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¿El Catolicismo romano nació con Constantino como mezcla de cristianismo y paganismo? Respondiendo a una afirmación protestante.

                 

 

Afirmación protestante: La Iglesia Católica Romana afirma que su origen es la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era. La Iglesia Católica se proclama a sí misma como la iglesia por la que Jesucristo murió, la iglesia que fue establecida y edificada por los apóstoles. ¿Es ese el verdadero origen de la Iglesia católica?

Pues no. Incluso una lectura superficial del Nuevo Testamento revelará que la Iglesia católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o de Sus apóstoles. En el Nuevo Testamento, no se menciona el papado, la adoración de María (o la inmaculada concepción de María, la virginidad perpetua de María, la asunción de María, o María como co-redentora y mediadora), la petición a los santos en el cielo por sus oraciones, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia que actúan como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de los pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la misma autoridad de la tradición de la iglesia y las Escrituras. Entonces, si el origen de la Iglesia católica no está en las enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, tal y como se registran en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia católica?

Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, se prohibió el cristianismo en el Imperio Romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esta situación cambió tras la "conversión" del emperador romano Constantino. Constantino concedió la libertad religiosa con el Edicto de Milán en el año 313 d.C., levantando así la prohibición del cristianismo. Posteriormente, en 325 d.C., Constantino convocó el Concilio de Nicea en un intento de unificar el cristianismo. Constantino concebía el cristianismo como una religión capaz de unir al Imperio Romano, que en aquella época empezaba a fragmentarse y dividirse. Si bien esto podría haber parecido un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, los resultados fueron todo menos positivos. Así como Constantino se negó a aceptar plenamente la fe cristiana, manteniendo muchas de sus creencias y prácticas paganas, la iglesia cristiana que Constantino y sus sucesores promovieron se convirtió progresivamente en una mezcla de verdadero cristianismo y paganismo romano.

Respuesta católica: 

La afirmación de que la Iglesia Católica no tiene sus raíces en las enseñanzas de Jesucristo y Sus apóstoles es una interpretación superficial que ignora tanto la evidencia bíblica como la histórica.

En primer lugar, la idea de que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesucristo contradice directamente las palabras de Cristo mismo. En Mateo 16.18, Jesús declara a Pedro como la "piedra" sobre la cual edificará Su Iglesia, otorgándole autoridad y estableciendo así una sucesión apostólica. Esta designación de Pedro como fundamento de la Iglesia es fundamental en la estructura jerárquica de la Iglesia Católica, reflejada en la doctrina del papado.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña en el párrafo 881 que "el oficio apostólico fue confiado a Pedro por un acto propio de Jesús", ratificando así la autoridad apostólica de Pedro y su papel en la fundación de la Iglesia.

Además, el Nuevo Testamento registra la institución de los sacramentos por parte de Jesucristo y la autoridad dada a Sus apóstoles para administrarlos. Por ejemplo, en Mateo 28, 19-20, Jesús ordena a Sus discípulos que hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Aquí vemos la institución del sacramento del bautismo, que es practicado por la Iglesia Católica como uno de los siete sacramentos desde el siglo I.

Asimismo, en Juan 20, 22-23, Jesús otorga a Sus apóstoles la autoridad para perdonar pecados: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos". Esta autoridad para absolver pecados es ejercida por los sacerdotes en el sacramento de la reconciliación, también conocido como confesión, en la Iglesia Católica.

En cuanto a las doctrinas y prácticas que supuestamente no se encuentran en el Nuevo Testamento, como la devoción a María (y no adoración como se menciona en el texto, pues los católicos NO adoramos a María), la intercesión de los santos y la creencia en el purgatorio, es importante entender que estas enseñanzas se desarrollaron a lo largo del tiempo en respuesta a las necesidades pastorales y la reflexión teológica de la Iglesia. Por ejemplo, la veneración de María como la Madre de Dios se deriva de su papel único en la historia de la salvación, como se registra en Lucas 1, 26-38 y Juan 19, 25-27.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña en los párrafos 963-975 sobre la importancia de la devoción mariana y su papel en la vida de fe de los católicos. Del mismo modo, la práctica de pedir la intercesión de los santos se basa en la comunión de los santos, enseñada en la Escritura (Hebreos 12, 1) y desarrollada a lo largo de la tradición cristiana.

Respecto al purgatorio, aunque la palabra no se encuentra en la Biblia, la idea de un estado de purificación después de la muerte se encuentra implícita en varios pasajes, como 1 Corintios 3, 11-15, donde se habla de ser "salvo, pero como a través del fuego". La enseñanza del purgatorio refleja la creencia en la purificación final antes de entrar en la plena comunión con Dios en el cielo.

En cuanto a la autoridad de la tradición de la Iglesia y las Escrituras, la misma Biblia afirma la importancia de ambas, como se señala en 2 Tesalonicenses 2, 15: "Así que, hermanos, manteneos firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra." Aquí se reconoce la autoridad de la tradición apostólica, transmitida oralmente y por escrito, junto con las Escrituras.

El Concilio de Nicea, aunque convocado por Constantino, fue un evento fundamental en la historia de la Iglesia, donde se afirmó la divinidad de Cristo contra la herejía arriana. Los obispos presentes en el concilio, bajo la guía del Espíritu Santo, defendieron la fe ortodoxa y sentaron las bases para la doctrina cristiana ortodoxa que la Iglesia Católica ha mantenido y enseñado desde entonces. ¿Acaso no creen los hermanos protestantes en la Divinidad de Cristo? Pues eso fue lo que determinó el Concilio de Nicea, y en él no se enseñó a venerar o adorar dioses paganos de ningún tipo, eso simplemente es falso; dicho Concilio fue estrictamente Cristiano. 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿La Iglesia católica fue fundada en el año 325 por el emperador Constantino?


No es raro escuchar la idea de que Constantino, el emperador romano, fundó la Iglesia en el año 325 durante el Concilio de Nicea. Sin embargo, esto es un malentendido bastante común.

Primero y ante todo, déjame aclarar que la Iglesia Católica no fue fundada por Constantino ni en el año 325. ¡Para nada! La Iglesia Católica tiene sus raíces en la enseñanza y la misión de Jesucristo, el Hijo de Dios. La afirmación correcta es que Jesucristo es el fundador de la Iglesia Católica, y esto está respaldado por las enseñanzas del Nuevo Testamento.

Cuando Jesús estuvo en la Tierra, Él mismo estableció la Iglesia. En el Evangelio de Mateo, Jesús le dice a Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella" (San Mateo 16, 18). Aquí, Jesús designa a Pedro como la roca sobre la cual construirá su Iglesia. Este es un momento clave en el cual Jesús establece la autoridad apostólica y la estructura de la Iglesia.

Además, después de su resurrección, Jesús comisiona a sus apóstoles, enviándolos a predicar y hacer discípulos de todas las naciones (San Mateo 28, 19-20). Este encargo apostólico forma la base de la misión de la Iglesia de enseñar, santificar y gobernar.

Si damos un vistazo al Libro de los Hechos en el Nuevo Testamento, veremos cómo los apóstoles, guiados por el Espíritu Santo, establecieron comunidades cristianas en diversas regiones. No fue una iniciativa de Constantino ni de ningún líder secular, sino un movimiento inspirado y guiado por el Espíritu Santo.

La idea de que Constantino fundó la Iglesia en el Concilio de Nicea en el año 325 es incorrecta. El Concilio de Nicea fue convocado para abordar cuestiones teológicas cruciales, especialmente la naturaleza de la divinidad de Jesucristo, y no para fundar la Iglesia. Constantino, aunque desempeñó un papel importante al convocar el concilio, no estableció la Iglesia, ya que esta ya existía desde los tiempos de Jesús y los apóstoles.

Es importante destacar que la Iglesia ya tenía una estructura jerárquica con obispos y presbíteros antes del Concilio de Nicea. Las comunidades cristianas se habían establecido y estaban creciendo mucho antes de que Constantino reconociera el cristianismo como una religión legalizada en el Imperio Romano.

La Iglesia Católica, con su sucesión apostólica, sigue la línea de los apóstoles que fueron directamente comisionados por Jesucristo. Esta sucesión apostólica es un testimonio de la continuidad de la enseñanza y la autoridad apostólica desde los primeros tiempos de la Iglesia hasta hoy.

Además, el Catecismo de la Iglesia Católica subraya claramente la fundación divina de la Iglesia: "El mismo Jesús es la fuente viva de la tradición de la cual fluye la Iglesia. En la Iglesia, esta tradición, que proviene de los apóstoles, persiste en la comunión que, a través del sucesor de Pedro, permanece con sus sucesores. Y así la Iglesia en su doctrina, vida y culto perpetúa y transmite a todas las edades todo lo que ella es, todo en lo que cree" (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 78).

Recapitulando, la afirmación de que Constantino fundó la Iglesia Católica en el año 325 es completamente falsa. La Iglesia fue establecida por Jesucristo durante su ministerio terrenal y continuó creciendo bajo la guía de los apóstoles y el Espíritu Santo. La Iglesia Católica, con su rica tradición apostólica, sigue siendo la continuación de esa Iglesia fundada por Jesús hace más de dos mil años.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Existía la Iglesia católica antes del año 325? Citas donde se menciona a la Iglesia católica antes del Concilio de Nicea.



Hay muchos hermanos en la propia fe católica, así como hermanos separados de otras comunidades cristianas, que se preguntan desde cuando comenzó a llamársele "católica" a la Iglesia. Entre la propaganda anti-católica que abunda por internet, no es extraño encontrar falsas teorías, que afirman que lo de llamarle "católica" fue un invento del emperador Constantino, a quien también falsamente presentan como el propio "fundador" de la Iglesia católica en el siglo IV. Ambas afirmaciones son completamente falsas; Constantino no "bautizó" a la Iglesia como "católica", y muchos menos la fundó. 

Con este conjunto de citas demostramos de manera contundente que la Iglesia fundada por nuestro Señor Jesucristo, encargada a Pedro junto al resto de los apóstoles, quienes a su vez la dejaron bajo el cuidado y gobierno de sus discípulos, a quienes instituyeron, a unos como obispos, a otros como presbíteros o diáconos de las distintas iglesias locales, ya era llamada y conocida como "Iglesia católica" desde tiempos muy tempranos en el desarrollo mismo de la Iglesia primitiva, para resaltar la comunión universal y la totalidad y la plenitud de la fe recibida de los apóstoles, y creída y abrazada por los fieles cristianos de todas las regiones.

Si bien un detractor podría decir que San Cirilo de Jerusalén y San Agustín de Hipona son autores "post-nicenos" (ya que la propaganda anticatólica afirma precisamente que Constantino "fundó" la Iglesia en el Concilio de Nicea en el año 325, algo por lo demás, como ya hemos dicho, completamente falso, ya que en dicho Concilio no se fundó ninguna iglesia nueva, sino que se reunió la Iglesia que ya existía desde 300 años atrás), las citas de estos dos Padres de la Iglesia demuestran cuan afianzado estaba ya el término "Iglesia católica" para el tiempo en que ellos escriben. San Cirilo recomienda preguntar por la Iglesia católica, lo que indica que ya era ampliamente conocida bajo ese concepto, y San Agustín nos dice que de esa forma la llamaron "nuestros antepasados", comprobándose la antigüedad del término.



San Ignacio de Antioquía; carta a la Iglesia de Esmirna. (Año 107).

«Seguid todos a vuestro obispo, como Jesucristo siguió al Padre, y a los presbíteros como a los apóstoles; y respetad a los diáconos, como el mandamiento de Dios. Que nadie haga nada perteneciente a la Iglesia al margen del obispo. Considerad como eucaristía válida la que tiene lugar bajo el obispo o bajo uno a quien él la haya encomendado. Allí donde aparezca el obispo, allí debe estar el pueblo; tal como allí donde está Jesús, allí está la iglesia católica

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Carta de la Iglesia de Esmirna a la Iglesia de Filomelio sobre el Martirio de Policarpo (Año 155).


«La Iglesia de Dios que reside en Esmirna a la Iglesia de Dios que reside en Filomelio, y a todas las fraternidades de la santa y católica Iglesia que reside en todo lugar, misericordia y paz y amor de Dios el Padre y nuestro Señor Jesucristo os sean multiplicados.

[…]

Pero cuando finalmente puso fin a su oración, después de recordar a todos los que en un momento u otro habían estado en contacto con él, pequeños y grandes, altos y bajos, y a toda la Iglesia católica por todo el mundo, llegó la hora de partir, y le sentaron sobre un asno y le llevaron a la ciudad, y era un gran sábado.

[…]

Habiendo vencido con su sufrimiento al gobernante injusto en el conflicto y recibido la corona de la inmortalidad, se regocija en la compañía de los apóstoles y de los justos, y glorifica al Dios y Padre Todopoderoso, y bendice a nuestro Señor Jesucristo, el salvador de nuestras almas y piloto de nuestros cuerpos y pastor de la Iglesia católica que se halla por todo el mundo.»
 

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Del fragmento del ‘Canon muratorio’ (año 170 aproximadamente).

«Sin embargo, aunque [el mensaje] se repita a los Corinitios y los Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo escribe a todas. Además, [Pablo escribe] una [carta] a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia católica en la regulación de la disciplina eclesiástica.

Se dice que existe otra carta en nombre de Pablo a los Laodicenses, y otra a los Alejandrinos, [ambos] falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden ser recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se mezcle con la miel.

Pero la carta de Judas y las dos superscritas con el nombre de Juan han sido aceptadas en la iglesia católica; la Sabiduría también, escrita por los amigos de Salomón en su honor.»

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Tertuliano; ‘Prescripciones contra todas las herejías’. (Año 200, aproximadamente).

"¿Dónde estaba [el hereje] Marcion, el capitán del Pontus, el celoso estudioso del estoicismo? ¿Dónde estaba Valentino, el discípulo del platonismo? Porque es evidente que esos hombres vivieron no hace mucho tiempo –en la mayor parte del reinado de Antonio-, y que al principio eran creyentes en la doctrina de la Iglesia Católica, en la iglesia de Roma bajo el episcopado del bendito Eleuterio, hasta que a causa de su curiosidad siempre inquieta, con la que incluso infectaban a los hermanos, fueron más de una vez expulsados"

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De las Actas de los Martires:

Martirio de San Pionio.(Año 250).

El día segundo del sexto mes que es el 12 de marzo, un sábado mayor, mientras Pionio, Sabina, Asclepíades, Macedonia y Lemno, presbítero de la Iglesia católica, celebraban el aniversario del mártir Policarpo, se descargó contra ellos la furia de la persecución. Como el Señor lo manifiesta todo a los de buena fe, Pionio, que no temía los suplicios que ya eran inminentes, los vio anticipadamente antes de que llegaran.

[…]

Después de esto, en presencia de un escribano que anotaba en sus tablillas de cera las respuestas, Polemón siguió interrogando a Pionio: "¿Cómo te llamas?".

Pionio: "Cristiano". 

Polemón: "¿De qué Iglesia?". 
Pionio: "De la católica".

Dejando a Pionio, Polemón se dirigió a Sabina. Pionio anteriormente le había recomendado que cambiara su nombre de Sabina por el de Teódota, para no caer nuevamente en manos de su cruel ama Politta (quien en los tiempos del emperador Gordiano quería obligarla a renegar de su fe y la había encerrado en un calabozo montañoso, de donde la liberaron los hermanos en la fe).

Polemón: "¿Cómo te llamas?".
Sabina: "Teódota y cristiana".
Polemón: "Si eres cristiana, ¿de qué Iglesia?".
Sabina: "De la católica".
Polemón: "¿A qué Dios das culto?".
Sabina: "Al Dios omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y cuanto en ellos se contiene. Su Verbo, Jesucristo, nos lo hizo conocer".

Polemón, a Asclepíades que estaba cerca: "¿Cómo te llamas?".
Asclepíades: "Cristiano".
Polemón: "¿De qué Iglesia?".
Asclepíades: "De la católica".
Polemón: "¿A qué Dios das culto?".
Asclepíades: "A Cristo".
Polemón: "¿Cómo? ¿Es otro Dios?". 

Asclepíades: "No; es el mismo Dios a quien estos acaban de confesar".

[…]

Al entrar en la cárcel, un alguacil descargó tal puñetazo sobre la cabeza de Pionio, que por el mismo ímpetu se hirió a sí mismo y se le hincharon las manos y los costados. Una vez encerrados en la cárcel, entonaron un himno de acción de gracias a Dios, pues en su nombre se habían mantenido en la fe y en la religión católica.

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Martirio de San Acacio (alrededor del año 250).

Marciano: "Mira a los frigios, hombres de religión antigua. Ellos abandonaron su religión, se convirtieron a mis dioses y les ofrecen sacrificios junto con nosotros. Apresúrate a imitarlos. Reúne a todos los cristianos de la ley católica y con ellos abraza la religión de nuestro emperador. Trae contigo a todo el pueblo que está bajo tu jurisdicción".

Acacio: "Todos ellos no se rigen por mi voluntad, sino por los mandamientos de Dios. Me escucharán si les enseño cosas justas; pero si les enseño cosas malas y nocivas, me despreciarían".

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Martirio de San Fructuoso, obispo, y de Augurio y Eulogio, diáconos En Tarragona, año 259 


Apenas se hubo descalzado, un camarada de milicia, hermano nuestro, por nombre Félix, se le acercó también y, tomándole la mano derecha, le rogó que se acordara de él. El santo varón Fructuoso, con clara voz que todos oyeron, le contestó:

Yo tengo que acordarme de la Iglesia católica, extendida de Oriente a Occidente.

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Martirio San Ireneo de Sirmio (Año 304).

«Al llegar al puente que se llama Básente, él mismo se despojó de sus vestidos, levantó las manos al cielo y oró así: 
"Señor Jesucristo, que te dignaste sufrir por la salvación del mundo, abre tus cielos y envía a tus ángeles, para que reciban el espíritu de tu siervo Ireneo, que sufre esto por tu nombre y por tu pueblo de la Iglesia católica de Sirmio y por su progreso. Te ruego y suplico tu misericordia, que te dignes recibirme a mí y confirmar en la fe a los demás".»

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San Cipriano de Cartago (Carta 66. Año 253).


«Allí [en Juan 6, 68-69] habla Pedro, sobre quien se edificaría la Iglesia, enseñando en el nombre de la Iglesia y mostrando que incluso si una multitud obstinada y orgullosa se retira porque no desea obedecer, sin embargo, la Iglesia no se retira de Cristo. La gente se unió al sacerdote y al rebaño que se aferraba a su pastor en la Iglesia. Debes saber, entonces, que el obispo está en la Iglesia y la Iglesia en los obispos; y si alguien no está con el obispo, él no está en la Iglesia. En vano se alaban a sí mismos quienes están al margen, sin tener paz con el sacerdote de Dios, creyendo que están en secreto en comunión con ciertos individuos. Porque la Iglesia, que es una y católica, no está separada ni dividida, sino que está unida y junta por el cemento de los sacerdotes que se adhieren unos a otros»

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San Cirilo de Jerusalén; Lecturas Catequéticas. (Año 350).
 

«La Iglesia se llama católica, entonces, porque se extiende por todo el mundo, de un extremo al otro de la tierra, y porque enseña universal e infaliblemente todas y cada una de las doctrinas que deben llegar al conocimiento de los hombres, concernientes a las cosas visibles e invisibles, celestiales y terrenales, y porque trae a toda raza de hombres a la sujeción de la piedad, a gobernadores y gobernados, eruditos e ignorantes, y porque trata y cura universalmente todas las clases de pecados, los cometidos con el alma y aquellos con el cuerpo , y posee dentro de sí toda forma concebible de virtud, en hechos y en palabras y en los dones espirituales de toda clase".

[…]
 

Y si alguna vez estás de visita en las ciudades, no preguntes simplemente dónde está la casa del Señor –porque las demás sectas de los impíos se atreven a llamar a sus guaridas 'casas del Señor', ni preguntes simplemente dónde está la Iglesia, sino dónde está la Iglesia Católica, porque este es el nombre peculiar de esta santa Iglesia, la madre de todos nosotros, que es la esposa de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios».

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San Agustín (Sermón a los catecúmenos sobre el Símbolo de los Apóstoles).

 

«Después de confesar la Trinidad, el Credo sigue: CREEMOS EN LA SANTA IGLESIA. Os he demostrado a Dios y a su templo. En efecto, dice el Apóstol, el templo de Dios es santo, que sois vosotros. Esta es la Iglesia santa, la Iglesia una, la Iglesia verdadera, la Iglesia católica, que lucha contra todas las herejías. Puede luchar, y, sin embargo, no puede ser vencida. Todas las herejías han salido de ella, como sarmientos inútiles cortados de la vid. Pero ella permanece entera en su raíz, en su cepa, que es su caridad. Las puertas del infierno no la vencerán».
 

San Agustín (Carta a los católicos sobre la secta donatista)
 

«La cuestión que se debate entre nosotros es ver dónde está la Iglesia, si en nosotros o en ellos. La Iglesia es una solamente, a la que nuestros antepasados llamaron Católica, para demostrar por el solo nombre que está en todas partes; es lo que significa en griego la expresión καθολικός (katholikós). Pero esta Iglesia es el Cuerpo de Cristo, como dice el Apóstol: En favor de su cuerpo, que es la Iglesia. De donde resulta claro que todo el que no se encuentra entre los miembros de Cristo, no puede tener la salvación de Cristo. Ahora bien, los miembros de Cristo se unen entre sí mediante la caridad de la unidad y por la misma están vinculados a su Cabeza, que es Cristo Jesús».

Constantino no fundó la Iglesia católica ni fue Papa, te lo demostramos.



Siempre que haya un debate con personas protestantes, más específicamente con los de extracción pentecostal o adventista, que son dos denominaciones caracterizadas por un anticatolicismo bastante radical, nos encontraremos con la falsa acusación de que a la Iglesia católica la fundó el emperador Constantino, por lo cual arguyen que la Iglesia actual no sería la misma que viene desde Cristo y los apóstoles.

Aunque en un futuro haremos un análisis mucho más profundo sobre el origen de la Iglesia y su continuidad histórica ininterrumpida desde el siglo I hasta nuestro días, hoy rebatiremos con datos históricos bastante sencillos de comprender, la falsa teoría de que Constantino fue "el primer Papa" de la Iglesia "romanista", como llaman peyorativamente ciertos protestantes a la Iglesia católica.

Antes que nada, repasemos brevemente qué es el papado. La doctrina cristiana católica, basándose en las Sagradas Escrituras, sostiene que Jesucristo decidió nombrar a un encargado de su Iglesia en la tierra, a quien le entregó las llaves del reino de los cielos como símbolo de autoridad para poder atar y desatar, con cuyas palabras Jesús hizo un paralelismo con la llave de la casa de David que mantenía en su poder el mayordomo del reino, aquel que se nos dice que "abrirá, y no habrá quien pueda cerrar; y cerrará y no habrá quien pueda abrir", que sería entregada a Eliaquim, hijo de Hilcías como se relata en Isaías 22, 20-22, y a quien se presenta como el mayordomo de la casa real en 2 Reyes 18, 18 y en 2 Reyes 18, 37.

Jesucristo es el Rey de Reyes que está sentado sobre el trono de David, y así como la casa real del reino davídico, tenía un mayordomo, con la autoridad para "abrir y cerrar", en el nuevo reinado de Jesucristo el nuevo templo universal que es la Iglesia cuenta con su propio mayordomo, con la autoridad, otorgada por el Rey mismo, para atar y desatar; éste encargado, como lo revela de manera clara la Biblia, fue Pedro, de ahí que la Iglesia sostiene que este apóstol fue el primer Papa de la historia (el primer jefe y responsable de la Iglesia apostólica) y que este cargo recae en todo sucesor ocupante de la silla del obispo de Roma, desde donde se ejerce una primacía sobre el resto de los obispos de la Iglesia universal.

Ahora bien, ¿de dónde surge esta teoría de que Constantino fundó a la Iglesia y fue su primer Papa? Todo esto proviene de una errada lectura de los acontecimientos históricos dados a partir del año 313, cuando el emperador Constantino emitió el Edicto de Milán, un decreto donde se ordenaba poner fin a la persecución de los cristianos en todo el territorio del imperio. Esto no supone, como muchos piensan, que la Iglesia haya pasado a manos del emperador, ni mucho menos.

El Edicto de Milán lo que hizo fue únicamente garantizar a los cristianos la total libertad para practicar su culto y exponer sus enseñanzas. En el momento en que se emite el Edicto, Constantino no se había siquiera bautizado, cosa que hizo ya muy cerca de su muerte, acontecida más de 20 años después, por lo que el emperador ni siquiera era miembro de la Iglesia cuando cuando el "decreto de tolerancia" para los cristianos tuvo lugar.

Otro acontecimiento histórico que genera confusión entre los protestantes, y que asignan como el "nacimiento" de la iglesia católica, es el famoso Concilio de Nicea del año 325, convocado para debatir y llegar a un acuerdo doctrinal que rigiera a toda la Iglesia universal luego de los graves problemas y las fuertes y peligrosas divisiones que se estaban desarrollando en las Iglesias locales por todo el imperio, producto del nacimiento de doctrinas heréticas.

La principal doctrinal que estaba causando problemas e intensos debates era la del "arrianismo", conocida de este modo por su principal defensor, Arrio, un presbítero de la ciudad de Alejandría. Arrio sostenía que Jesús no era Dios, que era solo una creatura que no compartía la sustancia y la naturaleza divina del Padre. Ante la amenaza a la paz interna que estas divisiones estaban provocando, Constantino convoca a que se reúnan los obispos de toda la Iglesia para establecer criterios claros y unitarios sobre este tema. Pero aclaremos, la convocatoria la realiza amparado en su poder de emperador (haber desobedecido a esta convocatoria seguramente habría traído graves consecuencias para la Iglesia), no la hace en calidad de miembro del clero, pues nunca, en ningún momento de su vida, tuvo cargo alguno dentro de la jerarquía eclesiastica consagrada de la Iglesia, por lo que jamás fue obispo de Roma (y tampoco fue presbítero o diácono), y en el año 325 no era ni siquiera un laico bautizado como ya lo mencionamos antes.

En cuanto a lo sucedido propiamente en el Concilio, al final los obispos conciliares condenaron el arrianismo como una enseñanza herética, y como una forma de resolución, el Concilio de Nicea elaboró el Credo (la confesión de fe), también conocido como "credo niceno" que resume las verdades de fe en las que ha de creer un cristiano. Ese Credo es el mismo que hasta el día de hoy se confiesa en la misa católica, todas sus enseñanzas son perfectamente cristianas y ellas tienen base y sustento en las Sagradas Escrituras (aunque para esa fecha, aun como tal, no existía oficialmente el canon del Nuevo Testamento que surgió hasta el año 382). El credo es la mejor prueba de que este Concilio no contaminó a la Iglesia con "doctrinas paganas" como piensan los sectores protestantes anticatólicos.

De hecho, la inmensa mayoría de los protestantes comparten las creencias expresadas en el Concilio de Nicea, que afirmaron con toda contundencia y sin vacilaciones la divinidad de Cristo. En el Credo niceno se afirma que hay un solo Dios Padre Todopoderoso, un solo Señor, Jesucristo, que nació del Padre antes de todos los siglos (eterno), que fue engrendrado, no creado, y es de la misma naturaleza divina del Padre (es Dios). El Credo afirma también que Cristo se encarnó y murió por nuestros pecados, que resucitó al tercer día, que subió al cielo y que volverá para juzgar a vivos y muertos; se sostiene también la existencia del Espíritu Santo, que recibe, junto al Padre y al Hijo, una misma adoración y gloria. La mayoria de los protestantes creen en todo esto también, ¿así que dónde está la "corrupción pagana" que supuestamente sufrió la Iglesia en Nicea?

En este punto podemos hacer un resumen de lo antes expuesto y ver que, por una parte, Constantino no "creó" una Iglesia, solo dejó de perseguir a una Iglesia que ya existía desde el siglo I, y por la otra, podemos atestiguar que esa Iglesia, luchando contra las herejías, se mantuvo firme en las enseñanzas y la ortodoxia cristiana, no hubo "infiltraciones" doctrinales paganas, no se concedió, ni remotamente, la posibilidad de considerar a otros dioses; el Concilio de Nicea expuso como verdad y dogma de fe la existencia de un solo Dios verdadero, con una sola y única sustancia divina en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¿Qué diferencia había entre esta Iglesia del 325 y la de los primeros 300 años? Doctrinalmente ninguna, la Iglesia se mantuvo fielmente cristiana, por lo que no hay ningún indicio de que haya surgido algo "nuevo" con Constantino. Claro que había una gran diferencia entre poder reunirse libremente, incluso con el apoyo y las facilidades otorgadas por autoridades del imperio que se convirtieron al cristianismo, a hacerlo en la absoluta clandestinidad como se hacia cuando eran perseguidos y se refugiaban en las catacumbas, pero la sustancia de la fe en Cristo como el Cordero de Dios que con su sacrificio nos salva y nos ofrece vida eterna, se mantuvo intacta.

Por último, a modo de prueba histórica, exponemos la lista de todos los Obispos de Roma (Papas), que estuvieron en dicho cargo durante la vida entera de Constantino, en donde podemos observar que éste nunca ocupó la silla papal. Constantino nació en el año 272 y murió en el año 337, habiendo sido emperador desde el año 306 hasta su muerte.

Lista de los Obispos que fueron Papas en el periodo de los 65 años en que Constantino estuvo vivo:

- San Felix I (Fue Obispo de Roma del año 269 al 274).
- San Eutiquiano (del 275 al 283)
- San Cayo (del 283 al 296)
- San Marcelino (del 296 al 304)
- San Marcelo I (del 306 al 309)
- San Eusebio (Fue Obispo de Roma solo durante el 309)
- San Melquiades (del 311 al 314)
- San Silvestre I (del 314 al 335)
- San Marcos (durante el 336)
- San Julio (del 337 -año de la muerte de Constantino- al 352)

Como podemos apreciar, Constantino nunca ocupó el cargo de Obispo de Roma (Papa), no hay ningún "San Constantino" en la lista de los Papas del periodo de su vida. Y ya en este punto permítasenos sumar otro contundente dato que demuestra que Constantino no fundó a la Iglesia católica: El famoso emperador romano no es y nunca ha sido considerado santo por la Iglesia. De hecho no existe una sola edificación, llámese basílica, santuario, parróquia o capilla en todo el mundo en honor a su nombre.

¿No es bastante extraño que el supuesto fundador de una Iglesia con miles de santos, no haya sido considerado jamás uno de ellos? ¿El "fundador" de la religión más grande del planeta no cuenta con un solo templo a su nombre ni ocupó cargo alguno en la propia institución que supuestamente él "fundó"?

Las pruebas son contundentes: Constantino no fundó ninguna Iglesia, solo dejó de perseguir a una que ya tenía tres siglos de existencia.

Por: Alfredo Rdz. 

Nicea, el primer gran Concilio de la Iglesia, donde nació el Credo y se condenó a Arrio, quien negó que Jesucristo es Dios




PRIMER CONCILIO DE NICEA, DONDE SE FORMULÓ EL CREDO Y SE CONDENÓ LA HEREJÍA DE ARRIO, QUIEN NEGARA QUE JESUCRISTO ES DIOS 

Es el Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, celebrado en el año 325 con motivo de la herejía de Arrio (vea arrianismo). Tan temprano como en los años 320 ó 321, el obispo San Alejandro de Alejandría, convocó un concilio en dicha ciudad en el cual más de cien obispos de Egipto y Libia anatematizaron a Arrio. Pero éste continuó oficiando en su iglesia y reclutando adeptos. Cuando, finalmente, fue expulsado, se dirigió a Palestina y de allí a Nicomedia. 

Durante este tiempo San Alejandro publicó su "Epistola encyclica", que fue contestada por Arrio; a partir de este momento fue evidente que la polémica había llegado más allá de la posibilidad del control humano. Sozomen menciona un Concilio de Bitinia el cual dirigió una encíclica a todos los obispos solicitándoles que recibieran a los arrianos en la comunión de la Iglesia. 

Esta disputa, junto con la guerra que pronto estalló entre Constantino y Licinio, complicó la situación y explica parcialmente el avance del conflicto religioso durante los años 322-323. 

Finalmente, después de haber vencido a Licinio y haberse convertido en emperador único, Constantino se ocupó de restablecer la paz religiosa y el orden civil. Envió cartas a San Alejandro y a Arrio censurando sus acaloradas controversias relativas a asuntos sin importancia práctica y aconsejándoles que se pusieran de acuerdo sin demora. Era evidente que el emperador no se percataba entonces de la importancia de la controversia de Arrio. Hosio de Córdoba, su consejero en asuntos religiosos, llevó la carta imperial a Alejandría, pero fracasó en su misión conciliatoria. Ante esto, el emperador, aconsejado tal vez por Hosio, pensó que no había mejor solución para restaurar la paz en la Iglesia que convocar un concilio ecuménico. 

El propio emperador, en unas cartas muy respetuosas, rogó a los obispos de los distintos países que acudieran sin demora a Nicea. Asistieron al Concilio varios obispos de fuera del Imperio Romano (por ejemplo, de Persia). No se sabe históricamente si el emperador, al convocar el Concilio, actuó por su cuenta y en su propio nombre o si lo hizo de acuerdo con el Papa; sin embargo, es probable que Constantino y el Papa San Silvestre I hubiesen llegado a un acuerdo. 

Para acelerar la organización del Concilio, el emperador puso a disposición de los obispos los medios de transporte públicos y las postas del imperio; incluso, aportó provisiones abundantes para el mantenimiento de los asistentes durante el Concilio. La elección de Nicea fue positiva para facilitar la agrupación de un considerable número de obispos. Era fácilmente accesible para los obispos de casi todas las provincias, pero especialmente para los de Asia, Siria, Palestina, Egipto, Grecia y Tracia. Las sesiones se celebraron en el templo principal y en el salón principal del palacio imperial. Verdaderamente, era necesario un gran espacio para recibir a una asamblea tan numerosa, aunque el número exacto de asistentes no se conoce con certeza. Eusebio de Cesarea habla de más de 250 obispos, y manuscritos árabes posteriores elevan la cifra a dos mil, una evidente exageración que imposibilita conocer el número total aproximado de obispos, así como el de sacerdotes, diáconos y acólitos, que, según se dice, también estaban presentes en gran número. San Atanasio, miembro del Concilio, habla de 300 y en su carta "Ad Afros" menciona explícitamente 318. Esta cifra está aceptada casi universalmente y no parece que haya razón alguna para rechazarla. 

La mayor parte de los obispos presentes eran griegos; entre los latinos solamente conocemos a Hosio de Córdoba, Cecilio de Cartago, Marcos de Calabria, Nicasio de Dijon, Dono de Estridón, en Panonia, y los dos sacerdotes de Roma, Víctor y Vincencio, que representaban al Papa. La asamblea contaba entre sus miembros más famosos a San Alejandro de Alejandría, Eustasio de Antioquía, Macario de Jerusalén, Eusebio de Nicomedia, Eusebio de Cesarea y Nicolás de Mira. Algunos habían padecido durante la última persecución; otros no estaban suficientemente familiarizados con la teología cristiana. Entre los miembros figuraba un joven diácono, Atanasio de Alejandría, para quien este Concilio fue el preludio de una vida de conflictos y de gloria. 

El año 325 es aceptado, sin duda, como el del Primer Concilio de Nicea. Hay poco acuerdo entre nuestras autoridades primitivas respecto al mes y al día de la apertura. Para poder conciliar las indicaciones suministradas por Sócrates y por las Actas del Concilio de Calcedonia, la fecha puede tal vez situarse en el 20 de mayo, y la de la redacción del símbolo en el 19 de junio. Se puede asumir sin muy grande audacia que el sínodo, que se había convocado para el 20 de mayo, celebró reuniones menos solemnes en ausencia del emperador hasta el 14 de junio, fecha en la que, tras la llegada de éste, comenzaron las sesiones propiamente dichas, y se formuló el símbolo el 19 de junio, después de lo cual se trataron diversas cuestiones---la controversia pascual, etc.---y las sesiones concluyeron el 25 de agosto. Constantino realizó la apertura del Concilio con gran solemnidad. Antes de entrar, el emperador esperó a que todos los obispos hubiesen ocupado sus lugares. Estaba ataviado en oro y cubierto con piedras preciosas, a la usanza de los soberanos orientales. Se le preparó un trono dorado y los obispos tomaron asiento sólo después que el emperador había ocupado su lugar. Después de ser saludado en una apresurada alocución, el emperador pronunció un discurso en latín, expresando su deseo de que se restableciera la paz religiosa. El abrió la sesión como presidente honorífico y, además, asistió a las sesiones posteriores, pero dejó la dirección de las discusiones teológicas, como era adecuado, en manos de los líderes eclesiásticos del Concilio. Parece que el presidente fue, realmente, Hosio de Córdoba, asistido por los legados papales, Víctor y Vincencio. 

El emperador comenzó haciéndole comprender a los obispos que tenían entre manos un asunto más importante y de más envergadura que las rencillas personales y las interminables recriminaciones. Sin embargo, tuvo que resignarse al castigo de escuchar las últimas palabras de los debates que habían tenido lugar previamente a su llegada. 

Eusebio de Cesarea y sus dos abreviadores, Sócrates y Sozomen, así como Rufino y Gelasio de Cízico, no proporcionan detalles de las discusiones teológicas. Rufino nos dice tan sólo que se celebraron sesiones diarias y que Arrio era citado a menudo ante la asamblea; sus opiniones se discutían seriamente y se consideraba atentamente los argumentos en contra. La mayoría, especialmente quienes eran confesores de la fe, se declararon enérgicamente contra las impías doctrinas de Arrio. 

San Atanasio nos asegura que las actividades del Concilio no se vieron, de ninguna manera, perturbadas por la presencia de Constantino. En aquella época el emperador había escapado de la influencia de Eusebio de Nicomedia y estaba bajo la de Hosio, a quien, junto con San Atanasio, se puede atribuir una influencia preponderante en la formulación del símbolo del Primer Concilio Ecuménico, del cual se presenta a continuación una traducción literal: 

Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el unigénito del Padre, esto es, de la sustancia [‘’ek tes ousias’’] del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre [‘’homoousion to patri’’], por quien todo fue hecho, en el cielo y en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos y volverá para juzgar a vivos y a muertos. Y en el Espíritu Santo. Aquellos que dicen: hubo un tiempo en el que Él no existía, y Él no existía antes de ser engendrado; y que Él fue creado de la nada (‘’ex ouk onton’’); o quienes mantienen que Él es de otra naturaleza o de otra sustancia [que el Padre], o que el Hijo de Dios es creado, o mudable, o sujeto a cambios, [a ellos] la Iglesia Católica los anatematiza. 

La adhesión fue general y entusiasta. Todos los obispos, excepto cinco, se declararon prestos a suscribir dicha fórmula, convencidos de que contenía la antigua fe de la Iglesia Apostólica. Los oponentes quedaron pronto reducidos a dos, Teonas de Marmárica y Segundo de Tolemaida, quienes fueron exilados y anatematizados. Arrio y sus escritos fueron también marcados con el anatema, sus libros fueron quemados y él fue exiliado a Iliria. Las listas de los firmantes han llegado hasta nosotros muy mutiladas, desfiguradas por los errores de los copistas. Sin embargo, dichas listas pueden ser consideradas auténticas. Su estudio es un problema que ha sido abordado repetidamente en la actualidad, en Alemania e Inglaterra, a través de las ediciones críticas de H. Gelzer, H. Hilgenfeld, y O. Contz, por una parte, y C. H. Turner, por otra. Las listas así reconstruidas contienen respectivamente 220 y 218 nombres. Con la información derivada de una u otra fuente, se puede construir una relación de 232 ó 237 padres que se sabe estuvieron presentes. 

Otros asuntos que se trataron en el Concilio fueron la controversia sobre la época de la celebración de la Pascua y el cisma de Melecio. El primero de ambos se encuentra tratado como Controversia Pascual; el segundo, como Melecio de Licópolis. 

De todas las actas del Concilio, que, según se ha afirmado, fueron numerosas, sólo han llegado hasta nosotros tres fragmentos: el credo, o símbolo, reproducido más arriba; los cánones; y el decreto sinodal. En realidad nunca hubo ningunas actas oficiales aparte de éstas. Pero las declaraciones de Eusebio de Cesarea, Sócrates, Sozomen, Teodoreto y Rufino, pueden ser consideradas como importantes fuentes de información histórica, junto con alguna información conservada por San Atanasio, y una historia del Concilio de Nicea escrita en griego en el siglo V por Gelasio de Cyzicus. Por mucho tiempo ha existido una controversia sobre el número de los cánones del Primer Concilio de Nicea. Todas las colecciones de cánones, tanto en latín como en griego, compuestas en los siglos IV y V coinciden en atribuir a este Concilio solamente los 20 cánones que conocemos actualmente. A continuación figura un breve resumen de los mismos: 

Canon 1: Sobre la admisión, ayuda o expulsión de los clérigos mutilados voluntaria o violentamente.
Canon 2: Reglas a observarse para la ordenación, la evasión de prisa indebida y la deposición de aquéllos culpables de faltas graves.
Canon 3: Se prohíbe a todos los miembros del clero residir con cualquier mujer, excepto con su madre, una hermana o una tía.
Canon 4: Relativo a las elecciones episcopales.
Canon 5: Relativo a la excomunión.
Canon 6: Relativo a los patriarcas y su jurisdicción.
Canon 7: Confirma el derecho de los obispos de Jerusalén a disfrutar de determinados honores.
Canon 8: Respecto de los novacianos.
Canon 9: Ciertos pecados conocidos después de la ordenación implican su invalidez.
Canon 10: Los lapsi que hayan sido ordenados con conocimiento o subrepticiamente deben ser excluidos tan pronto como se conozca su irregularidad.
Canon 11: Penitencia que debe ser impuesta a los apóstatas en la persecución de Licinio.
Canon 12: Penitencia que debe ser impuesta a quienes apoyaron a Licinio en su guerra contra los cristianos.
Canon 13: Indulgencia a ser concedida a las personas excomulgadas que se encuentran en peligro de muerte.
Canon 14: Penitencia que debe ser impuesta a los catecúmenos que flaquearon durante la persecución.
Canon 15: Obispos, sacerdotes y diáconos no pueden pasar de una iglesia a otra.
Canon 16: Se prohíbe a todos los clérigos abandonar su iglesia. Se prohíbe formalmente a los obispos que ordenen para su diócesis a un clérigo perteneciente a otra diócesis.
Canon 17: Se prohíbe a los clérigos que presten con interés.
Canon 18: Se recuerda a los diáconos su posición subordinada respecto a los sacerdotes.
Canon 19: Reglas a observarse respecto de los partidarios de Pablo de Samosata que deseaban retornar a la Iglesia.
Canon 20: Los domingos y durante la temporada Pascua las oraciones deben rezarse de pie. 

Una vez concluidos los trabajos del Concilio, Constantino celebró el vigésimo aniversario de su ascensión al imperio e invitó a los obispos a un espléndido banquete, al final del cual cada uno recibió ricos presentes. Varios días después el emperador ordenó que se celebrara una sesión final, a la cual asistió para exhortar a los obispos a que trabajaran para el mantenimiento de la paz; se encomendó a sus oraciones y autorizó a los padres a regresar a sus diócesis. La gran mayoría se apresuró a tomar ventaja de esto y a llevar las resoluciones del Concilio al conocimiento de sus provincias. 

Fuente: Leclercq, Henri. "The First Council of Nicaea." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11044a.htm>.


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La más grande mentira protestante jamás contada


LOS AUTO NOMBRADOS “CRISTIANOS” ASEGURAN QUE CONSTANTINO FUNDÓ LA IGLESIA CATÓLICA

ES ÉSTA, LA MÁS GRANDE MENTIRA NACIDA EN EL SENO DEL PROTESTANTISMO JAMÁS CONTADA

SIN EMBARGO, EL EDICTO DE MILÁN HABLA DE LOS “CRISTIANOS” Y NUNCA DE LA IGLESIA CATÓLICA
Por Jesús Mondragón (Saulo de Tarso)

Los hermanos evangélicos, que desde la década de 1970 se hacen llamar “cristianos”, aseguran que fue el emperador Constantino, quien fundó la Iglesia Católica en el año 313, aunque debido a su escasa y muchas veces nula preparación histórica, tampoco en esto se ponen de acuerdo las diferentes denominaciones “cristianas”, unos dicen que fue en 312, 313, 320, 325 y hasta 360 ¡cuando ya había muerto Constantino! Otros por el contrario, aseguran que la Iglesia Católica terminó con Constantino.

Éste es sin duda, el más grande invento de los a sí mismos llamados “cristianos”. Ningún historiador serio, ninguna enciclopedia, ninguna persona medianamente conocedora de la historia dirá jamás, que Constantino fundó la Iglesia Católica. Eso sólo lo proclaman los libros de los “cristianos” evangélicos y los grupos sectarios.

El edicto de Milán no menciona jamás a la Iglesia Católica, sino a los cristianos. ¿Será entonces que Constantino fundó a todos los grupos de sectas que hoy se hacen llamar “cristianos”?. Y si según los protestantes el edicto de Milán se refiere a la Iglesia Católica, entonces los verdaderos cristianos somos los católicos y ellos sólo tomaron ese nombre muchos siglos después. Nótese también, que ahí no dice que Constantino fundó ninguna iglesia, sino que sólo otorgó libertad de culto a una Iglesia ya existente.

HE AQUÍ EL FAMOSO EDICTO DE MILÁN

“Habiendo advertido hace ya mucho tiempo que no debe ser cohibida la libertad de religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y libertad de cada cual se ejercite en las cosas divinas conforme al parecer de su alma, hemos sancionado que, tanto todos los demás, cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia de su secta y religión... que a los cristianos y a todos los demás se conceda libre facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que quienquiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio a nosotros y a todos los que viven bajo nuestro imperio. Así, pues, hemos promulgado con saludable y rectísimo criterio esta nuestra voluntad, para que a ninguno se niegue en absoluto la licencia de seguir o elegir la observancia y religión cristiana. Antes bien sea lícito a cada uno dedicar su alma a aquella religión que estimare convenirle.

Copias de las constituciones imperiales de Constantino y Licinio, traducidas del latín al griego”

Sobre la base de las evidencias documentales e históricas, los protestantes no pueden probar que Constantino fundó la Iglesia Católica, ni mucho menos que fue él el primer Papa, esas son simplemente mentiras. En tiempos de Constantino ya habían existido 32 Papas.

Por otra parte, ya quisieran los grupos de sectarios evangélicos que hoy se autonombran "cristianos", haber sido fundados por Constantino en el siglo IV, la historia los vio nacer 12 siglos después, hasta el siglo XVI los más antiguos y la mayoría de ellos hace sólo 100, 200 o 300 años.

Presentaremos a continuación más de 35 citas de los escritos de los sucesores de los Apóstoles, los Padres Apostólicos, que demuestran que:

LA IGLESIA CATÓLICA ES MENCIONADA MÁS DE 2 SIGLOS ANTES DE QUE SIQUIERA EXISTIERA CONSTANTINO.

TAN SÓLO 7 AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE DEL APÓSTOL SAN JUAN (AÑO 100), EL ÚLTIMO APÓSTOL EN MORIR. SU DISCÍPULO IGNACIO DE ANTIOQUÍA, HABLA YA DE LA “IGLESIA CATÓLICA” AÑO 107

IGNACIO DE ANTIOQUÍA (35 - 107 DC)

"Mirad que todos siguen el obispo, como Jesucristo lo hace al Padre, y el presbiterio como queréis que los apóstoles; y reverenciar a los diáconos, como la institución de Dios. Que ningún hombre haga cualquier cosa conectada con la Iglesia sin el obispo. Vamos que se considerará una Eucaristía propiamente dicha, que se [administrado] ya sea por el obispo, o por uno a quien le ha confiado. Donde quiera que aparezca el obispo, allí la multitud [de la gente] sea también; incluso, cuando sea Jesucristo, allí está la Iglesia Católica ..." (Carta a los de Esmirna 8, 2).

JUSTINO MÁRTIR (100 - 165 DC)

"para los hombres de las generaciones anteriores, que instituyeron ritos privados y públicos en honor de como eran más poderosos, el olvido de la fe católica a tomar posesión de su posteridad causado" (El gobierno único de Dios cap 1).

POLICARPO DE ESMIRNA (110 DC)

"La Iglesia de Dios que peregrina en Esmirna, a la Iglesia de Dios que moraba como peregrino en Filomelio, ya todos las congregaciones de la Santa Iglesia Católica y en todo lugar: la misericordia, la paz y el amor de Dios el Padre, y nuestro Señor Jesucristo, se multiplicarán. " (El martirio de Policapo, saludo).

"Ahora, tan pronto como él había cesado de orar, después de haber hecho mención de todo lo que tenía en ningún momento, en contacto con él, pequeños y grandes, ilustre y oscura, así como toda la Iglesia católica en todo el mundo, el momento de su salida después de haber llegado, él se sentó sobre un culo, y lo condujo a la ciudad, siendo el día el del gran sábado. Y el Irenarch Herodes, acompañado por su padre Nicetes (tanto montando en un carro), le salió al encuentro, y le llevó en el carro, se sentaron junto a él y trataron de persuadirlo, diciendo: "¿Qué mal hay en decir , Señor César, y en el sacrificio, con el resto de las ceremonias observadas en tales ocasiones, y lo que debe asegurarse de la seguridad? " Pero al principio no les dio ninguna respuesta; y cuando ellos continuaron instarlo, él dijo: "No voy a hacer lo que me aconsejas." Así que, sin esperanza de persuadirlo, comenzaron a hablar palabras amargas para él, y lo arrojó a la violencia de aquel carro, de tal manera que, en conseguir bajar del carruaje, se dislocó la pierna [por la caída]. Pero sin ser molestado, y como si el sufrimiento nada, se fue con impaciencia adelante a toda prisa, y se llevó a cabo en el estadio, donde el tumulto fue tan grande, que no había ninguna posibilidad de ser oído." ( El martirio de Policarpo 8).

"Y de los elegidos, él era uno de hecho, el maravilloso mártir Policarpo, que en nuestros días fue un maestro apostólico y profético, obispo de la Iglesia Católica en Smyrna. Por cada palabra que salía de su boca era cumplido y se cumplirá "(El martirio de Policarpo 16).

"Con regocijo glorifica a Dios Padre, y bendice a nuestro Señor Jesucristo, el Salvador de nuestras almas, el Gobernador de nuestros cuerpos, y el Pastor de la Iglesia católica en todo el mundo." (El martirio de Policarpo 19).

IRENEO DE LYON (120 - 180 DC)

"La Iglesia Católica posee una y la misma fe en el mundo entero, como ya hemos dicho" ( Contra las herejías 1 cap 10, 3).

" Porque incluso la creación Él revela que la formó, y el trabajo realizado le sugiere que lo hizo, y el mundo no le manifiesta que lo ordenó. La Iglesia Católica, por otra parte, a través de todo el mundo, ha recibido esta tradición de los apóstoles. " (Contra las herejias 2 cap 9, 1).

"La verdad es que se encuentran en ninguna otra parte, pero en la Iglesia Católica, el único depositario de la doctrina apostólica. Herejías son de reciente formación, y no pueden rastrear su origen hasta los apóstoles." (Contra las herejias 3 cap 4, prefacio).

CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (150 - 215 DC)

"A partir de lo que se ha dicho, entonces, es mi opinión que la verdadera Iglesia, la que es muy antigua, es una, y que en ella los que conforme al propósito de Dios son justos, está inscrito. Porque de la misma razón de que Dios es uno, y el Señor uno, lo que está en el más alto grado de honor es alabado como consecuencia de su sencillez, por ser una imitación de un primer principio. En la naturaleza del Uno, a continuación, se asocia en un patrimonio común de la única Iglesia, que se esfuerzan duramente en muchas sectas. Por lo tanto, en esencia, y la idea, en su origen, en la preeminencia, se dice que la antigua y la Iglesia Católica es una sola, recogiendo como lo hace en la unidad de la única fe que resulta de los Testamentos peculiares, o más bien el Testamento en diferentes momentos por la voluntad del único Dios, a través de un Señor -que ya están ordenados, a quienes Dios predestinó, a saber antes de la fundación del mundo, que serían justos. Pero la preeminencia de la Iglesia, como el principio de la unión, es, en su unidad, en esta superando todas las otras cosas, y no tener nada similar o igual a sí mismo. Pero de este después. De las herejías, algunos reciben su denominación por el nombre de una [de la persona], como lo que se llama después de Valentino, y que después de Marción, y que después de Basílides, a pesar de que se jactan de aportar la opinión de Mateo [sin verdad]; para que la enseñanza, por lo que también la tradición de los apóstoles había uno. Algunos toman su designación de un lugar, ya que el Peratici; algunos de una nación, como la [herejía] de los frigios; algunos de una acción, como la de los encratitas; y algunos de los dogmas peculiares, como la de la Docetae, y la de los Harmatites; y algunos de los supuestos y de los individuos que han honrado, como los llamados Cainists y los Ophians; y algunas de las prácticas nefastas y enormidades, como las de los simonianos llamado Entychites. " (Stromata 7 cap 17).

"Para el apóstol dice: "Todas las otras cosas compran fuera de la carnicería, sin preguntar," con la excepción de las cosas mencionadas en la epístola católica de todos los apóstoles ", con el consentimiento del Espíritu Santo", que se escribe en los Hechos de los Apóstoles y transmitido a los fieles por las manos de Pablo mismo. " (Stromata 4 cap 15).

"… porque ellos mismos (refiriéndose a los herejes) no tienen la llave de entrada, sino que tienen una llave engañosa, que no abren la puerta principal, porque es por donde entramos nosotros, mediante la Tradición del Señor, sino que abren un portillo y minan subrepticiamente el muro de la Iglesia, saltando la valla de la verdad, y constituyéndose así en guías espirituales de las almas de los impíos… no se requieren muchos discursos para mostrar que sus conventículos humanos fueron instituidos con posterioridad a la Iglesia Católica… afirmamos que la Iglesia primitiva y Católica es única, en orden a la unidad de la única fe." (Exhortación a los paganos cap 5).

HIPÓLITO DE ROMA (170 - 236 DC)

"He aquí, a lo grande impiedad ese inicuo, ha procedido, mediante la inculcación de adulterio y asesinato al mismo tiempo! Y con todo, después de tales actos audaces, ellos, perdieron toda vergüenza, intente llamar a sí mismos una iglesia católica! ... Sin discernir con quién debe comunicarse, pero indiscriminadamente ofrecer la comunión a todos ... " (Refutación de todas las herejías 9 cap 7).

"Y con todo, después de tales actos audaces, que perdió a toda vergüenza, intento de llamar a sí mismos una iglesia católica! Y algunos, bajo el supuesto de que van a alcanzar la prosperidad, coinciden con ellos. Durante el episcopado de éste, segundo bautismo fue por primera vez con presunción intentada por ellos. " (Refutación de todas las herejias 9 cap 7).

CAIUS (CAYO) PRESBÍTERO DE ROMA (180 - 240 DC)

"Escribió, además de estos, una a Filemón, y una a Tito, y dos a Timoteo, en simples afecto personal y el amor de hecho; pero sin embargo estos se consagraron en la estima de la Iglesia Católica, y en la regulación de la disciplina eclesiástica. También hay en circulación una a la iglesia de Laodicea, y otro para los alejandrinos, forjadas con el nombre de Pablo, y dirigida contra la herejía de Marción; y también hay varios otros que no pueden ser recibidos en la Iglesia Católica, ya que no es adecuado para la osadía de ser mezclado con miel." (Canon muratorianus 3, 3).

"La Epístola de Judas, por cierto, y dos pertenecientes a la mencionada anteriormente Juan - o que lleva el nombre de Juan - están contado entre las epístolas católicas. Y el libro de la Sabiduría, escrito por los amigos de Salomón en su honor. Recibimos también el Apocalipsis de Juan y la de Pedro, aunque algunos de nosotros no tendrá esta última lectura en la Iglesia. " (Canon muratorianus 3, 4).

TERTULIANO (160 - 240 DC)

"¿Dónde estaba Marción entonces, que capitán del Ponto, el estudiante celoso del estoicismo? ¿Dónde estaba entonces Valentino, el discípulo del platonismo?Porque es evidente que esos hombres no vivieron hace tanto tiempo - en el reinado de Antonino en su mayor parte - y que en un principio eran creyentes en la doctrina de la Iglesia católica, en la iglesia de Roma, bajo el episcopado de los bienaventurados Eleuterio , hasta que a causa de su curiosidad siempre inquieto, con la que incluso infectaron los hermanos, que eran más de una vez expulsado" ( La receta contra herejes 30 ).

"católicos apelan siempre a la evidencia trazable a fuentes apostólicas. " (La receta contra los herejes 35).

"Los herejes han manipulado las Escrituras, y mutilado, y los alterados. Los católicos nunca cambian las escrituras, que siempre dan testimonio para ellos. ¿Dónde se encuentra la diversidad de la doctrina, hay, entonces, debe a la corrupción, tanto de las Escrituras y las exposiciones de los mismos se considerará que hay. En aquellos cuyo propósito era enseñar de otra manera, sentar la necesidad de organizar de manera diferente los instrumentos de la doctrina. No podían haber efectuado su diversidad de la enseñanza de cualquier otra manera que por tener una diferencia en el medio por el que enseñaban. Al igual que en su caso, la corrupción en la doctrina no pudo haber tenido éxito sin la corrupción también de sus instrumentos, por lo que para nosotros también la integridad de la doctrina no pudo haber acumulado, sin integridad en los medios por los cuales se gestiona la doctrina. Ahora, ¿qué hay en nuestras Escrituras lo que es contrario a nosotros? ¿Qué pasa con nuestra propia tiene que introdujo, que tendríamos que llevarlo de nuevo, o bien agregar a ella, o modificarla, con el fin de restaurar a su solidez nada natural que es contrario a ella, y que figuran en las Escrituras? Lo que somos nosotros mismos, que también las Escrituras son (y han sido) desde el principio. Un hombre pervierte las Escrituras con la mano, otro su significado por su exposición. Pues aunque Valentino parece utilizar todo el volumen, no tiene ninguno manos violentas menos puso sobre la verdad sólo con una mente más astuta y habilidad entonces Marción. Marción expresa y abiertamente usa el cuchillo, no el lápiz, ya que realizó una escisión como de las Escrituras como convenía a su propio objeto. Valentino, sin embargo, se abstuvo de tal escisión, porque él no inventó Escrituras para cuadrar con su propio objeto, pero adaptado a su asunto a las Escrituras; y sin embargo, se llevaron más, y ha añadido más, quitando el significado propio de cada palabra en particular, y la adición de fantásticos arreglos de cosas que no tienen existencia real." (La receta contra herejes 38).

"que parte de la misma que es lo único que recibimos es tan mucho mayor que Marción, que Marción mismo creyó una vez, cuando en el primer calor de la fe contribuyó dinero a la iglesia católica, que junto con él mismo fue rechazado después, cuando él se alejó de nuestra verdad en su propia herejía. " (Contra Marción 4 cap 4).

"por el imperio de la antigüedad, los Evangelios Católicos se encuentran para ser verdad, incluyendo la verdadera de San Lucas. Marción sólo una edición mutilada. La debilidad del hereje e inconsistencia en ignorar los otros evangelios. En general, entonces, si eso es, evidentemente, más cierto que es antes, si eso es antes que es desde el principio, si eso es desde el principio que tiene los apóstoles para sus autores, entonces sin duda será muy como es evidente, de que eso viene desde los Apóstoles, que se ha mantenido como un depósito sagrado en las iglesias de los apóstoles. " (Contra Marción 4 cap 5).

"Estos tipos significaba que un hombre, una vez que un pecador, pero después purificado de las manchas de la misma por la palabra de Dios, estaba obligado a ofrecer a Dios en el templo un regalo, incluso la oración y acción de gracias en la iglesia en Cristo Jesús, quien es el sacerdote católico del Padre. " (Contra Marción 4 cap 9).

"La doctrina católica de la Trinidad y Unidad, a veces llamada la Economía Divina, o Dispensación de las relaciones personales de la Deidad." (Contra Praxeas, 2).

ORÍGENES (185 - 254 DC)

"Que tales cosas, sin embargo, ser de poca estima por aquel que está deseoso de ser entrenados en el aprendizaje divino, conservando en su integridad la regla de la fe católica. " (De Principiis 3, prefacio).

"Como el descenso al Hades, leemos en el Salmo XVI, "Porque no dejarás mi alma en el Hades", y en cuanto a la jornada en la cárcel con el Espíritu leemos en Pedro, en su Epístola Católica," (Comentario al Evangelio de Juan, libro 6 cap 18).

MARTIRIO DE SAN FRUCTUOSO, OBISPO (259)

Una vez descalzado, se le acercó un compañero de armas y hermano nuestro, llamado Félix y, apretándole la mano derecha, le suplicaba que orase por él.
Fructuoso le contestó con voz clara, de manera que todos lo oyesen
— Ahora debo orar por la Iglesia católica extendida de oriente a occidente.

DIONISIO DE CORINTO (190 - 265 DC)

"Por lo cual también se convirtió en un enemigo a su Iglesia Católica; y además de eso, él enajenó y distanciado a sí mismo de la misericordia de Dios, y huyó a la distancia máxima posible de su salvación ..." (La gran epístola existente 11, 3).

"Y considerar la gravedad del asunto. Porque, en efecto, en los más importantes consejos de los obispos, como he oído, se ha decretado que los que vienen de la herejía primero deben recibir formación en la doctrina católica, y luego debe ser limpiado por el bautismo de la suciedad de la vieja e impura levadura. Preguntar y llamándolo a ser testigos en todos estos asuntos, envié cartas." (La gran epístola existente 6, 1).

"Que esta persona se llamaba Juan, por lo tanto, y que ésta era la redacción de un John, no lo niego . Y admito, además, que también fue el trabajo de un hombre santo e inspirado. Pero yo no podía admitir tan fácilmente que este fue el apóstol, hijo de Zebedeo, hermano de Jacobo, y de la misma persona, con lo que escribió el evangelio que lleva el título de acuerdo con Juan, y la epístola católica." (Fragmentos 1, 4).

CIPRIANO DE CARTAGO (200 - 270 DC)

"Por lo tanto, la gente interpreta por sí mismos enfermos, cuando dicen que por la imposición de las manos que reciben el Espíritu Santo, y por lo tanto se reciben, cuando se ponga de manifiesto que deberían nacer de nuevo en la Iglesia Católica por los dos sacramentos. Entonces sí que será capaz de ser hijos de Dios, como dice el apóstol: ". Teniendo cuidado en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como habéis sido llamados a una sola esperanza de vuestra vocación; . Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios: "Todo esto habla de la Iglesia Católica y de nuevo, en el Evangelio, el Señor dice:." Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, es espíritu; porque Dios es Espíritu, y él es nacido de Dios. "Por lo tanto, todo lo que todos los herejes y cismáticos hacen son carnales ...
... juzgo que todos los herejes y cismáticos que desean venir a la Iglesia Católica, no serán permitido entrar sin que primero sean exorcizado y bautizados, con la excepción de los que en verdad que antes nunca habían sido bautizados en la Iglesia Católica, y éstos de tal manera que puedan ser reconciliados con la penitencia de la Iglesia por la imposición de manos.

Munnulus de Girba dijo: La verdad de nuestra Madre, la Iglesia Católica, hermanos, ha siempre se mantuvo y aún permanece con nosotros, e incluso sobre todo en la Trinidad del bautismo, como dice nuestro Señor: "Id y bautizar a las naciones, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. "
Porque si los que son bautizados entre ellos por obtener el perdón de los pecados de su vida eterna, ¿por qué vienen a la Iglesia? Pero si de una persona muerta no . se recibe la salvación, y por lo tanto, el reconocimiento de su error anterior, volver a la verdad con la penitencia, que deben ser santificados con el único bautismo, que es de vital importancia en la Iglesia Católica.

Jader Midila dijo: Sabemos que no hay sino un solo bautismo en la Iglesia católica, y por lo tanto no debemos recibir un hereje a menos que haya sido bautizado en medio de nosotros; . para que no piense que ha sido bautizado de la Iglesia Católica.

Felix Marazana dijo:. Hay una sola fe, un solo bautismo, sino de la Iglesia católica, la única que tiene el derecho de bautizar a Pedro de Hipona Diarrhytus dijo: Ya que no es un bautismo en la Iglesia católica, es evidente que uno no puede ser bautizados fuera de la Iglesia. . Y por lo tanto, yo juzgo que los que han sido sumergida en la herejía o cisma, cuando vienen a la Iglesia, deben ser bautizados

Pusillus de Lamasba dijo: Creo que no hay bautismo de ahorro, excepto en la Iglesia Católica. Cualquier cosa que se aparte de la Iglesia Católica es una pretensión. " (El Séptimo Concilio de Cartago).

"perturbado por la maldad de una ordenación ilícita hecha en oposición a la Iglesia Católica, se consideró a la vez que deben ser restringidos de la comunión con nosotros" (Epístola 40, 1).

"ellos se esfuerzan por aquí también para distraer a los miembros de Cristo en partidos cismáticos, y para cortar y desgarrar el cuerpo de la Iglesia Católica, de manera que, corriendo de puerta en puerta, a través de las casas de muchos, o de una ciudad a otra, a través de ciertos distritos, buscan de compañeros en su obstinación y el error de unirse a ellos mismos en su cisma." (Epístola 40, 2).

"Que, con el resto de nuestros compañeros de trabajo, podrá administrar de manera constante y firmemente esta oficina, y mantenerlo en la unanimidad concordantes de la Iglesia Católica, la condescendencia divina va a lograr; para que el Señor, que condesciende a elegir y nombrar para sí sacerdotes de su Iglesia" (Epístola 44, 4).

"1. Cipriano a Cornelio a su hermano, saludo. profeso que yo he rendido y no hacer el más grande, gracias sin cesar, querido hermano, a Dios Padre Todopoderoso, y para su Cristo el Señor y nuestro Dios y Salvador, que la Iglesia está por lo tanto divinamente protegido, y su unidad y la santidad no es constante ni totalmente corrompido por la obstinación de la perfidia y herética Por la maldad que hemos leído tu carta, y exultante hemos recibido la mayor alegría del cumplimiento de nuestro deseo común;. a saber, que el presbítero Máximo y Urbano, los confesores, con Sidonio y Macario, han vuelto a entrar en la Iglesia Católica, es decir, que han dejado a un lado su error, y renunciado a su cismático, o mejor dicho, su locura herética, y han tratado de nuevo en la solidez de la fe de la casa de la unidad y la verdad, que de donde habían salido a la gloria, allí podrían gloriosamente retornar; y que los que habían confesado a Cristo no debe abandonar el campo después de Cristo, y que tal vez no tentar a la fe de su caridad y de unidad, que no había sido superado en fuerza y coraje. He aquí la integridad segura y sin mancha de su alabanza; he aquí la dignidad incorrupto y sustancial de estos confesores, que se han apartado de los desertores y fugitivos, que han dejado a los traidores a la fe, y los impugnadores de la Iglesia Católica. Con razón dieron tanto al pueblo como a la hermandad los reciben a su regreso, a medida que escribe, con la mayor alegría; ya que en la gloria de los confesores que habían mantenido su gloria, y devueltos a la unidad, no hay nadie que no toma en cuenta a sí mismo un socio y partícipe. Por este error había llevado lejos algunos de nuestros hermanos para que ellos pensaban que estaban siguiendo la comunión de los confesores. Cuando se retiró este error, la luz se infunde en el pecho de todos, y la Iglesia Católica se ha demostrado que es una, y ser capaz ni de ser cortado ni dividido.Tampoco puede nadie ahora ser fácilmente engañado por las palabras habladoras de cismático que rabia, ya que se ha demostrado que los soldados buenos y gloriosos de Cristo no podían siempre ser detenidos fuera de la Iglesia por el engaño y la perfidia de los demás. "(Epístola 46, 1).

HILARIO DE POITIERS (300 - 367 DC)

"En cualquier caso, yo te he enviado una narración fiel de estas transacciones: es para que usted pueda determinar por la decisión de su fe inspira si su espíritu es católico o herético." (Consejos o Fe de los orientales VII).

"porque la herejía que Fotino revivía fue minando nuestra casa católica por muchas minas secretas. Su propósito era oponerse a toda forma de herejía sutil sigiloso por una forma correspondiente de la fe pura e inmaculada, y tener tantas explicaciones completas de la fe, ya que había casos de falta de fe peculiar. Inmediatamente después de la declaración universal e incuestionable de los misterios cristianos, la explicación de la fe contra los herejes comienza de la siguiente manera." (Consejos o Fe de los orientales XXXIX).

CONSTANTINO NO FUNDÓ NINGUNA IGLESIA, SÓLO DIO LIBERTAD DE CULTO A LA ÚNICA IGLESIA QUE FUNDÓ JESUCRISTO, LA IGLESIA CATÓLICA.


PAX ET BONUM


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