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Fray Nelson Medina respondió al sacerdote James Martin, quien afirmó que los católicos pueden celebrar el "orgullo gay"

 



Fray Nelson Medina, sacerdote dominico colombiano, respondió desde la doctrina y la caridad católicas al video publicado por el jesuita estadounidense James Martin, quien afirmó que un católico puede celebrar en junio el mes del orgullo gay.

No es la primera vez que Fray Nelson responde a declaraciones del jesuita James Martin, que en otras ocasiones también se ha expresado con posturas contrarias a la moral católica.

Ayer miércoles el P. Martin publicó un video de casi un minuto en Instagram en el que justificó que los católicos celebren el mes del orgullo gay, cuando la Iglesia dedica junio a la celebración del Sagrado Corazón de Jesús.

En el video, el jesuita consideró dos definiciones de la palabra orgullo. Una “mala” que es la ligada a la vanidad, y otra buena, que es la que tiene que ver con la “conciencia de la propia dignidad. Eso está más cerca de lo que el mes del orgullo es: una celebración de la dignidad humana de un grupo de gente que por mucho tiempo ha sido tratado como suciedad”.

Para el jesuita estadounidense, “tal vez la mejor forma de entender el orgullo es imaginar lo que le dirías a un joven que finalmente tiene el coraje para decirte que es LGBTQ. Sabes que Dios los creó, que Dios los ama y sabes que Dios quiere que aceptes quiénes son ellos”.

“Entonces orgullosamente puedes decir ‘estoy muy orgulloso de ti’ por decir eso. Ese es el tipo de orgullo que celebramos. Entonces, ¡feliz orgullo!”, concluyó el P. Martin.

Este jueves 3 de junio, Fray Nelson Medina dijo a ACI Prensa que “declaraciones como las del P. James Martin causan una confusión que prácticamente se ha solidificado en muchos católicos y es la convicción de una especie de falsa misericordia que pretende aprobar la práctica del pecado para que no se sienta rechazado el pecador”.

“En este sentido cualquier invitación a celebrar días del orgullo, marchas o meses del orgullo están descartadas para nosotros los católicos porque todas ellas se enmarcan en el esfuerzo de quitar la condición de pecado a la práctica de la tendencia homosexual u otras tendencias parecidas o relacionadas. Eso no es lo propio nuestro”, indicó el fraile dominico.

“Tampoco es nuestro el pretender humillar, menospreciar o destruir a las personas que tienen estas tendencias, incluso si las practican”, resaltó el sacerdote colombiano.

Fray Nelson Medina explicó que “lo nuestro es, desde el respeto, tomar una actitud de presencia, acompañamiento, sinceridad, oración e invocación junto con ellos de la gracia que todos necesitamos para ser y vivir como verdaderos hijos de Dios”.

Sobre las consecuencias pastorales de las declaraciones del P. Martin, Fray Nelson dijo que “son en realidad las contrarias de lo que se quiere presentar. Porque si lo que se quiere ofrecer es amor, el amor es transformante y eso lo muestra Cristo en su práctica. No deja iguales a los que encuentra en el pecado sino que los llama a una transformación, los llama a un cambio. Les da la mano y les da la gracia para que cambien”.

“Así que estas declaraciones como tantas otras del P. James Martin son muy desafortunadas, afianzan un punto de vista equivocado, y pastoralmente distraen la verdadera labor y el verdadero énfasis de nuestra fe cristiana que está siempre en la predicación y presentación íntegra del mensaje de Jesucristo”, aseguró.

Tres reacciones ante el pecado

Fray Nelson explicó también a ACI Prensa que para entender mejor las declaraciones del P. James Martin es necesario comprender que “la teología moral católica nos enseña que hay tres formas típicas de reaccionar frente al pecado”.

La primera forma es “la desesperación. La persona que considera que lo que está haciendo es malo pero no ve la forma de salir de ahí y se hunde en la culpa, la tristeza y autodestrucción. Ese no es el verdadero camino cristiano”.

La segunda forma de reacción es “el cinismo. Se reconoce la acción pero se niega que esa acción sea incorrecta o incluso perversa. Cuando se toma este camino la persona convierte su pecado en motivo de orgullo. Es la reacción psicológica necesaria para cerrarle la puerta completamente a la tristeza o al reconocimiento de que hemos obrado mal”.

“La tercera forma, que es la propiamente cristiana, porque el cinismo no lo es, es la conversión. Con ella reconocemos que hay pecado en el mundo y en nosotros, así como nuestra propia debilidad para salir de la práctica del pecado y entonces tomamos el rumbo de la conversión”, indicó el sacerdote colombiano.

Todo esto, resaltó Fray Nelson, “nos hace ver dónde está la verdadera actitud católica. No es una actitud de simple acusación para hundir y destruir al pecador, pero tampoco es una actitud de aplauso y aprobación al pecado”.

“Nuestra actitud, siempre desde el respeto y la comprensión a la debilidad humana, es llamar a la conversión a través de la acción de la gracia divina y de la humildad y la sinceridad nuestras”, como lo hicieron “nuestro Señor Jesucristo y los Apóstoles”.
¿Es buena la diversidad?

El fraile dominico también comentó con ACI Prensa que “es importante tener en cuenta que la diversidad en sí misma no es necesariamente un bien”.

El sacerdote colombiano explicó que dos ejemplos de diversidad buena están en lo diverso de la creación de Dios, relatada en la Biblia, y la diversidad de dones del Espíritu Santo que “que reflejan la manera cómo Dios renueva la creación que estaba sometida al pecado”.

Sin embargo, precisó Fray Nelson, “hay en cambio una diversidad que no es correcta. Así por ejemplo, en el capítulo primero de la Carta a los Romanos se nos habla de todas las prácticas en las que ha caído el mundo pagano. Eso incluye formas de violencia, abuso y perversión; y esa diversidad señalada y denunciada por el Apóstol San Pablo, por supuesto que no es positiva”.

“Entonces tomar la postura de que un católico debe celebrar la diversidad es caer en un equívoco gravísimo” que “puede batallar incluso contra el Evangelio”, alertó el sacerdote colombiano.

“Nosotros celebramos la diversidad dentro del bien de la creación, la redención y la santificación. Esas diversidades son para celebrarlas porque hablan, como enseña Santo Tomás, de la múltiple obra divina y nos cuentan algo de la riqueza interior de Dios mismo”, concluyó Fray Nelson Medina.
Lo que enseña la Iglesia sobre la homosexualidad

La explicación de Fray Nelson Medina está en consonancia con la enseñanza católica respecto de la homosexualidad, que está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.

En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

La homosexualidad como tendencia es “objetivamente desordenada” y “constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba”.

Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual” y por tanto “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.

“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y “mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.

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