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Se pasó 13 años en una silla de ruedas, pero confió en la oración y Dios hizo este milagro.



Dani Laurion es una mujer estadounidense que desde 2009 estuvo en una silla de ruedas debido a una enfermedad que afectaba su sistema nervioso; pero además, durante más de cuatro años vivió conectada a un ventilador para poder respirar. Todo eso cambió esta Cuaresma y asegura que se curó por “un milagro” de Dios.

En un video publicado el 14 de abril por la Diócesis de Lansing, en el estado de Michigan (Estados Unidos), se afirmó que ahora “Dani está curada. Camina y respira sin ayuda. ¿Qué sucedió? Ella rezó pidiendo un milagro”.

Todo comenzó el 23 de abril de 2009, cuando Dani fue hospitalizada por neumonía y por una enfermedad llamada síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS, por sus siglas en inglés), que hace que los latidos del corazón se aceleren luego que la persona se sienta o se pone de pie.

Este mal llevó a que la mujer adquiriese otra afección: una disfunción autonómica en el sistema nervioso autónomo, lo que afectó su respiración. El problema empeoró y en 2017 le hicieron una traqueotomía para que pudiese respirar, además fue conectada a un ventilador.

Después de varios años difíciles y con diversos tratamientos en marcha, el 15 de marzo de 2022 Dani y su esposo Doug asistieron a una oración de sanación en la Catedral de Santa María. La mujer asegura que ese día se curó.

En oración ante Dios, Dani recordó que “esa noche, mientras sonaba la música, dije: ‘Te necesito y necesito que me sostengas y cuídame’”. “Sentí como si alguien hubiera puesto agua en mis oídos y que eso bajaba por mi cuerpo”, añadió.

Doug relató que entonces “ella se quitó el ventilador” y “no hubo pánico ni emergencia”, como ocurrió en más de una ocasión en que debió desconectarse o cambiar de ventilador.

“Simplemente se quedó sentada con su mamá al costado y Dani se puso a llorar”, dijo el esposo. “Yo no lo podía creer. El ventilador estaba desconectado”, agregó.

Doug contó que si bien Dani ya había estado practicando con una fisioterapeuta que la ayudó a dar algunos pasos con un andador, ese día no lo tenían y “ella se puso de pie” y comenzó a caminar.

“Todo lo que la he visto caminar desde la curación ha sido exactamente como si siempre lo hubiera hecho. A la mañana siguiente estaba saltando en la cama”, compartió el esposo mientras reía con Dani en el video.

Desde entonces, relató la esposa, han compartido la historia con amigos, médicos, enfermeros, “y todos se muestran muy sorprendidos”.

De hecho, al día siguiente de la curación, cuando la fisioterapeuta llegó, ellos le mostraron que no estaba conectada y que podía caminar. Ante la pregunta de qué había sucedido, Dani le respondió: “¿Crees en el poder de la oración?”.

En otro momento del video, Dani se pregunta “¿Cómo puedo vivir ahora de acuerdo a lo que ha pasado? ¿Cómo puedo ser digna de esto? El P. Karl me dijo algo que ya sabía, pero que necesito profundizar, que esto es un don y no hay nadie a quien darle un reembolso”.

“Solo tengo que vivir mi vida con Dios al centro”, subrayó.

“Si lo hago, lo que creo estoy llamada a hacer o lo que necesito hacer, todo finalmente irá encontrando su lugar”, dijo Dani.

Al ser preguntada sobre cómo va a explicar esto, la mujer dijo que está “completamente, cien por ciento segura de que iban a encargarse de mí y que he puesto todo lo que tengo en las manos de Dios”.

Doug afirmó que su esposa “irradia mucha alegría” y que con todo “hemos sido testigos de muchos pequeños milagros”. “Es nuestro milagro”, aseguró.

Para concluir, la mujer aconsejó que “cuando reces, pide cosas grandes, todo. No te desanimes: Dios tiene la capacidad de hacer cualquier cosa”.

El sacerdote al que se refirió Dani es el P. Karl Pung, rector de la Catedral de Saint Mary, quien dijo que “no hay manera” de explicar lo que sucedió con la mujer. “Es simplemente Dios que elige actuar y conceder su gracia”, indicó.

“No hay una explicación médica: de un segundo en el que no podía hacer algunas cosas pasó al siguiente segundo en el que fue capaz de hacerlas. Me alegra ver a ambos certeros sobre el milagro”, dijo el sacerdote.

“Pero lo que me alegra más de ambos es ver lo que ha sucedido por dentro. En los últimos seis meses los he visto crecer en la fe y esta es más real. Cristo es más real. Y eso sí que me emociona”, compartió.

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