Mostrando las entradas con la etiqueta respuesta. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta respuesta. Mostrar todas las entradas

¿Es bíblico el dicho "Dios ama al pecador pero odia el pecado"?


Es un placer hablar sobre este tema tan importante y, de hecho, es un dicho que refleja una verdad fundamental en la enseñanza cristiana. Aunque las palabras exactas "Dios ama al pecador pero odia el pecado" no se encuentran en la Biblia, la idea detrás de esta afirmación está en consonancia con las enseñanzas bíblicas y el catecismo de la Iglesia Católica.

Para comprender mejor esta afirmación, es esencial entender la naturaleza del amor divino y la relación que Dios tiene con sus hijos, nosotros, los seres humanos. La Biblia nos dice en San Juan 3, 16, "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna". Esta poderosa declaración subraya el inmenso amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Dios nos ama incondicionalmente, sin importar nuestros errores o pecados. Este amor es tan profundo y completo que incluso envió a su Hijo, Jesucristo, para redimirnos y ofrecernos la salvación.

Sin embargo, al mismo tiempo, la Biblia también nos enseña claramente que el pecado es algo que Dios aborrece. En Proverbios 6, 16-19, se nos dice: "Hay seis cosas que el Señor odia, siete cosas que le son detestables: la altivez, la mentira, el asesinato, el falso testimonio, el que siembra discordia entre hermanos". Aquí vemos una lista de cosas que Dios detesta, y el pecado está en el centro de esta lista. El pecado es aquello que se opone a la voluntad de Dios y nos aleja de su amor y gracia.

Entonces, ¿cómo reconciliamos el amor incondicional de Dios con su aversión al pecado? La clave está en el hecho de que Dios ama al pecador pero odia el pecado precisamente porque ama al pecador. Su amor nos llama a vivir vidas que estén en armonía con su voluntad, a alejarnos del pecado y a buscar la santidad. En el catecismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 1849, se nos dice que el pecado es una ofensa a Dios y un daño a la comunidad. Al amarnos, Dios desea liberarnos del pecado para que podamos vivir plenamente de acuerdo con su designio amoroso para nosotros.

Imagina un padre amoroso que ve a su hijo jugar en la calle. El padre ama profundamente a su hijo y no desea que sufra ningún daño. Si el padre ve que su hijo está en peligro, actuará para protegerlo, aunque esto signifique regañarlo o corregirlo por su propia seguridad. De manera similar, Dios nos ama tanto que nos corrige y nos llama al arrepentimiento cuando nos alejamos de su camino. Esta corrección no es un acto de odio, sino un acto de amor, destinado a guiarnos de regreso a su amoroso abrazo.

Es importante destacar que el arrepentimiento es un regalo divino que nos permite experimentar la misericordia de Dios. Cuando nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados y buscamos su perdón, Dios nos acoge con brazos abiertos, como el padre amoroso en la parábola del hijo pródigo (San Lucas 15, 11-32). Dios ama al pecador que se arrepiente y vuelve a él con un corazón contrito.

En resumen, la afirmación "Dios ama al pecador pero odia el pecado" encapsula la verdad del amor divino y la santidad que Dios nos llama a vivir. Dios nos ama incondicionalmente y desea liberarnos del pecado para que podamos vivir en su amor y gracia. A través del arrepentimiento y la reconciliación, experimentamos el amor y la misericordia infinitos de nuestro Padre celestial. Que podamos abrir nuestros corazones al amor de Dios, arrepentirnos de nuestros pecados y vivir en su amor eterno. ¡Que la paz y la gracia de Dios estén contigo, mi querido amigo!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Fray Nelson Medina respondió al sacerdote James Martin, quien afirmó que los católicos pueden celebrar el "orgullo gay"

 



Fray Nelson Medina, sacerdote dominico colombiano, respondió desde la doctrina y la caridad católicas al video publicado por el jesuita estadounidense James Martin, quien afirmó que un católico puede celebrar en junio el mes del orgullo gay.

No es la primera vez que Fray Nelson responde a declaraciones del jesuita James Martin, que en otras ocasiones también se ha expresado con posturas contrarias a la moral católica.

Ayer miércoles el P. Martin publicó un video de casi un minuto en Instagram en el que justificó que los católicos celebren el mes del orgullo gay, cuando la Iglesia dedica junio a la celebración del Sagrado Corazón de Jesús.

En el video, el jesuita consideró dos definiciones de la palabra orgullo. Una “mala” que es la ligada a la vanidad, y otra buena, que es la que tiene que ver con la “conciencia de la propia dignidad. Eso está más cerca de lo que el mes del orgullo es: una celebración de la dignidad humana de un grupo de gente que por mucho tiempo ha sido tratado como suciedad”.

Para el jesuita estadounidense, “tal vez la mejor forma de entender el orgullo es imaginar lo que le dirías a un joven que finalmente tiene el coraje para decirte que es LGBTQ. Sabes que Dios los creó, que Dios los ama y sabes que Dios quiere que aceptes quiénes son ellos”.

“Entonces orgullosamente puedes decir ‘estoy muy orgulloso de ti’ por decir eso. Ese es el tipo de orgullo que celebramos. Entonces, ¡feliz orgullo!”, concluyó el P. Martin.

Este jueves 3 de junio, Fray Nelson Medina dijo a ACI Prensa que “declaraciones como las del P. James Martin causan una confusión que prácticamente se ha solidificado en muchos católicos y es la convicción de una especie de falsa misericordia que pretende aprobar la práctica del pecado para que no se sienta rechazado el pecador”.

“En este sentido cualquier invitación a celebrar días del orgullo, marchas o meses del orgullo están descartadas para nosotros los católicos porque todas ellas se enmarcan en el esfuerzo de quitar la condición de pecado a la práctica de la tendencia homosexual u otras tendencias parecidas o relacionadas. Eso no es lo propio nuestro”, indicó el fraile dominico.

“Tampoco es nuestro el pretender humillar, menospreciar o destruir a las personas que tienen estas tendencias, incluso si las practican”, resaltó el sacerdote colombiano.

Fray Nelson Medina explicó que “lo nuestro es, desde el respeto, tomar una actitud de presencia, acompañamiento, sinceridad, oración e invocación junto con ellos de la gracia que todos necesitamos para ser y vivir como verdaderos hijos de Dios”.

Sobre las consecuencias pastorales de las declaraciones del P. Martin, Fray Nelson dijo que “son en realidad las contrarias de lo que se quiere presentar. Porque si lo que se quiere ofrecer es amor, el amor es transformante y eso lo muestra Cristo en su práctica. No deja iguales a los que encuentra en el pecado sino que los llama a una transformación, los llama a un cambio. Les da la mano y les da la gracia para que cambien”.

“Así que estas declaraciones como tantas otras del P. James Martin son muy desafortunadas, afianzan un punto de vista equivocado, y pastoralmente distraen la verdadera labor y el verdadero énfasis de nuestra fe cristiana que está siempre en la predicación y presentación íntegra del mensaje de Jesucristo”, aseguró.

Tres reacciones ante el pecado

Fray Nelson explicó también a ACI Prensa que para entender mejor las declaraciones del P. James Martin es necesario comprender que “la teología moral católica nos enseña que hay tres formas típicas de reaccionar frente al pecado”.

La primera forma es “la desesperación. La persona que considera que lo que está haciendo es malo pero no ve la forma de salir de ahí y se hunde en la culpa, la tristeza y autodestrucción. Ese no es el verdadero camino cristiano”.

La segunda forma de reacción es “el cinismo. Se reconoce la acción pero se niega que esa acción sea incorrecta o incluso perversa. Cuando se toma este camino la persona convierte su pecado en motivo de orgullo. Es la reacción psicológica necesaria para cerrarle la puerta completamente a la tristeza o al reconocimiento de que hemos obrado mal”.

“La tercera forma, que es la propiamente cristiana, porque el cinismo no lo es, es la conversión. Con ella reconocemos que hay pecado en el mundo y en nosotros, así como nuestra propia debilidad para salir de la práctica del pecado y entonces tomamos el rumbo de la conversión”, indicó el sacerdote colombiano.

Todo esto, resaltó Fray Nelson, “nos hace ver dónde está la verdadera actitud católica. No es una actitud de simple acusación para hundir y destruir al pecador, pero tampoco es una actitud de aplauso y aprobación al pecado”.

“Nuestra actitud, siempre desde el respeto y la comprensión a la debilidad humana, es llamar a la conversión a través de la acción de la gracia divina y de la humildad y la sinceridad nuestras”, como lo hicieron “nuestro Señor Jesucristo y los Apóstoles”.
¿Es buena la diversidad?

El fraile dominico también comentó con ACI Prensa que “es importante tener en cuenta que la diversidad en sí misma no es necesariamente un bien”.

El sacerdote colombiano explicó que dos ejemplos de diversidad buena están en lo diverso de la creación de Dios, relatada en la Biblia, y la diversidad de dones del Espíritu Santo que “que reflejan la manera cómo Dios renueva la creación que estaba sometida al pecado”.

Sin embargo, precisó Fray Nelson, “hay en cambio una diversidad que no es correcta. Así por ejemplo, en el capítulo primero de la Carta a los Romanos se nos habla de todas las prácticas en las que ha caído el mundo pagano. Eso incluye formas de violencia, abuso y perversión; y esa diversidad señalada y denunciada por el Apóstol San Pablo, por supuesto que no es positiva”.

“Entonces tomar la postura de que un católico debe celebrar la diversidad es caer en un equívoco gravísimo” que “puede batallar incluso contra el Evangelio”, alertó el sacerdote colombiano.

“Nosotros celebramos la diversidad dentro del bien de la creación, la redención y la santificación. Esas diversidades son para celebrarlas porque hablan, como enseña Santo Tomás, de la múltiple obra divina y nos cuentan algo de la riqueza interior de Dios mismo”, concluyó Fray Nelson Medina.
Lo que enseña la Iglesia sobre la homosexualidad

La explicación de Fray Nelson Medina está en consonancia con la enseñanza católica respecto de la homosexualidad, que está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.

En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

La homosexualidad como tendencia es “objetivamente desordenada” y “constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba”.

Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual” y por tanto “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.

“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y “mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.

Pregunta un protestante ¿Si solo Jesús salva por qué los católicos recurren a la Virgen y los Santos? Un sacerdote responde


La cuestión de por qué los católicos recurren a la Virgen María y a los santos es una pregunta frecuente que se plantea en el diálogo entre católicos y protestantes. Para responder a esta pregunta, es importante explorar las creencias y enseñanzas católicas en relación con la intercesión de la Virgen María y los santos.

En primer lugar, como católicos, creemos firmemente en la centralidad de Jesucristo como el único Salvador y Redentor de la humanidad. La salvación es un don gratuito de Dios que se obtiene a través de la fe en Jesucristo y en su obra salvadora. Esta es una creencia común compartida con los protestantes y no hay discrepancia en ese punto fundamental.

Entonces, ¿por qué recurrimos a la Virgen María y a los santos? La respuesta radica en la comprensión católica de la comunión de los santos, que se basa en la enseñanza bíblica y la tradición apostólica. La comunión de los santos se refiere a la unión espiritual y mística de todos los creyentes, tanto los que están en la tierra como los que están en el cielo.

En la carta a los Efesios, el apóstol Pablo habla de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, y afirma que todos los creyentes forman parte de este cuerpo (Efesios 1, 22-23). Esto implica una comunión espiritual y una conexión mutua entre todos los miembros del Cuerpo de Cristo, tanto los que están vivos como los que han fallecido y están en la presencia de Dios.

En la tradición católica, creemos que aquellos que están en el cielo, incluyendo a la Virgen María y a los santos, están plenamente vivos en Cristo y comparten en su gloria. Por lo tanto, creemos que ellos pueden interceder por nosotros ante Dios. La intercesión significa que ellos presentan nuestras oraciones y necesidades a Dios, actuando como mediadores en nuestro nombre.

La base bíblica para la intercesión de los santos se encuentra en varios pasajes. Por ejemplo, en el libro del Apocalipsis, se nos presenta una visión de los santos en el cielo presentando las oraciones de los santos en la tierra ante el trono de Dios (Apocalipsis 5, 8). También encontramos ejemplos de intercesión en el Antiguo Testamento, como el caso de Moisés intercediendo por el pueblo de Israel (Éxodo 32, 11-14).

La intercesión de los santos no se trata de poner a los santos en el lugar de Jesús, sino de reconocer su papel como miembros del Cuerpo de Cristo que pueden orar por nosotros y unirse a nuestras súplicas. La Virgen María, como madre de Jesús y primera discípula, ocupa un lugar especial en la devoción católica. Ella es considerada como la "nueva Eva" y un modelo de fe para todos los creyentes. Su papel como intercesora se deriva de su cercanía única a Jesús y de su papel en la obra de la redención.

Es importante destacar que la intercesión de los santos no es un requisito para la salvación, ni es una forma de desviar la atención de Jesús como Salvador. La enseñanza católica es clara en afirmar que solo Jesús salva y que solo a través de Él obtenemos la salvación. La intercesión de los santos es una manifestación del amor y la comunión que existe dentro del Cuerpo de Cristo, y es una expresión de nuestra creencia en la unidad y la comunión de todos los creyentes.

La devoción a la Virgen María y a los santos no es obligatoria para los católicos, sino que es una expresión de piedad y amor hacia aquellos que han sido ejemplos de vida cristiana y que pueden ayudarnos con su intercesión. En la Iglesia católica, se anima a los fieles a pedir la intercesión de la Virgen María y de los santos, pero siempre reconociendo que la salvación viene únicamente de Jesús.

Además, la devoción a la Virgen María y a los santos no es una práctica exclusiva de los católicos. Muchos cristianos de diferentes tradiciones también veneran a la Virgen María y a los santos como ejemplos de fe y virtud. Reconocer el papel de la Virgen María y de los santos en la comunión de los creyentes no es una negación de la obra de Jesús, sino una afirmación de la unidad y el amor que existe entre todos los miembros del Cuerpo de Cristo.

En resumen, los católicos recurren a la Virgen María y a los santos como intercesores porque creemos en la comunión de los santos, que es una realidad espiritual y mística basada en la enseñanza bíblica y la tradición apostólica. La intercesión de los santos no es un requisito para la salvación, sino una expresión de nuestra fe en la unidad y el amor que existe entre todos los creyentes. Reconocemos que solo Jesús salva, pero también creemos en el poder de la oración y en la intercesión de aquellos que están en la presencia de Dios. La devoción a la Virgen María y a los santos es una expresión de piedad y amor, y una manera de seguir los ejemplos de fe y virtud que nos han dejado. Que Dios los bendiga en su camino de fe.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Por qué en la Misa todo se hace siempre exactamente igual? Mi amigo evangélico me dice que es aburrida


Como sacerdote católico, es mi deber explicar y orientar sobre la verdad de la Misa y su misterio como sacrificio incruento. En primer lugar, es importante comprender que la Misa es el centro de la vida cristiana y la fuente de nuestra vida espiritual. Es el acto de culto más importante que realizamos como católicos, y es a través de la Misa que recibimos la gracia de Dios y nos unimos a Él en unión con los demás fieles.

La Misa se celebra de acuerdo con un ritual específico, que incluye oraciones, lecturas de la Escritura y la Eucaristía. Estas acciones son repetitivas, pero no son aburridas. De hecho, la repetición es una parte fundamental de la Misa y es intencional. Nos ayuda a centrarnos en la acción sagrada que está sucediendo, a unirnos en oración con los demás fieles y a recordar la importancia de lo que estamos haciendo.

La repetición también es una forma de respetar la tradición de la Iglesia y de honrar el sacrificio de Jesucristo. La Misa es un misterio, y aunque la forma en que se celebra ha evolucionado a lo largo de los siglos, la esencia de la Misa sigue siendo la misma. Jesucristo se ofreció a sí mismo como sacrificio en la Cruz, y en la Misa, ese mismo sacrificio se hace presente de manera sacramental. En palabras del Concilio de Trento, "En la Misa, el mismo Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez de manera sangrienta en el altar de la cruz, se ofrece de manera incruenta en el altar por manos de su sacerdote".

La repetición en la Misa nos ayuda a comprender la profundidad de este misterio y a participar plenamente en él. La Misa es una oportunidad para unirnos a la comunidad de creyentes, para renovar nuestra relación con Dios y para fortalecer nuestra fe. A través de la repetición, podemos profundizar en la comprensión de la Misa y apreciar más plenamente su significado.

Además, es importante destacar que la repetición en la Misa no significa que cada Misa sea idéntica. Cada Misa es única en su propio sentido, ya que las lecturas y las intenciones pueden variar según la ocasión y la liturgia del día. La Misa también se celebra en diferentes lenguas y en diferentes culturas, lo que puede enriquecer la experiencia para los fieles.

En cuanto a las críticas de que la Misa es aburrida, es importante recordar que la Misa no se celebra para entretenernos, sino para adorar a Dios. La Misa no es un espectáculo o una actuación, sino un acto de culto sagrado. Aunque puede ser difícil concentrarse a veces, es importante hacer un esfuerzo consciente para centrarse en lo que está sucediendo y participar plenamente en la Misa.

En conclusión, la repetición en la Misa es una parte fundamental de la liturgia católica y no debe ser vista como aburrida o tediosa. En cambio, es una oportunidad para profundizar en el misterio de la Eucaristía y para unirnos en oración con la comunidad de creyentes. Es importante recordar que la Misa no es un evento social o un espectáculo, sino un acto sagrado de adoración a Dios. La repetición en la Misa nos ayuda a centrarnos en la acción sagrada que está sucediendo y nos ayuda a apreciar más plenamente su significado.

En cuanto a la base bíblica de la Misa como sacrificio incruento, podemos encontrarla en la Última Cena, cuando Jesús instituyó la Eucaristía. En el Evangelio de Lucas (22,19), Jesús dice a sus discípulos: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria de mí". En el Evangelio de Mateo (26,28), Jesús también dice: "Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros para el perdón de los pecados".

En estas palabras, Jesús instituye el sacramento de la Eucaristía, en el que el pan y el vino se convierten en su cuerpo y su sangre. En la Misa, el sacerdote consagra el pan y el vino en la Eucaristía, y los fieles reciben el cuerpo y la sangre de Cristo en comunión. A través de este sacramento, somos unidos a Cristo y recibimos la gracia divina.

Además, la Misa también es una forma de unirnos al sacrificio de Jesús en la Cruz. En la Carta a los Hebreos (9,11-14), se nos recuerda que Jesús se ofreció a sí mismo como sacrificio una vez por todas en la Cruz para el perdón de los pecados. En la Misa, ese mismo sacrificio se hace presente de manera sacramental. El sacerdote, en representación de Cristo, ofrece el sacrificio de la Eucaristía al Padre, y los fieles participan en ese sacrificio a través de la comunión.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Protestante pregunta: ¿Por qué los católicos creen que los santos y la Virgen salvan si solo Jesús salva? Esto le responde un sacerdote.


Querido hermano protestante,

En primer lugar, quiero agradecerte por tomarte el tiempo para dialogar conmigo sobre nuestra fe y nuestras creencias. Quiero aclarar que los católicos creemos firmemente que solo Jesucristo es el Salvador del mundo. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la persona de su Hijo, hecho hombre para la redención universal y definitiva de los pecados" (n. 432).

Entonces, ¿por qué veneramos a los santos y a la Virgen María? La respuesta se encuentra en el concepto de la comunión de los santos. La Iglesia Católica cree que la comunidad de los cristianos no se limita a aquellos que viven en la tierra, sino que incluye a todos los que han muerto en Cristo y están en el cielo. Esto significa que los santos, que están en comunión con Dios, pueden interceder por nosotros y ayudarnos en nuestra vida espiritual.

La veneración de los santos es una práctica que se remonta a los primeros días de la Iglesia. En el libro del Apocalipsis, San Juan ve una multitud de santos en el cielo, que adoran a Dios y oran por los habitantes de la tierra (Apocalipsis 7, 9-10). La Iglesia Católica cree que los santos pueden interceder por nosotros porque están cerca de Dios y tienen una comprensión profunda de su voluntad. En la misma línea, María, la madre de Jesús, es considerada como la primera y más perfecta de los santos y como nuestra madre espiritual.

Sin embargo, es importante aclarar que la intercesión de los santos no significa que creamos que ellos son salvadores independientes de Cristo. La salvación solo puede ser encontrada en Jesucristo, quien es el único camino, la verdad y la vida (Juan 14, 6). Los santos son modelos de vida cristiana y testigos del amor de Dios en el mundo, pero no son un sustituto de Cristo.

Además, es importante tener en cuenta que la Iglesia Católica no enseña que los santos y la Virgen María son obligatorios para la salvación. La salvación es un regalo gratuito de Dios, que se nos ofrece a través de la fe en Jesucristo y la gracia de Dios. La veneración de los santos y la Virgen María son prácticas que nos ayudan a crecer en nuestra relación con Dios y a acercarnos más a Cristo, pero no son una condición para la salvación.

En resumen, la Iglesia Católica cree que solo Jesucristo es el Salvador del mundo y que la salvación solo puede ser encontrada en él. Sin embargo, también creemos que los santos y la Virgen María, al estar en comunión con Dios, pueden interceder por nosotros y ayudarnos en nuestra vida espiritual. La veneración de los santos y la Virgen María son prácticas que nos ayudan a crecer en nuestra relación con Dios, pero no son un sustituto de Cristo ni una condición para la salvación.

Espero que esta explicación te haya sido útil y que podamos seguir dialogando juntos sobre nuestra fe. Que Dios te bendiga y te guíe en tu camino espiritual.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Esta es la respuesta viral de un sacerdote tras el show satánico en los Grammy; "hay un crecimiento de grupos satánicos reales", afirma.


Tras el show satánico de los cantantes Sam Smith y Kim Petras durante la celebración de los premios Grammy, continúa la polémica.

Un sacerdote se hizo viral por señalar una preocupante tendencia de los famosos: su abierta insistencia por el satanismo.

“Ayer Sam Smith realizó un espectáculo satánico en los Grammy”, expresó el padre Rafael Pacanís en el tweet y luego agregó: “Cada vez más famosos insisten abiertamente en el satanismo“.

A continuación, señaló que “los satánicos realizan rituales del aborto en USA en nombre de la libertad religiosa“.

“La batalla espiritual es real. Toma las armas. Efesios 6“, concluyó.

Durante los Grammy, los artistas Sam Smith, Petras y sus bailarines de disfrazaron de demonios, rodeándose de jaulas, látigos y fuego. El baile, el vestuario y las letras también fueron sexualmente provocativas y explícitas.

Hace pocas semanas, Madonna cobró notoriedad luego de hacer una parodia de la Última Cena y la Virgen de los Dolores.

En marzo de 2021, el rapero estadunidense Lil Nas X anunció su lanzamiento de “Satan Shoes”. El calzado Nike Air Max contienen una gota de sangre humana, un pentagrama y tienen cosido “Lucas 10:18”.

En agosto de ese año, la marca de calzado Converse promocionó un nuevo modelo de zapatillas con una publicidad que refería a símbolos satánicos.

El crecimiento del satanismo en la sociedad

El padre Pacanís no es el único sacerdote que señaló esta creciente tendencia hacia el satanismos, no ya de los famosos sino en la sociedad misma.

El padre dominico François-Marie Dermine, un reputado exorcista, señaló que “la figura del diablo es alabada abiertamente y atrae a mucha gente, esta figura del diablo que se emancipa de Dios para llevar su vida como le plazca”.

“Hay un crecimiento de grupos satánicos reales, mientras que en el pasado eran una realidad muy excepcional. Se están multiplicando de una forma muy preocupante”, subrayó.

¡San Miguel Arcángel, defiéndenos en batalla!

Vaticano responde al Gran Rabinato de Israel por controversia surgida por palabras del Papa.




El teólogo argentino Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, firma una reflexión en la portada de L’Osservatore Romano

La Comisión del Gran Rabinato de Israel protestó, mediante una carta enviada al cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo per la Unidad de los Cristianos y de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, por unas palabras del papa Francisco en la audiencia general del 11 de agosto sobre la Ley mosaica. Ahora el Vaticano ha respondido a través de un breve texto publicado en la portada de L’Osservatore Romano.

La ayuda divina

El Papa, comentando la ‘Carta a los Gálatas’ de san Pablo, señaló que “la Ley no da la vida, no ofrece el cumplimiento de la promesa, porque no está en la condición de poder realizarla. La Ley es un camino que te lleva adelante hacia el encuentro. Quien busca la vida necesita mirar a la promesa y a su realización en Cristo”. Esta explicación causó malestar en la institución judía que preside el rabino Rasson Arousi para quien los términos del pontífice podían contener una “enseñanza despreciativa hacia los judíos y hacia el judaísmo”, algo que considera superado en la Iglesia Católica.

Sin citar directamente la carta, el periódico vaticano recoge una reflexión firmada por el teólogo argentino Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, –hombre de confianza de Francisco–. Fernández señala que “cuando San Pablo habla de la justificación por la fe, en realidad está recogiendo convicciones profundas de algunas tradiciones judías” y que “si se afirma que la propia justificación se obtiene mediante el cumplimiento de la Ley con las propias fuerzas, sin ayuda divina, se estaría cayendo en la peor de las idolatrías”.

La actuación de Dios

“Es imprescindible recordar que algunos textos del Antiguo Testamento y muchos textos judíos extrabíblicos ya mostraban una religiosidad de confianza en el amor de Dios e invitaban a un cumplimiento de la ley activado en el fondo del corazón por la acción divina”, explica el teólogo citando incluso alguna enseñanza rabínica. “Los cristianos y los judíos no dicen que lo que cuenta es el cumplimiento exterior de ciertas costumbres sin el impulso interior de Dios”, añade recurriendo a los profetas.

“Según la profundísima interpretación de san Agustín y santo Tomás sobre la teología paulina de la nueva ley, la esterilidad de una ley externa sin ayuda divina no es sólo una característica de la Ley judía, sino también de los preceptos que el mismo Jesús nos dejó: ‘hasta la letra del Evangelio mataría si no tuviera la gracia interior de la fe, que sana’”, concluye.

Cuando Dios dice NO. ¿Qué hacer con la oración "sin respuesta"?


CUANDO DIOS DICE NO. ¿QUÉ HACER CON LA ORACIÓN "SIN RESPUESTA"?
Por Tom Ponchak

Permítanme comenzar diciendo que no creo que la oración "sin respuesta" sea un término exacto porque Dios escucha y contesta todas nuestras oraciones. Es solo que a veces la respuesta es "no", y esos a menudo se sienten sin respuesta. Esas son las oraciones que se sienten como si estuvieran, o hayan sido, elevadas a una pared de ladrillos, que han caído de nuevo a la tierra con un ruido sordo. Pero, las oraciones sin respuesta pueden ser bendiciones disfrazadas, incluso si se sienten como pérdidas aplastantes o desgarradoras en ese momento.

Creo que el misterio del "no" de Dios puede ser uno de los obstáculos más desconcertantes y difíciles para los cristianos. Puede estar a la altura del problema del mal, y a menudo los dos se combinan cuando nuestras oraciones aparentemente quedan sin respuesta en medio de la tragedia o el dolor. Puede ser aún más frustrante cuando su oración parece ignorada mientras otros a su alrededor ven sus oraciones respondidas.

Tenía un compañero de cuarto de la universidad que estaba comprometido con su novia de la secundaria. Estaban en su último año y ansiaban su boda y su vida juntos. Luego se enfermó, gravemente enferma. Parecía que todo nuestro campus se unió en oración intercediendo por su curación, pero ella murió. Casi al mismo tiempo conocí a una mujer que luchó con la infertilidad desde que tuvo un aborto con complicaciones cuando era adolescente. Algunos de nosotros habíamos rezado con ella en una ocasión y habíamos escuchado meses después que estaba embarazada. Tengo amigos que han visto una provisión financiera milagrosa que aparentemente salió de la nada a la hora once cuando se perdió la esperanza, y otros que vieron los plazos ir y venir sin rescate.


¿Qué hacemos cuando hemos derramado nuestros corazones a Dios en oración y no sucede nada, o el resultado exactamente opuesto de lo que habíamos estado orando? He encontrado algunas cosas que me han traído consuelo en esos valles.

Mi primer pensamiento consolador es recordar que este no es nuestro hogar. Lo que pase o no pase en esta vida no es el final de la historia. Mi esposa y yo perdimos un bebé por un aborto involuntario hace unos años. A la primera señal de problemas, rezamos, rezamos y rezamos, pero parecía que todas mis oraciones tocaban el techo y no iban a ninguna parte. Fue recordar que este mundo no es el final que me ayudó a través del proceso de duelo. Saber que algún día conocería a mi hijo pondría en perspectiva mi tristeza temporal, pero muy real. San Pablo, un hombre no acostumbrado al dolor y la dificultad, escribió a los corintios: “Para esta leve aflicción momentánea nos está preparando para un peso eterno de gloria más allá de toda medida, porque no miramos lo que se puede ver sino lo que no se puede ver. ser visto; porque lo que se puede ver es temporal.

Otra cosa que me ayuda cuando Dios dice "no" es recordar que él sabe lo que está haciendo, incluso si yo no. Dios es amor. El es nuestro amoroso Padre. Los planes y propósitos de Dios para mi vida están más allá de lo que puedo entender completamente desde mi perspectiva. A veces es difícil confiar en Dios cuando parece que no está escuchando o no le importan mis circunstancias actuales. Mi propio orgullo, miedo o ansiedad pueden nublar mi comprensión y oscurecer mi visión del gran diseño. Precisamente en el momento de tener nuestra oración "sin respuesta", nos enfrentamos a tomar una decisión: ¿dudaré de la bondad de Dios o buscaré su consuelo? En esencia, ¿confío en él solo cuando hace lo que quiero? ¿O confiaré en él cuando no lo entienda? Aprender a confiar en Dios cuando todo dentro de ti está enojado con él y listo para alejarse es un precioso momento de crecimiento espiritual.

Finalmente, nunca desperdicies tu sufrimiento. Puede ser algo pequeño o trivial, o puede ser una cuestión de vida o muerte, cada vez que sentimos que nuestras oraciones son ignoradas o sin respuesta, cada vez que Dios nos dice que no, hay desilusión y un grado de sufrimiento. Cuando unimos nuestro sufrimiento a Jesús, no importa cuán grande o pequeño sea, estamos unidos con él de una manera poderosa y única. Cuando traemos nuestras heridas para tocar sus heridas, podemos inventar "lo que falta en las aflicciones de Cristo en nombre de su cuerpo, que es la Iglesia" (Col. 1:24). Irónicamente, el dolor que experimentamos " la oración sin respuesta se puede usar como una oración en sí misma para otros. Podemos tomar nuestra decepción y ofrecerla a Jesús como un regalo, como un sacrificio, para aquellos que necesitan gracia. Esto puede redimir nuestro sufrimiento.

Fuente: Catholic 365

La respuesta de un sacerdote a un graffiti pro-aborto


LA RESPUESTA QUE DIO UN SACERDOTE A UN GRAFFITI PRO-ABORTO

Cierta vez, la Parroquia de San Miguel Arcángel y Santa Rita, en Milán, Italia, amaneció con una pintada pro-aborto: “Aborto Libre (también para María)”

Don Andrea, el párroco, reaccionó subiendo la foto de la pintada en el Facebook de la parroquia y escribiendo lo siguiente:

Estimado escritor anónimo de las paredes,

Siento que no hayas sido capaz de seguir el ejemplo de tu madre. Ella tuvo coraje. Ella te concibió, continuó con el embarazo y te dio a luz. Podía haber abortado. Pero no lo hizo. Te crio, te alimentó, te limpió y te vistió. Y ahora tienes una vida y la libertad de elegir qué hacer con ella.

Una libertad que estás utilizando para decirnos que sería mejor que personas como tú no vengan a este mundo. Lo siento, pero no estoy de acuerdo. Y realmente admiro a tu mamá porque ella fue valiente. Y todavía lo es, porque, como cualquier madre, está orgullosa de ti, incluso si te portas mal, porque sabe que dentro de ti hay cosas buenas y sólo debes ser capaz de hacerlas salir.

El aborto es el mayor “sin sentido”. Es la muerte que vence a la vida. Es el miedo que le gana a un corazón que quiere luchar y vivir, no morir. Usted quiere elegir quien tiene el derecho a vivir y quién no, como si se tratara de derecho simple.

Es una ideología que vence a una humanidad a la que se quiere quitar la esperanza. Toda esperanza. Admiro a todas aquellas mujeres que, a pesar de mil dificultades, tienen el valor para seguir adelante. Tú, valor, no tienes ninguno, ya que te escondes en el anonimato. Y ya que estamos, también me gustaría decirte que nuestro barrio ya tiene muchos problemas y que no necesitamos gente que mancha las paredes y arruine lo poco bueno que nos queda.

¿Quieres demostrar que eres valiente? Mejora el mundo en lugar de destruirlo. Ama en lugar de odiar. Ayuda a soportar sus dolores a los que están sufriendo. ¡Y da la vida, en lugar de quitarla! ¡Estos son los verdaderos valientes!

¡Afortunadamente, nuestro barrio, el que tú destruyes, está lleno de gente valiente! ¡Que sabe amarte también a ti, que ni siquiera sabes lo que escribes!


Si deseas conocer más sobre tu fe católica visita nuestra página de Facebook.

https://www.facebook.com/defiendetufecatolico/



Nota importante: La publicidad que aparece en este portal es gestionada por Google y varía en función del país, idioma e intereses y puede relacionarse con la navegación que ha tenido el usuario en sus últimos días.

Estimado lector: ¡Gracias por seguirnos y leer nuestras publicaciones. Queremos seguir comprometidos con este apostolado y nos gustaría contar contigo, si está en tus posibilidades, apóyanos con un donativo que pueda ayudarnos a cubrir nuestros costos tecnológicos y poder así llegar cada vez a más personas. ¡Necesitamos de ti!
¡GRACIAS!


Publicaciones más leídas del mes

Donaciones:

BÚSCANOS EN FACEBOOK