¿Qué significa "engendrado, no creado" en el Credo?


¿Qué significa "engendrado, no creado" en el Credo?

Esta frase es realmente profunda y nos ayuda a comprender mejor la naturaleza de Jesucristo.

Cuando decimos que Jesucristo es "engendrado, no creado", estamos afirmando su divinidad y su relación única con Dios Padre. Esta expresión nos lleva al corazón mismo de la doctrina cristiana sobre la Santísima Trinidad.

Veamos un poco más de cerca lo que significa esta frase. En primer lugar, la palabra "engendrado" nos habla de la relación eterna entre el Padre y el Hijo en la Trinidad. Desde toda la eternidad, el Hijo es engendrado por el Padre. Esta no es una generación en el sentido humano, sino una expresión de la relación íntima y perfecta que existe entre las tres personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Para entender mejor esto, podemos mirar lo que nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica. En el párrafo 240, el Catecismo nos dice: "La generación eterna del Hijo respecto al Padre se distingue de la procesión del Espíritu Santo, pero el modo de ser de la generación en el cual el Hijo procede del Padre es común al modo de ser de la procesión del Espíritu Santo desde el Padre. 'La generación eterna del Hijo' del Padre a través del amor que es el Espíritu Santo." Esto significa que la relación entre el Padre y el Hijo está inseparablemente ligada al amor que existe entre ellos, que es el Espíritu Santo.

Ahora, ¿qué significa decir que Jesucristo es "no creado"? Esto nos recuerda que Jesucristo es Dios de la misma sustancia que el Padre, es decir, es consustancial con el Padre. A diferencia de las criaturas creadas por Dios, que tienen un origen en el tiempo y el espacio, Jesucristo es eterno y no tiene principio ni fin. Él existe desde toda la eternidad como el Hijo de Dios.

Esta verdad sobre la naturaleza de Jesucristo es fundamental para nuestra fe cristiana. Nos dice que Jesucristo no es simplemente un hombre extraordinario o un gran maestro, sino que es verdaderamente Dios hecho hombre. En el Evangelio de Juan, encontramos estas palabras maravillosas que nos hablan de la divinidad de Jesucristo: "En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios... Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1.1, 14).

La Encarnación es el misterio en el que la Palabra eterna de Dios se hace carne en Jesucristo. Dios, en su infinito amor y misericordia, decide venir a nosotros en la persona de su Hijo para salvarnos y reconciliarnos con Él. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, una sola persona con dos naturalezas: divina y humana. Esta es una verdad asombrosa que nos invita a maravillarnos ante el amor increíble de Dios por nosotros.

Entonces, cuando decimos que Jesucristo es "engendrado, no creado", estamos afirmando su divinidad y su relación única con el Padre en la Trinidad. También estamos reconociendo que Jesucristo es eterno y consustancial con el Padre, es decir, es de la misma sustancia que el Padre.

Esta verdad nos llena de esperanza y alegría, porque nos dice que Dios nos ama tanto que estuvo dispuesto a enviar a su Hijo único para salvarnos. Jesucristo, como el Verbo encarnado, nos revela el amor infinito de Dios y nos muestra el camino hacia la salvación y la vida eterna.

Entonces, la próxima vez que recites el Credo y llegues a la parte que dice "engendrado, no creado", recuerda la profundidad de estas palabras y qué significan para nuestra fe. Nos hablan del misterio del amor de Dios revelado en Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Que esta verdad te llene de asombro y gratitud por el regalo inestimable de la salvación que Dios nos ofrece en su Hijo.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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