¿Por qué hay algunos católicos que ven con muy malos ojos el Ecumenismo?


Como sacerdote católico, es mi deber y responsabilidad abordar el tema del ecumenismo desde una perspectiva bíblica y catequética. El ecumenismo es un término que se refiere al movimiento hacia la unidad de las diferentes tradiciones cristianas. Aunque la Iglesia Católica ha abrazado y promovido el ecumenismo desde el Concilio Vaticano II, es cierto que hay algunos católicos que ven con malos ojos este movimiento. Para comprender esta actitud, debemos examinar algunos factores clave.

En primer lugar, es importante reconocer que la Iglesia Católica considera que tiene la plenitud de la verdad revelada en Jesucristo. Creemos que Jesús fundó una Iglesia visible y una sola, y que esta Iglesia es la continuación de su misión en el mundo. En el Evangelio según Mateo (16, 18-19), Jesús dice a Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". Esta afirmación de Jesús establece la autoridad y la continuidad de su Iglesia.

Además, en el Evangelio según Juan (17,20-23), Jesús ora para que todos los creyentes sean uno: "Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti". Este pasaje bíblico es una invitación al ecumenismo y a la unidad de los cristianos. Sin embargo, es importante destacar que la unidad a la que se refiere Jesús no es simplemente una unidad superficial o una unión de creencias diluidas. Más bien, es una unidad en la verdad y en el amor.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que "la unidad de la Iglesia es inseparable de la unidad del Dios trinitario" (CCC 813). La unidad de la Iglesia se basa en la profesión de fe en un solo Dios, en la adoración de un solo Señor y en el bautismo en un solo Espíritu Santo. Esta unidad se expresa a través de la comunión con el Papa, sucesor de Pedro, y con los obispos en comunión con él.

Sin embargo, algunos católicos pueden ver con malos ojos el ecumenismo debido a ciertos malentendidos o preocupaciones legítimas. Uno de los malentendidos comunes es la idea de que el ecumenismo implica comprometer o diluir la verdad católica. Es importante aclarar que el ecumenismo no significa renunciar a la verdad, sino buscar la unidad en la verdad. La Iglesia Católica afirma que "la plenitud de los medios de salvación subsiste solamente en la Iglesia católica" (CCC 816). Esto significa que la Iglesia Católica tiene los medios más plenos y completos para alcanzar la salvación, pero no excluye la posibilidad de que otros cristianos puedan encontrar la salvación fuera de la Iglesia visible.

Otra preocupación legítima es el relativismo religioso. Algunos católicos pueden temer que el ecumenismo promueva una actitud relativista que equipare todas las religiones y minimice las diferencias doctrinales. Sin embargo, el ecumenismo auténtico no niega las diferencias doctrinales, sino que busca superarlas a través del diálogo sincero y respetuoso. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que "el ecumenismo auténtico no consiste en negociar la verdad" (CCC 821). El objetivo del ecumenismo es buscar la reconciliación y la unidad en la verdad revelada por Dios.

Es importante recordar que el ecumenismo no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar la unidad deseada por Jesús. El Papa San Juan Pablo II afirmó que "la unidad de los cristianos no es fruto de nuestras estrategias humanas, sino don del Espíritu Santo" (Ut Unum Sint, 18). Por lo tanto, el ecumenismo debe ser guiado por el Espíritu Santo y basado en la oración y la humildad.

Además, es importante reconocer que el ecumenismo no se limita a las relaciones entre las diferentes tradiciones cristianas, sino que también incluye el diálogo interreligioso con otras religiones. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que "la Iglesia católica reconoce que todo lo bueno y verdadero presente en las diversas religiones proviene de Dios" (CCC 841). Esto significa que podemos encontrar elementos de verdad y santidad en otras religiones, pero la plenitud de la verdad se encuentra en la Iglesia Católica.

En conclusión, el ecumenismo es un llamado a la unidad de los cristianos basado en la verdad revelada por Jesucristo. Aunque algunos católicos pueden ver con malos ojos el ecumenismo debido a malentendidos o preocupaciones legítimas, es importante recordar que el ecumenismo no implica renunciar a la verdad o diluir las creencias católicas. Más bien, busca la unidad en la verdad y el amor, reconociendo que la plenitud de los medios de salvación subsiste en la Iglesia Católica. El ecumenismo auténtico se basa en el diálogo sincero y respetuoso, guiado por el Espíritu Santo y basado en la oración y la humildad. Como católicos, debemos abrazar el llamado al ecumenismo y trabajar por la unidad deseada por Jesús, buscando siempre la verdad y el amor en nuestras relaciones con otros cristianos y personas de otras religiones.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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