El Cardenal Sarah arremete contra bendiciones a parejas gay, las califica de "herejía que socava gravemente a la Iglesia"


El cardenal Robert Sarah, reconocido líder de la Iglesia Católica, ha compartido con Settimo Cielo una profunda reflexión sobre el tema de las bendiciones a parejas del mismo sexo, a las cuales considera un "escándalo para los pequeños" y causa de confusión y división en la Iglesia. Todo esto ha sido provocado, a decir de Sarah, por la reciente publicación de "Fiducia supplicans" por parte del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, un documento que ha generado controversia y divisiones dentro de la comunidad católica, tanto entre laicos como en el mismo clero, con obispos a favor y en contra.

En su mensaje de apoyo a las Conferencias Episcopales de Chad, Camerún y Nigeria, que se oponen a la declaración vaticana, el cardenal Sarah destaca que su postura no implica oposición al Papa. Es crucial comprender este matiz, pide Sarah, para evitar malentendidos y promover la unidad dentro de la Iglesia.

En un mensaje de Navidad compartido en la Epifanía del Señor, el cardenal Sarah resalta la importancia de la verdad como la primera forma de misericordia que Jesús ofrece al pecador. Advierte sobre los riesgos de buscar la paz mundial y la popularidad a expensas de la mentira, la ambigüedad y el silencio cómplice. 

El purpurado aborda directamente el tema de las bendiciones de las uniones homosexuales, refutando las afirmaciones de que la Iglesia Católica promueve dichas bendiciones. Con firmeza, declara: "Algunos medios afirman que la Iglesia católica fomenta la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo. Mienten. Hacen el trabajo del divisor." Critica a algunos obispos que, yendo en contra de la enseñanza tradicional de la Iglesia, pretenden bendecir uniones homosexuales como si fueran legítimas y condujeran a la santidad y felicidad humana. El cardenal Sarah advierte sobre los peligros de tales acciones, citando las severas palabras de Jesús contra aquellos que escandalizan a los pequeños.

«Algunos medios afirman que la Iglesia católica fomenta la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo. Mienten. Hacen el trabajo del divisor. Algunos obispos van en la misma dirección, siembran dudas y escándalo en las almas de fe al pretender bendecir las uniones homosexuales como si fueran legítimas, conforme a la naturaleza creada por Dios, como si pudieran conducir a la santidad y a la felicidad humana. Sólo engendran errores, escándalos, dudas y decepciones. Estos Obispos ignoran u olvidan la severa advertencia de Jesús contra quienes escandalizan a los pequeños: "Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar" (Mt 18,6).

Una aclaración reciente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicada con la aprobación del Papa Francisco, no logró corregir estos errores ni dar la verdad. Además, por su falta de claridad, no ha hecho más que amplificar la confusión que reina en los corazones y algunos incluso se han valido de ella para apoyar su intento de manipulación»., afirma el Cardenal.

El cardenal muestra su desacuerdo con la reciente declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, respaldada por el Papa Francisco, argumentando que no ha corregido los errores ni ha proporcionado la verdad necesaria. Además, critica la falta de claridad en el documento, señalando que ha contribuido a la confusión en lugar de disiparla. Sarah destaca cómo algunos han utilizado esta ambigüedad para respaldar sus propias interpretaciones, lo que agrava aún más la situación.

«La Declaración "Fiducia supplicans" escribe que la bendición está destinada, en cambio, a las personas que "piden que todo lo que es verdadero, bueno y humanamente valioso en su vida y en sus relaciones sea investido, sanado y elevado por la presencia del Espíritu Santo" ( n.31). Pero ¿qué es bueno, verdadero y humanamente válido en una relación homosexual, definida por las Sagradas Escrituras y la Tradición como una depravación grave e "intrínsecamente desordenada"? ¿Cómo puede tal escrito corresponder al Libro de la Sabiduría que dice: "los razonamientos retorcidos apartan de Dios, y su poder, puesto a prueba, recrimina a los insensatos. La sabiduría no penetra en un alma maliciosa, ni habita en un cuerpo dominado por el pecado. El Espíritu santo, maestro, rehúye del engaño" (Sab 1,3-5). Lo único que se puede pedir a las personas que están en una relación antinatural es que se conviertan y se conformen a la Palabra de Dios», sentencia el purpurado africano.

Al recordar las enseñanzas de la Biblia y el Catecismo sobre las relaciones homosexuales, el cardenal advierte contra cualquier acción pastoral que ignore la verdad objetiva. Destaca la importancia de la objetividad de la verdad, sin descuidar la atención a la intención subjetiva de las personas. Esta perspectiva equilibrada busca ofrecer misericordia en la verdad, sin comprometer los principios fundamentales de la fe católica.

El cardenal Sarah cuestiona la lógica detrás de la Declaración "Fiducia supplicans", señalando la contradicción inherente en bendecir lo que las Sagradas Escrituras y la Tradición consideran como una depravación grave e "intrínsecamente desordenada". Citando el Libro de la Sabiduría, argumenta que tal enfoque no puede corresponder a la sabiduría divina y la verdad revelada. En lugar de legitimar relaciones antinaturales, Sarah insta a aquellos involucrados a convertirse y conformarse a la Palabra de Dios.

En un gesto de solidaridad, el cardenal muestra su apoyo a los obispos africanos que se oponen a "Fiducia supplicans". Agradece a las Conferencias Episcopales de Camerún, Chad y Nigeria por su firme oposición a la declaración, instando a otras conferencias y obispos a seguir su ejemplo. Aclara que esta oposición no va dirigida contra el Papa Francisco, sino contra lo que percibe como una herejía que socava gravemente la Iglesia al ser contraria a la fe y la Tradición católicas.

«Debo agradecer a las Conferencias Episcopales que ya han hecho esta obra de verdad, en particular a las de Camerún, Chad, Nigeria, etc., cuyas decisiones y firme oposición a la Declaración “Fiducia supplicans” comparto y apoyo. Debemos alentar a otras Conferencias Episcopales nacionales o regionales y a cada obispo a hacer lo mismo. Al hacerlo, no nos oponemos al Papa Francisco, pero nos oponemos firme y radicalmente a una herejía que socava gravemente a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas», ha asegurado el cardenal Robert Sarah.

Sarah también advierte sobre posibles manipulaciones en la próxima sesión del Sínodo sobre la sinodalidad. Destaca el papel crucial de la Iglesia en África, describiéndola como la voz de los pobres, sencillos y pequeños. Reconoce la responsabilidad de la Iglesia africana de proclamar la Palabra de Dios a los cristianos occidentales, recordándoles la "necedad de Dios" que supera la sabiduría humana. Alerta sobre la posibilidad de que las advertencias de los obispos africanos sean ignoradas durante el Sínodo, instando a estar atentos a posibles manipulaciones y proyectos que podrían surgir.

Enfatizando su posición, el cardenal desmonta la idea de mal uso de las bendiciones, aclarando que la oración de la Iglesia no se niega a nadie, pero nunca debe abusarse para legitimar el pecado. Subraya la necesidad de un corazón contrito y arrepentido para recibir la bendición, advirtiendo sobre las consecuencias para aquellos que rechazan la conversión y persisten en el pecado.

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