos. Así que me alegra que me preguntes esto.

La Iglesia católica no enseña que sea incorrecto celebrar las Fiestas Patrias. De hecho, amar a tu patria no es pecado, ni mucho menos. Las Fiestas Patrias suelen ser una ocasión para dar gracias a Dios por el lugar donde vivimos, recordar la historia de nuestra nación y también pedirle a Dios que nos ayude a construir una sociedad más justa, pacífica y solidaria. ¿Qué tiene de malo eso? ¡Nada! Más bien, la enseñanza de la Iglesia sobre el amor a la patria está enraizada en una visión de gratitud por los dones que Dios nos ha dado, y entre esos dones está el país en el que nacimos o donde vivimos.

Ahora, ¿por qué algunos grupos como los Testigos de Jehová se oponen a celebrar las Fiestas Patrias? Bueno, ellos tienen una interpretación muy particular de ciertos textos bíblicos, sobre todo de los que hablan de que no debemos idolatrar ni poner ninguna nación o cosa por encima de Dios (lo cual es cierto, por cierto). En su opinión, las celebraciones patrióticas son una forma de idolatría. Pero desde la perspectiva católica, esto no es así. Amar a tu patria no es lo mismo que adorarla. La clave está en mantener siempre a Dios en el centro de nuestras vidas. Podemos sentirnos orgullosos de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y de nuestra historia, pero sin perder de vista que nuestra lealtad suprema es hacia Dios.

La Biblia nos enseña a dar "a cada uno lo que le corresponde: paguen a quien deban pagar impuestos, den respeto y honor a quien corresponda" (Romanos 13,7). Esto implica que es correcto honrar a las autoridades y a nuestra patria de manera justa. Pero al mismo tiempo, San Pablo nos recuerda que "nuestra ciudadanía está en los cielos" (Filipenses 3,20), es decir, no debemos olvidar que nuestro verdadero hogar está en Dios.

La Iglesia también habla de este equilibrio en el Catecismo, donde nos enseña que el amor a la patria es parte del cuarto mandamiento, el de honrar a tu padre y a tu madre. Dice así: “El deber de los ciudadanos es trabajar al servicio del bien común de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2239). Entonces, no solo es válido amar a nuestro país, sino que es parte de nuestra responsabilidad como católicos contribuir al bien de nuestra nación. ¡Eso es algo hermoso! Estamos llamados a ser buenos ciudadanos, a promover la justicia, a luchar contra la pobreza, a cuidar la creación y a trabajar por la paz.

Pero ojo, hay que tener cuidado de no irnos a los extremos. Aunque es bueno amar a nuestra patria, nunca debemos usar ese amor como excusa para despreciar a los demás. Como cristianos, creemos en la fraternidad universal. Esto significa que, aunque tengamos un amor especial por nuestro país, somos hermanos en Cristo con todos los bautizados del mundo. No hay lugar para el racismo, la xenofobia o cualquier forma de discriminación. Todos formamos parte del Cuerpo de Cristo, y el amor cristiano no conoce fronteras. Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo, y ese "prójimo" no está limitado por la nacionalidad. Cuando celebramos nuestra patria, debemos hacerlo con un espíritu de gratitud, pero también de apertura hacia los demás.

Me gusta pensar en la Iglesia como una gran familia, donde todos somos hijos de Dios. Y aunque cada uno tiene su hogar, su cultura y sus tradiciones, todos compartimos una misma fe y un mismo bautismo. San Pablo lo expresa muy bien cuando dice: “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3,28). Esto no significa que tengamos que dejar de lado nuestras identidades nacionales, sino que debemos verlas a la luz de nuestra fe en Cristo, reconociendo que todos somos hermanos, independientemente de dónde venimos.

En resumen, no es pecado celebrar las Fiestas Patrias ni amar a tu patria. Es más, es algo bueno, porque el amor a nuestra patria nos impulsa a buscar su bien y a construir una sociedad más justa y solidaria. Lo importante es que nunca perdamos de vista que nuestra identidad más profunda es la de ser hijos de Dios, y que, como cristianos, estamos llamados a amar y acoger a todos, sin importar su origen. Así que si quieres celebrar las Fiestas Patrias, hazlo con alegría y gratitud, pero también con un corazón abierto y generoso hacia los demás. ¡Que Dios te bendiga en todo momento, y que sigamos construyendo juntos una patria más cercana al Reino de Dios!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Por qué Testigos de Jehová y Adventistas creen que Jesús es el Arcángel Miguel? ¿Hay sustento bíblico para esto?


La creencia de los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día de que Jesús es el Arcángel Miguel se basa en su interpretación de ciertos pasajes bíblicos.

Para empezar, los Testigos de Jehová creen que Jesús es el Arcángel Miguel principalmente debido a una interpretación específica de algunos versículos de la Biblia, especialmente aquellos que se refieren a Miguel como "el arcángel" y a Jesús como el Hijo de Dios. Por ejemplo, en el libro de Judas 1.9, se menciona a Miguel como el arcángel que luchó contra Satanás por el cuerpo de Moisés. Además, en 1 Tesalonicenses 4.16, se describe a Jesús como descendiendo del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios. A partir de estas y otras referencias, los Testigos de Jehová interpretan que Jesús es el Arcángel Miguel, una figura celestial con un papel destacado en la lucha contra el mal y en la protección de los fieles.

Por otro lado, los Adventistas del Séptimo Día también comparten esta creencia, aunque su enfoque puede variar ligeramente. Para ellos, la idea de que Jesús sea el Arcángel Miguel está relacionada con su comprensión del concepto de "Cristo preexistente". Según su interpretación, Cristo no solo tomó forma humana en el tiempo de su encarnación terrenal, sino que también existía como una figura celestial antes de su llegada a la Tierra. En este sentido, identifican a Jesús con el Arcángel Miguel como una manifestación de su naturaleza celestial y su papel como líder y protector del pueblo de Dios.

Sin embargo, es importante señalar que estas interpretaciones no son universalmente aceptadas dentro del cristianismo, y hay muchas denominaciones que sostienen puntos de vista diferentes sobre la identidad de Jesús y su relación con los ángeles. Por ejemplo, en la tradición católica, Jesús es visto como el Hijo de Dios encarnado, pero no se le identifica específicamente como el Arcángel Miguel. En lugar de eso, se considera que Miguel es un arcángel creado por Dios para servir como un mensajero y protector, pero no se le equipara con Jesucristo.

En cuanto al sustento bíblico para estas interpretaciones, es importante reconocer que la Biblia es una colección de textos escritos en diferentes contextos culturales y lingüísticos, lo que a menudo permite una variedad de interpretaciones. Los versículos que mencioné anteriormente son aquellos a los que los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día se refieren para respaldar su creencia en la identificación de Jesús con el Arcángel Miguel. Sin embargo, es importante considerar el contexto completo de estos pasajes y analizarlos a la luz de otras enseñanzas bíblicas y tradiciones interpretativas.

Desde la perspectiva católica, la identificación de Jesús con el Arcángel Miguel no es una enseñanza que se encuentre en la tradición apostólica o en el magisterio de la Iglesia. La Iglesia católica enseña que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, quien se encarnó en la plenitud de los tiempos para redimir a la humanidad y revelar el amor y la misericordia de Dios. Aunque se reconoce la existencia de los ángeles y su papel en la obra de Dios, Jesús ocupa un lugar único y supremo en la fe católica como el Salvador y Señor de todos.

Invito a todos los lectores a acercarse a las enseñanzas del magisterio de la Iglesia católica para comprender más profundamente el misterio de la persona de Jesucristo y su relación con los ángeles. El magisterio de la Iglesia, en comunión con la tradición apostólica y la Sagrada Escritura, nos ofrece una guía sólida y confiable para profundizar en nuestra fe y vivirla de manera auténtica. Al estudiar las enseñanzas de la Iglesia sobre la identidad de Jesús y su papel redentor, podemos fortalecer nuestra relación con él y crecer en amor y fidelidad a su enseñanza.

Que nuestro deseo de conocer a Cristo más plenamente nos lleve a acoger con humildad y gratitud la luz que el magisterio de la Iglesia ofrece en este importante aspecto de nuestra fe.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Existe diálogo ecuménico entre la Iglesia católica y los Testigos de Jehová?


El diálogo ecuménico es algo que la Iglesia católica valora enormemente, ya que busca la unidad entre los cristianos y el entendimiento mutuo. Sin embargo, cuando hablamos de los Testigos de Jehová, lamentablemente, la situación es un poco distinta.

Los Testigos de Jehová, como sabes, tienen sus propias creencias y prácticas religiosas, y aunque también se consideran cristianos, difieren en muchos aspectos doctrinales y teológicos de la fe católica. A lo largo de los años, la Iglesia católica ha expresado su disposición al diálogo y al encuentro fraterno con todas las confesiones cristianas, incluyendo a los Testigos de Jehová. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido un diálogo formal entre la Iglesia católica y esta denominación.

La principal razón de esto es que los Testigos de Jehová han mostrado una postura de rechazo hacia la Iglesia católica y han evitado cualquier tipo de diálogo formal con ella. Esto puede deberse a una serie de razones, incluyendo diferencias teológicas profundas, interpretaciones divergentes de la Escritura y cuestiones relacionadas con la autoridad y la tradición.

La Iglesia católica, siguiendo el ejemplo de Jesús, busca siempre el diálogo y el entendimiento con todos, independientemente de las diferencias doctrinales. Como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica en el párrafo 821: "A los que todavía no han recibido el Evangelio anuncia el amor de Dios manifestado en Jesucristo crucificado y resucitado, ofreciéndoles la posibilidad de entrar más plenamente en comunión con él". Es decir, la Iglesia está llamada a compartir el amor de Dios con todos, incluso con aquellos que aún no comparten plenamente su fe.

Por lo tanto, aunque no ha habido un diálogo formal entre la Iglesia católica y los Testigos de Jehová, eso no significa que no haya lugar para el encuentro, la comprensión mutua y el respeto. La Iglesia católica sigue abierta al diálogo con todas las confesiones cristianas, incluyendo a los Testigos de Jehová, y espera que en el futuro pueda haber oportunidades para conversar y compartir mutuamente nuestras creencias y preocupaciones.

La puerta está siempre abierta para el diálogo, y como cristianos, estamos llamados a amarnos los unos a los otros y a buscar la unidad en la fe. Como dice San Juan Pablo II en su encíclica Ut Unum Sint: "La búsqueda sincera de la unidad es un signo de esperanza para el mundo". Por lo tanto, seguimos rezando y trabajando por la unidad de todos los cristianos, con la esperanza de que algún día podamos caminar juntos en la plenitud de la comunión cristiana.

Así que, aunque hasta ahora no ha habido un diálogo formal entre la Iglesia católica y los Testigos de Jehová, seguimos abiertos al encuentro, al diálogo y al amor fraterno. Estamos llamados a buscar la unidad en la diversidad, confiando en que el Espíritu Santo nos guiará en el camino hacia la plena comunión cristiana. ¡Sigamos orando y trabajando juntos por la unidad de todos los cristianos, con la esperanza de que un día podamos celebrar nuestra fe en Cristo juntos, como hermanos y hermanas en el Señor!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Qué es el Armagedón en el que creen los Testigos de Jehová? ¿Los católicos creemos algo similar?

                            

Primero que nada, hablemos sobre el Armagedón tal como lo entienden los Testigos de Jehová. Para ellos, el Armagedón es un evento profético descrito en la Biblia, específicamente en el libro de Apocalipsis. Según su interpretación, es una batalla final entre el bien y el mal, donde Dios intervendrá para juzgar a la humanidad y establecer su Reino en la Tierra. Esta creencia está enraizada en la idea de un juicio divino que marcará el fin del sistema de cosas actual y el comienzo de una era de paz y justicia bajo el gobierno de Dios.

Los Testigos de Jehová creen que durante el Armagedón, Dios destruirá a aquellos que se oponen a su voluntad y a su Reino, mientras que aquellos que lo siguen serán salvados y vivirán en un paraíso terrenal. Esta visión del Armagedón implica una purificación total del mundo de todo mal y la restauración de la creación a su estado original de perfección.

Ahora, en cuanto a la perspectiva católica, aunque compartimos algunas creencias fundamentales con los Testigos de Jehová, como la creencia en un juicio final y en la segunda venida de Cristo, nuestra comprensión del Armagedón puede diferir en algunos aspectos.

En la Iglesia Católica, creemos en la segunda venida de Cristo, que se describe en el Nuevo Testamento, especialmente en los evangelios y en las cartas de San Pablo. Jesús mismo habla sobre su retorno en San Mateo 24:30-31, donde dice: "Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro".

En cuanto al concepto específico del Armagedón tal como lo entienden los Testigos de Jehová, la Iglesia Católica no tiene una enseñanza oficial o una interpretación específica sobre ese término en particular. Sin embargo, compartimos la creencia en un juicio final donde cada persona será juzgada según sus acciones y su relación con Dios.

Para nosotros los católicos, el juicio final está estrechamente vinculado con la venida gloriosa de Cristo, donde Él vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Este juicio será un momento de revelación completa, donde se hará evidente la justicia y la misericordia de Dios. Como dice en el Catecismo de la Iglesia Católica en el párrafo 1038, "La Resurrección de los muertos precederá al Juicio final. Este tendrá lugar al final del mundo y será la hora en que todos los vivos y los muertos comparecerán ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba según sus obras, buenas o malas: 'Entonces, todos nosotros tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho en esta vida corporal' (2 Co 5, 10)".

Así que mientras que los Testigos de Jehová tienen una interpretación específica del Armagedón como un evento catastrófico que marcará el fin del mundo actual y el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, los católicos compartimos la creencia en un juicio final donde cada persona será juzgada según sus acciones y su relación con Dios, pero no necesariamente con la misma terminología o énfasis en un evento particular llamado Armagedón.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Debemos abrirle la puerta a los Testigos de Jehová o esperar hasta que se vayan?


Para responder a esta pregunta, es importante analizar algunos aspectos importantes de la fe católica y la enseñanza de la Biblia.

La apertura y la hospitalidad son valores fundamentales en la fe católica. La Biblia nos enseña a amar a nuestros prójimos, mostrar compasión y ayudar a aquellos que están en necesidad. En Mateo 25, 35, Jesús nos dice: "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis". Estas palabras nos llaman a recibir a los demás, incluso a aquellos que pueden tener creencias religiosas diferentes.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que la apertura no implica necesariamente estar de acuerdo con todas las enseñanzas de los demás. Como católicos, tenemos la responsabilidad de conocer y vivir plenamente nuestra propia fe. En 1 Pedro 3, 15, se nos insta a estar siempre preparados para dar una respuesta a cualquiera que nos pregunte acerca de la esperanza que hay en nosotros, pero debemos hacerlo "con mansedumbre y reverencia".

Cuando se trata de los Testigos de Jehová, es importante entender que tienen su propia fe y creencias, que difieren en muchos aspectos de la fe católica. Es posible que deseen compartir sus enseñanzas y convicciones con otros, incluyendo a los católicos. Como católicos, tenemos la libertad de escuchar y considerar diferentes perspectivas, pero también tenemos la responsabilidad de discernir y vivir de acuerdo con nuestra propia fe.

Si un Testigo de Jehová llega a tu puerta, puedes optar por abrirles y escuchar lo que tienen que decir. Ser amable y respetuoso es esencial en cualquier interacción religiosa. Puedes escuchar sus puntos de vista y compartir tus propias creencias católicas si te sientes cómodo haciéndolo. Sin embargo, también debes ser consciente de tus propios límites y estar dispuesto a decir amablemente que no deseas continuar la conversación si así lo decides.

Es importante recordar que las interacciones religiosas pueden ser oportunidades para el diálogo y el crecimiento personal, pero también pueden ser desafiantes. Como católicos, estamos llamados a vivir nuestra fe con valentía y confianza, y esto puede significar establecer límites cuando sea necesario. Si no te sientes cómodo teniendo una conversación con los Testigos de Jehová en ese momento, está bien pedirles amablemente que se vayan.

Es crucial recordar que la apertura y el respeto mutuo son fundamentales para cualquier interacción interreligiosa. Debemos recordar que cada individuo tiene el derecho de profesar y practicar su propia fe, siempre y cuando no se dañe a sí mismo ni a los demás. Como católicos, debemos buscar la unidad y el respeto, incluso cuando tenemos diferencias doctrinales con otros grupos religiosos.

En conclusión, como sacerdote católico, te animo a ser abierto y acogedor con los demás, incluyendo a los Testigos de Jehová. Escucha sus puntos de vista con respeto y compasión, pero también sé consciente de tus propios límites y de tu responsabilidad de vivir y compartir tu fe católica. Recuerda siempre buscar el diálogo en un espíritu de amor y unidad, manteniendo la paz y el respeto mutuo en todas las interacciones religiosas.

Autor: Padre Ignacio Andrade. 

Los Testigos de Jehová quieren darme un estudio bíblico, ¿puedo recibirlos en mi casa y escucharlos?


Antes que nada, quisiera agradecerte por acudir a mí con tus inquietudes. Como sacerdote católico, mi deber es guiar a mi comunidad hacia la verdad de la fe católica, y es por eso que me preocupa mucho el tema que quieres tratar hoy.

En cuanto a si puedes recibir a los testigos de Jehová en tu casa y escucharlos, te diría que sí, siempre y cuando lo hagas con precaución y estando consciente de los peligros que puede haber detrás de sus enseñanzas. La religión es un tema muy personal, y está en cada uno decidir con quién quiere hablar y escuchar. Pero debes estar consciente de que los testigos de Jehová tienen un enfoque muy particular en su interpretación de la Biblia y sus enseñanzas difieren bastante del catolicismo.

Es importante tener en cuenta que, aunque los testigos de Jehová se basan en la Biblia para fundamentar sus creencias, su interpretación de las Escrituras es bastante diferente a la del catolicismo. Por ejemplo, ellos niegan la Santísima Trinidad, una de las creencias fundamentales de la fe católica y derivado de este error anti-trinitario, niegan la divinidad de nuestro Señor Jesucristo; ellos niegan que Jesús sea Dios, lo que es muy grave para nosotros como cristianos católicos, pues un pilar fundamental de nuestra de es que Jesús es Dios mismo hecho hombre.

Ellos también rechazan la devoción a los santos, el papado y los sacramentos, entre otras enseñanzas que para nosotros son fundamentales.

Por eso, si decides escuchar a los testigos de Jehová, debes estar consciente de que sus enseñanzas son incompatibles con la fe católica. Escucharlos puede llevarte a confusión y, en el peor de los casos, a alejarte de la fe verdadera. No quiero decir con esto que los testigos de Jehová sean personas malintencionadas, pero sí es importante que estemos conscientes de que su interpretación de la Biblia difiere de la nuestra y que, por lo tanto, sus enseñanzas no son las mismas que las de la Iglesia Católica.

Además, hay que tener en cuenta que los testigos de Jehová son conocidos por su insistencia en convertir a los demás a su religión. Es común que intenten convencer a las personas con argumentos que pueden parecer muy racionales, pero que, en realidad, están basados en una interpretación sesgada de la Biblia. Por eso, si decides escucharlos, es importante que lo hagas con la mente abierta, pero también con el discernimiento que te permita distinguir lo que es verdad de lo que no lo es.

Por último, quisiera invitarte a profundizar en tu fe católica. Si tienes dudas o preguntas, estamos aquí para ayudarte. Hay muchas maneras de conocer mejor la fe católica, desde leer la Biblia y el Catecismo de la Iglesia Católica hasta acudir a la Misa y hablar con un sacerdote. La fe católica es rica y profunda, y siempre hay más por descubrir y aprender. No te quedes con dudas, y no permitas que las falsas enseñanzas de los testigos de Jehová te alejen de la verdad de la fe católica.

En resumen, si decides escuchar a los testigos de Jehová, hazlo con precaución y con la mente abierta, pero también con el discernimiento que te permita distinguir entre lo que es verdad y lo que no lo es. No te dejes llevar por sus enseñanzas sin antes haber investigado y comparado con lo que enseña la Iglesia Católica. Es importante que siempre tengas presente que la fe católica es una fe sólida y verdadera, que se basa en la Tradición y la Escritura, y que ha sido transmitida por la Iglesia durante siglos.

En este sentido, es fundamental que conozcas los fundamentos de la fe católica para poder responder a cualquier argumento que puedan presentarte los testigos de Jehová. Por ejemplo, es importante que sepas que la doctrina de la Santísima Trinidad se basa en la Revelación de Dios a través de la Biblia y que ha sido afirmada y definida por la Iglesia a lo largo de la historia.

Por otro lado, si decides hablar con los testigos de Jehová, es importante que lo hagas con respeto y sin caer en descalificaciones o críticas gratuitas. Recuerda que todos somos hijos de Dios y merecemos ser tratados con amor y respeto. Si en algún momento te sientes incómodo o no estás seguro de lo que te están diciendo, no dudes en poner un límite y decir que prefieres no seguir adelante.

En resumen, como sacerdote católico, mi consejo es que, si decides escuchar a los testigos de Jehová, lo hagas con precaución, teniendo siempre en cuenta las enseñanzas de la fe católica. Pero también te invito a profundizar en tu fe católica, a conocerla mejor y a buscar respuestas a tus preguntas. La Iglesia está aquí para guiarte en este camino y para ayudarte a crecer en tu relación con Dios.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Mueren 7 Testigos de Jehová en un tiroteo dentro de uno de sus "salones del reino"; además murió un no nacido al recibir disparo en el vientre de su madre.


Siete personas murieron y varias otras resultaron heridas en un tiroteo ocurrido en la noche de este jueves en un templo de los Testigos de Jehová de la ciudad alemana de Hamburgo.

La policía informó que el atacante actuó solo y que luego se quitó la vida.

Un video muestra dramáticas imágenes que parecen mostrar al sospechoso disparando varios tiros a través de la ventana del lugar.

Las autoridades han identificado al presunto atacante como Philipp F, un hombre de 35 años de edad. Tenía permiso de porte de arma y experiencia como tirador deportivo.

Aunque se desconocen sus motivaciones, se dice que estaba disgustado con esta comunidad religiosa a la que había pertenecido previamente.

Se rumora que Philipp perteneció a los Testigos de Jehová y que habría sido expulsado hace un tiempo.

La policía confirmó que hace unas semanas había recibido información anónima que expresaba preocupación por la salud mental del atacante, por lo que unos agentes se reunieron con él, pero en ese momento no encontraron suficientes motivos para retirarle el arma.

Los otros fallecidos fueron cuatro hombres y dos mujeres. Todos de nacionalidad alemana.

Además hubo ocho heridos, cuatro de ellos de gravedad.

Entre los heridos hay una persona procedente de Uganda y otra de Ucrania.

Además, una mujer que tenía siete meses de embarazo recibió un disparo al que ella sobrevivió, pero el feto murió.

Este viernes por la mañana, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, describió el suceso como "un acto brutal de violencia", diciendo que sus pensamientos están con las víctimas y sus familiares.

En un comunicado, la comunidad de los Testigos de Jeová en Alemania expresaron su "profunda tristeza por el horroroso ataque a sus miembros en el Templo del Reino en Hamburgo después de una ceremonia religiosa".

El tiroteo

Holger Vehren, portavoz de la policía, dijo que recibieron un llamado a eso de las 21:15, hora local, el jueves, alertando de tiros en un edificio en la Calle Deelböge, del distrito Gross Borstel.

Los agentes que llegaron encontraron personas gravemente heridas por arma de fuego y algunas muertas.

"Los propios agentes escucharon un disparo proveniente de los pisos superiores del edificio. Subieron las escaleras y encontraron un cuerpo allí", comentó el portavoz policial.

Se cree que un grupo de personas estaba congregada, posiblemente para un estudio de la Biblia, cuando empezaron los disparos a eso de las 21:00 locales.

Gregor Miesbach, que filmó al atacante disparando por la ventana de un primer piso, dijo al diario Bild: "Escuché disparos fuertes, fui a la ventana a tomar una foto de la situación. Vi un hombre con un arma disparando a través de una ventana y lo filmé".

Por su parte, Lara Bauch, una estudiante de 23 años que vive cerca, dijo al agencia noticiosa DPA que "hubo como cuatro ráfagas de tiros, varios diparos en cada ráfaga, con pausas entre cada una de 20 segundos a un minuto".

Añadió que pudo ver por su ventana a una persona corriendo frenéticamente de la planta baja al primer piso. "El hombre vestía ropa oscura y se movía rápido".

A los residentes de las inmediaciones se les pidió no abandonar sus hogares mientras hubiese una operación policial en curso.

El ministro del Interior de Hamburgo, Andy Grote, informó en Twitter que habían movilizado las fuerzas especiales de la policía y un gran número de agentes al lugar de los hechos.

Por ahora "no hay información confiable sobre el motivo", expresaron las autoridades.

La congregación

El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher expresó su conmoción y ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas.

Expertos forenses estuvieron trabajando durante todo la noche en el templo.

Los testigos de Jehová son miembros de un movimiento religioso de base cristiana.

En su más reciente informe de 2022, el movimiento dice tener unos 8,7 millones de seguidores en todo el mundo, incluyendo 170,000 en Alemania.

Se cree que en Hamburgo hay casi 4,000 testigos.

Aunque se basan en el cristianismo, el grupo cree que las iglesias cristianas tradicionalesse han desviado del verdadero mensaje de la Biblia y que no trabajan en completa armonía con Dios.

La congregación fue fundada en Estados Unidos a fines del siglo XIX, bajo el liderazgo de Charles Taze Russell. La sede del movimiento está en Nueva York.

La actriz que abandonó a los Testigos de Jehová para abrazar el Catolicismo.




 “A veces Dios viene a buscarnos a los lugares más insospechados”, dice Vanesa Prieto, que abandonó los Testigos de Jehová

“Lo que más me fascina del catolicismo es que, al abrir mi alma, tengo muchas más preguntas que respuestas”

La historia de búsqueda y prueba de Vanesa Prieto comienza mucho antes de su nacimiento hace cerca de 40 años. Evoca a sus raíces más íntimas, cuando las familias de los que serían sus padres cambiaron por completo su vida: “Siendo ambos adolescentes en Barcelona, los abuelos y padres de ambos se convirtieron en bloque del catolicismo, que vivían más como algo tradicional y no tan vivencial, a una nueva fe, la de los Testigos de Jehová. Desde entonces, toda nuestra familia pertenece a lo que yo hoy no dudo en calificar de secta”.

Y es que la primera parte de su vida, la infancia y la adolescencia, “estuvo marcada por abusos de todo tipo, tanto emocionales como físicos. Crecí en un ambiente en el que, desde muy temprano, supe que Dios no podía estar ahí… Notaba que algo esencial no funcionaba, no estaba bien. Eran demasiadas las contradicciones entre el mensaje que se predicaba y las acciones que lo llevaban a la práctica”.

Años muy dolorosos

Fueron años muy dolorosos en los que sentía “la presión de ser muy buena a ojos de los demás para que mi entorno estuviera orgulloso de mí”. Y todo mientras sufría desgarros muy profundos, como saber de la existencia de dos hermanos suyos que fallecieron antes de nacer ella “casi por casualidad… Cuando preguntaba por ellos, apenas tenía respuestas. Mis padres no hablaban de ellos, era un tabú grandísimo. Lo que conozco es porque mis otros hermanos o abuelos en algún momento decían cosas sobre ese tema. Los dos nacieron con una enfermedad cardiaca congénita. Más allá de las circunstancias, lo que me entristece mucho es que no se hable de ellos, que no se les rememore, como si no hubieran existido”.


Además, ella misma fue víctima de abusos de distinto tipo por parte de quienes debían ser sus principales protectores. Una mirada retrospectiva de esa época lleva a Vanesa a lamentar con mucha tristeza el papel de su madre: “Era una mujer que siempre miró exclusivamente por mi padre, quien muchas veces actuaba con gran dureza contra sus hijos. No sé si fue por miedo o por sumisión, pero nunca nos protegió”.


Algo que se puso de manifiesto en el momento más complicado de esos años: “Cuando naces Testigo de Jehová, lo habitual es recibir el bautismo en la adolescencia. Cuando uno decide aceptarlo, lo hace con todas sus consecuencias y sabe que ya no hay salida posible de esa vida, salvo que se acepte romper radicalmente con todo. Es lo que me ocurrió… Yo me había bautizado por responsabilidad hacia la familia, pero atravesaba un período de cierta rebeldía. Tenía mis amigos fuera de ese ambiente y quería vivir mi vida, lo que generaba una gran tensión en mi casa. Hasta que todo se rompió”.


La expulsión

De pronto, un día su madre descubrió algo que la golpeó: “Supo que estaba con un chico y habíamos tenido relaciones. Sin dudarlo, me denunció ante la asamblea de ancianos y me sometieron a juicio. Yo reconocí que, a sus ojos, lo que había hecho era un pecado, pero no me podía engañar a mí misma y aclaré que, no solo no me arrepentía de nada, sino que no quería seguir formando parte de los Testigos de Jehová. El juicio acabó con mi condena y mi expulsión de la comunidad”.

“Cuando me echaron de la secta –continúa–, me fui de casa de mis padres y me independicé. Unos años después, cuando tenía 22, me casé con un chico. Después, nos divorciamos y, con 24, empecé a formarme y a trabajar como actriz. Me vine a París con 30 años. Durante los primeros años después de la ruptura familiar intenté seguir teniendo un contacto razonable con ellos. Les llamaba y acudía a verlos muy de vez en cuando. Hace unos años me di cuenta de que el movimiento solo iba de mí hacia ellos. Les llamaba, pero, si no lo hacía yo, ellos nunca me contactaban. Fui consciente de que podía estar viva o muerta y para ellos no tenía ninguna importancia, así que dejé de llamarlos. Desde entonces, el contacto es prácticamente nulo. Como mucho, un mensaje de texto alguna vez”.

Con todo, pese a que “salí de esa experiencia hecha polvo”, de algún modo “no me alejé de Dios por completo. Siempre he sido una persona espiritual y creo en un Dios que da sentido a todo. Tal vez por eso, ahí empezó para mí una etapa de mucha búsqueda. Me interesaba por el hinduismo, frecuentaba ciertas terapias o quería conocer el New Age. Me movía con mucha libertad e inquietud en distintos ambientes, pero nunca quería comprometerme con nada. El solo concepto de jerarquía o la presencia de sacerdotes me echaba para atrás, me repelía en lo más profundo. No quería formar parte de nada y, según empezaba a conocer algo, en seguida veía en ello el eco de una secta”.

Camino de sanación

Fue un “camino de sanación que tenía que hacer en solitario, fiel a mí misma”. En este sentido, “el catolicismo no entraba para nada en mis planes. Veía demasiados puntos en común con los Testigos de Jehová y lo rechazaba. Y eso que, en el tiempo en el que aún pertenecía a la secta, en parte por rebeldía y en otra porque me sentía bien, me gustaba entrar a las iglesias vacías y sentarme un rato en sus bancos. Era una sensación extraña, pues era algo que no me estaba permitido y, sin embargo, me daba una gran sensación de paz”.

Entonces, hace cuatro años, sucedió algo que lo volvió a cambiar todo: “Conocí a Olivier, quien al poco se convirtió en mi pareja. Era católico y estaba haciendo los ejercicios espirituales ignacianos. Cuando me hablaba de estas cosas, yo era muy reacia y lo veía carca. Se abría y me explicaba cómo era su fe, ¡y hasta me invitaba a ir a misa con él! Me daba algo de miedo todo eso, pero, al mismo tiempo, me sorprendía porque con él todo era distinto. Veía coherencia entre lo que decía y hacía. Sin ser un camino ni mucho menos perfecto, le veía feliz, demostraba que era algo natural a él y que le hacía mejor. Además, en un ambiente de mucha libertad, participamos juntos en iniciativas ecuménicas, conocimos varios carismas y valoré la diversidad del mundo católico”.

Fue así como consiguió romper con sus prejuicios y se decidió a dar un paso muy importante: “Poco a poco noté cómo el catolicismo empezaba a resonar en mi interior y sabía que, de algún modo, era un encuentro natural con la fe de mis ancestros, antes de abandonar su religión. No le dije nada a casi nadie, pues quería que fuera algo propio e íntimo, pero decidí inscribirme en una catequesis para conocer profundamente la fe católica. En ese momento lo hice por probar, por darle una oportunidad a esa experiencia, pero sin saber si la completaría hasta el final o no”.

Bautismo, comunión y confirmación

Ese tiempo de formación en un ambiente parroquial, acompañada por un matrimonio “cuyo testimonio personal de coherencia también fue clave”, desembocó en un día inolvidable para ella: “En la vigilia pascual de 2019, el 20 de abril, recibí en la misma ceremonia el bautismo, la comunión y la confirmación. El pasado año recibí otro sacramento, el del matrimonio, al casarme con Olivier”.


Una nueva vida en la que Vanesa continúa caminando en la fe: “He completado dos años de formación en Teología. Lo he hecho por conocer más cosas cada día y porque lo que más me fascina del catolicismo es que, al abrir mi alma, tengo muchas más preguntas que respuestas. Y eso es apasionante”.

Además, esta joven actriz está encarnando esa espiritualidad en su último proyecto: “Es un taller de lectura, fe y arte sobre santa Teresa de Lisieux con el que estamos recorriendo las parroquias de París. Es una puesta en escena muy sencilla, pero muy bonita y a mí me permite estrechar aún más en mi vida la relación con la fe”.

Dinamismo espiritual

Con todo, si se tiene que quedar con unos instantes que simbolicen este complejo camino, el primero es el que se dio hace tres años, al principio de esta nueva etapa: “Fue una ceremonia en Notre Dame poco antes del incendio. Fue un momento de gran belleza, reflejo del dinamismo espiritual que se percibe en ciertos ambientes de la ciudad. Aquí la llaman la ‘llamada decisiva’. Éramos unas 800 personas y para mí tuvo un significado muy emotivo, pues era la ceremonia previa al bautismo”.

El recorrido vital de Vanesa ha estado marcado por el dolor tanto como por la aspiración a la belleza y el deseo de jamás dejar de ser ella misma. Y siempre con un gran mar de fondo: la búsqueda espiritual. Porque, como concluye, “a veces Dios viene a buscarnos a los lugares más insospechados”.

Tom Cabeen: El Dirigente de los Testigos de Jehová que se hizo católico



Era un betelita, pues estuvo entre los principales dirigentes en la casa Betel, sede de los testigos de Jehová a nivel mundial.

Mi experiencia con los testigos me hizo comprender que es fácil ser atrapado por una organización y perder el sentido de la verdadera naturaleza del cristianismo. Yo creo que la Biblia nos dice cual es nuestro propósito y que cuando nosotros nos rebelamos Dios envió a su propio hijo para rescatarnos del pecado.

Dirigente en la Watchtower


En el Hogar Betel (como normalmente se llama a la central de Brooklyn), me apliqué con diligencia a mi trabajo. Estaba determinado a aprender tanto como fuera posible sobre las enseñanzas de la Watchtower. Mi voluntad de entregarme al trabajo y una aptitud natural para el mismo resultó en que me fueran asignados otras responsabilidades que generalmente estaban reservadas a gente de mayor edad que yo.

Poco después de mi llegada a Betel, mis padres comenzaron el ministerio de tiempo completo (precursorado). Mi padre fue invitado a ser superintendente de circuito (predicador viajero) y así se dedicó a visitar las congregaciones de habla hispana en el suroeste y el noreste de los Estados Unidos por unos diez años. En Nueva York fui asignado como miembro del comité de servicio de mi congregación local a la edad de diecinueve años y luego como anciano en 1971 a los veintiún años. Al año siguiente fui nombrado un "anciano betelita". Como tal, me tocó hablar en las conferencias y asambleas públicas como representante de la Watchtower. A la edad de veintisiete años me tocó ser el discursante principal en la asamblea de distrito de Roanoke, Virginia.

En Betel se me asignó a trabajar en el linotipo grande que producía la revista "La Atalaya". Un año después fui nombrado supervisor de una serie de linotipos. A los veintisiete años fui nombrado superintendente del taller de impresión. Cultivaba amistades con miembros maduros y responsables de Betel, muchos de ellos escritores o personas que trabajaban en otras oficinas importantes a las que eran asignados los testigos más leales y mejor formados. En esos tiempos solía tener conversaciones con ellos sobre las enseñanzas de la Sociedad y el funcionamiento de la organización.

A fines de 1973, volví a encontrarme con una joven y encantadora mujer llamada Gloria, que también era betelita y a quien había conocido poco después de su llegada a Betel en el año 1971. Noviamos por un tiempo, nos enamoramos y nos casamos el 25 de mayo de 1974. Gloria, igual que yo, era una ferviente entusiasta de la Sociedad Watchtower y una persona muy trabajadora. Ambos habíamos decidido dedicar completamente nuestras vidas como miembros de la sede principal durante los pocos años que quedaban antes de que llegara el fin del mundo en el Armagedón. Los dos aprendimos francés y nos ofrecimos para trabajar con Testigos de habla francesa, en su mayoría haitianos, en Newark, New Jersey.

Surgen dudas inquietantes

Aunque había sido Testigo durante casi 10 años (me bauticé en 1959), nunca había leído la Biblia en su totalidad. Me decidí entonces a hacerlo. Esto suscitó muchas dudas que rondaban en mis pensamientos. Cuanto más leía, más contradicciones encontraba entre las sencillas explicaciones que ofrecían las Escrituras y mis creencias como Testigo. Al principio atribuí mi falta de comprensión a mi juventud e inexperiencia. Pero, con el transcurrir del tiempo, el respeto y confianza que me conferían mis pares comenzó a incrementarse.

A esta altura, comencé a hablar cautelosamente de mis dudas sobre la Biblia con miembros mayores y bien respetados de la sede principal. Me sorprendió descubrir que había muchos de ellos que tenían los mismos problemas que yo y también la forma en la que abiertamente hablaban de esos asuntos. Empecé a mirar a las enseñanzas de la Watchtower desde diferentes puntos de vista a partir de la publicación del libro "Ayuda para Entender la Biblia" en 1971. Se produjeron cambios en la organización que dejaron la puerta abierta al examen de otras enseñanzas fundamentales. Me preguntaba "si nos hemos equivocado pensando que ciertas actividades estaban sólidamente basadas en las Escrituras, ¿no podríamos acaso también estar equivocados en las doctrinas?" Yo no era el único que se preguntaba esas cosas.

Durante la década de los 70, una creciente cantidad de personas sinceras de la sede principal comenzó a leer las otras traducciones bíblicas aparte de la Traducción del Nuevo Mundo de Watchtower y también comentarios bíblicos. Empezamos a reunirnos en grupos informales en los que estudiábamos y debatíamos abiertamente, sin la "asistencia" de las publicaciones de Watchtower. Para 1979, me convencí de que no había forma de reconciliar algunas enseñanzas claves de Watchtower con la Biblia. Sin embargo, todavía confiaba en que Dios estaba guiando a la organización, de modo que yo creía que se avecinaban grandes cambios. Los aguardé con ansiosa expectativa.

Por otra parte, mi esposa Gloria, estaba descontenta en Betel. Sus dificultades no eran principalmente de índole doctrinaria sino que tenían que ver con la manera en que eran tratadas las personas. Deseaba abandonar Betel para tener hijos. A mi manera de ver, la cronología de la Watchtower era correcta. Por lo tanto, no lograba entender por qué todo el mundo quería irse faltando ya poco para el fin del mundo. Le mencioné el tema a un amigo de confianza del Cuerpo Gobernante, Ray Franz. Me dio una copia de una carta que había sido escrita a la Sociedad Watchtower por Carl Olof Jonsson, un Testigo miembro del cuerpo directivo de Suecia. Jonsson presentó pruebas irrefutables de que la cronología de Watchtower contenía serios errores. La lógica que utilizaba y la documentación que presentaba eran sólidas y de gran erudición. Leí la evidencia una y otra vez. Finalmente, me convencí.

Lo que resultaba difícil de aceptar no era el error en sí mismo, sino su consecuencia: la cronología era y es absolutamente esencial para determinar la afirmación de la Sociedad Watchtower de que es el "canal de comunicación" de Dios con la humanidad en el breve período previo al fin del mundo. Comencé a considerar seriamente la posibilidad de que la Sociedad Watchtower no era lo que sostenía ser. Parecía existir la certeza de que los líderes de la Sociedad en el mejor de los casos habían sido inducidos al error, o en el peor de los casos eran hipócritas y falsos profetas. Si bien yo había disfrutado muchísimo estar a su servicio y amaba de verdad a mis hermanos y hermanas Testigos, parecía prácticamente seguro que mi partida definitiva era inevitable.

Así murió en mí el deseo de apoyar activamente algo en lo que ya no creía. Mi función en la sede principal había llegado a su fin. En medio de este período de confusión, mis padres vinieron a Nueva York desde Texas para visitarnos. A raíz de algunos comentarios que hice acerca de la excomunión de algunos de nuestros amigos íntimos, intuyeron que mi actitud incondicional anterior de apoyo a la organización estaba cambiando. Les aseguré que nunca abandonaría a Dios, Jesucristo o la Biblia pero que no podía negar que tenía serias dudas relacionadas con la autoridad de la organización. Pero ya sin la fe en la cronología de la Watchtower, no existía ningún motivo para posponer nuestro deseo de formar una familia.

Decidimos irnos de Betel lo más pronto posible. Nos marchamos el 15 de julio de 1980. Todavía no estaba preparado para alejarme de toda mi comunidad. Toda nuestra vida estaba ligada con los Testigos de Jehová. También tenía la impresión de que estaríamos en una situación más favorable para que nuestros padres comprendieran cómo había cambiado mi forma de pensar si aún manteníamos una relación. Las cosas no salieron como esperaba. Ese fue el comienzo de un profundo distanciamiento que duró un cuarto de siglo. Continuó incrementándose hasta que me encontré casi completamente aislado de mis padres. Nunca pude reconciliarme con mi padre antes de que falleciera en el 2002. Todavía lo amo y le echo de menos.

Todo estaba por dar un vuelco total. Teníamos que recomenzar nuestras vidas. Carecíamos de dinero, pues había pasado los doce años previos como voluntarios sin salario. Había estudiado mucho y tenía experiencia laboral y conocimientos técnicos, pero no tenía título universitario. Le pedí prestados 300 dólares a mi suegro para trasladarme a Lancaster, Pennsylvania, con lo poco que teníamos. Vivimos con los padres de Gloria durante diez semanas hasta que pude conseguir un empleo y encontrar un lugar donde vivir.

Expulsado (excomulgado) de la hermandad de los Testigos de Jehová


Tuvimos que abandonar la sede principal por propia voluntad pero todavía la organización me tenía una gran estima, de modo que poco después de llegar a Pennsylvania, me nombraron miembro del cuerpo de ancianos. Tenía dudas, pero no encontraba motivos para alejarme de los Testigos de Jehová, siempre que mi relación con ellos no requiriera incumplir con lo que me dictaba la conciencia. Sin embargo, descubrí que esa meta era cada vez más difícil, ya que la tendencia general de las publicaciones de la Watchtower durante esos meses consistía en advertencias contra los que no concordaban con sus enseñanzas a los que tildaba de "apostatas" y merecedores de la condena eterna. Después de un año aproximadamente, renuncié a mi cargo de anciano.

Para entonces, teníamos un hijo, Matthew, que había nacido el 9 de agosto de 1981. Alrededor de un año y medio después, los miembros del consejo de la congregación de Lancaster, pidieron hablar con Gloria y conmigo luego del habitual Reunión de Servicio de los jueves a la noche. Resultó ser una sesión judicial informal. Me interrogaron (en presencia de Gloria) durante más de una hora acerca de si tenía algunas "dudas." El único tema específico por el cual fui interrogado era si creía o no que la Sociedad Watchtower era una organización de Jehová. Respondí que Dios había obrado a través de los Testigos de Jehová pero que no estaba dispuesto a limitarse a obrar exclusivamente a través de ellos. El es Dios, después de todo, manifesté y puede hacer todo lo que quiera.

La reunión finalizó sin que se tomaran medidas. Si bien habíamos sido bastante activos con la congregación durante más de dos años y medio, pocos, si es que los había, sabían que teníamos dudas. No obstante, en menos de un par de días, muchos habían oído que éramos "escépticos". Nos pidieron que asistiésemos a otra reunión breve un par de semanas después. Los miembros del consejo nos hicieron saber que dado que nuestras dudas en la congregación eran "vox populi", tenían que tomar alguna medida. Mencioné que ninguna persona de la congregación sabía nada de nuestras dudas antes de que los ancianos se reunieran con nosotros. Era obvio que los mismos miembros del consejo habían difundido esa idea luego de nuestra reunión.

'La esposa de un anciano le había mencionado a una cuñada de Gloria algunos detalles de la reunión. Uno de los miembros del consejo respondió, "Cómo se llegó a conocer la información no es el tema que interesa. Ahora que es de dominio público, debemos tomar medidas". Anunciaron su decisión de expulsarnos. Esto significaba que a nuestra familia y amigos se les requeriría que nos rechazaran o de lo contrario, serían también expulsados. Nosotros tuvimos la impresión de que la decisión de expulsarnos había sido tomada antes de que se reunieran con nosotros, sobre la base de factores que no eran ni pruebas ni nuestro propio testimonio. Resultaba evidente que no serviría para nada apelar la decisión. De esta manera terminaron casi tres décadas de nuestra relación con los Testigos de Jehová. Nuestra comunidad religiosa nos había rechazado y ahora estábamos solos.

¿Obra Dios a través de una organización?

A pesar de la forma en que fuimos tratados, había muchas cosas admirables en los Testigos que yo estaba seguro que eran correctas. Había descubierto el error, pero lo que quería era la verdad. Necesitaba alguna manera confiable de saber cuáles enseñanzas de la Watchtower eran reales y cuáles eran falsas. Debido a que una vez creí que Dios empleaba a la organización de la Watchtower como un canal exclusivo para comunicarse con sus fieles, concentré mis reflexiones en ese tema. Mi esperanza era poder escribir un ensayo que ayudara a mis padres (más que nada) a entender por qué había modificado algunas de mis opiniones sobre la Sociedad Watchtower. Empleando mi concordancia y el diccionario bíblico, comencé minuciosamente a buscar en las Sagradas Escrituras evidencias en cuanto a si Dios alguna vez había usado o no alguna organización como instrumento oficial para comunicarse directamente con la humanidad.

Concluí que no y publiqué mi ensayo en un artículo que titulé "¿Obra Dios a través de una organización?" Con los años, fue traducido a varios idiomas y tuvo una circulación bastante amplia entre los Testigos que se separaban de la organización, especialmente cuando el Internet comenzó a utilizarse masivamente. Si bien en ese momento actué sin sentimiento de culpa, siento un poco de tristeza por el éxito que tuve y debo aceptar el hecho de que mis escritos probablemente inducieron a muchos al error. Inicialmente, no entendía la diferencia entre las organizaciones humanas y la verdadera iglesia, el Cuerpo de Cristo. Más tarde, corregí mi artículo para demostrar que Cristo estaba orgánicamente unido a Su Cuerpo, lo que no sucedía con las organizaciones humanas. Pero todavía tenía mucho que aprender sobre lo que Jesús había iniciado y preservado: una iglesia visible; un cuerpo vivo en el que El mora.

Una mano tendida hacia los ex Testigos


Luego de marcharme de Betel, me mantuve en contacto con ex Testigos amigos y trabé amistad con algunos nuevos. Comenzó a formarse una red cada vez mayor, mediante la cual se intercambian palabras de consuelo y aliento. Durante el verano de 1983, mi amigo Peter Gregerson nos invitó a nosotros y a varios Testigos a una reunión, en la que se decidió dar carácter oficial al grupo en forma de un ministerio. A nuestro grupo lo llamamos "Biblical Research and Commentary Incorporated", BRCI para abreviar.

El objetivo era producir materiales y proporcionar apoyo a los Testigos que se separaban, para facilitarles la penosa transición de la Sociedad Watchtower al "mundo exterior". El siguiente verano—en 1984—la primera de varias reuniones anuales se celebró en Gadsden, Alabama.

Muchos Testigos expulsados tienen miembros de la familia o cónyuges que aún siguen siendo leales a la organización. Nos parecía que un nombre mas bien neutral podía facilitar el envío de materiales a alguien sin alertar a los miembros de la familia que eran Testigos sobre el hecho de que el destinatario estaba hablando a un ex testigo, lo cual estaba terminantemente prohibido. Por lo que yo recuerdo, Ray Franz sugirió el nombre, aunque nunca fue miembro del directorio de BRCI.

Establecimos una línea telefónica confidencial de ayuda para confortar a las personas que se sentían dolidas por dejar la organización de la Watchtower. Poco después de su publicación, mi artículo sobre la Organización era siempre incluido en el paquete informativo que se enviaba a los que llamaban a la Línea de Ayuda de BRCI. Experiencia eclesiástica Durante aproximadamente los primeros siete años, Gloria y yo leímos y estudiamos la Biblia por nuestra cuenta o con otros ex Testigos con los que nos reuníamos semana por medio en un pequeño grupo de apoyo. Formamos fuertes lazos sociales con estos queridos amigos pero nuestro crecimiento espiritual fue lento. Generalmente, nuestros debates se centraban más en cosas en las que alguna vez creíamos que eran verdad pero que habíamos rechazado.

A menudo volvíamos sobre lo mismo cada vez que nos reuníamos. Finalmente Gloria dijo, "Ya estoy cansada de examinar una y otra vez las mismas cosas de siempre. ¡Quiero aprender algo nuevo y verdadero sobre Cristo!" También ya había llegado nuestro segundo hijo, James, nacido el 22 de noviembre de 1986. A medida que nuestros hijos comenzaban a crecer, sentimos cada vez más la necesidad de encontrar cristianos que creyeran en la Biblia con los que nuestros hijos pudieran relacionarse.

Muchos de los niños de nuestro barrio eran educados como humanistas seculares y no compartían ni nuestros principios cristianos ni nuestros puntos de vista sobre la importancia de agradar a Dios. Probamos con una iglesia del lugar y enseguida nos hicimos amigos del pastor y su esposa. Cuando se enteró sobre mi currículum, me pidió que me hiciera cargo de una clase de escuela dominical para adultos. Me sorprendió que no me pidiera más detalles sobre mis verdaderas creencias.

Ni siquiera asistió a la clase para ver lo que enseñaba. Esto me pareció extraño, pues para mí, la precisión doctrinaria era todavía importante. Pero siempre enseñaba la "ortodoxia" en el sentido de que podía respaldar mis enseñanzas tanto a partir de las Sagradas Escrituras como a partir de comentarios protestantes que gozaban de respeto. Ni Gloria ni yo jamás nos hicimos miembros de esa iglesia. No queríamos incorporarnos a ninguna organización religiosa. Después de enseñar allí durante alrededor de un año, el pastor me pidió a su pesar que dejara mi puesto de maestro, ya que opinaba que no podía tener a alguien que diera clases y que a la vez no fuera miembro de la iglesia. Creo que tenía razón. Fue una buena experiencia en términos generales.

Empezamos a hacer amigos cristianos. Nos enteramos que no todos los cristianos evangélicos estaban totalmente convencidos sobre la verdad doctrinal como lo estábamos nosotros. Buscábamos una comunidad de creyentes que tuvieran muchos niños y una gran cantidad de programas para ellos. Finalmente, nos fuimos adaptando poco a poco a una hermandad bautista evangélica independiente. Ahí conocimos a muchos cristianos excelentes y rápidamente nos involucramos en actividades eclesiásticas. Unos meses después de que comenzáramos a asociarnos con esa iglesia, otra vez me pidieron que diera clases bíblicas para adultos, actividad que desempeñé ininterrumpidamente durante catorce años.

Lecciones de Historia

A fines de la década de los 90, comencé a trabajar en otro artículo con el objeto de complementar el que había escrito acerca de la organización. Mi intención era ayudar a ex Testigos a encontrar otros creyentes y a relacionarse con ellos. Quería que se sintieran cómodos ayudándolos a comprender que muchas iglesias actuales enseñan y rinden culto en forma similar a los discípulos del siglo primero. Pensé que sería de utilidad mostrar cómo eran los primeros cristianos, cómo estaban estructuradas sus congregaciones, cómo vivía y rendían culto y en qué aspectos se diferenciaban de las enseñanzas y la práctica de los Testigos de Jehová.

Quería que comprendieran que vivir como cristianos era lo que más importaba y los alentaba a incorporarse a cualquier hermandad cristiana centrada en la Biblia. Comencé empleando solamente las Escrituras y pronto me di cuenta que tantas cosas que se enseñan y practican en las iglesias no pueden fundamentarse directamente a partir de las Escrituras solamente. Terminé comprando libros de historia—con el tiempo obtuve docenas de ellos—además de hacer mucha investigación en el Internet. Cuando terminé de escribir "¿Dónde está el Cuerpo de Cristo?" recibí algunos lindos comentarios. Pero lo que iba descubriendo suscitaba en mi mente muchas más preguntas que respuestas.

Un cambio de visión fundamental

Mientras investigaba, comencé a encontrar por casualidad referencias a los "Primeros Padres de la Iglesia". Prácticamente todos los eruditos, tanto católicos como protestantes (excepto algunos eruditos modernos) demostraban un gran respeto por ellos. En ese momento, solamente tenía una muy vaga idea de quienes eran. Cuando me enteré, a fines de los 90, que mi amigo David Bercot había publicado un Diccionario de las Creencias de los Primeros Cristianos, compré un ejemplar. Le eché una mirada pero no leí mucho.

Tenía mis propias ideas sobre cómo era la iglesia de los primeros cristianos y de qué manera creían y rendían culto. A casi veinte años de haber abandonado la Sociedad Watchtower, todavía creía que poco tiempo después del siglo primero, la fiel iglesia apostólica de los primeros cristianos se había transformado en la corrupta Iglesia Católica Romana.

Los Reformadores, como me enteré después, tenían un punto de vista similar, excepto que establecían la fecha de "la gran apostasía" en el siglo cuarto o quinto o aún más tarde. Sin embargo, tanto Lutero como Calvino creían que la iglesia antenicena era realmente auténtica. Uno de los objetivos de la Reforma fue devolverle a la iglesia su pureza original, impoluta, antenicena. Esto me hizo pensar en las consecuencias del concepto de la "gran apostasía".

El corolario de esta doctrina es que Jesús no tuvo una congregación de fieles discípulos, ninguna organización visible o iglesia en la tierra, durante un prolongado período, posiblemente varios siglos, hasta que algún individuo (Martín Lutero, Juan Calvino, John Wesley, Joseph Smith, Charles Russell o cualquier otro), basándose solamente en los escritos de los primeros cristianos, los comprendieron correctamente y "restauraron" el verdadero cristianismo apostólico en la tierra.

Finalmente concluí que ese punto de vista era indefendible. Porque significaría que la mayoría de las personas que vivieron entre la apostasía y la "restauración", cada vez que supuestamente ocurría, prácticamente no tendrían ninguna oportunidad de convertirse en verdaderos cristianos, dado que al parecer nadie era capaz de reconocer "las sencillas verdades que se enseñan en la Biblia" hasta que aparecieron los reformadores.

La iglesia: ¿visible o invisible?

También comencé a pensar seriamente acerca de cómo debe ser la verdadera iglesia de Jesucristo. Debido a mi propia experiencia, no me costó aceptar el punto de vista de la "iglesia invisible", en la que todos los miembros de la "única santa iglesia católica y apostólica" se encuentran diseminados por todas las confesiones cristianas del mundo y está compuesta por los hombres y mujeres de cada comunidad cristiana que realmente se toman en serio la fe e intentan vivir de acuerdo a las Sagradas Escrituras.

La mayoría de las comunidades de fe que vi estaba aparentemente repleta de pecadores que no practicaban su fe. Pero mientras pensaba en eso, empecé a darme cuenta que esta perspectiva presentaba problemas insalvables. Una iglesia invisible es una "comunidad" de personas diseminadas que no se conocen ni están en contacto mutuo. En realidad, carece totalmente de características visibles (porque, después de todo, es invisible). No podemos saber nada seguro de una iglesia semejante: dónde están, en qué creen, cómo rinden culto.

Concluí de que todo era asunto de imaginación. Es como queremos que sea, ya que no existe nada real con la cual la podamos comparar. Es una iglesia que interpretamos a nuestra manera. Y lo más importante es que no se parece absolutamente en nada a la iglesia descripta en el Nuevo Testamento, que estaba llena de personas reales, santos y pecadores. Poseía una estructura que incluía presbíteros, diáconos y discípulos de Cristo que se sometían, en mayor o menor grado, a su liderazgo. Cada congregación de los fieles de Dios descripta en las Escrituras no es solamente visible, es humana, con todos los problemas que existen en cualquier familia, club o comunidad de seres humanos en cualquier parte. ¿De qué otra manera podría cualquier iglesia ser la sal y la luz de la comunidad? ¿De qué otra manera podrían los no creyentes ver sus buenas obras y glorificar a Dios? Hasta los reformadores, aunque rechazaban la autoridad de Roma, reconocían la existencia y la necesidad de un conjunto visible de creyentes.

Seguí leyendo libros de historia, lo mismo que los escritos de los primeros cristianos. A éstos los consideraba representaciones precisas de lo que el conjunto principal de antiguos cristianos creían y practicaban. Me sorprendió de que tantos conceptos y enseñanzas que anteriormente rechazaba me las hubiesen presentado incorrecta, e inclusive, deshonestamente, en la Watchtower y en la literatura evangélica, presentándolas como si fuesen ilógicas o reñidas con las Sagradas Escrituras. Tal como las presentaban los primeros cristianos, por lo general tenían más sentido y se correspondían mejor con las Escrituras que muchas de las explicaciones que había leído en comentarios. Comencé a aceptar una cantidad cada vez mayor de enseñanzas que allí encontraba, simplemente porque eran claras, maduras y se ajustaban a las Escrituras. Una por una, analicé estas enseñanzas comparándolas con las Sagradas Escrituras y mientras me convencía de su validez, paulatinamente mi interpretación del cristianismo comenzó a cambiar.

La complejidad de ciertos pasajes con los que había lidiado durante años comenzó a desaparecer lentamente. Realmente todas las piezas empezaban a encajar (por primera vez en la vida). Toda mi interpretación del cristianismo se modificó. Sacramentos Los primeros cristianos creían que el pan y el vino servidos durante la comunión, cuando son consagrados por el presbítero, realmente se convierten en el cuerpo y sangre de Jesucristo. Por supuesto, esto es exactamente lo que Jesús dicel claramente en Juan capítulo 6. Sin embargo la mayoría de los protestantes consideran que las palabras de Jesús son simbólicas. Ninguno de los primeros cristianos lo entendió así. En realidad, con poquísimas excepciones, ningún cristiano antes de la Reforma Alemana ni tan siquiera puso en duda esa enseñanza. Esta fue mi introducción al concepto de "sacramentos" de la fe cristiana, objetos materiales a través de los cuales Dios transmite la gracia a sus fieles. Nunca los oí mencionar entre Testigos o cristianos evangélicos. Todo el concepto me resultaba nuevo y extraño. Pero a medida que leía y oraba y pensaba en eso, el asunto cada vez tenía más sentido. En síntesis, el culto sacramental enseña que Dios obra a través de cosas simples como agua, pan, vino y aceite.

Estos objetos materiales, cuando son consagrados y empleados en la iglesia que Jesús fundó, se transformam en los medios por los que la gracia de Dios se comunica a los seres humanos. Desempeñan un papel fundamental en la sanación y nos devuelve a una plena hermandad con nuestro Padre Celestial. Según esta perspectiva, Dios obra a través de su creación y no alrededor o a pesar de la misma. Al principio, pensaba que esto estaba totalmente alejado de las Escrituras. Pero ahora, guiado por los primeros cristianos, lo empecé a encontrar en todas partes de la Biblia. Un ejemplo: Naaman, un leproso sirio, fue sanado obedeciendo la orden de Eliseo (dicho sea de paso, transmitida por un criado ávido de ganancias) de bañarse siete veces en el río Jordán. El agua no era mágica pero Naaman tuvo que obedecer la orden y bañarse en esa agua para ser sanado. (1 Reyes 5).

Los primeros cristianos creían que las aguas del bautismo tenían el poder de lavar o eliminar el pecado de los nuevos discípulos (Hechos 22, 16), tal como había eliminado la lepra de Naaman. Otros ejemplos: Jesús sanó a un ciego haciendo barro y poniéndolo en sus ojos y ordenándole que se lavara en la piscina de Siloam. (Juan 9, 6-11) Una mujer que confiaba que se sanaría si solamente tocaba el dobladillo de la vestimenta de Jesús, se curó verdaderamente. La tela no era mágica, pero en conjunción con su fe, se transformó en el medio por el que recibió el poder de Jesús. (Mateo 9, 20-22).

Mientras releía las Escrituras, me sorprendió ver cuantos relatos de las poderosas obras llevadas a cabo por Jesús y los apóstoles implicaban acciones físicas como tocar o respirar sobre los receptores, u objetos usados como pan, pescado, aceite o vino. ¡Un descubrimiento impactante!

Por ese tiempo, me encontraba curioseando unas rebajas de libros usados y vi un ejemplar del Catecismo Católico en venta por unos centavos. Lo compré y comencé a leer. ¡Me impactó lo que había encontrado!

La explicación católica de la fe y los principios morales cristianos, inclusive la salvación, el bautismo, la redención y la expiación de los pecados, se parecían mucho más a los de la iglesia de los primeros cristianos que a los de cualquier comentario protestante que había leído.

Con bastante frecuencia se refería a los primeros cristianos como una fuente de autoridad. Desde ese punto en adelante, empecé a considerar seriamente a la Iglesia Católica Romana.

Me sorprendió descubrir cómo sus enseñanzas y prácticas guardaban una estrecha relación con la perspectiva de los primeros cristianos. Pero, ¿cómo podía explicar la existencia de muchos católicos que aparentemente no se tomaban en serio el cristianismo? Al principio, con cierta dificultad el concepto, pero mientras pensaba y oraba, recordé que Dios empleó a la antigua Israel como "recipiente" de la autorrevelación divina transmitida a través de Moisés durante más de quince siglos, aun cuando la mayoría de los israelitas y hasta sus autoridades eran infieles. ¿No pudo haber hecho lo mismo con la iglesia universal que Cristo fundó?

La Sagrada Tradición

Me había enterado, principalmente de fuentes judías, que gran parte de la práctica judía había sido transmitida durante siglos en forma oral. Moisés comunicó las normas de la Ley Mosaica a los israelitas en Sinaí. Pero no todo fue puesto por escrito. Las tradiciones verbales fueron por primera vez puestas en forma escrita (en el Talmud y la Mishnah) luego de la destrucción del segundo templo en el siglo primero d. C. Por supuesto, Jesús dijo que los fariseos habían "invalidado la palabra de Dios con sus tradiciones." Pero, me di cuenta que no quería decir que toda tradición era negativa, solamente aquellas que el hombre había creado y que estaban reñidas con la revelación divina.

Las Sagradas Escrituras dicen claramente que Cristo reveló muchas cosas a sus discípulos que no fueron escritas (Juan 21, 25). También dice que "la iglesia" (y no las Sagradas Escrituras) es el "pilar y fundamento de la verdad." Lo que Jesús enseñó a sus discípulos en forma oral no fue "agregado a las Escrituras" por los apóstoles. Eran enseñadas oralmente a los nuevos discípulos que hacían.

Las Escrituras eran redactadas dentro de un marco eclesiástico de funcionamiento pleno en el que cada enseñanza cristiana había sido transmitida en forma oral por décadas. Cuando el apóstol Pablo escribía epístolas a las congregaciones, habia ya antes dedicado mucho tiempo enseñándolas en forma oral. Sus cartas podían y a menudo dejaban muchas cosas sin exponer. Las cartas de Pablo tratan mayormente de contingencias y problemas que requieren su consejo y no de las enseñanzas y prácticas que todos conocían y que habían sido enseñadas oralmente con anterioridad.

Momento decisivo: Seguimos Adelante en la Fe

Finalmente fuimos recompensados y la evidencia resultó ser concluyente. Mis investigaciones sobre la historia de la iglesia de los primeros cristianos me permitió adoptar una perspectiva católica sin que mi anterior prejuicio contra la iglesia católica sin la interferencia de mis prejuicios anteriores contra la Iglesia Católica. Lo que íbamos hallando en las enseñanzas de los católicos era increíble: enseñanzas profundas, atractivas, respaldadas por la historia y de lógica coherente que se ajustan a las Escrituras y que resultan gratificantes no sólo para la mente sino también para el corazón. Ahora sentimos que hemos sido parte de ese camino por todos estos años.

He hallado que los escritos de otros conversos al cristianismo católico han sido de gran utilidad. Admito que había revisado el tema muy vagamente al estudiar el cristianismo. Muchos teólogos católicos son gigantes espirituales. Leyéndolos, he aprendido tanto sobre Dios y sus peculiaridades que ¡jamás supe que existían! Leí "The Everlasting Man" de G. K. Chesterton, que influyó en la conversión de C. S. Lewis al cristianismo. Sus libros "Orthodoxy", "Heresy" y "Conversion" verdaderamente me tocaron el corazón. Los apologistas católicos tienen un profundo respeto por C. S. Lewis, aunque era anglicano, ya que su teología es prácticamente ortodoxa. "A Map of Life, Theology for Beginners and Theology and Sanity" de Frank Sheed es claro y conciso.

Los libros de conversos al catolicismo contemporáneos como Jimmy Akin, Thomas Howard, Karl Keating, Scott Hahn, Dave Armstrong y Peter Kreeft son especialmente útiles para encarar las dudas que los protestantes tienen sobre la fe católica. "Catholic Christianity and his Christian Apologetics" del Dr. Kreeft y Ron Tacelli son más claros y exhaustivos que cualquier defensa protestante del cristianismo que jamás haya leído. Estas personas están en el camino correcto, pensé al leerlos. Piensan con mucha mayor profundidad que yo acerca de la mayoría de las cuestiones y están dispuestos a arriesgar sus vidas y carreras para seguir la verdad a dondequiera que esté.

Durante mucho tiempo, cometí el error de juzgar las enseñanzas católicas basándome en personas católicas, la mayoría de las cuales (como sus primos protestantes) son más bien indiferentes con respecto a la teología. Pero luego de aceptar la evidencia histórica de que la fe católica era la expresión original y más plena del cristianismo, y que no se debía juzgar a la iglesia entera por el comportamiento de algunos pecadores, mi perspectiva cambió. Comencé a leer escritos católicos con entusiasmo. Las explicaciones católicas del cristianismo se ajustan a las Escrituras, al mundo real y al corazón del ser humano.

Creo con toda honestidad que cualquiera que las siga fielmente se transformará en un hombre o mujer de Dios. Las enseñanzas del catolicismo son sólidas, plenas y rectas. Llegamos a ellas lenta y cuidadosamente, siguiendo la verdad e identificando y rechazando el error. Compartí con Gloria las cosas que estaba leyendo. Ella también las leyó y reflexionó. Hablamos de algunas cosas pero no quería presionarla para que tomase una decisión sino para que decidiera por su cuenta.

Siguió leyendo, luego un día simplemente dijo, "Deberíamos convertirnos al catolicismo." (Había sido bautizada como católica al nacer). Consumamos nuestro deseo de formar parte de esta venerable Iglesia reuniéndonos con nuestro párroco, el padre James Cronin, durante varios meses con el propósito de examinar las enseñanzas católicas.

Fuimos admitidos en el seno de la Iglesia Católica Romana el viernes 9 de junio de 2006. Estamos emocionados por ser católicos y nos hace felices compartir las cosas buenas que hemos encontrado con cualquiera de nuestros ex compañeros evangélicos cristianos o con nuestros nuevos compañeros católicos.

Nos sentimos completamente felices dentro de la Iglesia que Jesucristo fundó. Hemos llegado a casa.

El Libro Más Peligroso del Mundo



¿Pondría usted su confianza en un cirujano que va hacerle una operación mayor, si el se rehusara a darle su nombre o credenciales? O... ¿Pondría usted su fe en un abogado que lo fuera a defender de ser acusado de un delito mayor si él rehusara darle su nombre o credenciales? Podemos ver pues, lo importante que es poder confiar en los nombres y credenciales de las personas que nos dan servicio en los aspectos importantes de nuestra vida diaria. Así como el caso del abogado, es esencial saber estas cosas, puesto que sin saberlas, no podríamos estar seguros de que esta persona puede representarnos honestamente. ¡¡Es entonces de tremenda importancia, conocer las personas, credenciales y calificaciones de aquellos a quienes confiamos nuestras vidas espirituales!!

La Sociedad Watchtower le ha fallado al público en este punto tan crucial, ya que niega dar a sus seguidores los nombres y credenciales del ‘Comité de traducción’ de su Biblia, la “Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.” La Sociedad declaran en su libro “Los Testigos de Jehová en el Propósito Divino”:

« Loida: ¿Quiénes componían el comité que tradujo la Biblia? Juan: La solicitud expresa del comité de traducción fue que sus miembros permaneciesen anónimos aun después de su muerte.» (“Los Testigos de Jehová en el Propósito Divino” pág. 260)

Esto es más importante de lo que ellos quieren admitir ya que el Comité de Traducción de la “Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras”, ha engañado a muchos en su traducción de la Biblia en las siguientes formas:

1. Han inventado reglas de gramática griega que no existen y luego han procedido a seguir estas reglas solo cuando lo precisan para apoyar su peculiar teología. Un claro ejemplo de esto es Juan 1:1, Donde el Comité ha traducido del griego “y la Palabra era un dios”. Citamos el apéndice de otra publicación de la Watchtower “Traducción Interlineal del Reino de las Escrituras Griegas” en inglés (The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures) página 1158 en su nota concerniente a Juan 1:1 dice: «La razón por la cual ellos traducen la palabra griega “divino,” y no “Dios” es que el nombre en griego “Teos” no tiene el artículo definido . . .»

Llamamos la atención a la organización Watchtower a los versículos 6, 12, 13 (también se encuentran en el primer capitulo del evangelio de Juan) Aquí el nombre griego “Teos” aparece sin el artículo definido (igual que en Juan 1:1), y sin embargo el ‘Comité de Traducción’ ha traducido cada versículo como Dios (Jehová)

Otro ejemplo de reglas en griego que no existen y que son seguidas solamente cuando las necesitan para apoyar su Teología se encuentra en el mismo libro que mencionamos “La Traducción Interlineal del Reino . . .” en inglés (página 18) Aquí ellos nos enseñan como restaurar el nombre divino determinando si el escritor cristiano (en griego) está citando de las Escrituras hebreas (Antiguo Testamento). Si este fuese el caso, podemos traducir, según ellos, “Kyrios (Señor)” y “Teos (Dios)” como Jehová Dios. Una vez más el Comité de Traducción viola su propia regla cuando traduce Filipenses 2:11. Pero en realidad, el apóstol Pablo cita Isaías 45:23 cuando afirma que «Toda lengua confiese que Jesucristo es Jehová Dios (Kyrios) para la Gloria de Dios el Padre.»

2. El ‘Comité de Traducción’ ha creado un tiempo que no existe. Citamos la edición de 1950 de su Biblia, donde han traducido Juan 8:58 “EGO EIMI” como “YO HE SIDO” y afirman que es «correcto traducirlo así en el tiempo perfecto indefinido”. Sin embargo, en el lenguaje griego ¡NO EXISTE EL TIEMPO INDEFINIDO PERFECTO! en ningún lenguaje. Después que a la Sociedad Watchtower fue informada de este hecho, hicieron el cambio al “Tiempo indicativo Perfecto”, pero como los eruditos de griego saben, Juan 8:58, esta en tiempo presente y se traduce correctamente como “YO SOY” (ver Exodo3:14)

3. Han añadido palabras a las Escrituras cambiando el significado del texto para que este de acuerdo con su teología. Noten la Traducción de la Watchtower de Colosenses 1:16, 17 donde la palabra “OTRO” ha sido añadida cuatro (4) veces en el texto, cambiando el significado. Cuando el apóstol Pablo escribió esos pasajes donde dice que el Hijo creo todas las cosas, es obvio que “El Hijo” mismo no fue creado. La Sociedad Watchtower, sin embargo, cree que “El Hijo” es también una criatura, y por lo tanto, añadió la palabra “OTRO” [palabra que no se encuentra en el texto bíblico griego] para implicar que el hijo de Dios fue también creado o que es una criatura. Como mencioné antes, el ‘Comité de Traducción’ ha añadido la palabra “UN” a Juan 1:1 para hacer al “Hijo de Dios” una criatura en vez de Dios mismo. Tenga presente también el mismo engaño expuesto en Filipenses 2:9 donde la palabra “OTRO” es añadida otra vez, aunque no se encuentra ni aun sugerida en el texto griego original.

4. Los hombres que componen el ‘Comité de Traducción’ no han tenido la preparación académica ni las calificaciones necesarias para actuar como traductores críticos de la Biblia. Los supuestos “LITERATOS” como se llaman ellos mismos, los cuales componen este comité de traducción son: N.H. Knorr, F.W. Franz, H.D. Schroeder, G.D. Gangas y M. Henschel. Aparte del anterior presidente de la Sociedad Watchtower F.W. Franz, ninguno de los miembros de este comité tiene conocimiento del griego bíblico o del hebreo y hasta de la habilidad de F.W. Franz es dudosa. Esto salió a relucir en las sesiones de la corte en Scotland en noviembre de 1954, solo cuatro años después de la publicación de la Biblia de la Watchtower. El siguiente intercambio de preguntas y respuestas entre el abogado y Franz se traduce del manuscrito del juicio:

PREGUNTA: ¿Se ha familiarizado usted con el hebreo?

RESPUESTA: Si . . .

PREGUNTA: Así que ¿tiene usted un aparato substancial lingüístico a su disposición?

RESPUESTA: Si, para usarlo en mi trabajo bíblico.

PREGUNTA: Tengo entendido que puede usted leer y seguir la Biblia en hebreo, griego, latín, español, portugués, alemán y francés

RESPUESTA: Si . . .

PREGUNTA: Usted mismo, lee y habla hebreo, ¿no es así?

RESPUESTA: Yo no hablo hebreo.

PREGUNTA: ¿Qué no?

RESPUESTA: No

PREGUNTA: ¿Puede usted, Sr. Franz, traducir eso en hebreo?

RESPUESTA: ¿Cuál?

PREGUNTA: Ese versículo cuatro del segundo capítulo de Génesis

RESPUESTA: ¿Quiere usted decir aquí?

PREGUNTA: Si

RESPUESTA: No, no me atrevo ni a intentarlo

Lo que F. W. Franz negó a traducir fue un simple ejercicio. Que un estudiante de primero o segundo o de hebreo podría hacer sin dificultad. Es también interesante saber que ningún docto griego con credenciales, respaldaría “La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras”. Bill Cetnar, en 1954 (mientras aún trabajaba en Betel), fue asignado a entrevistar a un bien conocido traductor de la Biblia, el Doctor Edgar J. Goodspeed, al preguntarle su opinión y recomendación de la Biblia de la Wachtower. El Dr. Goodspeed dijo: «No, me temo que no puedo hacerlo, la gramática es terrible. . . »

Estamos de acuerdo con el Doctor Goodspeed y más aun, vamos un paso más allá y aseguramos que la teología expuesta en esta traducción es una distorsión fatal de la verdad bíblica. Lo instamos a que no ponga su confianza en una traducción tan errónea de las Sagradas Escrituras, ni en la Sociedad que ha engañado a tantas personas con su traducción de la Biblia. Le rogamos que cifre su fe y confianza en el Señor Jesucristo, quien dijo que a menos que usted crea que él es el Dios eterno (EGO-EIMI = YO SOY), morirá en sus pecados (Juan 8:24; Exodo3:14). Es por el peligro de la perversión de la “Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras” que esta advertencia ha sido escrita. Nuestro empeño es que usted llegue a conocer al verdadero Señor Jesucristo...


¿Las técnicas alternativas que promueven los testigos de Jehová, pueden salvar vidas en un caso de Hipovolemia masiva con muerte inminente?


¿LAS TÉCNICAS ALTERNATIVAS A LAS TRANSFUSIONES SANGUÍNEAS QUE PROMUEVEN LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ, PUEDEN SALVAR VIDAS EN UN CASO DE HIPOVOLEMIA MASIVA CON MUERTE INMINENTE?

Por Dr. Víctor Gamboa Delgado
Fisioterapeuta Respiratorio de Emergencias, Hospital Dr. Teodoro Maldonado Carbo (Ecuador) 

Dentro de las sectas religiosas catalogadas como “extremistas”, no cabe duda que la de los Testigos de Jehová lidere la lista, esto motivó a que en Rusia Vladímir Putin censurara sus publicaciones y su culto. No es para menos si tomamos en cuenta que la secta enseña que para obtener vida eterna no hace falta tener fe en Jesucristo sino solo y nada más en el cuerpo gobernante, conducto principal y único, entre el hombre (ellos) y Jehová. Otra de las afirmaciones erradas de la secta, es la prohibición tajante a recibir sangre por medio de las transfusiones sanguíneas en sus adeptos, mal interpretando un texto bíblico del NT como lo es Hechos 15,28-29: 

“Nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles a ustedes ninguna carga aparte de los siguientes requisitos: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas”. 

Bien sabemos nosotros que el texto bíblico tiene una interpretación no aislada, es decir, hay que tomar en cuenta su contexto para poder entender el texto a mención, y como mi intención aquí no es hacer Apologética desde el campo Teológico, me limitare a que sepan que lo que Dios prohibía era comer (deglutir) sangre animal sacrificada a los ídolos paganos, no las transfusiones, evidentemente, porque no existían, y dicho sea de paso, los cristianos y paganos no eran caníbales que se la pasaban devorando humanos para chuparles su sangre. Vamos a la parte médica.



En el adulto de tamaño corriente, el corazón normalmente bombea sangre a los tejidos aproximadamente 5000 ml de sangre por minuto, las células de los tejidos normalmente extraen la sangre de los vasos sanguíneos para el metabolismo normalmente a un ritmo de 250 ml por minuto, esto significa que si no hay intercambio de oxígeno en los pulmones, el oxígeno de la sangre se terminara en 3 minutos. Entonces, un paciente con baja hemoglobina no tiene la capacidad de transportar oxigeno de manera adecuada produciendo una hipoxia (baja de oxígeno en los tejidos) lo que puede comprometer gravemente la vida del paciente en minutos, si no se corrige el caso. 

La secta de Jehová promueve la llamada “cirugía sin sangre”, es decir, llevar a cabo un tratamiento quirúrgico en el que si existe perdida de volumen sanguíneo, se reponga sangre del mismo paciente que circula constantemente por medio de un aparato llamado Cell Saber que a manera de reservorio, almacena la sangre ante una pérdida, de esta manera, el paciente no recibe sangre alogénica de un agente externo a él. Esta técnica, así como otras, como la hemodilución o la aplicación de la Epo (eritropoyetina recombinante) pretender evitar la transfusión sanguínea. Y sí que son buenas, eso es indudable, pero lamentablemente son costosas y no están en disposición en todos los centros de salud, por ejemplo, acá en mi país, en Ecuador, el año pasado se llevó a cabo la primera cirugía sin sangre, en un paciente trasplantado de riñón, la cirugía fue un éxito pero no todos los centros cuentan con estas técnicas. De hecho, no he vuelto a escuchar que se haya realizado cirugías con ese procedimiento. Podemos concluir que estos equipos no sirven para una emergencia por hipovolemia (pérdida masiva de sangre). 

LA ERITROPOYETINA RECOMBIANTE 

Vuelvo a repetir, estas técnicas son buenas, pero para pacientes pre programados quirúrgicamente, pacientes que van a llevar a cabo una cirugía de alto riesgo, se les prepara aplicándole Eritropoyetina (si es que el paciente es anémico o tiene pérdida de sangre masiva por alguna patología o trauma) para reponerla, La eritropoyetina es una hormona de naturaleza glicoproteica, de 35 kD, codificada por un gen localizado en el cromosoma 7 y sintetizada por las células peritubulares del riñón. El principal estímulo de la secreción de Epo es la hipoxia tisular. La eritropoyetina humana recombinante (rHu-Epo o Epo), es una molécula de síntesis idéntica a la Epo endógena. Actúa como un regulador primario de la eritropoyesis, estimulando la proliferación y diferenciación de las células precursoras de los eritrocitos en la médula ósea. 

Cabe recalcar que una hemoglobina de ≥ 3 g/dl o hematocrito ≥ 9% se podría decir que es incompatible con la vida, por lo que una transfusión es importantísima en los primeros minutos. 

Un estudio publicado en la revista "Medicina Intensiva" titulado: Efecto del tratamiento con Eritropoyetina recombinante humana sobre la necesidad de transfusión sanguínea en los pacientes críticos 

Effect of human recombinant erythropoietin treatment on the need for blood transfusion in critically-ill patients 

Concluyó de la siguiente manera: 

Si bien es cierto, esta técnica de aplicar eritropoyetina redujo la posibilidad a las transfusiones sanguíneas y tuvo menos efecto colateral que las que la recibió no fue suficiente para demostrar su eficacia costo-beneficio en los pacientes:

“Un ensayo clínico aleatorizado realizado con 160 pacientes ingresados en diferentes UCI, demostró que la administración de eritropoyetina a dosis de 300 U/kg durante 5 días y posteriormente cada 48 h, con el fin de conseguir un hematocrito > 38%, se asoció con una disminución significativa en el número de concentrados de hematíes transfundidos (166 concentrados en el grupo de pacientes que recibieron eritropoyetina frente a 305 concentrados en el grupo de pacientes que recibieron placebo; p < 0,002)”. 

“Por tanto, la ausencia de beneficios clínicamente relevantes y de estudios de coste/efectividad hace que la administración de eritropoyetina no esté actualmente indicada en la población general de enfermos críticos”. (Med Intensiva 2003;27:701-3 - Vol. 27 Núm.10) 

Cabe recalcar que el coste estimado en este ensayo clínico fue 4,43 dosis de 40.000 unidades de eritropoyetina por unidad de concentrados de hematíes (1 dosis, 400 dólares), lo que sería demasiado costoso para una familia de escasos recursos. Una pinta de sangre es mucho más económica y fácil de conseguir.
Otro estudio titulado “Uso de la Eritropoyetina” por E. Contreras. Centre de Transfusió i Banc de Teixits, Tarragona. M.M. Pujol. Hemo-Institut Grifols. Banco de Sangre. Clínica Corachan. Barcelona. Manifestó lo siguiente:

“El tratamiento con eritropoyetina fue aprobado en 1989 para los pacientes con anemia y en 1997 para los pacientes quirúrgicos”. 

Observe que no se recomienda en paciente con hipovolemia masiva, por lo tanto, esta técnica jamás suplirá a las transfusiones en una emergencia por pérdida de sangre masiva que necesite ser repuesta rápidamente, ya que el tiempo necesario para obtener respuesta favorable por acción del fármaco es de 3 días y se obtiene aproximadamente 1 U de CH a los 7 días, esto hace que sea eficaz en pacientes anémicos con linfoma o mieloma que reciben quimioterapia así como en neoplasias mieloides, pero es ineficaz ante una hipovolemia masiva. 

Fuente: 
• (Med Intensiva 2003;27:701-3 - Vol. 27 Núm.10)
• Página web JW. Org de la Organización testigos de Jehová. 

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