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Sacerdote comete sacrilegio y consagra inválidamente al hacer que una mujer pronuncie palabras de la consagración durante Misa.



Un sacerdote habría cometido un sacrilegio contra la Eucaristía en una Misa celebrada recientemente en la Diócesis de Arecibo, en Puerto Rico.

El 2 de agosto, el párroco de la Parroquia Santísima Trinidad, P. Elmon Hernández Faña, presidió la Misa por sus bodas de plata, acompañado de otros sacerdotes y fieles.

La Misa se celebró con ocasión del aniversario 25 años de la ordenación del P. Hernández Faña.

En la Misa, una mujer hizo parte de la plegaria eucarística, algo no contemplado en las normas de la Iglesia.

Antes de la consagración del pan, la mujer dijo: “Él mismo, la víspera de su pasión, como memorial de su amor hacia nosotros y como anticipo de la esperanza de la resurrección, tomó pan en sus manos, pronunció sobre él la bendición y se lo repartió diciendo”.

Después la mujer también dijo: “De la misma manera, cuando ya estaba para terminar la cena, tomó un cáliz lleno de vino, pronunció de nuevo la bendición sobre él, y se lo pasó a sus amigos diciendo”.

El P. Francisco Torres Ruiz, sacerdote de la Diócesis española de Plasencia y profesor de Liturgia, dijo a la prensa que al hacer la narración una mujer, “eso es un abuso litúrgico porque esa forma de proceder no se contempla en ni un solo documento ni se puede apoyar en ni un solo pronunciamiento del magisterio litúrgico de la Santa Iglesia”.

El sacerdote advirtió además que “se podría negar la validez de esa consagración”.

“La narración, o el relato de la institución, es un todo. Las palabras ‘Tomó pan, dio gracias y se los dio diciendo’ no son una mera descripción sino que son parte del relato de la institución eucarística, y por tanto, sin tener la efectividad sacramental de las palabras propias, forman parte de ese momento”.

En todo caso, “podemos decir que el Señor sufrió un verdadero sacrilegio y una auténtica profanación de la Eucaristía, por la cual alguien tendrá que pedir perdón y dar explicaciones” aseguró el sacerdote.

Para concluir, el P. Torres Ruiz dijo sobre el P. Elmon Hernández que “habría que cuestionar un poco la validez de sus misas y la forma litúrgica de proceder en estos años”.

La palabra del sacerdote y la Diócesis de Arecibo

ACI Prensa se contactó con el P. Elmon Hernández, quien dijo que “se cometió un error litúrgico. (No se permite) Ya fue corregido. Gracias por ponerte en contacto con nosotros. Disculpe el inconveniente sucedido”.

ACI Prensa también se contactó con el Vicario General de la Diócesis de Arecibo, P. Jorge Virella, para preguntar por lo ocurrido en la Misa.

“El Administrador Apostólico, Mons. Álvaro Corrada, tan pronto tuvo conocimiento de esta situación llamó al sacerdote implicado y se encuentra trabajando en el asunto. Ciertamente se trata de un abuso litúrgico y de una ofensa a la dignidad del sacramento”, indicó el Vicario.

“El Obispo ha manifestado su dolor por esta ofensa y, como indiqué, en estos momentos se encuentra trabajando, no solo para corregir el abuso, sino para enmendar y reparar el escándalo y dolor causado por este acto”, destacó.

La Diócesis de Arecibo está vacante, es decir no tiene obispo sino administrador, desde la destitución de Mons. Daniel Fernández Torres, quien debió dejar el cargo en marzo de este año por mandato del Papa Francisco.

Aunque el Vaticano no informó el motivo de la decisión, ACI Prensa pudo conocer que una de las razones fue la negativa inicial de Mons. Fernández a que los seminaristas de Arecibo, que se formaban en la Universidad de Navarra (España), sean enviados al nuevo Seminario Interdiocesano de Puerto Rico, aprobado por el Vaticano en marzo de 2020.

¿Qué establece la Iglesia en estos casos?

Lo ocurrido en la Misa presidida por el P. Elmon Hernández contraviene la instrucción Redemptionis Sacramentum del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, que trata sobre las cosas que se deben observar o evitar en la Misa.

En el numeral 52, el documento establece que “la proclamación de la plegaria eucarística, que por su misma naturaleza es como la cumbre de toda la celebración, es propia del sacerdote, en virtud de su misma ordenación”.

“Por tanto, es un abuso hacer que algunas partes de la plegaria eucarística sean pronunciadas por el diácono, por un ministro laico, o bien por uno solo o por todos los fieles juntos”, añade.

“La plegaria eucarística, por lo tanto, debe ser pronunciada en su totalidad, y solamente, por el sacerdote”, destaca el texto del Vaticano.

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