¿Nació María sin pecado? Respondiendo a un artículo protestante.


Afirmación protestante:  La Iglesia Católica Romana cree que María, la madre de Jesús, nació sin pecado. Esto se llama la doctrina de la Inmaculada Concepción y fue formalmente aceptada por la Iglesia Católica Romana en 1854. La doctrina católica romana establece que "La bendita Virgen María [fue] desde el primer instante de su concepción, por una gracia y privilegio singulares de Dios Todopoderoso, en vista de los méritos de Cristo Jesús, el Salvador de la humanidad, preservada libre de toda mancha del pecado original "(Papa Pío IX, Ineffabilis Deus, diciembre de 1854). En resumen, la Biblia no respalda esta afirmación en lo más mínimo, afirmando continuamente que Jesucristo es la única persona que ha nacido sin pecado.

Respuesta católica: La doctrina de la Inmaculada Concepción de María se refiere a que ella fue preservada del pecado original desde el momento de su concepción. Aunque la Biblia no menciona específicamente este evento, podemos encontrar pistas que sugieren esta enseñanza, como el saludo del ángel Gabriel a María como "llena de gracia" en Lucas 1,28. Además, la Iglesia tiene autoridad para interpretar las Escrituras y definir doctrinas de fe, y la Inmaculada Concepción fue formalmente aceptada en 1854 con respaldo de esa autoridad. Esta doctrina no contradice a la biblia ni a la singularidad de Jesucristo como el único sin pecado, sino que resalta su gracia redentora. Dios libró a María del pecado por los mérito de Cristo. Cristo es sin pecado por naturaleza (es Dios), María es sin pecado por la obra de Dios en ella.

Afirmación protestante: La idea de que María no tenía pecado se basa principalmente en un versículo de la Biblia. Cuando el ángel Gabriel se le apareció a María, dijo: "—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo." (Lucas 1:28). La frase "recibido el favor" se puede traducir como "favorecida con gracia". La Biblia Douay-Rheims y la Biblia Aramea en Inglés Sencillo lo traducen como "llena de gracia". Los teólogos católicos romanos afirman que esta era la forma en que Gabriel le daba un nuevo nombre a María porque usa esta frase para dirigirse a María. La Iglesia Católica Romana enseña que, como en otras ocasiones las personas han sido renombradas en la Biblia, este cambio de nombre revela una parte de su carácter: María, favorecida con gracia, significa que está llena de la gracia de Dios, lo que dicen que refleja una naturaleza sin pecado. Incluso si este es Gabriel revelando una parte del carácter de María, ser "favorecida con gracia" o "llena de gracia" no significa que ella esté sin pecado. Hay una brecha teológica definida entre tener gracia y estar sin pecado.

Respuesta católica: Es cierto que el saludo del ángel Gabriel a María, "llena de gracia" o "favorecida con gracia", como se registra en Lucas 1,28, es un pasaje clave en el que se basa la doctrina de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, la interpretación de este pasaje va más allá de un simple cambio de nombre o una mera expresión de favor divino.

Cuando el ángel Gabriel saluda a María como "llena de gracia", está reconociendo no solo un favor divino presente en ese momento, sino también una gracia que ha estado con ella desde el principio de su existencia. El uso del término "llena de gracia" en griego, "kecharitomene", implica una plenitud y una perfección de gracia que no se encuentra en ningún otro personaje bíblico. Esta gracia singular indica una intimidad especial con Dios y una preservación del pecado original.

Además, es importante considerar el contexto cultural y lingüístico en el que se escribió el Evangelio de Lucas. En la cultura judía de la época, el nombre de una persona no solo era una etiqueta, sino que reflejaba su identidad y carácter. Por lo tanto, el uso del término "llena de gracia" por parte del ángel Gabriel para dirigirse a María sugiere una cualidad intrínseca y distintiva en su ser.

La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la Inmaculada Concepción de María no se basa únicamente en este pasaje, sino que también encuentra apoyo en la tradición apostólica y en la comprensión más amplia de la fe cristiana. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los cristianos han reconocido la santidad especial de María y su papel único en la historia de la salvación.

Afirmación protestante: Independientemente de si Gabriel le estaba dando un nuevo nombre a María o no, la doctrina católica romana malinterpreta las Escrituras aquí para decir algo que no dicen. La palabra griega traducida como "favorecido" es charitoo, que significa "agraciar" u "honrar con bendiciones". El griego para "llena de gracia" es pleis charis, y se usa dos veces en la Biblia, refiriéndose a Jesús y a Esteban (Juan 1:14; Hechos 6: 8). Se hace referencia a Esteban como lleno de gracia, pero nadie afirma que él no tiene pecado por eso. Al ser la madre de Jesús, María fue honrada con las bendiciones de Dios. Pero esto no implica impecabilidad.

Respuesta católica: La interpretación de Lucas 1,28 como evidencia de la Inmaculada Concepción de María no es una mera invención de la doctrina católica, sino una comprensión profunda y coherente de la Escritura en su contexto. Aunque es cierto que la palabra griega "charitoo" puede traducirse como "agraciar" u "honrar con bendiciones", la frase "llena de gracia" va más allá de una simple bendición externa. En el contexto bíblico, esta expresión indica una gracia especial y una relación única con Dios, un estado de gracia tan pleno donde el pecado no puede cohabitar.

Si bien la misma frase se usa para describir a Jesús y a Esteban en otras partes de la Biblia, no se puede ignorar el contexto particular en el que se presenta en relación con María. Como madre de Jesús, María ocupaba una posición singular en la historia de la salvación, y su papel requería una preparación especial por parte de Dios.

La doctrina de la Inmaculada Concepción no se basa únicamente en una palabra específica en la Escritura, sino en la comprensión más amplia de la revelación divina y la enseñanza de la Iglesia a lo largo de los siglos. Esta enseñanza resalta la gracia redentora de Dios y la singularidad de María como la mujer elegida para ser la Madre de su Hijo. Por lo tanto, descartar esta doctrina como un mero malentendido de la Escritura es pasar por alto su riqueza teológica y su coherencia con la fe cristiana.

Afirmación protestante: Si María fuese sin pecado, no habría tenido necesidad de un salvador, sin embargo, ella dice: "Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador," (Lucas 1:47). La doctrina católica romana enseña que María fue "salvada", pero que su salvación ocurrió en el momento de su concepción, y se le impidió heredar el pecado original. Para apoyar el acto de Dios de "salvar" a María en la concepción, la Iglesia Católica Romana usa Judas 1:24, que dice que Dios "puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha". Es una manipulación de la Escritura decir que esto significa que Dios evitó que María heredara el pecado original. Dios puede evitar que caigamos en la tentación (1 Corintios 10:13; Mateo 6:13). Cuando somos salvos en Jesucristo, tenemos seguridad eterna. Por su sacrificio somos irreprensibles ante Dios. Pero en ninguna parte las Escrituras apoyan o incluso implican que una persona puede ser libre de pecado desde la concepción. De hecho, la Biblia enseña todo lo contrario. Romanos 3: 10–12, citando el Salmo 14 y el Salmo 53, dice: "No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!" María no escapó del pecado original.

Respuesta católica: La afirmación de que María no pudo haber sido sin pecado porque se refiere a Dios como su Salvador en Lucas 1,47 no contradice la doctrina católica de la Inmaculada Concepción. La Iglesia enseña que María fue "salvada" de manera única por la gracia de Dios en el momento de su concepción, lo que la preservó del pecado original, pero esto no significa que no necesitara de un Salvador. 

María fue salvada por Dios al igual que nosotros, por gracia, pero la gracia para ella fue otorgada de manera plena y al momento de ser concebida y la salvación en nosotros llegó después de nacer.

Cuando María declara "Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador", reconoce a Dios como su Salvador en un sentido profundo y espiritual. Aunque María fue preservada del pecado original, aún necesitaba la redención de Cristo, ya que su salvación fue anticipada y aplicada de manera única y anticipada por Dios. Este acto de gracia no implica que María no necesitara de la redención de Cristo, sino que fue liberada del pecado por la anticipación de los méritos de la cruz.

Respecto a la interpretación de Judas 1,24, es importante entender que la Iglesia no manipula la Escritura para respaldar la doctrina de la Inmaculada Concepción. Más bien, interpreta este pasaje en el contexto de la enseñanza bíblica y la tradición apostólica. La Iglesia ve en este versículo una indicación de la capacidad de Dios para preservar a sus fieles del pecado y establecerlos sin mancha, como lo hizo con María.

En cuanto a las citas de Romanos 3,10-12, estas versículos resaltan la universalidad del pecado humano, pero no invalidan la posibilidad de una gracia especial y única como la experimentada por María. La doctrina de la Inmaculada Concepción no contradice la enseñanza bíblica sobre la universalidad del pecado, sino que afirma la singularidad de la gracia divina en la vida de María.

En resumen, la declaración de María como "llena de gracia" y su referencia a Dios como su Salvador no son incompatibles con la doctrina católica de la Inmaculada Concepción. Esta doctrina enseña que María fue preservada del pecado original por la gracia de Dios, anticipando los méritos de Cristo en la cruz, mientras que aún dependía de la redención de Cristo para su salvación personal.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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