¿Qué es la apostasía en la biblia?


La palabra "apostasía" proviene del griego "apostasia", que significa "abandono" o "desertar". En el contexto bíblico, la apostasía se refiere a la renuncia deliberada y total de la fe cristiana, el rechazo consciente y persistente de las enseñanzas y la comunión con Dios.

En la Biblia, encontramos advertencias severas sobre la apostasía. Una de las referencias más notables está en Hebreos 6, 4-6: "Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, que probaron el don celestial, que fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que experimentaron la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y luego apostataron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a la vergüenza pública". Este pasaje nos muestra la gravedad de la apostasía, describiéndola como un acto que crucifica de nuevo a Cristo y lo expone a la vergüenza pública.

La apostasía también se menciona en el contexto de las advertencias de Jesús a sus discípulos sobre los tiempos finales. En Mateo 24, 10-13, Jesús dice: "Entonces, muchos tropezarán, se traicionarán y se odiarán mutuamente. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y, ante el aumento de la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo". Aquí, Jesús advierte sobre la apostasía que ocurrirá en los últimos tiempos, instando a sus seguidores a permanecer firmes en la fe a pesar de las dificultades.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, la apostasía se menciona en el contexto de los pecados contra la fe. Se nos enseña que la apostasía es un rechazo total de la fe cristiana y que es un pecado grave contra la virtud de la religión (Catecismo, 2089). La Iglesia considera la apostasía como un acto de libre voluntad, donde alguien que ha sido bautizado y ha profesado la fe cristiana decide abandonarla conscientemente.

En un tono más ameno y accesible, podemos entender la apostasía como un proceso complejo que involucra la lucha interior y la toma de decisiones. La fe es un regalo precioso que nos conecta con Dios y nos guía en nuestra vida diaria. Sin embargo, las personas a veces enfrentan desafíos, dudas y tentaciones que pueden poner a prueba su fe.

La apostasía no ocurre de la noche a la mañana; es un proceso gradual donde alguien, por diversas razones, comienza a alejarse de la fe que una vez profesó. Esto puede deberse a experiencias difíciles, preguntas sin respuesta, influencias negativas o simplemente la falta de práctica y compromiso con la comunidad de fe. La falta de nutrición espiritual y la desconexión gradual con la Iglesia pueden abrir la puerta a la apostasía.

Es importante entender que la apostasía no está determinada por un solo acto o una única pregunta sin respuesta. Es un viaje interior complejo donde las personas enfrentan luchas internas y externas. Como comunidad de fe, es nuestra responsabilidad acoger a aquellos que están luchando con sus creencias y dudas, ofreciéndoles amor, apoyo y respuestas a sus preguntas.

En última instancia, la prevención de la apostasía implica cultivar una relación viva y significativa con Dios. Esto se logra a través de la oración constante, el estudio de las Escrituras, la participación activa en la comunidad de fe y la apertura para buscar respuestas a nuestras preguntas y dudas. La fe no debe ser estática ni dogmática; debe ser dinámica y viva, capaz de abordar nuestras inquietudes más profundas y nuestras preguntas más desafiantes.

La apostasía nos recuerda la importancia de permanecer arraigados en nuestra fe, de no dar por sentado el regalo precioso que es la relación con Dios. También nos llama a ser comprensivos y amorosos con aquellos que están luchando en su viaje de fe. La gracia de Dios está siempre disponible para quienes desean volver a Él y renovar su relación con el Creador.

En resumen, la apostasía es el acto de abandonar conscientemente la fe cristiana. Está severamente advertida en las Escrituras y es considerada un pecado grave en la enseñanza de la Iglesia Católica. Sin embargo, entendemos que las personas enfrentan desafíos y preguntas en su viaje de fe. Como comunidad de creyentes, estamos llamados a ser comprensivos, amorosos y solidarios con aquellos que están luchando en su fe. La prevención de la apostasía implica cultivar una relación dinámica y viva con Dios, estar abiertos a buscar respuestas y nutrir nuestra fe a través de la oración, el estudio de las Escrituras y la participación activa en la comunidad de fe. 

Autor: Sacerdote Ignacio Andrade.

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