¿CUÁL FUE LA CRIATURA MÁS EXCELSA CREADA POR DIOS: LA VIRGEN O LUCIFER?
Por Padre José Antonio Fortea
La palabra Lucifer es una palabra latina que significa Estrella de la mañana. Nadie tiene que extrañarse de que un ser maligno, ahora ya monstruoso, tenga un nombre tan bello, pues éste fue el nombre que el Padre de los ángeles le puso a esta criatura al crearlo. Lo cierto es que éste era su nombre antes de caer. Se da por supuesto que Lucifer era la más alta naturaleza angélica creada por Dios.
Hay que decir que la naturaleza más excelsa creada por Dios fue la de Lucifer. La Virgen se santificó día a día con esfuerzo. Ella con su sacrificio y sus obras y la gracia de Dios logró ser la criatura más excelsa. Pero su excelsitud no fue un acto de creación de Dios, sino de santificación.
María, al nacer, recién salida de las manos de Dios, era sólo un ser humano. Es seguro que el Creador, incluso nada más nacer, le debió conceder grandes perfecciones a su alma, pero esas perfecciones estaban lejos del inmenso poderío que tuvo la cúspide de la Creación, el más alto espíritu angélico. Mientras que la naturaleza más grandiosa que creaba Dios, la más alta de las criaturas angélicas, era la coronación de la obra de Dios. Dios creó magnífico a Lucifer en su naturaleza, y él se corrompió. Dios creó humilde a María en su naturaleza, mera mujer y por tanto inferior a los ángeles, y ella fue la que se santificó. Como se ve, hay un gran paralelismo entre ambas figuras, sólo que es un paralelismo inverso:
Uno es la criatura más perfecta por la naturaleza, la otra por la gracia.
Uno se corrompe, ella se santifica.
Uno quiere ser rey y no servir, y al final no es nada. Ella quiere ser nada y servir, y al final es reina.
Uno fue creado para ser la Estrella de la mañana angélica (Lucifer). Ella (María) acabó siendo la Estrella de la Mañana de la Redención, es decir, la estrella que en el firmamento anuncia la nueva era del Mesías.
La primera estrella cayó del firmamento angélico, la segunda estrella se elevó en el firmamento de los santos.
La primera estrella (que era espíritu) cayó a tierra, la segunda estrella (que era corporal) ascendió a los Cielos.
Lucifer no quiso aceptar al Hijo de Dios hecho hombre, la Virgen no sólo lo aceptó sino que lo acogió en su seno.
Lucifer era un ser espiritual que finalmente se hizo peor que una bestia (sin dejar de ser espiritual). Ella era un ser material que finalmente se hizo mejor que un ángel (sin dejar de ser material).
Lucifer se bestializó, ella se espiritualizó.
Ahora ya sólo hay una única estrella de la mañana que es la Virgen. Pues además de que la primera estrella cayó, la segunda estrella de la mañana brilló con la luz de la gracia, luz mucho más bella e intensa que la luz del primer astro, que brilló sólo con la luz de su naturaleza. Los ángeles, los miles de millones de ángeles, recuerdan perfectamente el poder y belleza de la luz de la primera estrella antes de su oscurecimiento. Sin embargo, el nuevo lucero con su luz purísima ha eclipsado completamente el recuerdo de esa luminaria angélica. Ahora, Lucifer es la estrella de la oscuridad. En el firmamento de la desdicha, él destaca por el brillo de su luz oscura. Sigue siendo la estrella de la mañana, pero no de la mañana de luz, sino la estrella que anuncia la mañana de una eterna noche, una mañana que no ha hecho más que comenzar.
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"El infierno nació cuando Dios rebeló a los ángeles el misterio de la Encarnación de su Hijo, Rey de los ángeles, en la humildad del seno de una Madre. Lucifer y los suyos no lo reconocieron. Hubo un gran combate en el cielo y el infierno fue el lugar destinado a los rebeldes" Dia 12. El Perfecto Devoto de María. San Luis Maria de Montfort
ResponderBorrar"Recibió Santa Ana en sus manos a la que, siendo hija suya, era juntamente el tesoro mayor del cielo y tierra en pura criatura, sólo a Dios inferior y superior a todo lo criado..." - Sección 328 - Mística Ciudad de Dios - Sor María de Agreda
ResponderBorrar"María en los planes de Dios.El inefable Dios, cuya conducta es misericordia y verdad, cuya voluntad es omnipotencia y cuya sabiduría alcanza de límite a límite con fortaleza y dispone suavemente todas las cosas, habiendo, previsto desde toda la eternidad la ruina lamentabilísima de todo el género humano, que había de provenir de la transgresión de Adán, y habiendo decretado, con plan misterioso escondido desde la eternidad, llevar al cabo la primitiva obra de su misericordia, con plan todavía más secreto, por medio de la encarnación del Verbo, para que no pereciese el hombre impulsado a la culpa por la astucia de la diabólica maldad y para que lo que iba a caer en el primer Adán fuese restaurado más felizmente en el segundo, eligió y señaló, desde el principio y antes de los tiempos, una Madre, para que su unigénito Hijo, hecho carne de ella, naciese, en la dichosa plenitud de los tiempos, y en tanto grado la amó por encima de todas las criaturas, que en sola ella se complació con señaladísima benevolencia. Por lo cual tan maravillosamente la colmó de la abundancia de todos los celestiales carismas, sacada del tesoro de la divinidad, muy por encima de todos los ángeles y santos, que Ella, absolutamente siempre libre de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia y santidad, que no se concibe en modo alguno mayor después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios." - BULA "INEFFABILIS DEUS" Epístola apostólica de Pío IX Del 8 de diciembre de 1854
ResponderBorrarHaciendo referencia especialmente a esta porción de su escrito:
ResponderBorrar"María, al nacer, recién salida de las manos de Dios, era sólo un ser humano. Es seguro que el Creador, incluso nada más nacer, le debió conceder grandes perfecciones a su alma, pero esas perfecciones estaban lejos del inmenso poderío que tuvo la cúspide de la Creación, el más alto espíritu angélico. Mientras que la naturaleza más grandiosa que creaba Dios, la más alta de las criaturas angélicas, era la coronación de la obra de Dios. Dios creó magnífico a Lucifer en su naturaleza, y él se corrompió. Dios creó humilde a María en su naturaleza, mera mujer y por tanto inferior a los ángeles, y ella fue la que se santificó."
Le pido respetuosamente padre Fortea que lo rectifique. No solo pone usted en duda un dogma de la fe católica, sino que declara algo que por tratarse de un dogma de la Iglesia lo deja en herejía.