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¿Enseña la Biblia sobre las procesiones?


¿ENSEÑA LA BIBLIA SOBRE LAS PROCESIONES?
Por Yasmin Oré y Jesús Urones

Es necesario aclarar a los no católicos el sentido de nuestras prácticas religiosas en esta Semana Santa.

Hemos empezado la semana litúrgica más importante del año, la Semana Santa, en la que los católicos celebramos, recordamos y conmemoramos los principales misterios de nuestra fe, la Eucaristía, la Pasión y Muerte de Nuestro Señor y su gloriosa Resurrección. En estas fechas, es común ver en diferentes países, generalmente en los de habla hispana diversas procesiones como muestras de religiosidad popular y de piedad hacia nuestro Señor Jesucristo. Por ello, veo necesario demostrar los fundamentos bíblicos de las mismas, ya que muchas veces nuestros hermanos separados y otros ya más alejados, nos critican el porqué de este tipo de práctica que a veces catalogan hasta como una forma de idolatría.

¿Qué enseña la Iglesia sobre las procesiones?

El Catecismo de la Santa Iglesia Católica nos habla de las procesiones en su numeral 1674:

Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc. (cf Concilio de Nicea II: DS 601;603; Concilio de Trento: DS 1822).

El catecismo considera las procesiones una forma de expresión de piedad del pueblo cristiano, lo que se conoce como “religiosidad popular”, similar a visitar santuarios, peregrinaciones etc. Pues bien, durante todo el tiempo que dura la Semana Santa, es muy frecuente encontrarnos con pasos, y personas que van en procesión, con imágenes de Cristo, y los momentos más importantes de su vida: La Santa Cena, la Flagelación, Cristo cargando la Cruz, la Crucifixión, Santo entierro, Resurrección, etc. Digamos es una manera de evangelizar por medio de las imágenes y recordar al pueblo el tiempo que están viviendo que es de mortificación y penitencia o los pasajes fundamentales de los santos evangelios.

El Código de Derecho Canónico también nos define lo que es una procesión:

'Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo ordenadamente de un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino' (canon 1290,1)

¿Pero dónde surge esta práctica?

La práctica de las procesiones es propia de la religión judía, en Pascua, Pentecostés y en la fiesta de los Tabernáculos, podemos decir que comenzó en el Antiguo Testamento. Un ejemplo: las procesiones con el Arca de la Alianza. (2 Samuel 6, 12-15; 1 Reyes 8, 1-10; 1 Crónicas 15, 28-29).

En 1 Crónicas 15: 28-29 , se informa que el Arca de la Alianza fue llevada por una procesión de fieles a la Ciudad de David acompañada de gritos, canciones y música alegres, que luego se revelaron en el Nuevo Testamento donde el Apóstol San Juan escribió en el Libro de Apocalipsis 12: 1-2 que vio el Arca de la Alianza en el cielo, y luego vio a una mujer con la luna , el sol y una corona de estrellas.

En los primeros siglos de la era cristiana fue muy común ver reunidos a los cristianos, aun en tiempo de persecución, para llevar en procesión a los cuerpos de los mártires hasta el lugar de su sepulcro; así lo cuentan por ejemplo Tertuliano en su obra “De Praescriptio, xliii “ donde se usa esta palabra para referirse a las procesiones funerarias. Otro ejemplo lo tenemos en las actas del martirio de San Cipriano, donde se recoge lo siguiente:

Así sufrió el martirio el bienaventurado Cipriano. Su cuerpo, para evitar la curiosidad de los gentiles, fue retirado a un lugar próximo. Luego, por la noche, sacado de allí, fue conducido entre cirios y antorchas, con gran veneración y triunfalmente, al cementerio del procurador Macrobio Candidiano, sito en el camino de Mapala, junto a los depósitos de agua de Cartago. Después de pocos días murió el procónsul Galerio Máximo.

(Actas del Martirio de San Cipriano BAC 75, 756-761)

Estas actas nos narran la procesión que hicieron los fieles cristianos para llevar los restos del Santo Obispo de Cartago entre cirios y antorchas, hasta el cementerio. Hoy en día también cirios se usan en muchas de las procesiones que vemos.

Pronto los fieles comenzaron a acudir en peregrinación a visitar los Lugares Santos: Belén, Jerusalén, etc. (hay testimonios explícitos ya en el s. III) Y también acudían de diversas partes a visitar, en Roma, los sepulcros de S. Pedro y S. Pablo, y los cementerios de los mártires; en Asia Menor, el de Santa Tecla; en Nola, el de S. Félix; y así un sinfín de lugares más. Tras la paz de Constantino surgieron otras formas procesionales. En Roma las procesiones de las 'Estaciones' donde el Papa celebraba la liturgia en las grandes solemnidades. En Jerusalén, la peregrina Eteria habla de cómo toda la comunidad, los días señalados (como el Domingo de Ramos, por ejemplo), marchaban en procesión a uno de los Lugares Santos (Calvario, Monte de los Olivos, etc.) para conmemorar un acontecimiento de la salvación y celebrar después la Eucaristía. En cuanto al sentido y valor de las procesiones hay que tener en cuenta que la Iglesia en esta tierra es un pueblo inmenso que avanza en procesión hacia la Ciudad Eterna, la Jerusalén celestial (Ap 7, 1 - 12). Así, pues, las procesiones tienen el alto significado de anticipar simbólicamente el misterio último de la Iglesia, que es la entrada en el Reino Celestial; las procesiones ponen de manifiesto el gran misterio de la Iglesia en constante peregrinación hacia el cielo. Además de esto, son un acto de culto público a Dios, que al mismo tiempo lleva consigo un carácter de proclamación y manifestación externa y pública de la fe. Y con todo ello ayudan a la oración y a los deseos de mejor (ir hacia adelante). La prohibición de las procesiones ha sido siempre uno de los episodios tristes y característicos de la lucha contra el cristianismo y la Iglesia.

¿Hay procesiones en las Escrituras?

Una vez vista que la historia de las procesiones enlaza directamente con el pueblo judío, y con los primeros cristianos, veamos otros textos bíblicos que apoyan el hacer procesiones, para aquellos “protestantes” o “no católicos” que nos las cuestionan y las ven como un acto idolátrico, pero como ya vimos inicialmente son muestras de piedad, no se adora a las imágenes, simplemente se usan para meditar y recordar los pasajes principales del Evangelio de Jesús y que estos te ayuden a vivirlos más en plenitud. Nadie acusaría al pueblo de Israel de adorar el arca en estos pasajes:

6:7 Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Yavhe. 6:8 Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Yavhe y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Yavhe los seguía. 6:9 Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente. 6:10 Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis. 6:11 Así que él hizo que el arca de Yavhe diera una vuelta alrededor de la ciudad, y volvieron luego al campamento, y allí pasaron la noche. 6:12 Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Yavhe Josué 6:7-13

13:6 Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que está en Judá, para pasar de allí el arca de Dios, que mora entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado. 13:7 Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uza y Ahío guiaban el carro. 13:8 Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas. 13:9 Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban. 13:10 Y el furor de Dios se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios. 1Cronicas 13:6-10


"David reunió a todo lo mejor de Israel, unos 30.000 hombres. Se levantó David y partió con todo el pueblo que estaba con él a Baalá de Judá para subir desde allí el arca de Dios que lleva el nombre de Yahvé quien se sienta sobre los querubines. Cargaron el arca de Dios en una carreta nueva y la llevaron de la casa de Abinadab que está en la loma. Uzzá y Ajyó, hijos de Abinadab, conducían la carreta con el arca de Dios".
2 Sam 6,1-3

Aquí en estos pasajes podemos encontrar :* El Rey.*El pueblo.*El Arca de la Alianza.*Las imágenes de ángeles (querubines).*La carreta.*Y la llevan de un lugar a otro. Claramente es una procesión en toda regla.

Es más si seguimos leyendo los versículos siguientes observamos como el pueblo va cantando, tocando instrumento y danzando (2Sam 6:5), esto pues es algo que también se hace en las procesiones, cánticos a Dios, y se llevan imágenes en carretas o si queremos ser más sufridos en hombros de un lugar a otros.

Pero incluso en las escrituras, podemos encontrar la palabra “procesión” en hebreo תַּהֲלֻכֹת ( halak) y también דָּדָה (dadáh)que se usa en:

Hice luego subir á los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión: el uno á la mano derecha sobre el muro hacia la puerta del Muladar Nehemias 12:31

26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Yahveh! Desde la Casa de Yahveh os bendecimos.27 Yahveh es Dios, él nos ilumina. ¡Cerrad la procesión, ramos en mano, hasta los cuernos del altar!28 Tú eres mi Dios, yo te doy gracias, Dios mío, yo te exalto.
Salmo 118:26-28

En el santuario pueden verse las procesiones de mi Dios, las procesiones de mi Dios y rey.
Salmo 68, 24-25

Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran celebración
Salmo 42:4

Ya para concluir quiero comentar algo que no se nos debe olvidar, a los católicos y también algo que se les puede decir a los hermanos separados y es: cuando se hace una procesión ¿quién es la figura central?, ¿quién se encuentra en el centro y quienes van delante y detrás de Él cantando?

Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos.9 Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: "= ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! =10 ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! = ¡Hosanna = en las alturas!"11 Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania. Marcos 11:8-11


Jesús Urones


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