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Las procesiones del Corpus Christi reunieron a miles de fieles en Polonia


La Solemnidad del Corpus Christi fue instituida por el Papa Urbano IV, en el año 1264, mediante la bula ‘Transiturus de hoc mundo’.

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La Solemnidad del Corpus Christi reunió a miles de católicos por las calles de las principales ciudades de Polonia. Durante la festividad, celebrada el pasado 8 de junio, los fieles demostraron públicamente su devoción al Cuerpo y Sangre de Cristo.

Una gran manifestación de fe

El arzobispo de Varsovia, cardenal Kazimierz Nycz, presidió la principal procesión eucarística en la capital del país. En la ciudad de Poznań, las celebraciones fueron presididas por el arzobispo local, monseñor Stanislaw Gadecki, y asistieron cientos de fieles.

“La solemnidad del Corpus Christi es una gran manifestación de nuestra fe, una ocasión para unirnos a Jesucristo, que se nos da como alimento en la Eucaristía”, dijo a su vez el arzobispo de Bialystok, monseñor Tadeusz Wojda.

Institución de la Solemnidad del Corpus Christi

La Solemnidad del Corpus Christi fue instituida por el Papa Urbano IV, en el año 1264, mediante la bula Transiturus de hoc mundo, en la que el pontífice determinaba la celebración solemne de esta fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo en toda la Iglesia.

En el documento, el Santo Padre explicó que “si bien renovamos todos los días en la Misa la memoria de la institución de este Sacramento, sin embargo consideramos oportuno que se celebre más solemnemente al menos una vez al año para confundir particularmente a los herejes; pues, el Jueves Santo, la Iglesia se ocupa de la reconciliación de los penitentes, de la consagración del santo crisma, del lavatorio de los pies y de otras tantas funciones que le impiden volver plenamente a la veneración de este misterio”. (EPC)

La Fiesta de Corpus Christi: Celebrando la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía


Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero que reflexionemos sobre una de las festividades más importantes de nuestro calendario litúrgico: la Fiesta de Corpus Christi, también conocida como la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Es una ocasión en la que celebramos y adoramos el don más grande que Jesús nos dejó: su propio cuerpo y sangre en la Eucaristía.

La base de nuestra fe católica se encuentra en la Sagrada Escritura y en el Catecismo de la Iglesia Católica. Por lo tanto, me gustaría destacar algunos pasajes bíblicos y enseñanzas catequéticas que nos ayudarán a comprender mejor el significado y la importancia de esta celebración.

Comencemos con la Sagrada Escritura. En el Evangelio según San Lucas, capítulo 22, versículos 19-20, Jesús instituyó la Eucaristía durante la Última Cena con sus discípulos, diciendo: "Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios". Y tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a ellos, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en memoria mía". De manera similar, tomó la copa después de cenar, diciendo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que se derrama por vosotros".

Estas palabras de Jesús son fundamentales para comprender que la Eucaristía no es solo un símbolo o una representación, sino la verdadera presencia de Jesús, su cuerpo, sangre, alma y divinidad. En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 1374, se nos enseña: "En la celebración de la Misa, por la palabra de Cristo y la invocación del Espíritu Santo, se hace sacramentalmente presente, bajo las especies de pan y vino, Cristo muerto y resucitado, con su cuerpo y su sangre, su alma y su divinidad, para ser dado en alimento espiritual a los fieles".

La Fiesta de Corpus Christi nos invita a adorar y honrar a Jesús presente en la Eucaristía. Es un momento de profunda gratitud por el sacrificio redentor de Cristo y una oportunidad para renovar nuestra fe en su presencia real. En el Catecismo, en el párrafo 1380, se nos recuerda que "en la sagrada Eucaristía está contenido todo el tesoro espiritual de la Iglesia, es decir, el mismo Cristo, nuestra Pascua y Pan vivo que da la vida a los hombres; por eso la Iglesia exhorta a los fieles a participar activamente en la Eucaristía, en la que se actualiza el sacrificio de la cruz".

Durante la procesión del Corpus Christi, llevamos en nuestras manos y corazones la Hostia consagrada, proclamando al mundo que Jesús está presente entre nosotros. Siguiendo las enseñanzas del Catecismo, en el párrafo 1378, comprendemos que "la Iglesia, en su adoración, venera y honra también la imagen de Cristo, que se presenta en los dones eucarísticos". Nuestra devoción y respeto hacia la Eucaristía expresan nuestra fe en el misterio de la transubstanciación, en el cual el pan y el vino se convierten verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Queridos hermanos y hermanas, la Fiesta de Corpus Christi es un recordatorio de la presencia viva de Jesús en medio de nosotros. Nos invita a abrir nuestros corazones a su amor y a recibirlo con fe y gratitud. Al contemplar el misterio de la Eucaristía, recordemos las palabras de Jesús en el Evangelio según San Juan, capítulo 6, versículo 51: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre".

Que esta fiesta nos impulse a participar en la Eucaristía con mayor fervor y devoción, y a llevar la presencia de Cristo a los demás a través de nuestras acciones y palabras. Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo nos fortalezcan, nos unan como comunidad y nos guíen hacia la vida eterna.

Que Dios los bendiga y los acompañe siempre. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Qué es la fiesta de Corpus Christi y por qué se celebra?



La fiesta de Corpus Christi es una celebración especial para los católicos, pues celebramos la presencia real de Jesús en el Sacramento de la Eucaristía.

Se le dio el nombre de la “Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo” después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II,  y se celebra el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. O bien, 60 días después del Domingo de Resurrección.

Los orígenes de la fiesta de Corpus Christi 

Los orígenes de la fiesta de Corpus Christi se remontan al siglo XI, cuando Berengario de Tours negó la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Su afirmación herética fue condenada oficialmente por el Papa Gregorio VII en 1079, y entonces la Iglesia se dio a la tarea de fomentar el culto a la presencia de Cristo en la Eucaristía. Es entonces cuando se formula el mandamiento de comulgar por lo menos una vez al año por Pascua Florida.

De ahí también se desprende la costumbre de exponer al Santísimo en una custodia especial, elevar la Hostia y el cáliz en la Santa Misa y visitar al Santísimo Sacramento en el Sagrario.

Sin embargo, no hay que perder de vista que la Iglesia acostumbra, desde sus inicios, el reservar el pan eucarístico en un depósito especial para su distribución a los enfermos que no podían asistir a la Santa Misa.

La expansión de la fiesta de Corpus

En España, la primera fiesta de Corpus Christi tuvo lugar en Barcelona, en 1319 o 1320, y desde los últimos años del siglo XV ya tenía un carácter nacional y era símbolo supremo de la cristiandad, de la cual, los reyes católicos Fernando e Isabel, eran sus grandes baluartes.

Para honrar a la Eucaristía, se hicieron magníficas custodias, como la de Toledo, hecha con parte del primer envió de oro que llegó de América, o la de Granada, confeccionada por manos mexicanas, y la de Sevilla, fundida con oro mexicano.

En México, antes de 1521 los indígenas tenían unas 38 fiestas importantes, entre ellas, celebraban a Huixtocíhuatl, hermana mayor de los Tlaloques, durante el séptimo mes llamado tecuilhuitontli, y por las mismas fechas se comenzó a celebrar la fiesta de Corpus Christi, cuya primera procesión fue promovida por el Cabildo de México en 1526, aunque algunos suponen que debió ocurrir desde 1524, con la llegada de los franciscanos, lo que parece algo prematuro, ya que llegaron a nuestro país en mayo.

Motolinia describió así aquellas magníficas fiestas: “Allegado este santo día del año 1538 hicieron aquí los tlaxcaltecas una tan solemne fiesta, que merece ser memorada, porque creo que si en ella se hallara el Papa y emperador con sus cortes, holgaran mucho en verla… Iba en la procesión el Santísimo Sacramento y muchas cruces y andas y los aderezos de las andas hechas todas de oro y plumas, y en ella muchas imágenes de la misma obra de oro y pluma, que las bien labradas se preciarían en España más que de brocado”.

La celebración en el México colonial

No obstante, en 1545 Zumárraga prohibió las fiestas de Corpus Christi, en virtud de los “bailes y danzas profanas y representaciones poco honestas que se hacían en la procesión general”. Para afirmar su resolución, mandó a imprimir la traducción de un breve opúsculo de Dionisio Rickel, que trata sobre la forma de hacer las procesiones. Paradójicamente, el obispo falleció el día de Corpus Christi de 1548.

A partir de 1589, el Cabildo de México acordó con el dramaturgo español Arias de Villalobos la representación de comedias para esta festividad, pues era un escritor famoso. A pesar de su fama, por incumplimiento, en 1595 le arrebató el contrato el actor Gonzalo de Riancho.

La procesión de Corpus Christi la presidía el Obispo que salía por la puerta poniente de Catedral y pasaba por las actuales calles aledañas: Tacuba, Bolívar y Madero hasta el Zócalo. Participaba el clero secular, las órdenes religiosas, el virrey, la audiencia, los gremios y cofradías, el Ejército y autoridades de la Universidad.

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