¿Qué es el reino de Dios según la biblia?


El Reino de Dios, mi querido hermano, es un concepto central en la enseñanza de Jesús y en la Sagrada Escritura. Nos invita a reflexionar sobre la naturaleza divina y el propósito de nuestra existencia. A lo largo de los Evangelios, encontramos numerosas referencias al Reino de Dios, y es fundamental comprenderlo para vivir una vida en consonancia con el plan divino.

En primer lugar, es importante señalar que la noción del Reino de Dios es una de las enseñanzas distintivas de Jesús. Él proclamó su llegada en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, instando a la gente a arrepentirse y creer en las Buenas Nuevas (Marcos 1, 14-15). La llegada del Reino de Dios se asocia con la misión de Jesús en la Tierra, y es un tema recurrente en sus parábolas y enseñanzas.

Para comprender plenamente el concepto del Reino de Dios, es útil comenzar con el pasaje en el Evangelio de Mateo, capítulo 6, versículo 33, donde Jesús nos dice: "Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Aquí, Jesús nos insta a priorizar el Reino de Dios en nuestras vidas. Esto significa que debemos poner a Dios en el centro de nuestras preocupaciones y aspiraciones, confiando en que, al hacerlo, todas nuestras necesidades serán satisfechas.

El Reino de Dios es un reino espiritual, no un reino terrenal. Jesús explicó esto claramente cuando Pilato le preguntó si era un rey terrenal. En Juan 18,36, Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí". Esto significa que el Reino de Dios no se basa en la autoridad política o el poder terrenal, sino en la autoridad divina y el amor.

Además, el Reino de Dios se relaciona estrechamente con la idea de la salvación y la redención. En Lucas 17,20-21, Jesús dijo: "El Reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: '¡Aquí está!' o '¡Allá está!' Porque he aquí, el Reino de Dios está en medio de vosotros". Esto nos dice que el Reino de Dios no es algo que se pueda señalar o medir de manera tangible, sino que reside en el corazón de quienes lo reciben. Es un reino de justicia, paz y amor que se manifiesta en nuestras vidas cuando vivimos de acuerdo con la voluntad de Dios.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 2816, se nos enseña sobre la relación entre la voluntad de Dios y el Reino de Dios: "El Reino de Dios está misteriosamente presente en nuestras vidas si vivimos de acuerdo con la voluntad de Dios. En las bienaventuranzas, Jesús nos enseña que el corazón humilde y pobre es bienaventurado, y que los que tienen hambre y sed de justicia serán saciados (Mateo 5, 3-6). Estas bienaventuranzas nos muestran el camino hacia el Reino de Dios: la humildad, el deseo de justicia y la búsqueda de la paz son fundamentales para entrar en ese reino espiritual".

La parábola del Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37) también ilustra la naturaleza del Reino de Dios. En esta parábola, Jesús nos enseña que el amor y la compasión por los demás son fundamentales para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y entrar en el Reino. El samaritano muestra misericordia hacia el hombre herido, y Jesús nos dice que vayamos y hagamos lo mismo.

Otra enseñanza importante sobre el Reino de Dios se encuentra en la parábola del grano de mostaza (Mateo 13, 31-32). Jesús compara el Reino de Dios con un pequeño grano de mostaza que, cuando se siembra, crece y se convierte en un árbol grande en el cual las aves pueden anidar. Esto nos muestra que, aunque el Reino de Dios puede parecer pequeño o insignificante al principio, tiene el potencial de crecer y abarcar a muchas personas.

En la tradición patrística, los padres de la Iglesia también reflexionaron sobre el Reino de Dios. San Agustín, por ejemplo, habló extensamente sobre el tema y escribió sobre cómo el Reino de Dios se manifiesta en la Iglesia y en la vida de los creyentes. Él enfatizó que el Reino de Dios es un reino de amor y unidad, donde los fieles se unen en la adoración y el servicio a Dios.

Haciendo un recuento, el Reino de Dios, según la Biblia y la enseñanza de Jesús, es un reino espiritual de justicia, paz y amor. No es un reino terrenal basado en el poder político, sino un reino que reside en el corazón de quienes buscan la voluntad de Dios. Priorizar el Reino de Dios en nuestras vidas implica vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, mostrando amor y compasión por los demás y buscando la justicia y la paz. El Reino de Dios es un don de Dios para nosotros, y nuestra respuesta debe ser vivir de manera que reflejemos ese reino en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Que la gracia de Dios nos guíe en este camino hacia el Reino celestial. Amén.

Autor: Presbítero Ignacio Andrade.

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